Capítulo 24
Capítulo 24: explica mi extraña relación con Jeon JungKook, y de dónde provienen mis sentimientos hacia él.
Recuerdo vagamente a JungKook cuando éramos niños. Jardín de infantes no fue algo que mi cerebro amara recordar, lo que sí tenía fijo es que JungKook y yo, siempre estábamos juntos.
— ¿QUE TU VISTE QUÉ, LE DIJISTE QUÉ Y EL TE RESPONDIÓ QUÉ? —exclama SeokJin dando palmada tras palmada en la mesa.
NamJoon lo mira de reojo sin prestarle tanta atención, porque sabía que la atención alimentaba a SeokJin. YoonGi, quien curiosamente era nuevo en nuestro grupo, se ocultaba detrás mío con miedo y yo pensaba en otras cosas que no tenían nada que ver con lo que SeokJin reclamaba.
— San abrazaba a alguien, le dije a JungKook. Quedé como payaso de cuarta, ¿qué más necesitas saber?
— Tus celos son tan pequeños que me cuesta aceptarlos —NamJoon menciona desde su lugar. Lo miro incómodo, él carraspea—. Celos amistosos, claro.
— Ni tú te la crees, TaeHyul.
En jardín de infantes, éramos los típicos niños inseparables. No diré que me invitaban a fiestas a las que a él no y prefería no ir, porque no era cierto. A pesar de siempre compartir momentos, nuestras vidas (y hasta la fecha) podían coexistir al menos por algún rato por separado. Ahora bien, el preescolar no es tan importante, ni siquiera los primeros años de la primaria. Sin embargo, cuando cumplí diez años, las cosas realmente se volvieron un poquito más difíciles.
Hacer memoria de mi relación con JungKook me distraía un poco de cómo Jin mencionaba las cosas que yo no debí hacer, YoonGi asentía a un lado mío, aunque no prestaba mucha atención y se dedicaba a jugar con sus muletas. NamJoon no hacía nada más que anotar cosas en una hoja que tenía e ignorar a Jin.
— SeokJin, lo estás regañando, ¿y qué si lo haces? Más humillado, imposible.
Le solté una palmada en el brazo a YoonGi, con un toque de enojo.
— Creí que me ayudabas, YoonGi.
— Le estoy diciendo que deje de regañarte, duh.
— ¡Pero TaeHyung, tú no tienes por qué...!
Como sea, ¿cuándo empezó el problema en realidad? ¿Después de las vacaciones de invierno o mucho antes? Llevé la mano hasta mi barbilla, rascándola en un intento malhumorado de recordar. En la primaria, JungKook era un mal estudiante. La primer persona que le gustó, fue la linda SooYoung. Era bonita. Pero, si me lo preguntaban, demasiado envidiosa.
Abrí los ojos en ese momento, como de golpe.
— Es una coincidencia —me dije a mí mismo en voz baja, y acomodé de nuevo la cabeza en la pared.
Después de SooYoung, fue Irene, ella era demasiado mayor así que... No era buena opción. JungKook terminó entendiendo. Pero eso era necesario. Estuvo también Aisha, SooJin, JiSoo. Así, podía recordar a la mayoría de chicas que le gustaron. Claro que no habían chicos en el listado (Justin Bieber no era un integrante). Por más que intenté encontrar a alguien que no me resultara un completo inconveniente para él, no lo hallé.
Si él tenía razón, y yo siempre encontraba algo malo en quien le gustaba... Eso podría singificar que a mí siempre... No. Me detuve un segundo antes de terminar con esa frase en mi cabeza. Llevé las manos hasta mis ojos y me eché hacia atrás, causado dolor en mi nuca por el golpe. SeokJin corrió hasta mí, y me sobó la nuca con cuidado.
— ¿Qué tienes? ¿Estás bien TaeHyung? ¿Quieres que vaya por la enfermera Song?
Cuando abrí los ojos, sentí la inquietud que Jin y YoonGi transmitían, pero no pude decir palabra alguna. Me quedé como al despertar, ese instante que te perdía y terminaba observando el zapato de la esquina en tu habitación.
— Siempre me ha gustado.
— Al fin dices algo interesante, TaeHyul —escucho reír a YoonGi.
Sin verlo directamente, sé que NamJoon se ha puesto de pie para caminar hasta donde estoy.
La cosa no era tan mala. En retrospectiva, ¿qué tan frustrante puede ser darte cuenta de que tus sentimientos son tan profundos ya que vienen desde que eres un infante, y no has hecho nada con ellos jamás y ahora están derramándose como agua en un vaso pequeño? ¡Exacto! Nada frustrante. Estaba claro que mi cabeza sobre exageraba todo lo que tuviese que ver con JungKook, San, mis sentimientos o mis demás amigos.
— Tae, ¿de qué hablas?
— JungKook —murmuro sin pensarlo mucho—. Él me gusta desde que era un niño, pero-
Estaba presionado. No por mis amigos, JungKook, o San. Yo mismo ejercía presión sobre mis ideas. Quería saber cada vez más, y me obstaculizaba porque era un idiota. Creía saber todo de mí mismo, pretendiendo que JungKook se abriera conmigo, creyendo conocerlo por completo. La verdad era que ni siquiera me prestaba atención a mí mismo, sentí que no me conocía.
— TaeHyung —la voz de Nam inunda mis oídos—. Eso no puede ser, ¿cómo te gusta alguien por tanto tiempo sin darte cuenta?
Me erguí de golpe, aún sentado. Pensar era un acto cruel cuando se trataba de los sentimientos, el tiempo, la vida o el amor. Pensar era encerrarse en tu propio mundo repleto de posibilidades, miedos, egoísmo, esperanzas, ilusiones, maldades. Yo pensaba en tantas cosas que no quería seguir haciéndolo.
— Es que yo siempre estuve tan ocupado alejándolo de quienes le gustaban.
— Creo que eso tiene otra vertiente, Tae.
NamJoon intentaba no hacerlo más complicado para mí. Sin embargo, tenemos que recordar que habían tres personas diferentes intentando ayudarme con mis dudas emocionales.
— Puede que no —dice SeokJin—. ¿Qué tal si a Tae le gustaba cuando eran niños, pero aal ser tan pequeños solo decidió olvidarlo?
— Es fácil, chicos. TaeHyul alejaba a todos inconscientemente, a TaeHyuck siempre le gustó JungKook.
Moví las manos a esa respuesta. Justo lo que tenía en mente. ¿Ya mencioné que en realidad aprecio muchísimo a YoonGi?
— Gasté el tiempo alejando a todos que ni siquiera me daba tiempo para pensar en mis sentimientos.
— Y ahora de verdad te sientes amenazado, porque ya viste que no hay manera de vencer a este enemigo.
¿Ya mencioné que odio a YoonGi? Lo miré, con las cejas sumidas y tan solo para devolverle el favor, tomé una de sus muletas y la lancé hasta el otro lado de la habitación. NamJoon rodó los ojos, SeokJin se alzó de hombros y YoonGi abrió la boca, sintiéndose ofendido.
— Wow, esa muleta pudo asesinar a alguien.
Entonces tomé la otra, y también la lancé.
— Sí, quiero verte caminando hasta allá sin eso.
— TaeHyuck, cancelado de mi vida, ¿entiendes? Por eso digo mal tu nombre.
Qué lío. Entre más lo pensaba, más harto de mí mismo me sentía. Si por tan solo un instante me pusiera a pensar en lo que sucede conmigo, tal vez todo este embrollo podría terminar. Si le decía a JungKook, tal vez él lo entendía y me rechazaba suavemente para seguir siendo amigos, o me aceptaba. O lo que sea. Cualquier cosa fuese mejor que estar todo el maldito día pensando en qué tan mal estaba mi situación emocional.
Odiaba pensar más en los sentimientos de él, que en los míos. Y sabía que no era su culpa. JungKook podría ser un idiota en muchas cosas, y culpable de otras, sin embargo, esa vez no había manera de ocultarlo.
— Chicos, no sé qué hacer ahora.
Se acercaron despacio a mí, de nuevo. No pude adivinar lo que pensaban y sin embargo, me miraban con un poco de obviedad. Alcé las cejas, intentando hacerlos hablar como si fuese algo de verdad tan relevante. Entonces, YoonGi dejó caer ambas manos en sus muslos, con fuerza.
— ¡COMO SI NO FUERA OBVIO! —me grita casi en los oídos—. ¡TIENES QUE DECIRLE QUE TE GUSTA!
— ¡Qué! ¡No!
— ¿Por qué no? —SeokJin me pregunta al aire.
Había muchas buenas razones por las cuales yo no podía simplemente decirle a JungKook que me gustaba, una de esas sería la vergüenza que pasaría, otra el posible rechazo, otra la incomodidad después. Sin embargo, en ese momento, los increíbles ojos que espectaban mi vida parecían coincidir en esa decisión.
Antes de poder responder, NamJoon habló. Pensé que iba a ser mi salvación sobre la opinión de soltar la sopa.
— Deberías decirle de una vez.
No lo fue. Vi a NamJoon con algo de sorpresa, pero solo se alzó de hombros asintiendo con resignación.
— TaeHyul, no te lo tomes a mal —dice YoonGi, moviendo la cabeza de lado a lado—. Desde el inicio la cosa se minimiza a hablar sobre tus sentimientos.
— Si hubieras hecho eso desde un principio, probablemente el problema... ¡Eliminado por completo!
— No puedes seguir retrasándolo —NamJoon, la persona más razonable del lugar, me mira con presión—. Vas a lastimarte de verdad.
Comprendía su sentir, y si no fuera mi caso, mi opinión sería la misma. No obstante, ¿cómo encontrar esa valentía para soltar algo como eso? Era el terror de perder la ilusión, la alegría, y sentirte como una bolsa de basura, aunque no fuera tu culpa o la de nadie. Y en mi caso, incluía el tal vez perder a alguien que era tan importante para mí, alguien que calaba mi interior y embonaba conmigo, tal cual rompecabezas. Entonces, después de pensarlo mucho, decidí que el tiempo de espera fue demasiado.
Le diría, y sin mirar atrás.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top