03. No, no, iré.
/Narrador/
No podía detener sus ansias, claramente se veía envuelto en una estela de calor, aquella imagen ante sus ojos provocaba más que ardor del obsceno. Quería seguir sus instintos.
La lectura continuaba, su parada se aproximaba con gran velocidad y él lo sabía, pero no quería dejar la duda de saber la continuación, caminaba cinco minutos hasta casa, y eso era demasiado tiempo para él.
"Más que calor era el estar entre las brasas, podía brincar de trecho en trecho, pero le resultó imposible liberarse de aquella suerte, sus manos pedían tocar e indagar y su lengua no quería gesticular palabras, solo se humedecía a sí misma antes de devorar a la otra persona".
Jungkook limpió sus labios de la fría sensación y levantó la vista del libro, el paisaje monótono del concreto estaba frente a él, la silueta envejecida de una abuela dormitaba con calma en los asientos frente a él, parecía ser el único activo mentalmente allí.
Sorprendido observó el marcador de páginas, de seguro se encontraría con el amigable rostro del escritor allí, detallando parte de su vida e inspiración de su obra, pero solo se encontró con una agraciada silueta a contra luz, parecía estar recostada en sábanas blancas, lo que le agregó un toque mayor a su simpleza. No era de mal gusto, pero era curioso a la vista, una buena forma de usar aquel trozo de papel.
Al llegar a su casa saludó a su madre y siguió su camino, dejó en la sala la bolsa junto al libro que había comprado. La mujer era de carácter dócil, casi amable con todo lo que sucedía a su alrededor, pero le resultó curioso ver así de agotado a su retoño tan temprano por la mañana. Al llevar la bolsa dejó caer el libro, lo tomó y lo estudió por unos segundos.
¿Qué hacía Jeon con ese libro? Un tanto avergonzada lo ocultó rápidamente, no podía creer que su hijo se interesara por esos tipos de libros, libros que ella leía en un tortuoso secreto. Con una sonrisa nerviosa lo dejó sobre la mesa de centro, una idea extraña de su retoño se hizo presente, era divertida y oscura.
Jungkook al llegar a su cuarto comenzó a buscar información del escritor, premios o enunciados que compartieran el mismo nombre, le resultó importante conocer todo esto respecto a él, le resultaría incómodo no saber con qué estaba involucrándose.
Solo dio con unas páginas de críticas y demás, nada especial, muchos sitios donde hablaban de la obra, otros tantos retrataban a los personajes o algunos escenarios en donde se desarrollaba cada libro, un tanto afligido decidió probar con el nombre real del pelinegro.
-Park Jimin –Murmuró mientras bajaba en los resultados de su búsqueda, dio a parar con el Instagram del hombre de hace unas horas, curioso ingresó y se encontró con imágenes variadas del otro.
Al parecer tenía un agrado por lucir bien en cada una de ellas, sin cuidado observó el rostro del escritor en cada una de ellas, parecía cómodo, tranquilo, resultó ser bastante atractivo a la vista, no había duda alguna de ello.
¿Qué hacía ese hombre ocultando su cara del mundo? Tenía todas las armas para ser uno de los grandes famosos del momento.
-Kook –Le llamó la madre desde el pasillo, su voz resonó con calma en los oídos del castaño.
-Voy –Respondió guardando su teléfono en uno de los bolsillos de su pantalón.
Jimin se encontraba junto a la ventana de la cafetería cercana a su trabajo, estaba junto a Yoongi que solo leía un poco de lo que Park había escrito, necesitaba unos consejos y una buena taza con café para tomarlos.
-Suena un tanto extraño –Aclaró mostrando un párrafo donde hablaban de los recuerdos del protagonista –No encaja mucho cuando está teniendo su "primera" mamada, ¿No crees?
-Se me ocurrió mientras miraba una película –Aclaró el escritor con dejo en su voz.
-Bueno, que recuerdes a tu cachorro de la infancia mientras te corres no es algo normal –Señaló la palabra perro con algo de duda - ¿Ahora yo soy el loco enfermo aquí?
Jimin asintió mientras dejaba caer la cuchara sobre un montón de crema batida –Lo sé, estoy algo distraído estos últimos días, no me culpes por algo así –Aclaró antes de mezclar el contenido lechoso con el café.
- ¿Distraído? –Preguntó un tanto preocupado su amigo –Parece que lo ha escrito otra persona, no el genial escritor 《Mark Pi》 de siempre, es como si mezclaras recuerdos infantiles con consoladores y lubricante barato.
-Auch.
- ¿No es verdad?
-Bueno, quizá un poco –Bebió mirando por la ventana –He estado preocupado de lo que sucederá con Jack en todo este asunto, me cuesta enfocarme en otras palabras.
El castaño simplemente miró al cielo y suspiró fastidiado –No puedo creer que sigas pensando en ese tipo, literalmente se fue sin decir nada, no vale la pena sentir algo por él.
Jimin asintió y resopló –Desde que se ha ido me ha costado encontrar referencias para escribir, él era un tipo de musa para mis historias... una...
-Musa sexual –Le comentó divertido Min, su sonrisa detrás de la taza fue cómplice –Solo tenía pene, con eso basta para imaginar un arsenal de encuentros y demás. No te compliques buscando algo bueno en ese sujeto.
-Bueno, cumplía su cometido, pero desde hace casi un mes me siento relativamente vacío, ya ni el alcohol compensa mi soledad –Hablo con dolor en su voz, Yoongi nunca dejó de pensar que ese hombre pudo ser un buen actor si no se hubiera dedicado a la literatura.
-Siempre exageras Park –El americano que bebía estaba tibio y amargo, algo agradable para él, mucho más que su extrovertido amigo.
- ¡No es cierto! Pienso que es una señal para sentar cabeza, tal vez casarme y tener tres hijos y ser feliz –Escupió con desdén, su rostro se hacía más divertido con el pasar del tiempo, no pudo contener su risa - ¡Ja! Para mi suerte soy gay, a nadie le gusta más los penes que a mí.
-Bien, bien, cerebrito te recuerdo que ahora tienes que hablar de esto con tu editor –Le entregó la tableta a Jimin –Siempre me gustará lo que hagas y por eso no te sirvo de nada como crítica constructiva.
El pelinegro suspiró y asintió –Puede que tengas razón, no eres tan terco después de todo.
-Siempre tengo la razón Park.
La conversación no se extendió más allá de un par de minutos, pues al rato uno de los jefes de Yoongi se hizo presente junto a un grupo de tres personas, al parecer tenían que atender algunos negocios allí, Jimin le restó importancia, no le interesaba saber más allá de lo podía observar, pocas veces escuchó alguna queja de Min sobre su trabajo o algo, por lo que se relajó y continuó disfrutando de su bebida.
- ¿Están mirando? –Preguntó Min ocultando su rostro con uno de sus brazos que estaba apoyado sobre la mesa. Al pelinegro le resultó curioso ver la repentina mirada del otro.
- ¿De qué te ocultas? ¿Algún policía? – Dudó mirando a su alrededor en busca de alguna chaqueta azul oscuro, y un extraño símbolo entre la espalda, pero no fue nada por el estilo, solo se topó con un aburrido silencio que se veía abrumado por risas y música de mal gusto.
Un mundo demasiado real para ser verdad y su amigo era de lo más normal también.
-Tenía una reunión con ellos, al parecer querían que me hiciera cargo del área de las revistas junto a los otros de ese departamento –Murmuró con un eco que provocó la porcelana de la taza.
El pelinegro asintió un poco incrédulo de lo dicho, Min siempre se encargó de la lectura complementaria y del área literaria, de aquello no pasaba y no quería pasar por propia voluntad.
- ¿Y eso es malo? –Yoongi casi hace un sonido estresantemente obvio –Digo, malo, muy malo.
El de tez pálida rezongó un poco ante la torpeza del otro, no podía creer lo que estúpido que era. Él estaba allí por su talento, por lo increíble que le resultaba Jimin en sus obras, pero una vez más aquel ídolo cayó del cielo directo al asfalto. Era un idiota que no podía entender las cosas simples, no tenía un poco de empatía o pensamiento lógico.
Recordó la situación de Jack, al poco rato de aquella separación comprendió un par de cosas, Jimin lo extrañaba porque era una mina de experiencias y sensaciones que aturdían sus sentidos, lo llenaba de sexo y nada más, bueno, no tenía por qué dar más allá de ello. Aquel hombre se había hartado del frío Jimin detrás de esas fervientes palabras, pero claro, Park no quería entender aquello.
Era un ser humano peligroso aquel que podía escuchar y no entender.
-No quiero que me cambien de la nada por una jodida revista que habla de mierdas del momento –Susurró ocultando su voz un poco, cosa que no sirvió de mucho.
-Esas revistas las ve mi mamá –Dijo sin prestar mucha atención –Da igual, para eso está la televisión de todas formas.
Yoongi dejó todo sobre la mesa y cubrió su rostro con ambas manos, estaba realmente en un aprieto, no sabía cómo lograría salir de allí sin ser descubierto por algún idiota de aquella mesa detrás de él.
-Jodidos hijos de perra, solo quieren dinero a cuesta de otros.
- ¿Quiénes? ¿Yo?
-Un rubio de sonrisa estúpida llamado John, es el primero en fijarse en la cantidad sobre la calidad de lo que promociona, un imbécil que ve los billetes en cada puta cosa que se le pone por delante.
-Bueno podría un tal John venir en camino, sí, ahí viene... –Murmuró Jimin evitando ver al tipo rubio venir hasta su mesa.
- ¡¿Qué?! –Gritó lo más bajo que pudo, pero fue muy tarde.
- ¡Hey! Yoongi, tanto tiempo sin vernos, ¿Vienes a la reunión? –Preguntó tocando el hombro de Min, quien estaba realmente enfadado en ese segundo y su rostro no lo contradecía.
-Oh, hola John –Saludó lo menos ofensivo que pudo –Olvidé por completo la reunión, lamento tanto esta confusión, me encuentro en este momento con un amigo.
-Hola –Saludó como de costumbre Jimin, una sonrisa falsa arreglaba todo para él.
-Oh, pero ya estamos todos, pero si no quieres puedo hablar con el jefe y decirle, no tengo problema con ello –Sonrió de forma socarrona y burlesca.
Park Jimin en unos segundos disfrutó de una carnicería mental, de escenas desbordadas con violencia e insultos caducados en humanidad. Frente a él un hombre de 28 años debatía en si insultar o golpear a un rubio con cara de idiota, el pelinegro sonrió y decidió arreglar todo de una forma humanamente posible.
-Bueno, podemos vernos en otro momento Yoongi, no tengo problemas con que vayas con tu amigo –Habló en un tono suave, persuasivo para cualquiera excepto Min quien sabía sus intenciones.
-Oh, ¿Ya ves? Tu amigo es un buen tipo –Sonrió John con calma forzada –Vamos.
Jimin sonrió y movió su mano como si con ese gesto lo lograría alejar para siempre de esa mesa para dos.
- ¿No vendrás? –Preguntó el rubio detrás de la fría mirada de Yoongi hacia Park.
-No, no, iré.
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Calicagirl🍒: Estuvo interesante redactar esto❤.
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