01. Oh, rojo.
/Narrador/
"Sus delgadas manos eran sorpresivamente suaves, delicadas, pero grandes a la vez, cuyos dedos indagaban sobre su dermis, queriendo ahogar sus exaltaciones con leves suspiros, aquellas manos que todo sabían correspondían al cuerpo de su amante, que por igual era bestialmente osco, con pequeñas fragancias de humanidad en su piel, un pintoresco personaje que gustaba de imitar la naturaleza animal de un león. No tenía mucho que perder además de una sonrisa nerviosa al saber que esas falanges le tocarían en lugares inapropiados y oscuros... donde nadie más lo había hecho"
"Las piernas poco podían impedir el paso el extraño entre sus carnes, su anatomía se erguía con ansias en la cama, era recluta de la locura, aquella desventura que osaba llamar "placer". Oh dios, no podía soportar ver sus ojos enmarañados en una melena negra, casi tan oscura como sus deseos por ser corrompido y consumido en un instante..."
"¿Qué había de malo en querer ser devorado?"
Jimin suspiró una vez más, el cigarro en su boca se consumía rápidamente y su cabello mojado poco ayudaba a mantener su vista fija en la pantalla del ordenador, leyó las últimas palabras con poca satisfacción, no compartía aquella sensación de placer que tenían sus personajes. Notó la leve herida en su dedo, nunca más jugaría con el fuego de su encendedor, era una mala costumbre que él deseaba olvidar.
Observó la hora en una de las esquinas, ya era un poco tarde para ir a la junta semanal que tenía agendada, unas cuantas horas cada siete días le bastaban para saber lo que ocurría en la editorial, el incremento de las ventas o cuantos usuarios hacen comentarios respecto a sus escritos, para aquello se le había asignado un editor que correspondiera a sus necesidades de dramaturgo. El pelinegro era un escritor de erotismo, del tipo que era un tanto simplón y sátiro para el lector, Park Jimin se daba de bruces con la poca satisfacción de sus letras y el mensaje que transmitía en ese momento de su vida, se sentía hipotéticamente solitario y un tanto abandonado por su actuar infantil. Suspirando terminó de guardar el archivo del borrador y miró su figura un tanto decaída en el reflejo oscuro del ordenador.
Movió el cursor hasta la papelera, donde estaba una ficha con sus datos, más bien era uno de los únicos archivos con sus datos reales, se trataba de un currículum que había mandado a la empresa en la cual trabajaba, un tipo de postulación un tanto precaria si le preguntaban. Gustaba de analizarse cada que perdía el curso de sus palabras, así podía recordar la seguridad con las que se planteaba ser quien era para unos ojos curiosos que lo querían contratar.
-Park Jimin, 24 años -Leyó en voz baja antes de secar un poco su cabello con la toalla que le colgaba del cuello -Escritor de mala muerte y posible borracho empedernido –Añadió viendo unas cuantas botellas de vino sobre el escritorio, tan vacías como su alma.
Sus palabras se estancaron en la penúltima palabra dicha, era verdad, no había nada mejor que una buena copa de alcohol para relajar la mente antes de las fechas de entrega, solía perder ante dicho líquido, que embriagaba sus sentidos y desentendía sus palabras. Un tipo de desencadenante de ideas e inspiración para sus relatos.
"No creía que esto lo habrías escrito tú" Habló una voz en su cabeza, específicamente la del jefe de la revista en la cual comenzó a publicar sus historias, un señor de mediana edad que aparentemente quería hostigarlo un poco más de lo usual. "Tiene un toque de real, algo mágico, incluso sentí que la sangre hervía en zonas peligrosas" Asumió en ese breve momento que la coquetería con la que se expresaba el hombre era forzada, nada natural y bonachona como creyó. No era lo que buscaría en primer lugar, no era un tipo de experiencia que quisiera relatar.
Asumió debido al sol que se colaba por su ventana que ya era hora de ir, terminó de apagar el cigarrillo y comenzó a buscar unas prendas ideales para la ocasión, hoy era especial. Pocas veces se acostumbraban a cenar en un bar para hablar de buenas noticias, Park estaba un tanto esperanzado con la llegada de dicha fiesta.
El sitio de reunión era el de siempre, un local bien ubicado en la ciudad, no demasiado costoso, pero tampoco lucía como un pequeño chiquero. Al ingresar se topó con uno de sus grandes amigos, Yoongi solía manejar el área de ventas de la empresa, sobre todo de su área de trabajo, el tipo no lucía demasiado animado con la celebración del lanzamiento de uno de los escritores de la compañía. Namjoon se había lucido con su libro "Chico lunar".
-Si me preguntas, tus libros son mejores –Hablaba el de tez pálida a Jimin, ambos fumando un cigarrillo pobremente compartido –Los tuyos son siempre los mejores, es lo mejor que he promocionado en la vida.
-No es necesaria la mamada mental Yoongi –Le espetó divertido Jimin mientras observaba la calle frente a él, para su mala suerte aquel sitio no era apto para fumadores, por lo que tenía que conformarse con la calle.
-No es eso, pero siempre me ha gustado promocionar lo que es difícil de hacer –Aclaró disparando el humo de sus labios, un tono un poco más opaco que su tez, era un juego de contrastes lejanamente débiles.
-Lo haces sonar como si fuera el santo grial literario –Aclaró el pelinegro acomodando perezosamente uno de sus botones, la camisa que usaba le gustaba un poco por aquella falla, la encontraba seductora.
-Bueno, no cualquiera escribe como tú –Le apuntó con el tabaco en la mano –Una mezcla bien balanceada del sexo y la prosa, me agrada.
Jimin soltó una leve risa, algo similar a un quejido débil, pero audible para el otro castaño. Los ojos negros de Yoongi captaron el rostro un tanto pálido del escritor.
-Solo quieres ligar –Murmuró con una risa un tanto contagiosa como final a dicha condena.
Yoongi levantó los hombros –No es lo correcto, pero si lo tomas así, me da igual como lo tomes.
El pelinegro apoyado en la fría muralla observó como el humo dejaba los pulmones del otro, se imaginó el corto camino por su tráquea hasta salir disparado por su boca y nariz.
- ¿Acaso Hoseok no te toma en cuenta? Luces más distraído de lo normal –Preguntó recibiendo lo que quedaba del cigarro –Mierda, necesito fumar otro.
- ¿Luzco muy preocupado? No me interesa lo que un jodido arcoíris con patas tenga que decirme, no me interesa si me presta atención o lo que sea –Escupió Yoongi antes de pisotear la colilla que había lanzado Park al suelo.
-Claro, claro –Dijo el pelinegro viendo otro cilindro del demonio en manos de su amigo.
-Es eso Jimin, nada más –Aclaró un tanto preocupado, más de lo que debería estar en esa situación.
-Apostemos algo divertido –Habló Park liberando el humo, Yoongi lo miró sin decir nada –El que siga de pie hasta finalizar la noche tendrá la misión de tener sexo con Hoseok.
Yoongi un tanto afectado cerró un poco sus ojos, su nariz un tanto apretada daba la señal al cerebro de Park. Era un jodido demonio, un maldito hijo de perra que gustaba de empujar a las personas.
- ¿Y crees que seré tan infantil para jugar contigo? –Preguntó Min entregando el cigarrillo, una especie de tic le hizo dar un leve brinco al mirar la sonrisa infantil de Park.
-Claro que sí, o lo haré sin tener que apostar hoy –Habló el pelinegro con total confianza –Algo me dice que es XL allí abajo.
- ¡Joder, bien! –Gritó Yoongi avergonzado, casi no se notaba, pero su amigo lo sabía, sabía cómo encender aquella pequeña mecha que haría estallar a Min.
-Así es divertido.
Las mesas levemente se torcían, podía colocar una canica y esta de seguro se iría rodando a algún sitio, Jimin no lo sabía, pero estaba completamente borracho. Yoongi en cambio lo miraba desde su asiento, siempre digno e intachable, al parecer el pequeño empujón que le había dado el escritor había servido de algo, ahora Hoseok conversaba animadamente con Yoongi.
Con un paso torpe se dirigió al baño, quería refrescar su aturdida mirada y saciar su acalorada boca con algo más que alcohol. Se tambaleaba de un lado a otro, no encontraba su punto fijo, el piso lucía más lejano que de costumbre y sus manos estaban levemente entumecidas.
-Vomitar es de lo mejor –Canturreó al salir a enjuagar su boca, para ser un adulto, escritor y mierdas así, lucía fatal. Como si lo hubiera "hecho" de un rato a otro de mala gana, así se sentía al verse al espejo.
Peinó su cabello con una mano y con la otra humedeció su cuello, ya estaba listo para partir del local, se había embriagado lo suficiente, necesitaba su cuarto y una buena ducha para despertar.
Se despidió de todos con un gesto lejano, no quería preocupar a nadie, bueno, quizá un poco al conductor que lo vería dormido todo el maldito viaje. No comprendía como su capacidad para beber era tan poca, se hacía llamar borracho y alcohólico, pero apenas podía con un litro y más de sustancias desconocidas.
Esperó afuera un rato la llegada del vehículo, el frio de la madrugada se colaba entre sus ropas, tanto así que decidió agacharse un poco para descansar sus piernas y abrigar su cuerpo.
- ¿Está bien? –Preguntó alguien cerca de él –Señor –Le llamó mientras le tomaba del hombro.
-Nnn...déjame –Murmuró más dormido que de costumbre.
- ¿Esperaba un taxi? –Preguntó la voz, Jimin asintió sin más –Bien, es él –Dijo a otra persona.
-Oh, no se preocupe, yo me encargaré de todo joven –Habló el chofer, una compañía especializada en estos casos.
-Pensé que talvez estaba muerto –Dijo divertido el otro, lo ayudó a colocarlo en el asiento trasero.
-Muchas gracias por la ayuda, estoy algo viejo para estas cosas –Dijo el conductor haciendo énfasis en su edad y condición física.
-No se preocupe, solo lleve al caballero a su destino, con eso estaré feliz –Comentó el extraño superhéroe de borrachos.
El auto partió con destino desconocido para el extraño, él solo pasaba por allí cuando noto al pelinegro débilmente apoyado con el poste de luz. Él estaba pasando cuando lo vio, esperó unos minutos, pero no vio respuesta, por lo que se vio obligado a cuidarlo un poco mientras esperaba que alguien lo recogiera.
Recordó la camisa del borracho y sonrió –Oh, rojo –Enfatizó al recorrer mentalmente el cuello de aquel hombre, la gema del arete que usaba el pelinegro era de aquel color.
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Calicagirl🍒: Era rojo chama.🍓
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