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Era una preciosa y cálida mañana.

Nuestra querida y bella Ume estaba regando las flores como lo suele hacer cada mañana. Ese junto con limpiar los muebles era su trabajo en agradecimiento por haberlos dejado vivir en tu hogar.

A pesar de ser un pequeño jardín, era el más precioso que había había.

Ume se encargaba de que así fuera siempre.

- disculpe jovencita.

- uh?

Unas dos señoras se habían detenido al ver a Ume regando el jardín.

No sólo por la belleza de la chica, si no por el precioso kimono que traía. Eso era lo que les había llamado la atención.

- donde compro ese bello kimono? Es muy hermoso, se ve costoso.

Las señoras estaban sorprendidas.

- Podría decirnos el lugar donde lo compró? O se lo regalaron? Digo se ve muy costosa para que alguien de tu clase lo tenga.

Dijo la señora en un tono nada amigable.

Ume frunció el seño y señaló detrás suyo.

Las señoras no entendían hasta que dirigieron su vista detras de la niña.

- eh?

Dijeron ambas. Observaron como aquella pequeña casa también era un negocio se costura y compostura de cualquier tipo de ropa.

Rieron ambas.

- si claro, vamos jovencita ya dinos dónde.

- ya les dije, si no me creen averiguenlo por su cuenta.

Y Ume volvió a lo suyo.

Se miraron la una a la otra y sin más remedio las dos doñas entraron al local.

/ sonido de puerta abriéndose/

- hola?

Menciono una.

- se les ofrece algo?

Gyutaro fue quien las recibió.

Una cara de asco mostraron las dos mujeres, de verdad este era el autor detrás de tan bella obra que habían visto en Ume?

Ambas se miraron, supongo que no perdían nada preguntando.

- usted....es el dueño?

Gyu solo las miro con el seño fruncido por la forma en que preguntaban y lo miraban.

- No, ahora traigo a la dueña.

- de acuerdo.

"Espero que la dueña no sea igual de fea que él" pensó una de ellas.
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- te buscan

Te aviso tu amado desde la puerta de tu habitación.

Dejaste de peinarte para mirarlo.

- un cliente?

- dos señoras, señoras que se ven algo elegantes en mi opinión.

Dijo con el seño fruncido.

- DIJISTE ELEGANTES?!

Dejaste lo que hacías y te levantaste con una rapidez, acomodaste tu kimono y saliste rápido de tu cuarto.

Era tu oportunidad de levantar de nuevo el negocio.

Una vez en la sala te presentaste.

- muy buenos días señoras, soy ____ ____, la dueña de este pequeño y humilde negocio. En que las ayudo?

Dijiste cortésmente.

Las elegantes mujeres te miraron de pieza a cabeza, no eras fea, pero tampoco hermosa como Ume, estas simplona más bien.

Pero tenías un adorable kimono.

- la bella jovencita de afuera, nos dijo que tu eras la que le hizo aquel precioso kimono, es cierto?

Pregunto una de ellas seriamente.

- así es señora, yo hize aquel kimono.

Ambas se sorprendieron, deberas que una chica simple como tú será capaz de hacer tal belleza de ropa?

- también se perfeccionar y arreglar cualquier tipo de ropa y dejarla como nueva. Pueden preguntarle a la señora Fujimori, ella siempre viene aquí por mis servicios y nunca me a dado quejas.

Dijiste orgullosa de ti.

"Mmmmm" soltaron ambas mujeres, te escuchaban segura de ti misma.

- bien, si estás tan segura, esta tarde te traeré un de los trajes favoritos de mi esposo que ya está degastado de tanto que lo usa, quiero ver si en verdad lo dejarás como nuevo.

Dijo en un tono firme.

- así será.

Dijiste en el mismo tono.
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Y tal como lo dijo, te trajo un traje muy degastado, no mentia al decir que era el favorito de su esposo.

Parecía que no tenía arreglo.

Pero para ti si tenía compostura.

- regresaré hasta mañana en la mañana, y espero verlo como nuevo.

Dicho esto se retiró la señora de finas joyas.

- se ve peor que otros trajes que te han traído, en verdad podrás con el?

Pregunto sin quitarle la mirada a la prenda.

- ni-chan! Acaso dudas de ____ ne-San??

Le dio un pequeño golpe a su hermano, mientras hacía pucheros.

Tu solo te reiste y aclaraste tu garganta.

- esto no es rival para .

Afirmo y se puso manos a la obra.
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La mañana siguiente.

/ sonido de puerta abriéndose/

- Buenos días.

La señora de apellido Tanaka, había vuelto temprano justo como dijo.

Asegurando que no habías logrado nada de lo que decías.

- muy buenos días, es un gusto tenerla aquí.

Apareciste para darle la bienvenida como lo sueles hacer a tus clientes.

- ya sabes a que vengo, así que muestrame que haz hecho.

Exigió la mujer.

Tu asentiste la cabeza e hiciste que te acompañara a tu lugar de trabajo.
Aquella mujer pudo observar lo ordenado que estaba todo, los gabinetes con telas de muchos colores, las hileras ordenadas de las más nuevas a las más desgastadas.

- aquí tiene señora Tanaka.

"Deos mío" penso la mujer.

El traje, aquel traje que era de su esposo, lusia como si nunca se lo hubiera puesto.

- pero...como? Parece recién hecho!, mi esposo estará feliz!

- le dije que era buena en mi trabajo.

Y desde ese día la señora Tanaka te dio a conocer entre sus amistades.

Y ya no tenias ni un solo día de descanso.
Pero el dinero ya sobrará y eso te ponía feliz a ti, a tu amado y Ume.

Ya no les faltaría nada, ahora todo sobraba.

Finalmente tendrían el futuro que tanto soñaban.

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