✯Capítulo OO2: Un dulce sabor amargo.
«Un gusto conocerla, señorita Suji».
Esas palabras me hicieron recordar la primera vez que conocí a Junmyeon.
A veces iba a esperar a fuera del trabajo de Chanyeol para irnos a un bar a beber y contar lo pesado o aburrido que había sido el día: él se quejaba de sus compañeros y jefe, yo me quejaba de cómo en un par de ocasiones los clientes me trataban de mala manera. Y allí fue la primera vez que crucé miradas con Junmyeon.
Desde ese entonces toparme con Junmyeon se había vuelto casi como un hábito. Ninguno de los dos se atrevió a cruzar el límite hasta que fui acompañante de Chanyeol en la inauguración del nuevo local de la empresa constructora de los Kim.
» La decoración era tradicional sin llegar a lo paso de moda, mas bien creo que fue diseñado de esa manera para que los trabajadores se sientan en su zona de confort. Realmente me agradaba mucho, necesitaba conocer al que hizo este trabajo.
Yo estuve analizado cada detalle del lugar. Había muchos hombres y mujeres de negocios de las grandes empresas que siempre son titulares en las noticias.
Después de unos minutos Chanyeol regresó a mi lado con dos copas de vino.
—¿Sabes?— tomé un trago de mi copa.—Aún sigo pensando que eres un tonto al querer renunciar después de esto.
—Las finanzas no son lo mío. Es muy aburrido tener que estar sentado en la oficina todo el día.— dijo con pesadez.
—¿Y piensas dejar este trabajo solo para dar clases de guitarra?
Justo en ese instante Kim Junmyeon apareció frente a nosotros. —Chanyeol, que bueno que trajiste a tu pareja.— dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Ya había notado que Junmyeon me miraba desde lo lejos mientras hablaba con esos hombres de trajes caros.
—Ah no, jefe, ella es mi amiga.—Chanyeol se apresuró a corregir.—Ella es Won Suji, es casi como una hermana para mí.
—Un gusto conocerla, señorita Suji.— él hizo una pequeña reverencia sin dejar de mirarme. Yo tampoco quitaba la mirada de él.«
Esta situación es como la primera vez que fui presentada a Junmyeon. Solo que está vez era incómoda y para nada agradable, o al menos para mí lo es puesto que Junmyeon estaba feliz y sonriente mientras hablaba con su futura esposa.
Si Junmyeon fuera actor le quedaría bien el papel de fingidor y mentiroso.
Me daba coraje tener que ayudar a mi ex novio a organizar su boda después de todo lo que he sufrido por su causa.
Al principio creí que era una maldita broma, luego entré en la etapa de la negación y al final acepté que Junmyeon era un cobarde e idiota por haberme terminado de esa manera.
No entendía el porqué de su comportamiento puesto que hace unos días antes nuestra relación andaba bien, teníamos una buena comunicación y nos dábamos un tiempo de nuestros trabajos para salir juntos y ni aún así si siquiera me dio una maldita repuesta o razón.
—¿Ya elegiste un modelo de vestido?— Junmyeon se dirigió a su esposa, ella estaba viendo el catálogo.
Sentí un sabor amargo en mi boca.
No gastes tu energía en odiarlo, Suji, después de todo ya lo superaste.
Así que no me queda más que fingir que no lo conozco y ser una profesional en mi trabajo.
—Sí, sweetie, me queda muy hermoso, tu mamá tiene buenos gustos para elegir vestidos.
—¿Qué tipo de comida quieren para el bufé?— intervine.
Por lo general me gusta escuchar las conversaciones de los planes de boda de mis clientes pero esta vez solo quería hacerle las preguntas correspondientes en cuanto a la decoración para que se vayan de una vez.
—Variado de comida tradicional con extranjera. —apunté en mi libreta.—Todas las decoraciones del catálogo están hermosas, no me decido con cuál quedarme.
—¿Cómo es su vestido, Yeji?
—Es pegado en la parte del torso hacia la cintura y lo demás es suelto. Tiene perlas por decoración, se ve elegante pero no es serio.
—Por lo que me acaba de describir para usted sería la idea número cinco del catálogo.—ella pasó las hojas hasta llegar a la idea mencionada.— Este tipo de decoración va con moda de su vestido, es elegante pero no se ve serio.
Mi clienta sonrió en grande, la había convencido.—Me gusta. — Yeji miró a su prometido para dar con la aprobación de ambos. Junmyeon asintió.— Que sea ese.
—Es muy buena en su trabajo, señorita Suji.—habló Junmyeon. Él me miró con una sonrisa y yo opté por desviar la mirada.
Fui al bar que queda frente al salón de eventos cuando terminé con Yeji y Junmyeon. Por suerte se fueron rápido. El problema ahora es que tengo otra cita con ellos mañana.
Ni bien entré al bar y busqué con la mirada a mi amigo entre tanta gente. Chanyeol me escribió y me citó aquí. Normalmente nos reunimos en su casa para hablar de tonterías pero cuando se trata de malas noticias siempre nos reunimos en este bar.
Apuesto que su novia terminó con él. La mayoría de veces que me cita aquí es por la razón ya mencionada.
Cuando vi a Chanyeol en la barra me acerqué y me senté a su lado para luego pedir un güisqui. Quería un trago fuerte para quitarme el sabor amargo que tenía en mi boca.
—Mi novia me terminó.—Chanyeol habló primero. Otra vez, mi intuición nunca falla.
—Ya era hora.—Chanyeol giró a mirarme y frunció el ceño.—Lo siento, Yeollie, pero ella no era para ti.—el barman me sirvió el güisqui.—Ella era muy superficial, narcisista e insulsa y tú eres un buen hombre como para perder el tiempo en chica que no te amaba.
—Siempre dices eso a cada novia que tengo.
—Bueno, entonces deja de conseguir novias superficiales, narcisistas e insulsas.
—Creo que tengo un fetiche con ese tipo de mujeres.— solté una risa.
—¿Cómo terminó?
—Discutimos, esta vez fue muy fuerte, ella se puso celosa porque me vio hablar con una chica en el trabajo y por eso me terminó.
—Y todavía es tóxica.— negué con la cabeza.
Chanyeol tomó un trago de su vodka.—Ahora te toca a ti. ¿Tienes una mala noticia?—asenti.
—Hoy me encontré con Junmyeon.
—¿Qué? ¿Junmyeon?— Chanyeol se sorprendió.—¿Cómo? ¿Hablaron? ¿Te dijo algo?
—Tuve una llamada de una clienta y Junmyeon resultó ser el prometido. Voy a organizar su boda.— tomé un trago de güisqui. Me daba escalofríos de tan solo mencionarlo.
—Eso es más triste que mi mala noticia.
—¿Triste por qué?— chasqueé la lengua.—Si ya superé a ese idiota.—aunque está más guapo de lo que recuerdo.
—¿Y no por qué no le dijiste a la clienta que busque otra organizadora. Así no tendrías que ver a Junmyeon.
—Quise decir que no pero es una mujer con mucho dinero, Chanyeol. ¿Sabes cuánto me van a pagar para que organice su boda? Incluso me pagarán en dólares. Era imposible decirle que no.
—Eres una maldita interesada.—dijo a modo de burla.
—Pues no sé tú pero a mí me gusta comer tres veces al día y mantener a mis gatos.
Cuando Junmyeon me abandonó, obviamente hice lo que cualquier mujer despechada hubiera hecho: quemar todo lo que me recordaba a él. Quemé los regalos, y ello incluía mis vestidos favoritos que fueron regalos de Junmyeon, quemé la bonita lencería que me había comprado para hacerle una sorpresa el día que me dejó, quemé la poca ropa de él que había dejado en mi clóset, borré todo rastro de él. Sin embargo aún me dolía tener presente los bonitos momentos que pasamos juntos.
Tuvieron que pasar como seis meses para olvidar a Junmyeon; de los cuales me recriminaba qué es lo que pude haber hecho para que la relación terminé de esa manera, me echaba toda culpa, no quería salir de casa pero tenía un empleo que quería conservar. Y por supuesto que logré superarlo cuando conocí a otras personas y darle oportunidad al amor, aunque mis últimas relaciones hayan terminado de la peor manera.
He superado a Junmyeon así que el que él esté con otra me parece perfecto, él pudo rehacer su vida y yo también. Debo ser profesional en el trabajo y aceptar que estoy organizando la boda de mi ex, mientras Junmyeon no me hable mi estadía con ellos pasará desapercibido.
Llegué a la casa de mi clienta, ella me había citado allí para que la conversación sea más cómoda. Por cierto la casa es muy grande, como si fuera una mansión, el interior es muy elegante y con muchos adornos. Bueno, es lo mínimo que puedes tener como la futura esposa del hijo de un empresario.
Esperé en la sala principal, las sirvientas me habían indicado que Yeji llegaría en unos minutos.
Cuando escuché unos pasos detrás de mí, giré para esperar encontrarme a Yeji pero fue todo lo contrario.
—Suji.—Junmyeon sonrió y caminó hacia mí.
Había superado su sonrisa.
No respondí, solo me limité a darle la espalda y esperar a que Yeji llegue.
—Yeji me dijo que va a tardar más de lo pensaba, está en una reunión del trabajo.—asentí.
Eso quiere decir que ya me puedo ir ¿no? Antes de que él diga algo más, quise caminar hacia la salida pero Junmyeon me tomó del brazo. Yo me alarmé por ello así que mi reacción fue muy rápida y brusca al deshacer su agarre y tirarle una cachetada.
—No me vuelvas a tocar.—dije con un tono de molestia. Él soltó un crujido de dolor.
—Está bien. —llevó su mano a la zona afectada.— No quería ser imprudente, solo iba a decirte que podemos planear nosotros la boda hasta que Yeji regrese.
Tragué saliva. Creo que me había pasado con la cachetada.
—Bueno,—desvíe la mirada.—quisiera que ambos estén presentes pero si ella no tiene tiempo no hay problema, puedo venir mañana.— quise marcharme pero Junmyeon nuevamente me detuvo agarrándome del brazo.
—Perdón.—deshizo el agarré rápido en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho.— Yeji va a llegar en cualquier momento, ella me pidió que nosotros sigamos con la planificación. Ella de todos modos se va enterar.
Lo miré con desconfianza por unos segundos hasta que accedí.—Está bien.
Junmyeon me invitó a tomar asiento en el sofá, él se sentó junto a mí.
Saqué de mi bolso algunos catálogos, revistas y mi libreta de notas y los coloqué en la mesa de centro.
—Aquí hay varios modelos y sabores que puedes escoger para la torta.
—Son muchos pisos.— dijo mientras miraba el catálogo.
—Son doscientos invitados.
—Le dije a Yeji que quería una boda familiar pero invitó a tanta gente que ni siquiera conozco.
—Si va a ser tu esposa va a haber cosas a las que te tienes que acostumbrar y ceder.
Junmyeon dejó de lado el catálogo y me miró, nuestros rostros estaban cerca.— A veces me arrepiento de haberle pedido matrimonio.
Había superado el brillo de sus ojos con los que me miraba.
—Si no la amas aún estás a tiempo de dejarla, después de todo irte sin dar explicaciones es lo mejor que sabes hacer.— dije firmemente mientras lo miraba.
Él sonrió de lado, ¿le parece gracioso recordarlo? Es un idiota. — Me gusta verte de cerca.— su mirada bajó hacia mis labios.
Me había jurado a mí misma irme de allí si Junmyeon intentaba algo indebido pero no pensaba que me iba a quedar estática cuando Junmyeon empezó acercarse a mis labios.
Había superado sus labios.
—¡Junmyeon!— Ambos nos alejamos de golpe cuando escuchamos el llamado.
—Deja de asustar a la gente de esa manera.—por suerte, solo era Junsu, la hermana menor de Junmyeon. Ella rió por lo bajo.—No es gracioso.— quejó él.
—¡No puede ser! Eres tú, Suji.—Junsu fue hacia mí y me abrazó.—Hace mucho que no nos vemos. Sigues igual de linda desde la última vez.— forcé una sonrisa.—¿Qué haces aquí?
Cuando Junmyeon y yo fuimos novios, tenía una buena relación con Junsu como si fuéramos hermanas, en ese entonces ella era una adolescente rebelde que se escapaba de la casa de sus padres para la noche de chicas en mi apartamento. Aunque después de la separación, yo me mudé y corté todo contacto con Junmyeon e incluso con su hermana, no quería que me hablara de él.
—Soy la organizadora de la boda.
—Mis padres no vinieron contigo ¿No?—habló Junmyeon.
—No, hermano, ya soy una mujer independiente, no necesito de mis padres para saber llegar a tu casa.— ella le miró con el ceño fruncido; aún era una niña aunque ya sea mayor de edad.—Bueno, al fin he encontrado una aliada para impedir la boda.
—¿Qué?—dije.
—¿Junmyeon no te ha contado?
—Junsu, —Junmyeon se apresuró a interrumpir.— ¿Por qué mejor no vas a ver a Yoshi? A eso es a lo que siempre vienes ¿No?— la empujó hacia el siguiente pasillo.
—Pero yo quiero hablar con Suji.—ella hizo fuerza contra su hermano.
—Anda ve con el perro, Junsu.— Junmyeon ganó en la pequeña disputa de fuerza.
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