¿Alguien Nuevo?

Aquí otro capítulo.

P.O.V Majo

El camino a la escuela era tranquilo. El cielo estaba despejado y la gente camina a sus respectivas actividades metidos en sus propios asuntos.

Nada me hacía más feliz que sentir que encajo almenos en algo, en este momento soy una persona más caminando por la calle con un destino diferente a los de muchos aquí, nadie se detiene a mirarme o detallarme y eso es perfecto.

Respiro hondo sintiendome ya más tranquila. Amo caminar a la escuela, me ayuda a pensar y también a despejar mi mente de todo lo que me ocurre, es algo así como terapia, je.

Detallo cualquier cosa del lugar por el que paso, aunque es de casi todos los días. Antes no podía hacerlo por ir en el autobús, muchas veces iba tarde y no podía apreciar tan hermoso paisaje, tan común para unos pero maravilloso para otros que no ven el mundo como algo de estar.

Podría decirse que estaba tan metida en mis pensamientos que lo único que me sacó de ellos fue el ruidoso sonido de una bocina. No me había dado cuenta que había quedado a mitad de la calle y por poco este auto me arrolla. Sentí mi cara enrojecerse de la vergüenza y me quité rápidamente del camino.

Ahora que detallo bien el auto es una limusina, quedo asombrada, nunca había visto una en la vida real.

Pero esta no se mueve, en vez de eso un vidrio baja del lado en el que estoy, poniéndome realmente nerviosa llegando a tensarme mucho en mi sitio. Imaginaba un millón de cosas mientras intentaba averiguar a la persona detrás de ese vidrio, pero todo ese miedo se fue cuando la vi, por un momento.

Era una chica de tez blanca y delgada, cabello negro como la noche misma, además de unos grandes ojos carmesí muy inquietantes; algo en ella no me gustaba, quizás porque emanaba un gran aire de misterio o porque me miraba como si estuviera detallandome como si fuera poca cosa, me hizo sentir muy incomoda.

—... No es gran cosa, lo hubieras arrollado de todas formas.

Su voz era aún más inquietante, parecía que no sentía emoción alguna, además de replantearme el hecho de que sugirió la posibilidad de arrollarme, por dentro mi cola de gato estaba muy erizada en este momento. No me fiaba de ella sabía que ocultaba algo, algo muy peligroso.

—Ya vámonos, no llegaré tarde en mi primer día.—impuso ella firmemente.

Pero antes que la limusina se moviera un poco, una chica con cabello castaño oscuro, tez rosada y cuidada como la de un bebé, con unos grandes ojos verdes oscuros sacó medio cuerpo por la ventana quizás pasando encima de la chica anterior aplastandola un poco. Imaginarlo me causó una pequeña sonrisa.

—¡Hola chica rara y distraída!—me dedicó una gran sonrisa, esta chica se veía más agradable que la anterior, su voz tenía una gran energía que podría contagiarte fácilmente.

—¡Ahg! ¡Li, quítate de encima!

Y después de ese gran quejido la chica desapareció rápidamente de la ventana viéndose ser empujada a donde se encontraba unos momentos antes, encontrandome de nuevo con esa chica extraña y aterradora. Me dedicó una mirada de pocos amigos y subió el vidrio, alejándose en la limusina rápidamente.

—Eso fue extraño y... aterrador...—dije para mí misma.

Esta vez decidí caminar con más cuidado, no quisiera toparme con otra limusina y esta vez si ser atropellada.

______

Después de media hora pude llegar a mi escuela, típica escuela americana podría decir. Edificio de 55 años de ser inaugurado, grande y de un color amarillo ya desgastado por el paso de los años junto a detalles blancos y grandes ventanas dando paso a una pequeña mirada a los salones que para mí no están tan mal; jardín enfrente con algunos árboles donde poder recostarse después de las clases siendo realmente muy acojedor. Tuve que ir directamente a la entrada pasando por la zona de parqueo, viendo los mismos autos y las mismas bicicletas de siempre.

Iba a seguir como si nada pasando desapercibida de no ser por un gran tumulto de gente que se generaba justamente en la entrada del instituto. Podría decir que por naturaleza soy muy curiosa, cosa que no pude evitar acercarme para averiguar que era.

—¡Wow eres muy bonita!

—¿Ya vieron sus ojos? ¡Son hermosos!

—Awww ¡Su ropa es super chula!, ¿es de marca?

—¿Y si es hombre?

Y entre más me acercaba más tenía que escuchar comentarios de este tipo, no lograba entender nada... hasta que las vi.

Dos chicas completamente diferentes estaban siendo rodeadas por una gran cantidad de estudiantes, las dos luciendo uniformes inplecables resaltando más su precensia, aunque sus colores no concordaran eran sin duda la sensación del momento.

Una de ellas, siendo apenas 2 cm más alta que su hermana era la que más se veía fascinada en poder hablar o conocer a todas las personas que se le acercaran, con cabello radiante y maquillaje que causa impacto, aunque no es más decir que ya era bella por naturaleza su actitud le ayudaba mucho a relacionarse.

Su hermana, por otro lado, se mantenía de brazos cruzados viendo alrededor notandose aburrida o posiblemente detallando a las personas, no se inmutaba ante ningún comentario de elogio, cosa que es raro, parecía ser alguien muy educada llegando a parecer algo inofensiva pero seguía sin fiarme de ella, sin nada de maquillaje a comparación de su hermana pero nuevamente no hacía falta alguna.

(imagen multimedia)

Decidí que no era gran cosa, total yo nunca me alegraba por todo esto, nunca me relacionaba con nadie y así estaba bien para mí, ya había tenido suficiente.

Al tratar de salir de aquel grupo de personas sentí que una miraba se posaba fijamente en mí, algo que me desconcertó, giré mi cabeza para encontrarme que unos penetrantes ojos carmesí me estaban viendo con atención. Entré en pánico y salí lo más rápido de ahí antes de que pudiera detallarme más.

—¿Y-y si sabe que soy yo? No no no, no puede.

Me encontraba corriendo por el corredor hacia el lugar de encuentro de los estudiantes, era el primer día, nos presentarían los profesores y nos darían una aburrida charla de la institución además de lo que buscaban dejar en nosotros. Solo estupideces.

Al llegar habia poca cantidad de estudiantes, claro, aún faltaban 10 minutos para empezar, ¿qué iban a encerrarse ahora? Sólo estábamos los antisociales, grupos de amigos o como yo: que no tengo a nadie con quien estar. Solo tuve que tomar asiento correspondiente en el curso que haré este año.

Todos van por niveles y por secciones, mi hermano esta en una sección más que yo.

—Cody... —levanto un poco mi vista buscando a mi hermano, el cual no veo por ningún lado, lo que hace que me preocupe por él, ¿y si ya no vuelve?—No... él jamás dejaría la escuela...y si...—observo como unas chicas enfrente mio me miran con atención soltando una carcajada, logrando que me sonroje inmensamente y baje la mirada.

—Si que es rara ¿No?—escuché decir a una.

—Ay ya dejala, ¿no ves que no tiene amigos? ¿Con quién esperas que hable la pobre?—decía con gracia para al final contagiarle una carcajada a su amiga.

Suspiré con pesadez, ineptas.

Después de aquella nueva humillación, saqué mi cuaderno y me puse a dibujar esperando a que el tiempo pasara más rápido, los días se escuela son demasiado largos para mi gusto.... aunque....todo es mejor que volver a casa.

Poco a poco, el gimnasio empezó a llenarse más de gente y con ello las sillas a mi alrededor, pero eso no era de importancia; de vez en cuando miraba alrededor en busca de mi hermano que aún no aparecía, aumentando más mi preocupación.

—Por favor....aparece...—cada vez suplicaba más en verlo ¿Y si le pasó algo? ¿Y si jamás vuelve? ¿Y si jamas vuelvo a verlo?.

Mi preocupación creció tanto que tuve determinación y guardé todo lo que tenía en la mano rápidamente, pensaba en buscarlo y averiguar que pasaba, tomé con fuerza mi mochila y me levanté rápidamente...pero algo quitó toda mi corta valentía.

Bienvenidos estudiantes a este nuevo año para todos, ya sean nuevos o no, esperamos tengan una gran acojida en este nuevo ciclo que hoy tenemos la bendición de comenzar y de verlos a todos reunidos aquí.

Mi cuerpo se heló y quede petrificada en mi lugar, no eran las palabras que la directora que había dicho, si no la persona que se encontraba a unos pies de ella parada y formada de forma lineal junto a otros profesores. No había notado que ya la presentación había dado inicio y que ya todos los profesores se encontraban formados unos junto a otros... y que él se encontraba con ellos.

Una simple miraba me devolvió de nuevo a mi asiento, él se estaba junto a ellos... viéndose como un hombre correcto y honrado... cuando es solo... un monstruo.

Tuvimos que escuchar el mismo discurso y nuevo para otros, presentándonos a la gente que nos harían imposibles los días siguientes a este y explicando brevemente lo nuevo de este año, cosa que una de ellas era algo sorprendente y malo para mí.

—No puede ser... ¿Una piscina?—susurré muy angustiada.

—Todo gracias a la colaboración de la familia Katagiri, sin su ayuda esto no sería posible.

¡Carajo!

Eso solo significaba que habría otra niña o niño de mami y papi haciendo de las suyas este año escolar. ¡Lo que menos falta en esta escuela!

Suspiré con pesadez ya haciendome la idea de lo que vendría a continuación. La charla duró 2 horas para después salir a recreo y que la maravilla de socializar saliera a flote, lo que obviamente no era mi caso. Caminé con mi mochila hasta el enorme patio de la escuela y una vez allí me alejé lo suficiente de las personas, hacia un lugar que solo yo y mi hermano conocíamos, un pequeño lugar de todo el patio escondido entre grandes árboles y algunas flores.

Ya sintiendome más relajada en el lugar donde me encontraba quité mis guantes dejando a la vista algunos moretones ahí posicionados, saqué mis garras y sin ningún problema empecé a escalar el árbol más escondido del lugar; llegando a una altura no muy grande me acomodé en la misma rama de siempre y miré al mi alrededor, sin encontrar a la persona que-

Alguien tapó mis ojos repentinamente haciendome dar un pequeño brinco de la impresión.

—Dime quien soy y ganarás un abrazo~—dijo en un tono burlón la persona que más quería yo en este mundo.

Una enorme sonrisa se formó en mis labios y rápidamente voltee para abrazarlo fuertemente.

—¡Hey! ¡Eso es trampa! Aun no decías quien era. —el reía y devolvía mi abrazo con mucho cariño.

—No es necesario adivinar si ya se que eres tú. —me acurrucaba rápidamente en su pecho.

—Ya me hacía falta verte hermanita.—decía de manera cariñosa mientras depositaba un beso en mi frente y acariciba mi espalda paternalmente.

—Tu me haces falta todo el tiempo.

Ahí estaba él, la única persona que no me veía como un monstruo y que sabía que me quería al 100%.

—Y tu no sabes cuanta falta me haces, tus hermosos dibujos y la contagiosa risa que tienes.—sabía que quería molestarme. Cosa que logró haciéndome sonrojar levemente.

—¡C-cody!

El sólo río y llenó mi rostro de múltiples besos logrando hacerme cosquillas y reír.

Él es Cody, mi hermano mayor apenas por 2 años, alto, ojos de un hermoso azul que no puedo explicar, cabello azulado oscuro o negro, aunque supongo que es todo según la perspectiva y la luz, teniendo una linda sonrisa y aparte, según he escuchado muy atractivo por su físico, estudia en una academia de baile, por lo que baila bien todos los géneros, en otras palabras, la perfección hecha persona.

Aunque.... no se salvó de nuestra genética, siendo también un Neko y pasando por lo mismo del cambio de color en los ojos según sus emociones, pero... esto a él no le molesta. Él no vive con nosotros ya que no estaba de acuerdo con él trato de mi Amo ante nosotros, intentó sacarme pero... simplemente no pudo; con amenazas tiene prohibido entrar tan siquiera a mi casa o incluso verme, pero eso no importa, siempre intenta sacar tiempo para verme a escondidas...aunque eso para mí no es suficiente. Consiguió trabajo en un bar y de ahí paga todos sus gastos.

Aprovechó para quitar mi sombrero de lana y así poder acariciar mis orejas de gato, sacando que ronronee cómodamente. Nunca hablamos de lo que ocurre en casa, se que eso le molesta mucho pero.... ya ninguno de los dos sabe que hacer, por lo que simplemente intentamos ignorarlo.

Comimos y charlamos un poco, en realidad me quedé dormida muy cómoda en su pecho y sintiendo sus caricias lográndo sentirme en casa después de días sin verlo.

En un rato sonó el timbre y ahora debíamos ir hacia los salones para ver en que salones quedábamos, le di un último abrazo a mi hermano y me encaminé hacia los salones de mi grado, busqué mi nombre en las listas pegadas fuera de los salones y cuando lo encontré, respiré profundamente y me preparé para intentar sobrevivir este nuevo año escolar con las personas que me vea obligada a estar.

En eso, alguien pasó por mi mente.

Por favor.... todo menos ellas, por favor.

FIN CAPÍTULO 3°

Espero les guste. Perdón por cualquier error de ortografía o concordancia, pero ya es tarde y estoy cansada jeje.

Att: Maryturtle7

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