Capitulo 5: Miradas y murmullos
La tarde era maravillosa en Castle combe, aunque el verano estaba por llegar a su fin, las flores aún guardaban su hermoso color y el aroma continuaba emanando de ellas. En Jon coles park las personas daban su paseo diario y un toque de alegría aún por el calor veraniego se sentía en el lugar, con el hermoso cielo azul que los acompañaba, y los rayos de sol iluminando el día, Jon Coles Park se convertía en el lugar perfecto para tener una cita.
—¿hemos llegado mi lady—Dijo August divisando por la ventana del carruaje el verde paisaje que se podía contemplar aquella tarde
Con delicadeza, él tomó la mano de Elizabeth ayudándola a ella y a su doncella a bajar del coche para iniciar su recorrido. Aquel parque estaba adornado por hermosos senderos llenos de flores de lavanda y tulipanes, que le daban al lugar un toque mágico, el lago que rodeaba el parque y el quiosco que estaba al finalizar cada sendero lo hacían el punto perfecto para tomar el té o hacer pequeñas reuniones.
—debo reconocer que soy el hombre más afortunado, a demás de envidiado en esta tarde— mencionó August mientras caminaba cerca del lago con Elizabeth, mostrándole a todos los allí presentes que la intención de cortejar a la joven era mucho más que evidente. Aún no se había hecho publico el compromiso, pues ambas familias querían tener todo el ritual de cortejo que se mantenía en la época, pero con ese primer paseo quedaría más que demostrada la intención que había entre ambos.
—Me haces sonrojar con lo que dices August— contestó Elizabeth abanicándose— pero no creas que no he notado la mirada de otras damas sobre ti, al parecer llamas la atención mucho más de lo que yo esperaba —dijo un tanto celosa—
— pues cada caballero que te ve pasar de mi brazo, me lanza una mirada furiosa, es inevitable que no queden encantados con tu belleza, eres magnifica Elizabeth y debo darle gracias a la vida por permitirme ser tu esposo —dijo August deteniendo el paso para besar la mano de la joven— soy el hombre con más suerte en el mundo
—Reconozco que temía hacer este paseo— Dijo Elizabeth continuando con su caminata —sé que en este lugar se encuentran muchas de las solteras debutantes y hay mil damas en busca de un guapo y buen hombre, uno como tú
—¿y que era exactamente lo que te preocupaba mi querida y bella futura esposa? —preguntó August haciendo que al oír esto, Elizabeth sintiera alegría en su corazón
—temía que alguien más pudiera interesarte, gustarte y que al igual que mis amigas, estuvieras conmigo solo por un acuerdo entre familias, pero ahora que dices eso August, no temo a nada, tienes razón, soy tu futura esposa y no hay nada que pueda cambiar eso
—no solo eso Elizabeth—continuó deteniéndose a la orilla del lago— eres la única mujer a quien quiero ver, a quien muero por besar y a quien deseo tener a mi lado por toda la eternidad
La escena era digna de una pintura, el par de enamorados junto a la orilla del lago adornado con patos y lirios se declaraba el amor que cada uno sentía, mientras aquellos que los veían pasar daban paso a los murmullos y habladurías.
Todos los presentes no hacían más que mirar y susurrar entre ellos, resultaba difícil ignorar la magnificencia de la pareja en cuestión, no solo eran guapos en aspecto, el joven Chadburn por mucho tiempo fue uno de los solteros más codiciados, no solo por su elegancia y porte, sino por el poder que representaba una alianza con su familia, y la señorita Lexington había sido pretendida, sino por todos, al menos, por la mayoría de hombres presentes en el paseo de Jon coles park, pero gracias al destino, a la vida, o a la misma eternidad, ninguno cayó en redes ajenas. Cualquiera que los viera detenidamente podría decir que estaban hechos el uno para el otro
—¿ya viste quien está allí?— señaló una jovencita llamada Eleonora, considerada la más cotilla de todo Londres, nunca dejaba pasar un solo evento, después de pasar por su boca era solo cuestión de horas para que todo el mundo estuviese enterado
—¿Chadburn está pretendiendo a Elizabeth?— preguntó otra de las jóvenes junto a Eleonora— pero si nunca quiso contraer matrimonio con nadie
—debe ser algún tipo de alianza—concluyó Eleonora—Elizabeth tampoco aceptó a ninguno de los hombres que la pretendieron hace un tiempo ¿por qué otra razón aceptaría a Chadburn más que por lograr una alianza fuerte para su familia?
—sea lo que sea, hacen una muy bella pareja—respondió la joven acompañante—
—Conozco a alguien que va a estar muy disgustada cuando se entere de esto, ya verás, no lo va a soportar
La tarde fue avanzando mientras la pareja de enamorados continuaba riendo, conociéndose y disfrutando de su compañía y del mismo modo, despertando la curiosidad en todos lo que se encontraban a su alrededor
—lamento decir esto, pero creo que es hora de volver a la mansión—dijo August sugiriendo regresar antes de que la noche arribara— debemos prepararnos para la cena
—tienes razón—respondió con pesar la joven Beth— quisiera que esto durara un poco más
—ya verás, durará toda una vida Elizabeth, tendremos todo el tiempo del mundo para pasear y no solo nosotros, traeremos a nuestros hijos a dar paseos en este lugar, recuerda que nos queda una vida completa por delante que tenemos que vivir al máximo
Elizabeth sonrió emocionada al escuchar las palabras de aquel que se había robado su corazón, en el fondo guardaba la esperanza de poder realizar todo lo que había hablado esa tarde con August, tener una gran familia, dar paseos juntos, escuchar junto a sus hijos las hermosas melodías que su esposo tocaría con amor para ellos, su mayor ilusión era ver su sueño hecho realidad
Acompañados de Margaret regresaron a la mansión Lexington, donde sus padres los esperaban con una gran y sorprendente noticia
—señorita, señor—dijo Hobson, el mayordomo saludando a los jóvenes recién llegados— sus padres esperan por ustedes en el despacho —informó señalando el salón junto a la biblioteca
—¿ocurre algo?—preguntó Elizabeth con preocupación—
—oh no señorita—respondió con una leve sonrisa— sus padres les explicarán todo, y tu Margaret por favor acompáñame a la cocina, tenemos mucho que preparar —dijo guiando a Maggie hacia el comedor, pues Hobson tenía la primicia del evento que estaba próximo a suceder
—madre, padre— dijo la joven Elizabeth del otro lado tocando la puerta del despacho—
— hija, por favor, adelante— respondió Nicholas— que bueno que llegan— dijo viendo a la pareja entrar juntos al lugar
—¿Qué ocurre padre, está todo bien?— preguntó August a Edward—
—Todo está más que perfecto, pero por favor tomen asiento—respondió señalando el sofá libre que había en la sala—
la tensión reinaba en el lugar, pues todo estaba cargado de misterio y nadie todavía daba señal alguna de lo que estaba sucediendo
—por favor madre —pidió Elizabeth— qué es lo que pasa, podrían decirnos de una vez
—bueno —Contestó Nicholas— los Chadburn y nosotros hemos estado teniendo una muy larga e interesante conversación durante esta tarde y creemos que esta noticia les alegrará a ambos, pues sabemos cuanto cariño han logrado tomarse estos días
—sí, ¿Qué es? de qué hablaron —preguntó August—
—hemos tomado la decisión de anunciar su compromiso durante el fin de semana en un baile que realizaremos como cierre de temporada, allí informaremos que ustedes se encuentran comprometidos y que la boda se realizará al terminar el verano, es decir en unas cuatro semanas
Elizabeth y August se miraron emocionado y ambos sonrieron felices al escuchar la noticia de que su boda se aproximaba. Cuatro semanas pasaban volando, pero la alegría de verse próximamente unida al hombre que sabía que estaba amando superaba cualquier otra cosa. Sin duda alguna, cada vez más ambos estaban más cerca de realizar su sueño, una familia feliz que estaría unida por toda la eternidad.
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