Capítulo 20: ¡te encontré!

Después de pasar un par de horas en el hospital, Emma volvió acompañada de su amiga a casa. El dolor había cesado y su único malestar era causa de la somnolencia que los restos del medicamento habían dejado en su cuerpo. Curiosamente el dolor desaparecía y no dejaba rastro de nada.

—¿segura que te sientes mejor?—preguntó Cassie entrando ya a casa con su amiga tomada del brazo—

—lo estoy Cassie, solo necesito descansar un poco, siento que necesito dormir una eternidad—

—entonces vamos a llevarte a la habitación para que descanses —dijo ayudando a Emma a llegar hasta la cama para que se recostara—yo voy a preparar algo de comer y después iré a dormir también. ¿vas a trabajar mañana?—preguntó —

—Creo que sí, no me siento incapacitada como para dejar de ir—respondió—

—bien, entonces duerme, yo voy a estar en la cocina— dijo Cassie cerrando la puerta del cuarto dejando a solas a Emma mientras ella intentaba comunicarse con Bonnie

Después de todo lo que había pasado esa tarde, Cassandra necesitaba saber por qué había sentido tanto miedo al ver que podía perder a su amiga. El sentimiento era el de perder a un padre o un hermano, y Cassie tenía la pequeña duda de si Emma era o no su hermana de una vida pasada

—¿Hola, Bonnie?—dijo en voz baja hablando por el teléfono—

—¿Quién habla?—preguntó Bonnie del otro lado—

—Cassandra —respondió— te pido que por favor, por favor me des un espacio para mañana, necesito una cesión de regresión, me urge salir de dudas—contó—

—¡wow!—contestó Bonnie emocionada al escuchar la petición de Cassie— cuenta con ello, me encanta conocer las vidas pasadas de almas como la tuya, te espero a las dos de la tarde

—muy bien, te veré mañana, gracias—respondió para luego colgar—

Un minuto más tarde Cassie apagó las luces de su casa y fue a la habitación dispuesta a descansar, necesitaba estar relajada para la sesión que le esperaba

—¿Qué crees que piensa Jacob de mi después de haberlo plantado?—preguntó Emma a su amiga al verla entrar al cuarto—

—pensé que ya dormías—respondió Cassie—

—quiero hacerlo, pero me siento mal, de verdad quería verlo, hablar con él y aclararlo todo—respondió con pesar la joven—

—no fue tu culpa Emma, ya habrá momento para explicarle como ocurrieron las cosas y también para decirle que la causante de que lo dejaras plantado, fue esa mujer—

—tienes razón—respondió— quisiera tener su número de teléfono, su dirección, al menos saber en que calle vive—decía sintiendo tristeza al pensar en la oportunidad que había perdido por causa de Alexandra—

—te aseguro que pronto se van a ver y van a poder aclararlo todo—dijo Cassie—ahora duerme, necesitas descansar

Mientras la noche pasaba, Emma nuevamente volvía a soñar, los sueños que hace varias noches la habían dejado para darle un poco de descanso, estaban apareciendo nuevamente.

—Hola—decía una voz a Emma mientras ella se detenía frente a una gran y hermosa mansión—

—¿hola?¿Quién eres?—preguntó frente al gran portón—

—¿aún no has descubierto quien soy, quien eres, quiénes somos?—preguntó la voz—

—No—respondió— creí que estaba cerca, pero cada vez que creo que voy a conseguir una respuesta, algo pasa

—sigue el camino Emma—dijo la voz mientras frente a ella, las puertas de aquella hermosa mansión se abrían de par en par—

La joven avanzó y tal como la voz le dijo, siguió el sendero que conectaba la entrada con la casa, estaba encantada en aquel sueño, pues estaba caminando por el hermoso arco de arboles que adornaba la entrada antes de llegar a la fuente central frente a la mansión

—¿esta es la casa con la que he soñado siempre?—preguntó Emma mientras en su sueño acariciaba una hermosa flor roja que colgaba del último arco

—esta es nuestra casa Emma, es el lugar al que pertenecemos, nuestra esencia está aquí— dijo la voz que ahora se manifestaba de nuevo como ella misma— mira todo esto, recuerda muy bien el lugar, la entrada, los aromas, nunca olvides esto.

—¿por qué? —preguntó— ¿por qué debo recordar este lugar?

—es tu origen, nuestro origen, estás a punto de lograrlo, pronto vas a despertar—dijo el ser frente a ella para luego empezar a alejarse lentamente—

—¡Espera!— gritó— ¿puedo venir a este lugar cuando abra los ojos?—preguntó

El ente que se había detenido, se dio la vuelta y le regaló una cálida sonrisa a Emma

—Castle Combe —susurró, para luego esfumarse entre la niebla que empezaba a inundar el lugar—

—Emma, despierta—decía Cassie moviendo a su amiga para lograr despertarle—se nos hace tarde para ir al trabajo

—¿Qué hora es?—preguntó sobando sus ojos para lograr despertar—

—son las 8, debemos darnos prisa—sugirió Cassie—

Ambas se pusieron de pie rápidamente y en cuestión de minutos estuvieron listas para salir

—Cassie ¿todavía tienes el auto que te regalaron tus padres?—preguntó Emma a su amiga mientras caminaban de prisa hacia la oficina

—Sí—respondió— está en el garaje ¿por qué?

—¿por qué nunca lo usas? siempre tomas un taxi o caminas

—porque después de chocarlo le cogí un poco de miedo a salir sola en él, a demás vivo a tres cuadras de la oficina, y seamos sinceras, el conductor nunca disfruta tanto como los pasajeros—

—¿y por qué no lo vendes? el dinero puede servirte o lo puedes ahorrar—sugirió Emma—

—sí, de hecho estaba pensando en ponerlo en venta, la verdad no creo que vaya a conducir nunca

Emma no había dejado de pensar en el sueño que había tenido, pero no quiso comentarlo con Cassie. Sintió que había sido tan personal, que quería por si misma, descubrir de qué se trataba

—¿te puedo pedir que me prestes el auto esta tarde?—preguntó Emma con la ilusión de poder conseguir un vehículo para iniciar con su búsqueda—

—Sí, claro—respondió—¿a donde piensas ir?—preguntó—

—Debo ir a buscar algo, no te preocupes, va a ser rápido, te prometo que lo voy a cuidar

—antes que cuidar el auto, cuídate tu—pidió su amiga— las llaves están en el recibidor, creo que tiene un poco de combustible

—muy bien, te lo agradezco— dijo Emma—

—Oye, hoy tengo una cita—dijo Cassie a su amiga mientras subían el elevador hacia su oficina—

—¿con quién estás saliendo?—preguntó curiosa Emma con una sonrisa—

—No, no es esa clase de cita, tengo cita con mi odontólogo, llevo varios días con un dolor que no me deja comer muy bien—mintió—

—ah comprendo, bien, entonces supongo que nos veremos en la noche—dijo Emma—

Cassie solo asintió, pues quería evitar a toda costa que Emma hiciera alguna pregunta, su cita con Bonnie era un completo secreto, al menos hasta no salir de la duda que tenía. Por su parte Emma agradeció que su amiga no hiciera preguntas respecto a lo que debía hacer, ella sabía bien que entre ambas no habían secretos, pero también era consciente de que, lo que sea que fuese a descubrir, lo tendría que hacer sola. No estaba dispuesta a poner en riesgo a su mejor amiga, a costa de encontrar respuestas.

El día pasó y pronto Cassie terminó su jornada, salió directo a la sesión mientras Emma terminaba aún un par de pendientes para tomar igual rumbo hacia lo que el destino le tenía preparado.

El consultorio de Bonnie no estaba tan retirado de la oficina en Kensington high street, por lo que Cassandra tomó un taxi solo para llegar mucho más rápido

—¿Quién es?—preguntó Bonnie del otro lado de la puerta al escuchar un golpe—

—Cassandra—respondió—

La puerta de inmediato se abrió y una sonriente y emocionada Bonnie la recibió con los brazos extendidos

—me alegra que ya estés aquí—dijo Bonnie dándole un fuerte abrazo a Cassie— veo que tienes muchas preguntas, pero siento que ya has encontrado lo que estabas buscando

—¿qué?—preguntó Cassie confundida— no sé de qué hablas, pero necesito tu ayuda, seguramente voy a comprender lo que dices después de esta sesión

—es lo más seguro—respondió Bonnie— entra y recuéstate en el sofá, no hay tiempo que perder

Cassie hizo lo que Bonnie le pidió, se recostó en el sofá y paso a paso, seguía las instrucciones, respirar con calma, relajar su cuerpo y por último seguir con la mirada el péndulo que la haría llegar al trance

—entrarás en un profundo sueño, pero al mismo tiempo vas a estar atenta a mis preguntas—dijo—al chasquear mis dedos, tus ojos pesarán y quien eres se va a manifestar

En efecto al escuchar a Bonnie chasquear los dedos Cassie cayó en un profundo sueño, sin embargo, hacía caso a todo lo que la mujer decía

—¿Quién eres?—preguntó Bonnie —

—Soy Emilie Lexington 

—¿Qué quieres?¿Buscas algo en especial?

—Tal vez—respondió Cassie— busco a mi hermana, aunque ella está muerta—confesó—

—¿Quieres contarme un poco de eso? yo te voy a escuchar y te voy a ayudar  a encontrarla, pero debes contármelo todo Emilie

—Soy Emilie Lexington, hija de Nicholas y Joanne Lexington, no te puedo hablar mucho de mi hermana, porque no la pude conocer, solo la puedo ver en el retrato que hay en nuestra casa.

—¿Qué le pasó a tu hermana?—preguntó Bonnie?

—Ella murió—respondió Cassie—mi madre me ha dicho que el día de su muerte se enteró de mi concepción. Fue una noche muy trágica, pero cada día mi madre y mi padre la recuerdan y me han enseñado a respetarla y a quererla aunque no esté conmigo

—¿sabes cómo se llama tu hermana?—cuestionó Bonnie—

—Elizabeth Lexington —soltó, y tan pronto como lo dijo, a la mente de Cassie comenzaron a llegar imágenes de Emma y de Elizabeth, mostrándole así, que en efecto, ella era su herma, la hermana de una vida pasada, a la que había perdido incluso sin conocer y a la que deseó en una vida pasada y en la presente, tener a su lado. Con tantos pensamientos Cassie empezó a ponerse inquieta, por lo que Bonnie tuvo que hacerla reaccionar 

—cuando chasqueé mis dedos, vas a despertar Cassandra—dijo Bonnie haciendo sonar sus dedos como había mencionado, haciendo que Cassie recobrara el sentido y saliera del trance

—Emma es mi hermana—dio tan pronto abrió los ojos, unos que estaban llenos de lágrimas—

—¿puedo preguntar quién es Emma?—cuestionó Bonnie—

—Es mi mejor amiga—respondió— por eso mi afán por protegerla, por no dejar que nadie la dañe, por eso mi temor de perderla. Tengo que hablar con ella, decirle todo esto

—¡NO!—gritó Bonnie deteniendo lo que Cassie decía— tu acabas de tener un despertar, pero tu amiga, no. Es peligroso que digas algo. Cualquier cosa que hayas descubierto en esta sesión, debe quedar en este consultorio, el más mínimo detalle puede alterar la línea de tiempo

—¿entonces es verdad que puede alterarlo todo?—preguntó curiosa limpiando las lágrimas de sus ojos—

—completamente cierto, esa persona debe pasar por lo mismo, supongo que ahora ella está en ese proceso

—¿Cómo lo sabes?—preguntó Cassie—

—porque viniste tú. Si ella hubiese despertado, estaría aquí, contigo—respondió—

—muy bien, no diré nada—prometió— agradezco tu ayuda Bonnie, sin ti, jamás hubiese descubierto esto

—lo sé—respondió altiva—ahora por favor, vete y cierra la puerta

Cassie salió del consultorio llena de felicidad y emoción. No podía creer que su mejor amiga, fuera su hermana también. Se moría de ganas por verla y darle un fuerte abrazo aunque no pudiese decirle nada. Ahora más que nunca estaba dispuesta a protegerla de quien quisiese hacerle daño.

No iba a permitirse perder de nuevo a su hermana



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