Capítulo 17: Hace un siglo

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Emma y al instante cada escena de los sueños que había tenido noches atrás comenzaron a llegar a su mente como un tornado. Frenó su paso y se detuvo con la mano en la puerta del café, miró a Cassandra como buscando ayuda en sus ojos y de inmediato visualizó un charco de sangre y el dolor en la cicatriz parecía querer asomarse de nuevo.

—Emma ¿estás bien?—preguntó Cassandra observando a su amiga preocupada, pues la expresión que Emma tenía no era usual— vamos, no tienes que responderle—dijo tomándola de la mano para salir de aquel lugar, pero Emma aún consternada por lo que estaba sintiendo tomó coraje para enfrentar a lo que fuese que la vida le estaba poniendo en el camino

—¿Quién eres?— preguntó Emma volteando con sus ojos rojos y cristalizados—

Por un momento el mundo pareció detenerse y todas las personas que allí estaban, parecían  haber dejado de existir

—¿Quién eres tu?—preguntó devuelta Alexandra — ¿Qué eres para Jacob?— cuestionó

—eso te pregunto a ti—respondió Emma— ¿Qué eres tú para Jacob? tengo entendido que no son más que amigos, eso fue lo que él me dijo y yo le creo

Alexandra abrió los ojos, esos enormes ojos azules penetrantes, sonrío de una manera descarada y mirando fijamente a Emma respondió

—soy su prometida— dijo— por eso nos has visto siempre tan juntos, Jacob y yo estamos a punto de casarnos, he tenido algunos sueños contigo, supuse que de alguna forma el destino me quería decir algo

—¿y según tu, que quiere decirte el destino?—preguntó Emma con una sensación de enojo invadiendo su cuerpo—

—no lo sé, solo te he visto un par de veces y una de ellas estabas tomada de la mano con Jacob, no tengo idea de quién eres para él, pero no interfieras entre nosotros, mucho menos ahora que estamos a punto de ser felices—sentenció Alexandra para luego salir del café sin darle a Emma oportunidad de responder—

En el café nadie se dio cuenta de la situación incomoda por la que Emma  estaba pasando, a simple vista solo eran un par de mujeres hablado de cualquier cosa, sin embargo la sensación de vergüenza y de sentirse observadas invadía el momento

—vámonos de aquí— dijo Cassie tomando a Emma por la mano obligándola a salir del trance en el que había quedado y a su vez, salir del lugar rápidamente dejando a un lado el café que habían comprado

Ni el frío viento que azotaba las calles de Kensington las ultimas semanas había logrado volver a la realidad a Emma, quien seguía sumergida en sus pensamientos después de la corta conversación que había tenido con Alexandra. El sentimiento de rabia, frustración y el sentirse engañada  por Jacob, a quién creía especial no la abandonaban, por el contrario, parecían querer apoderarse de todo su ser

—Emma— dijo Cassie deteniendo a su amiga obligándola a mirarle— ¿Qué fue lo que ocurrió, qué fue eso?—preguntó preocupada— ¿Quién es esa mujer para afectarte tanto?

En medio de las concurridas calles de  Kensington high street, Emma no pudo hacer más que romper en llanto, abrazó a su mejor amiga y dejó salir todo lo que llevaba guardado en el pecho, incluyendo el dolor reprimido que le había causado su cicatriz minutos atrás.

—saca todo lo que tengas guardado—dijo Cassie abrazando fuertemente  a Emma brindándole consuelo— te prometo que todo va a estar bien amiga, ya verás

Del otro lado de la calle pasaba Jacob, quién al ver a la joven corrió pensando que algo malo había ocurrido 

—¡Emma!— gritó cruzando la calle—

—Alguien te llama— dijo Cassie a su amiga para que se recompusiera un poco, pero Emma no hizo el más mínimo caso—

—hola ¿está todo bien?—preguntó Jacob llegando hasta donde estaban ambas mujeres—

Tan pronto como Emma escuchó la voz de Jacob soltó el abrazo de su amiga y volteó con furia, con enojo, estaba decepcionada y herida.

—eres un mentiroso—gritó ella—

—¿de qué hablas?— respondió él confundido—

—me mentiste desde el primer instante, te conté lo que me ocurría, confié en ti, y tu solo me mentiste—continuó Emma diciéndole mientras golpeaba el pecho de Jacob con fuerza—

—¿Emma que es lo que ocurre?—cuestionó Jacob dando pasos hacia atrás e intentando detener con sus manos los golpes de Emma— no sé de qué me hablas

—te vas a casar con ella y me dijiste que solo eran amigos— soltó la decepcionada mujer—

—¡¿Qué?! —respondió conmocionado—  ¿de qué estás hablando? 

—¡De ella!—continuó gritando Emma—

En un movimiento ligero Jacob tomó a Emma por los brazos para detener los golpes que le estaba dando, intentado frenarla para poder entender lo que le estaba reclamando y explicarle, si es que había una explicación.

—¡suéltame!— dijo Emma sacudiéndose entre los brazos de Jacob para zafarse de su agarre, mientras todos los que pasaban observaban la bochornosa escena—

—no entiendo de qué estás hablando Emma, y si no te calmas no voy a soltarte, me estás golpeando muy fuerte y no tengo idea de por qué lo estás haciendo

—¡eres un mentiros Jacob! me arrepiento de haberte conocido, jamás debí cruzar una sola palabra contigo

El joven sintió como su corazón se partía en pedazos al escuchar aquellas fuertes palabras salir de la boca de la mujer que amaba, la  que era su único destino. Después de haber pasado por meses de angustia y haber descubierto que era August,  Jacob se había dedicado a buscar a la mujer de su vida, su adorada Elizabeth, a quién siglos atrás perdió por causa de una mala mujer, se había propuesto encontrarla y poder vivir con ella todo lo que en otro tiempo no pudo hacer. Quería hacer realidad su sueño, el sueño de ambos, aquel en el que eran felices, el mismo sueño que los había unido tanto en una vida pasada, sin embargo por más que buscaba no lograba hallarla, pero justo cuando pensó en darse por vencido, los caminos de la vida lo llevaron hasta Emma, una joven escritora de Londres, su querida Elizabeth, a la que con tanto anhelo estaba buscando.

Luego de haber sufrido  tanto, de buscarla por varios rincones, de llorar noches enteras recordando lo poco y mucho  que habían vivido hace un siglo, después de anhelarla entre sus brazos, Jacob no concebía que las palabras más crueles y filosas estuvieran saliendo de boca de ella. No sabía que pasaba y sabía que Emma o Elizabeth, la que es una y la misma, no iba a darle explicaciones de nada, por esto decidió arriesgarse, mirarla a los ojos y dejar que todo lo que sentía saliera, tal vez era el momento y quizá, solo quizá ella podría por fin descubrir quien era

Sin medir consecuencia alguna Jacob tomó el rostro de Emma entre sus manos y la besó; la besó con tanto amor y tanta pasión que incluso Cassandra, quien estaba allí junto a ellos contemplando la situación, podía sentir lo que ambos emanaban. Era el beso más deseado por Jacob y tal vez, también por Emma, porque aunque se lo negara diariamente, ella sentía que su corazón le pertenecía a ese hombre desde el primer instante en que lo había visto. Parecía que encajaban a la perfección y que sus labios estaban hechos el uno para el otro, no importaba si la respiración comenzaba a faltar, cada uno había encontrado su verdadero lugar.

Era el instante perfecto, tanto que ambos deseaban que el tiempo no pasara, que simplemente el reloj dejara de avanzar y que todo se congelara para no terminar con ese sueño, pero la magia solo duró un par de segundos, pues el sonido de un claxon los sobresaltó obligándolos a separarse

—parece que llevaba un siglo esperando para besarte— dijo Jacob con una pequeña sonrisa separándose a regañadientes de los labios de su amada—

Emma continuaba con sus ojos llorosos  y aunque había amado aquel beso, las palabras de Alexandra continuaban retumbando en su cabeza

—no te quiero volver a ver—dijo para luego darle una cachetada y caminar directo al edificio donde quedaba el periódico, dejando atrás al hombre que quería y a su amiga, a quien había olvidado por completo—

—¿sabes que le pasó?—preguntó Jacob a Cassie mientras sobaba su rostro después del golpe que recibió viendo como a lo lejos se iba perdiendo Emma—

—la pelirroja le dijo que se casará contigo en pocos días—soltó Cassie—

—¡¿Qué?!— cuestionó sorprendido— pero eso es mentira, no voy a casarme con nadie—

—búscame— dijo Cassandra entregando una tarjeta a Jacob — yo te voy a ayudar con Emma, ahora vete, te quedó algo rojo en la mejilla—dijo sonriendo—

Cassie corrió tras de su amiga intentando alcanzarla, pero solo lo logró hasta llegar al edificio, donde la vio recostada en la recepción intentando calmarse

—Emma ¿estás bien?— preguntó preocupada— ¿por qué me dejaste?

—perdóname Cassie pero no podía estar un segundo más allí, me comía la rabia y me mataba el amor que sentí por ese hombre cuando me besó

—tienes mucho que pensar ¿no es así?— dijo Cassie abrazando a Emma—

La joven asintió y después de tomar aire, caminaron hacia el elevador para subir a la oficina, llegaron al piso trece y ambas se dirigieron en completo silencio hasta sus escritorios, iniciaron el día y sus labores intentando dejar atrás el agitado comienzo de jornada que habían tenido

Parecía mentira, pero Emma cada vez  estaba más cerca de descubrir lo que estaba ocurriendo, la vida se estaba encargando de ponerle todas las fichas en orden

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top