Capitulo 13: En busca de un camino

Nota de la autora:

Buenas buenas mis amadísimos lectores, espero de corazón que se encuentren muy muy bien. Estoy por aquí para contarles un par de cositas. La primera es que, por derechos de autoría tuve que cambiar el nombre de la historia, porque con el anterior no era posible la comercialización de la historia, entonces estarán notando los cambios en el pie de página y en la portada de la novela.

La segunda noticia es que ¡vamos a tener libro en físico! todavía no les puedo dar la fecha de la publicación pero ya es un hecho que vamos a tener esta hermosa historia en físico y en otras plataformas. Voy a estar mucho más activa por estos lados y los voy a estar actualizando mucho más seguido para que no se pierdan de nada. Estoy muy feliz y todo es gracias a ustedes y a la acogida que le han dado a mis escritos, sin ustedes no sería posible.

No siendo más, los dejo con este nuevo capitulo, que lo disfruten.

Después de haber escuchado a esa mujer, una completa extraña por supuesto, lo único que rondaba en su cabeza era la palabra comienzo ¿Cuál era el comienzo de todo? ¿a caso de verdad su nacimiento, su origen tenía que ver con esto?. Emma estaba totalmente decidida a no parar hasta encontrar una respuesta, pero tenía miedo, no sabía a qué se enfrentaría, y con razón, eran sensaciones diferentes, y situaciones que parecían poco reales, era normal dejar que el pánico la dominase. Antes de irse a Alemania junto con su esposo, Sarah, la madre de Emma, le hablaba constantemente de no aferrarse a nada, de seguir hacia adelante y no mirar atrás, Emma temía quedarse sola en una ciudad tan grande como lo es Londres, pero le resultaba imposible considerar irse con ellos, había terminado la universidad poco tiempo atrás y un par de meses después había logrado conseguir empleo en uno de los periódicos más prestigiosos, no podía solo irse y dejar todo por lo que una vez  se había esforzado y lo que con tantas ganas había deseado

-"Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo" -decía Sarah a su hija cada vez que hablaban del día en el que ellos que tomaran sus cosas y partieran y ella tuviera que afrontar su vida en Londres sola. Ese hermoso proverbio árabe lo aprendió Sarah en una de  las tantas expediciones arqueológicas que hizo mientras intentaba huir de George, el padre de Emma, justo cuando le propuso matrimonio. Su pobre madre tenía miedo de volverse a enamorar y salir tan lastimada como con su anterior pareja, el hombre que la dejó plantada en el altar. Cuando George le pidió que se casaran ella solo huyó creyendo que lo que había sucedido, iba a ocurrir de nuevo, pero  mientras buscaba en una cueva, durante esa época de excavaciones, un hombre se acercó a ella diciéndole este lindo proverbio. Le explicó que el pasado era eso, pasado y que no por ocurrir una vez, este se iba a repetir, que viviera lo que su presente le estaba ofreciendo porque no sabía si el futuro le daría otra oportunidad. Después Sarah regresó, buscó a George y aceptó ser su esposa.

-Cuando tu padre y yo no estemos aquí, no pierdas tiempo pensando en lo que pudo ser de nosotros en este lugar contigo hija -recordaba Emma mientras se daba un baño caliente- tu debes encontrar tu destino. No te estamos abandonando pero tu padre y yo sabemos que nuestro lugar ya no está aquí, no te aferres al pasado, a los momentos que vivimos, a lo que hicimos, crea momentos nuevos, vive lo que el día a día te está ofreciendo, haz cosas diferentes, arriésgate a vivir tu sueño-

-Vivir mi sueño -dijo Emma en voz alta para si, mientras pasaba su mano justo por la cicatriz que hace unas horas tanto dolor le había causado.

Después de alejarse de sus padres, durante mucho tiempo Emma siguió haciendo lo que Sarah, su madre, decía, crear momentos, vivir el presente, y en realidad disfrutó mucho de la vida que ella, por si misma había hecho, estaba orgullosa de todo lo que había logrado y estaba segura de haber dejado atrás todo lo que un día le había causado dolor. Estuvo aferrada a mil recuerdos cuando se sentía sola y triste, hasta que un día aprendió a soltar. Se había vuelto una mujer completamente independiente y libre de ataduras, los días malos habían pasado, pero esta vez no era ella quien se aferraba al pasado, era el mismo pasado el que se estaba aferrando a ella y quería que volviera a él, que regresara atrás, algo, no tenía idea qué, la estaba halando hacia atrás y la estaba haciendo llegar hasta las entrañas de lo que posiblemente era su destino, porque así era como lo sentía.

-buscar desde mi origen- dijo mientras se veía en el espejo la pequeña cicatriz que tenía en su abdomen- si alguien sabe de eso es mamá -pensó tomando el teléfono para hablar con Sarah

Mientras el teléfono repicaba, Emma casi se comía las uñas, los nervios la sobrepasaban,  no sabía siquiera  que le iba a preguntar a su madre y tampoco tenía idea de como iniciar la conversación

-Hola querida -Contestó Sarah, su madre del otro lado-

-Hola mamá ¿Cómo están papá y tu? -preguntó nerviosa-

-Muy bien ¿te ocurre algo? siento tu voz extraña—dijo— ¿Emma te estás comiendo las uñas?—preguntó

Emma suspiró, pues sabía que su madre la conocía demasiado bien como para no lograr notar que efectivamente algo estaba ocurriendo

-Hay algo de lo que debo hablarte mamá -soltó después de un suspiro-

-¿todo está bien? -preguntó un poco preocupada Sarah—

-eso creo— respondió— debo contarte algo que me ha estado ocurriendo estos últimos meses y creo que tu puedes ayudarme a encontrar una respuesta

-Pues cuéntame, me estás poniendo nerviosa-dijo su madre—

-Ok...-suspiró- hace un par de meses he estado soñando con un hombre, uno que no conozco y que tampoco creo que reconozca porque simplemente en ese sueño no puedo ver muy bien su rostro, sé que es hermoso, porque en el sueño así lo siento y me siento segura y tranquila. He soñado que me toma de la mano y caminamos juntos por un lugar, una gran mansión y allí me siento cálida.

-¿y qué tiene de extraño? -preguntó confundida su madre-

-que hace poco conocí a un hombre, se llama Jacob y lo que sentí con él desde el primer día, fue exactamente lo que he sentido todo este tiempo con el hombre que aparece en mis sueños-

-Emma ¿has considerado tener un novio? puede que te esté afectando llevar tanto tiempo soltera -preguntó Sarah en tono burlón

-Mamá esto es serio -dijo- no tiene nada que ver con que lleve un par de años soltera, te juro que con Jacob sentí como si lo conociera de toda una vida

-¿cómo sabes que la soltería no te está afectando?-cuestionó Sarah—

-Porque no solo me ocurrió con él, así como estoy percibiendo lo bueno, también percibo lo malo— mencionó—Hace unos días fui por un café y en el lugar me encontré a una mujer, alguien que nunca en mi vida había visto, te juro madre al verla sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, es una mujer con una energía muy fuerte, el solo verla me provoca pánico. Lo increíble de todo esto es que días antes, soñé que me encontraba sola en la mansión y todo ese miedo que me transmitió esa mujer, lo tuve también mientras dormía-

-Entonces no tiene nada que ver con que no tengas un novio -dijo su madre de nuevo en un leve susurro y siendo más una afirmación para ella tratando de convencerse-

-No mamá, ya te dije que no tiene que ver. ¿Tu sabes como me hice la cicatriz que tengo en el abdomen?—preguntó Emma—

-¿por qué lo preguntas? -cuestionó atenta su madre—

-Porque hace un par de horas estuve en el hospital debido a un dolor fuerte. Verás, estaba hablando con Jacob y me estaba contando que su esposa Elizabeth había muerto. Tan pronto como me dijo eso, mi cuerpo sintió algo parecido a cuando una ola te atrapa y te da vueltas, luego el dolor empezó y tuvimos que ir al doctor, los médicos dicen que la cicatriz no tendría por qué dolerme

-Emma... -dijo Sarah guardando silencio por unos segundos y luego suspirando- no tengo idea de como te hiciste esa cicatriz porque cuando naciste ya la tenías—soltó—

Por un momento Emma pensó que su madre estaba loca y el silencio reinó entre ambas líneas de teléfono, no era posible que algo así ocurriera ¿o sí?

-¡¿qué?! ¿tiene sentido lo que me estás diciendo?- preguntó-

-No lo tiene -dijo Sarah— y para nosotros tampoco lo tenía, ni siquiera los doctores pudieron explicarnos, simplemente naciste con ella

-¿y nunca buscaron respuestas? -preguntó la joven sin entender absolutamente nada

-nunca vimos que eso te afectara, jamás demostraste sentir algún dolor por causa de esa cicatriz—respondió su madre justificándose—

-entonces estoy igual a como empecé—susurró desconsolada al escuchar las respuestas poco coherentes que su madre le estaba dando— esto es un nudo que no tiene lógica- dijo rindiéndose ante las pruebas que no parecían tener sentido

-puede tener Emma, solo debes aprender a buscar—dijo Sarah, para luego dejar en su hija un pequeño gran nudo en su cabeza, si su madre no sabía la razón de lo que pasaba ¿a quién más podría recurrir?

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