Capitulo 12: mil preguntas sin respuesta
-Emma ¿puedo saber que es lo que ocurre?- preguntó Jacob mientras Emma buscaba desesperadamente las llaves de su casa en el bolsillo de su abrigo
-Vamos adentro, necesitamos hablar- contestó
-¿Sabes quien es esa mujer?- preguntó él tomando asiento en el sofá, pues él sabía perfectamente lo que ocurría, pero temía que al recordar, Emma solo lograra recordarla a ella-
-No Jacob, no tengo idea de quién es esa mujer, solo sé que me produce un profundo miedo, cuando la veo incluso comienzo a temblar, nunca me había ocurrido algo parecido con nadie, excepto... contigo -respondió mientras trataba de pensar-
-¿también sientes miedo conmigo? -preguntó confundido-
-No, contigo es todo lo contrario, me siento segura, tranquila, como si te conociera desde siempre.
-¿Y no tienes una idea de por qué ocurre esto?—cuestionó sugiriendo en la pregunta, que él tenía la respuesta —
Emma suspiró cansada sabiendo que no tenía una respuesta para esa pregunta
-Cuando nos conocimos me dijiste que te recordaba a tu esposa, ¿Qué fue lo que pasó ella?-preguntó la joven —
-¿Por qué lo preguntas?—cuestionó él
-Dime, que ocurrió con ella -pidió tratando, suplicando a los cielos que pudiera encontrar algo que le dejara entender lo que ocurría- me dijiste que alguien la había alejado de ti, que fue lo que sucedió
-Elizabeth no está, ella murió el día de nuestra boda- respondió Jacob con un profundo sentimiento de dolor—
Al escucharlo decir esto, Emma sintió como todo lentamente se detenía y en su cabeza un enorme revolcón empezaba a estropearla, como si estuviese metida en medio del mar con una fuerte oleada, todo en su interior empezó a dar vuelta y en su estómago un fuerte dolor empezó a surgir
-¿Elizabeth estás bien? -preguntó Jacob-
-no, que me pasa, me duele horrible mi estómago -respondió Emma con las lágrimas asomando por sus ojos—Jacob llévame al hospital ahora -pidió desesperada
Jacob tomó el bolso de Emma, que gracias a los cielos, estaba en el recibidor de la sala y tan rápido como pudo salió con la joven cargada en brazos evitando que hiciera cualquier movimiento brusco, se paró en mitad de la calle con la intención de detener el primer taxi que se cruzara y tan rápido como el tráfico lo permitió llegaron al hospital directo al área de urgencias
-Señorita, por favor ayúdeme, no sé que le pasó, estábamos hablando y de repente tuvo un fuerte dolor de estómago- decía Jacob mientras sostenía a Emma fuertemente entre sus brazos-
-Muy bien, recuéstela en la camilla, un médico vendrá a revisarla, usted por favor acompáñeme -dijo la enfermera-
-Emma voy a volver, te lo prometo -dijo Jacob para luego soltar su mano y dejarla-
Aunque el dolor que tenía era fuerte, soltar la mano de Jacob le dolió más, algo en su interior le hacía querer pertenecer a aquel hombre, dejar de sostener su cálida mano por un momento le hizo pensar que no volvería y eso le causaba una angustia y una tristeza inexplicables.
-hola, soy la doctora Olivia, voy a revisarte y veremos que ocurre, ahora voy a descubrirte el estómago y vamos a ver que tanto dolor tienes -dijo mientras comenzaba a revisar sus signos vitales-
-está bien doctora- respondió con dolor
-Tienes una gran cicatriz por aquí- dijo mientras le oprimía suavemente el abdomen, ¿te duele?- preguntó-
- Mucho doctora, sobre todo ahí donde está la cicatriz- respondió señalando la mancha en su abdomen—
-Que raro, la cicatriz está sana, no tendría por que haber dolor ¿recuerdas cuando te la hiciste?
-La verdad no, siempre me la he visto, desde que soy pequeña, no recuerdo un momento exacto en el que me haya golpeado tan fuerte
-Bien, voy a pedir que te pongan un calmante para el dolor y veremos como evolucionas, Me recuerdas tu nombre por favor-
-Emma, Emma Taylor -respondió
-Muy bien Emma, en un momento la enfermera vendrá a medicarte
Unos minutos después llegaron un par de enfermeros, tal como había indicado la doctora, le pusieron medicamento y poco a poco el dolor empezó a disminuir, y así mismo sus ojos empezaban a cerrarse cediendo ante aquel calmante
-No te preocupes, todo va a estar bien - escuchó a Jacob decir a lo lejos mientras despertaba después de haber dormido por un largo tiempo—
-¿que pasó? -preguntó somnolienta-
-¿te sientes mejor? -preguntó Jacob mientras sostenía su mano delicadamente-
-Sí, ya no tengo dolor, parece que el medicamento hizo efecto
-Me alegro, estuve muy preocupado por ti Emma, tuve miedo de que algo malo te pasara
-Jacob, ¿por qué cuando estábamos en mi casa me dijiste Elizabeth, que tengo que ver yo con tu esposa? -preguntó curiosa al recordar aquel momento
Él suspiró, volteó la mirada y apretó su mano con delicadeza
-Emma hay muchas cosas que debes saber—respondió— yo sé que te sientes perdida, sé que todo lo que ha pasado es un nudo extraño que no sabes como soltar, y te juro Emma que quiero ayudarte, pero no puedo
-¿Pero como que no puedes? -cuestionó confundida, mucho más de lo que había estado antes-
-Porque si yo te digo, todo puede cambiar y no estoy dispuesto a correr el riesgo de perderte de nuevo. Lo siento Emma, pero creo que es mejor que nos dejemos de ver por un tiempo, hay muchas cosas que debes entender, pero yo no puedo ayudarte, este camino debes tomarlo sola, yo sé que pronto lo haremos juntos
-Jacob me estás asustando- confesó soltando bruscamente su mano- ¿Quién carajos eres y que es lo que quieres de mi?
-Tranquilízate, tu lo vas a descubrir con el tiempo, me voy ahora porque no quiero causarte problemas
-¿problemas? Me estás volviendo loca Jacob ¿Quién eres, qué es lo que tengo que descubrir? -preguntó de nuevo ya exasperada-
-Prométeme que vas a cuidarte -pidió él poniéndose de pie para irse-
-¿a dónde vas? -preguntó sintiendo que una parte de ella la abandonaba—
-A casa y después ya veremos, necesitas estar lejos de mi para encontrar el camino Emma
Jacob salió del hospital sin dar una razón lógica para todo lo que había acabado de decir, cualquiera en el lugar de Emma estaría con la cabeza dando vueltas, ¿Qué era lo que tenía que descubrir? —se preguntaba constantemente —su cabeza estaba por explotar con tantas cosas, lo único que quería y deseaba con todo su corazón era salir de allí y encerrarse en su casa sola, no quería ver a nadie, no quería hablar con nadie, tantas emociones y la confusión que le había dejado Jacob estaban provocando que Emma sintiera que se estaba volviendo loca y lo más grave para ella, era no hallar una razón exacta para sentirse así, la confusión estaba apoderándose de cada uno de sus sentidos
Después de un par de horas en el hospital, por fin la doctora decidió darle el alta, necesitaba correr a su casa, su lugar seguro
-Muchas gracias señorita, tomaré los medicamentos como lo dice la orden -dijo en la recepción del hospital recibiendo su fórmula mientras salía de allí rumbo a casa.
Mientras caminaba buscando un taxi, una fuerte sensación de vacío se apoderó de su pecho y comenzó a llorar. Una nueva reacción había sido desbloqueada, era inevitable para ella el sentir miedo al verse así, necesitaba aunque fuese una sola respuesta a tantas peguntas que tenía en su cabeza pero no había nadie
-Hola niña -escuchó decir a una anciana sentada en un banco -
-Hola -respondió limpiando sus lágrimas-
-Que hace una jovencita tan linda llorando sola por las calles de Londres -preguntó-
Emma dejó que una pequeña sonrisa se esbozara en su rostro al escuchar lo que la amable mujer preguntaba— A veces hay cosas que nos sobrepasan—respondió —no he tenido buenos días últimamente, tengo un millón de preguntas en mi cabeza y no hay nadie que pueda responderlas, siento que me estoy volviendo loca con todo lo que me está pasando—contó, sin ser consciente de lo rápido que hablaba y de la cantidad de información que estaba soltando—
-¿Y si comienzas por tu origen? -dijo la mujer ayudando a Emma a encontrar una solución
-¿cómo dice? -preguntó-
-Todo tiene un comienzo, empieza por el principio y el principio de todo es el origen, busca en tu origen -dijo segura de su consejo-
Tal vez si hubiera empezado en un camino fijo buscando una respuesta, jamás la hubiese encontrado. Nadie le había dicho algo con tanto sentido como lo había hecho aquella mujer, tenía toda la razón. Emma necesitaba empezar por el inicio de todo, y el inicio de todo era ella misma, todo lo que la rodeaba desde su nacimiento hasta ese preciso día
Por fin después de tantos días, algo parecía tener sentido para Emma, ahora estaba preparada para encontrar la respuesta a ese millón de preguntas, por fin gracias al destino, una luz empezaba a verse al final del oscuro túnel
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