V E I N T I O C H O
El sofocante calor de Los Ángeles me abrazo. Cuando salimos a la carretera y vi las intimidantes palmeras, respiré el olor a mar. Lo había extrañado.
Le mande un mensaje a Cam, quedando en un rato para ir juntas a la graduación. Según me había dicho, no iría con nadie, y yo tampoco.
-Estas a nada de terminar con esto. ¡Dios! Yo estaría hiperventilando. - dijo Key mientras miraba por la ventana.
-Ni lo menciones, moriré en cualquier momento.
Edgar sonrió, no hablaba mucho.
Cuando estacionamos en casa, baje rápidamente. Espero que Jack haya dejado todo ordenado.
Subí las escaleras rápidamente, seguida de Key, y tiré la maleta al suelo.
- ¿Quieres que te prepare la bañera? - me preguntó.
-Claro, ahí está el baño. - dije señalando la puerta forrada con los inodoros.
Soltó una carcajada, pero no dijo nada. Tomé los dos vestidos cubiertos por un plástico y los colgué de un perchero. Acomode el maquillaje que usaría en mi tocador y mis zapatos blancos sobre una pequeña cómoda.
De un momento a otro la casa se movilizo. Cada uno se tenía que preparar y teníamos muy poco tiempo. Por suerte había tres baños.
-Listo. - anunció saliendo del baño. - Empezare a prepárame.
Puse un poco de música y me pasé la siguiente media hora en mi spa personal. En cuanto termine, me seque y le pedí a Key que me alcanzara el vestido.
Salí y me encontré a Cam sentada en mi cama, llevaba un vestido blanco que se ajustaba a su piel. Se veía fantástica.
- ¡Te ves hermosa! - dije para luego abrazarla.
-Gracias. ¡Tú también!
Keyla terminaba de maquillarse, llevaba puesto un vestido azul Francia, era largo, pero sencillo.
-Bien, Shelly, ahora el maquillaje y peinado.
Mientras ella me maquillaba mi madre intentaba hacerme el peinado. El maquillaje era natural, pero se notaba más que el que usaba todos los días.
Mamá me obligo a pararme para poder terminar con su labor. Luego de unos minutos me soltó.
-Se ve muy bien, mi niña.
Me miré al espejo, tenía razón, mi pelo se veía bien. Una trenza de un lado, después todo el cabello suelto.
Escuche unos leves toquidos en la puerta. Era Edgar.
-Shelly, te buscan abajo.
Baje las escaleras lentamente, el corazón me latía demasiado rápido. Cuando abrí la puerta lo vi sentado en el porche.
-Que típico, es muy de película para adolescentes. - dije.
Se dio la vuelta.
-Era mi última oportunidad. Recuperar a la chica antes del último baile.
No podía apreciarlo bien, pero sabía que el traje se le vería genial.
- ¿Qué te hace pensar que me recuperaras?
-Intuición.
Caminé hasta llegar a su lado, y me senté, pobre vestido.
-Adelante, te escucho.
-Tu forma de ser siempre me llamó la atención. Tu sarcasmo y buen humor a toda hora, te veía como una chica fuerte, pero sabía que eras inalcanzable, por lo menos para mí. Quise acercarme de algún modo, ya era de amigo de Jack y esperaba que él me ayudara, pero un día, cuando todavía no lo había mencionado, Maggie se me acerco y me dijo que me ayudaría. No sé cómo termine cayendo en sus redes, incluso llegue a pensar que la quería, y durante ese mes me olvide de ti... hasta que la encontré con Bratt, ahí fue cuando me di cuenta de que ella no eras tú. - Me miró, sus ojos me traspasaron, y me sentí débil. – No supe que hacer, ella sabía mis debilidades y conocía la forma de manipularme, fueron varias las veces que caí después de lo que paso. Esa misma noche, en la fiesta de Maggie, estuve a punto de dejarme llevar, pero la aparte. Cuando te empecé a conocer mejor, me di cuenta de que eso era lo que estaba buscando, que eras todo lo que yo quería y más. Le deje en claro cómo me sentía y no pareció contenta, pero tampoco hizo nada. Yo...- Cerró los ojos con fuerza. –Siento no haberte dicho que salí con Maggie, fue un gran error.
Las lágrimas caían por mi mejilla, y estaba segura de que corrieron todo mi maquillaje. Un calor se extendió por mi cuerpo, y sentí una sensación extraña en mi estómago.
-Me lastimaste mucho.
Bajo la mirada. Sentí sus dedos en mi pecho, tomo la cadenita. Siempre la tuve puesta.
- ¿Sabes lo que significa?
Negué con la cabeza, siempre había querido saber qué significado tenía el ancla.
-Representa la firmeza y estabilidad. Su función es mantener el barco fijo en la tierra para que no se vaya a la deriva. Tú eres mi ancla, Shell, siempre fuiste aquello que me mantenía estable. Después de lo que paso con Ben y el problema de mi madre, verte a ti era lo único que impedía que me vaya a la deriva. Puede que después del accidente perdiera la memoria, pero no mis sentimientos, eras una figura borrosa que me impulsaba a seguir, eres por lo que vale la pena levantarse cada día y no quedarme en el fondo de aquel oscuro pozo.
Me acerqué más a él y lo abracé. Cuando nos apartamos sus labios buscaron los míos.
- ¿Tú fuiste el que me envió el mensaje y el poema?
Suspiró.
-Sí, bueno, tenía mis dudas, quería ver si lo mencionabas, pero no lo hiciste. En tu fiesta, empecé a recordar algunas cosas poco a poco, no sabes la furia que me dio cuando Maggie se me acerco sonriente con un refresco.
Oí el sonido del claxon proveniente de su jeep.
- ¡Búsquense un cuarto!
- ¿Qué hace Jack aquí?
-Tenía que pasar a buscar a Cam. Es por eso que aproveche la oportunidad.
Cam no me menciono nada.
-Está bien, terminare de prepararme y enseguida bajamos.
- ¡Espera! Oye... eh, ¿Quieres ser mi novia?
-Claro que quiero. - dije inclinándome para besarlo.
Cuando volví a subir ya estaban todos preparados. Mi madre con un vestido verde oscuro y Edgar con un traje gris.
Me acerqué a Cam y la tomé del brazo.
-No me dijiste que Jack te invito.
-Fue algo de último momento, se tardó mucho en proponérmelo. Y, además, era la excusa perfecta para que Dorian pudiera hablar contigo.
- ¡Lo sabias! - exclamé.
-No te enojes conmigo, tu madre también.
La miré acusatoriamente, pero solo recibí una sonrisa como respuesta.
Bufé.
- ¿Cómo se ve mi maquillaje?
-Perfecto.
-Bueno, nosotras nos vamos. Nos vemos allí.
Me despedí de ellos y subimos al jeep.
-Muy bien jugado, chicos. - felicité.
-Lo estuvimos planeando desde hace dos semanas. Iba a ser muy distinto. Esta opción era la más discreta. Tu chico es muy tímido.
Le tendí mi mano, era un poco incómodo, por suerte era Jack quien conducía.
Fue difícil encontrar un lugar en el estacionamiento. Pero conseguimos uno al final de la calle.
Adentro, la recepción estaba muy bien decorada. Todo llevaba los colores del instituto. Violeta y blanco. Pasamos por una mesa donde nos entregaban la túnica y los birretes. Me sentía eufórica.
Vi a Ingrid y su grupo. Tasha junto a su prima. A Evan no lo veía por ningún lado.
Tomamos asiento a un costado del escenario, desde donde podíamos ver todo. Una gran pantalla producía una imagen que rezaba "Egresados 2018". No podía creer que ya estuviera aquí.
- ¿Nerviosa? - la voz de Dorian cosquilleo mi oído.
Sonreí y estaba a punto de responder cuando la vi. Llevaba puesto el vestido color turquesa que yo le había regalado. Luka caminaba a su lado.
La gente llegaba y se sentaba, todos parecían felices. Me pregunté si papá vendría. Reconocí el vestido de Keyla, se sentó junto a su padre.
Oí a alguien carraspear a través del micrófono.
-Bienvenidos Egresados y familiares. Es un honor para nosotros despedir a jóvenes tan inteligentes y con futuros brillantes. Esperamos que esta etapa que se cierra, haya sido provechosa en nuestra compañía. Sin mucho más que decir, recibamos a nuestros egresados.
Primero empezaron llamando a los alumnos de honor. Dorian era uno de ellos. Luego seguimos nosotros, los mortales.
- ¡Shelley Evans!
Tarde unos segundos en reaccionar. Cuando por fin lo hice, caminé hasta la directora que me entrego el diploma. Volví a mi lugar.
Terminamos de pasar todos y Cam volvió a subir por su discurso.
-Bueno. Sé que este es el momento en que todos lloran y eso, así que pensé que dijera lo que dijera, lo harían, no importan mis palabras. Pero creo que vale la pena decir esto. Año tras año, veíamos como esta etapa iba llegando a su fin, nos sentimos entusiasmados, y muchas veces queríamos terminarla de una buena vez. Pero ahora que estamos aquí creo que preferiríamos volver unos años atrás, ¿no es así? – Todos asentimos. - Estos días, mientras escribía y reescribía mi discurso, me di cuenta de que cuando nos graduemos de la Universidad nos va a pasar lo mismo. Cuando tengamos que dejar atrás un trabajo y a nuestros compañeros, nos va a doler, pero estas son el tipo de cosas que hay que soltar para crecer. Hemos tenido nuestro tiempo, nos acompañamos en los momentos difíciles, y sufrimos juntos con los exámenes finales, pero hemos llegado al fin, después de todo ¿Quién quiere un libro interminable? Se vuelve molesto, hay que avanzar y terminarlo para leer otro. Esta es una de las cosas que tendremos que dejar ir, a partir de hoy, nos convertimos en adultos y cosas como estas van a formar parte de nuestro día a día. ¡Ánimos! Hemos aprendido juntos las valiosas lecciones que el Instituto St. Francis nos ha enseñado. Ahora, ¡A volar Halcones!
El lugar estalló en aplausos y yo solo corrí a abrazarla. Tenía razón. Juntos subimos al escenario y lanzamos nuestros birretes al aire. Después del abrazo y la foto grupal. Todos se empezaron a dispersar. Mi madre me dio un abrazo interminable. Y aproveche para presentarles a mis amigos y a mi novio (suena bien ¿no?) Al Señor Brown y a Keyla.
Salimos al aparcamiento. Iría a casa a cambiarme y luego Dorian me pasaría a buscar.
-Eso ha sido increíble. - Le dijo Jack a Cam.
Miré detrás de ella. Evan vestía elegantemente, me hizo una seña para que me acercara.
-Felicitaciones.
-Gracias, ¿Cómo estás?
-Cómo puedo...Solo quería decirte que volveré a San Diego. Seguiré buscándola, allí deben estar todas las respuestas. Mi primo Dallas me pasara a buscar en la mañana.
-Bueno... supongo que es un adiós. - el asintió. –Ha sido muy bueno conocerte. - me acerqué para abrazarlo.
-Yo también espero que seas feliz, eres una gran chica.
-Estaremos en contacto.
-Así es. Adiós.
Se dio la vuelta y yo volví con mis amigos.
Evan era una muy buena persona, se merecía lo mejor. Esperaba que encontrara al amor de su vida, pero esa sería su historia.
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