6. Él quería una relación, yo quería ese dolor.

Taylor Swift - Midnight Rain (0:00 – 3:00)

Garret camina de un lado a otro por su apartamento hasta que se detiene frente a mí y sus ojos se clavan en mi mirada.

—Me vuelves loco. Tú lo sabes, ¿verdad? —me pregunta, pero no espera una respuesta de mi parte—. Me haces sentir y creer que me estoy volviendo loco. Porque cada palabra que sale de tus labios apesta a verdades a medias, mentiras descaradas a pesar que dices que las odias y manipulaciones con tu lengua viperina.

Él no se equivoca, decirle al mundo que odio las mentiras es en sí, una mentira. Porque descubrí que, si las personas piensan que odio las mentiras y los engaños, bajan la guardia y no notan cuando lo hago.

Antes del caos de mi vida y que todo se jodiera, era verdad que las odiaba, después, las empecé a ver cómo lo que son, un arma y aprendí a utilizarlas para conseguir lo que quiero.

—Garret...

Pero él no se detiene.

—Cada una de tus palabras es cuidadosamente escogida y elaborada para que las personas actúen como quieres, para convertir a los demás en títeres de tu show donde solo tú tienes el guion. ¡Y lo haces todo el tiempo conmigo!

Yo podría calmar su dolor, darle al menos una palabra de consuelo porque él no se merece menos que eso, pero no lo hago, y eso es solo otro recordatorio que, en última instancia, yo soy quién soy: la hija del hombre que sin duda acumuló dinero y poder por medios muy cuestionables. Lo mismo que seguro hizo su padre antes que él. Pero aún más aterrador que eso, fui criada para buscar y conseguir el poder por cualquier medio necesario.

Los daños en el camino, son solo un efecto colateral, y justamente eso, es Garret para mí.

—Entonces, si sabes todo eso sobre mí, ¿por qué sigues aquí? Si sabes que solo estoy jugando contigo, que cada palabra es una mentira y que tiene un propósito, dime, ¿por qué sigues aquí?

Sus manos caen a sus costados y estira los brazos con la intención de tocarme, pero se arrepiente al último segundo y suspira, parece que se está rindiendo contra algo, aunque no tengo idea sobre qué y tampoco sabía que estábamos en guerra.

Yo doy un paso hacia él y Garret no se mueve.

—Dime, si tanto dolor te causo, ¿por qué sigues aquí?

—Porque me he vuelto loco y estoy jodidamente enamorado de ti, Leone.

Cuando conocí a Garret sabía que tenía una hermana gemela, Lauren, quien mencionó que estaba en la escuela de derecho y que era muy reservada. Solía hablar poco de ella, pero en las pocas ocasiones que la mencionaba podía escuchar y sentir el cariño que le tenía a su hermana.

Jamás mencionó a un hermano y yo tampoco estaba tan interesada en saber más de su vida así que no pregunté, pero, ¿me hubiera hablado de Emrys? No entiendo porque no lo mencionó de la misma manera que mencionaba a Lauren.

—¿Garret que haces aquí?

—Vine a felicitar a mi hermano por su compromiso. Sobre todo, porque jamás pensé que fuera algo que llegaría a presenciar. ¿No dijiste hace solo unos meses que no estabas interesado en nada de esto? Vaya sorpresa me llevé cuando leí la noticia.

Cómo ha sucedido antes, no puedo leer la reacción de Emrys ante la respuesta de Garret, quien camina con paso confiado y una sonrisa en sus labios sin apartar sus ojos azules de mí.

Un par de ojos azules que me atormentaban algunas noches.

—Ella es...

—Leone Allen.

—¿Se conocen? —pregunta Emrys, mirando entre su hermano y mi persona.

De la respuesta de Garrett dependen muchas cosas, pero no lo demuestro y me mantengo inalterable frente a ellos.

Espero, para ver cómo debo enfrentar la situación.

—Sí —responde Garrett—, nos conocimos en una fiesta. ¿Lo recuerdas? Estaba trabajando como bartender y tú pediste un martini de arándanos y yo no sabía cómo prepararlo, y dijiste que era una de las bebidas más fáciles que hay.

Los segundos pasan e intento que mi expresión no cambie, y años de práctica son de mucha ayuda en este tipo de situaciones.

—Lo siento, realmente no recuerdo mucho de esa noche —finalmente digo, tratando de mantener la voz firme a pesar de la turbulencia emocional que me invade.

Él asiente de forma lenta, como si hubiera esperado esa respuesta.

—¿No? Es una pena, aprendí a preparar unos excelentes martini de arándanos después de esa noche — su tono es casual, pero sus ojos parecen contener una intensidad oculta—. Bueno, supongo que no importa. Quizás sea mejor dejar el pasado atrás, ¿no crees?

El silencio se prolonga entre nosotros, cargado de emociones no expresadas y preguntas sin respuestas.

Miro entre ambos hermanos antes de poner una sonrisa en mi cara.

—Me tengo que ir, debo atender algunos asuntos. Fue bueno conocerte, Garrett.

Suelta una pequeña burla.

—Es un pequeño golpe a mi ego, pero entiendo que no me recuerdes y en serio, los felicito por su compromiso.

Doy un leve asentamiento de cabeza y me dirijo hacia la salida escuchando las voces de Emrys y Garrett de fondo y sin prestar atención real a lo que sea que se dicen los hermanos.

Es justo cuando estoy abriendo la puerta de mi auto, que él me llama.

Mierda.

—Te fuiste.

Cierro mis ojos con fuerza y exhalo.

Puedo recordar esa conversación bajo la lluvia, la despedida que él no sabía que era el fin. La nota de dos palabras que dejé antes de irme.

Pero él no me buscó —me recuerdo—. Me dejó ir.

—Sí y entiendo que estés molesto por la forma en que me fui —digo, aún sin girarme hacia él y con mi mano sobre la puerta del auto mientras intento pensar en una buena excusa de porque me fui.

No eres tú, era yo —estoy por decir.

Excepto que eso no es una excusa, es la realidad.

—No.

Lo miro por encima de mi hombro.

—No estoy hablando de esa noche donde te fuiste como si estuvieras huyendo de algo. Bueno, por supuesto, algo de esa noche también importa, pero no es de eso a lo que me refiero. Tú te fuiste, no solo esa noche. Eras una gran parte de mi vida, Leo, ¿y una noche qué? ¿De repente solo te vas y me sacas de tu vida? Ni siquiera me diste una explicación decente de porqué. Merecía una razón y lo sabes. Pero contigo uno nunca obtiene lo que quiere y mucho menos lo que necesita.

Hace una pausa, dónde me giro para mirarlo a los ojos e intentar ver al hombre que un día amé, pero, por más que busco, me doy cuenta que ese hombre ya no está ahí.

¿Qué esperaba después de todos estos años?

Pero entiendo que me aferré a su recuerdo porque era más fácil que enfrentar la realidad.

—Entonces, dime, ¿por qué? ¿Por qué me dejaste así? ¿Qué hice de malo para que decidieras salir de mi vida de esa manera? Ahora que estamos cara a cara, ¿finalmente me lo dirás?

No puedo hacerlo, admitir la razón de porque me fui es abrir heridas y sincerarme sobre mi pasado con él y no puedo.

¿Cómo le explico que caí en una espiral de autodestrucción después de la muerte de mi padre? Porque si le digo aquello querrá saber más y no estoy cómoda con la idea de hablarme de mi y de esa parte de mi vida. Decirle que nada de lo que se dicen sobre la perfecta familia que éramos es real, que mi padre me odiaba igual que toda su familia, pero que me dolió su muerte porque, incluso sí era un monstruo, también era mi padre y pensé que, algún día, tal vez me daría las disculpas que merezco.

Pero nada de eso pasó porque mi padre murió y me dejó con este dolor y la sensación de que jamás seré suficiente. Pensando que todos los que amo me van a lastimar y que es mejor no amar a nadie para no salir herida.

—Te amaba —murmuro aquella verdad a medias—. Por eso me fui.

Por su reacción, no es la respuesta que esperaba, pero como él mismo acaba de decir, ya debería estar acostumbrada a que conmigo no consigue aquello que espera.

—¿Te fuiste por qué me amabas?

—¡Sí! Porque no puedo permitirme amar a nadie otra vez. El amor te hace débil, te causa dolor... Amar a otros solo me ha traído dolor. ¡Y no pienso pasar por todo eso de nuevo! No puedo. Por eso me fui.

Por supuesto que él no lo entiende. Tuvo la suerte de crecer en un hogar feliz y estable, no sabe lo rastreras que pueden ser algunas personas y como logran torcer algo tan bueno como el amor.

Pero justamente eso, es lo que me gustaba de Garrett, que no era como yo, que tenía pensamientos más optimistas dada la vida amorosa que tuvo. Me gustaba su forma de ver el mundo y como sacaba lo bueno incluso de lo malo.

Es mejor ver el vaso medio lleno que medio vacío —solía decirme.

Aunque en mis días malos, lo odiaba justamente por los mismos motivos que lo amaba.

—Pero ya han pasado casi cinco años y...

—Y ahora te vas a casar con mi hermano —finaliza por mí.

Asiento con la cabeza.

—Me tengo que ir.

Sin esperar a que diga nada más, me subo al auto y lo enciendo, mirando unos segundos por el espejo retrovisor la figura de Garrett hacerse cada vez más pequeña mientras me alejo.

Sabía que ese encuentro tarde o temprano iba a suceder, pero esperaba que sea más tarde que temprano, tal vez, de preferencia, después de la boda.

Sin saber exactamente a donde ir, me dirijo a la tienda de tatuajes de Talía porque mi amiga sabrá exactamente que decirme en esta situación.

—Hola.

Me detengo, con mi mano extendida hacia la puerta de la tiende y giro mi rostro hacia la mujer que está cerca de mí, mirándome con una gran sonrisa y desprendiendo una oleada de energía nerviosa, pero del tipo que tienes cuando estás emocionada por algo.

Junto a ella, está otra mujer más alta y de rasgos que me resultan familiares y tardo solo unos largos segundos en notar que es Lauren, la hermana de Garrett y Emrys.

Noto que mientras la primera mujer está ¿feliz? Por verme, Lauren expresa todo lo contrario y si las miradas matarán, yo ya estaría muerta, me pregunto de forma vaga, si tal vez Garrett le contó algo, pero lo dudo. Por lo poco que recuerdo de las veces que él mencionó a su hermana, solía comentar que es una persona seria y difícil, que no le agrada casi nadie.

—Hola, ¿puedo ayudarte en algo?

Sonríe.

—Te estabas siguiendo y si, eso sonó mal, pero no te estábamos acosando incluso sí parece ser así, solo queríamos conocerte y presentarnos contigo. Hola, soy Miranda, prima de Emrys.

—Tú querías conocerla —se apresura Lauren a agregar—. A mí me da igual y sinceramente preferiría estar comiendo vidrio que estar aquí.

La forma en que su rostro se arruga me recuerda de forma vaga a Emrys, incluso sí él es adoptado, sus expresiones son muy similares.

—Lauren, se amable, ella será tu cuñada.

—Ya veremos.

Suena más a una amenaza que a otra cosa y por la forma en que me mira entiendo que es justamente así.

La puerta se abre y Talía sale, mirando directamente a las dos mujeres frente a mí.

—¿Está todo bien?

—Sí, solo estoy conociendo a la hermana y la prima de mi prometido.

Lauren suelta una pequeña burla ante la palabra prometido y Miranda le da una mirada que Lauren ignora o no le importa.

No le agrado, anotado. No es que me importe.

—Soy Miranda y, ¿tú eres?

—Talía, la mejor amiga de Leo.

—¿Eres la dueña del lugar?

Mi amiga asiente con la cabeza y los ojos de Miranda se abren un poco con ligera emoción.

—Oh, eso es genial porque llevo mucho tiempo queriéndome hacer un tatuaje.

—Le tienes miedo a las agujas.

—¡Cállate, Lauren!

Talía le sonríe y le dice que estará encantada de hacerle un tatuaje, pero que como es su primera vez, debería empezar con uno pequeño.

—Oh, haré lo que tú me digas.

A su lado, Lauren pone los ojos en blanco.

—Dices algo más y vómito, justo aquí. Lo juro, Miranda. Así que será mejor que nos vayamos.

Miranda no parece querer irse, pero termina accediendo, despidiéndose de mí y diciendo que deberíamos reunirnos para conocernos mejor.

Mi futura cuñada no dice nada y solo se va.

—Vaya familia la de tu prometido.

Antes de que pueda responder, mi teléfono suena con un mensaje de mi madre pidiendo hablar conmigo.

Suspiro y le respondo que estoy en camino.

—¿Está todo bien?

—Hoy no es mi día, amiga.

Murmuro que le contaré todo después y me despido de ella, revisando mi teléfono notando que tengo un mensaje de Garrett.

Número desconocido: Supongo que deberé guardar el secreto de lo que teníamos. A menos, claro, que prefieras contarle todo a mi querido hermano.

Leo el mensaje un par de veces solo para entender, de que no, que él ya no es el Garrett que yo conocí.

"Nota de Leone: Me pregunto si estas leyendo alguna de las notas que te enviado de la misma manera en que yo estoy leyendo tus notas. Incluso siento curiosidad por saber si las estas leyendo todas o, ¿hay unas que prefieres ignorar y hacer como que no existen? Lo más probable es que sí. Pero si estas leyendo esta, lo siento, incluso si eso no significa nada para ti". 

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