O1

— ¿Qué está pasando contigo últimamente? — preguntó Yoongi.

— ¿Disculpa? — contesté sin comprender sus palabras.

Él suspiró y pasó una mano por su cabello —Dije, ¿Qué está pasando contigo últimamente? Apenas prestas atención a todo lo que he dicho, no has hablado mucho, y estuviste tranquilo todo el día. Estoy comenzando a preguntarme si te volviste adicto a las drogas o algo así.

—No me pasa nada.

— ¿De verdad? — replicó él. Sus ojos buscaron los míos — porque acabo de decir que vi un suéter de tu color favorito y ni siquiera levantaste la vista.

Una mano tocó mi hombro y levanté la mirada para ver a mi novio: Taehyung mirándome con ternura. Se inclinó y me besó; segundos después oímos como se aclaraban la garganta, sacándonos de nuestro momento romántico.

—Chicos, perdonen, pero, ¿Podrían al menos taparse? Yo aún quiero conservar el almuerzo en el estómago.

Miré a mi amigo con una sonrisa de disculpa —Lo siento, hyung. Nos dejamos llevar.

—Está bien, ustedes son lindos. — Respondió mirándonos con ternura.

—Así que, ¿Salimos el sábado? — Preguntó Tae — Una cita por nuestros cinco meses.

Sonreí alegremente — Claro.

Cabe destacar que Taehyung era un mariscal de campo, y yo, no hacía nada más que estudiar.

—Estaba pensando en una cena. Mis padres no estarán en casa — sonrió. No hacía falta ser un genio para entender a qué se refería.

—Suena asombroso.

Él me dio un beso una vez más, y luego agarró su mochila —Muy bien, bebé, ahora tengo entrenamiento. ¿Te pasó a buscar?

Murmuré un pequeño sí; él sonrió y un último beso aterrizó en mis labios antes de alejarse. Suspiré y me eché hacia atrás golpeando mi espalda con el respaldo de la silla. Él era perfecto.

—Tierra llamando a Minnie — dice una voz — ¡JiMin vuelve a la tierra!

—Lo siento.

—Está bien, de todos modos, hoy iré con Nam a ver los trajes para el baile de graduación. ¿Vendrás?

— ¿Tenemos el dinero suficiente?

—Por supuesto que sí.

El baile era un mes y los carteles llamativos estaban por todas partes. Taehyung y yo estábamos nominados como los reyes del baile, y cada estudiante nos había prometido un voto.

Sé que mi vida parece aburrida; tal vez era la vida que siempre había imaginado para mí. Ir a fiestas, salir con mis amigos, tener novio.

Era sencillo.

Fácil.

Pero, en esta escuela, nada es lo que parece.

— ¡Hey, Minnie! — me saludó Hoseok en cuanto entré a la cocina.

— ¿Qué tal?

—Estoy bien. ¿La escuela, cómo está?

—Igual — hice una mueca — ¿Qué haces?

—Algunas ecuaciones.

Negué con la cabeza —Estás muerto.

Él asintió y casualmente se pasó una mano por el cabello.

—Y, ¿Cómo está Yoongi?

No sé si era mi imaginación, pero a veces parecía que Hoseok y Yoongi tenían algo. Ellos eran una de esas parejas que serían perfectos juntos. Había tratado de jugar a cupido, pero nada salió a mi favor; yo terminé con un dolor de cabeza insoportable. No voy a entrar en detalles, pero Yoongi terminó vestido de una sexy mucama, y Hoseok con un corte de pelo accidental.

Nunca volví hablar de eso. Por el bien de ellos, por el bien mío.

—Él está bien — le contesté sonriendo — Él va a tener una cita esta noche.

Su mandíbula se apretó, pero nunca despegó la vista de su libro —Bien por él — respondió fríamente.

—Deberías invitarlo a salir.

—Déjalo, JiMin, no me gusta de esa forma.

Me levanté y agarré mi mochila dejando caer un encogimiento de hombros.

—Como quieras, luego no te quiero ver llorando.

—Lo que sea — resopló.

Subí las escaleras y entré a mi habitación. Me senté en la cama como primera cosa y mi mente viajo a mis amigos, familia. Yoongi, Taehyung, Hoseok y Namjoon. Todo el mundo.

—Esta es la vida — susurré aburrido. Quizá, cansado de la rutina.

Y me di cuenta de lo irónico que sonaba eso.

Tal vez, necesitaba un poco de emocion.

Me encantaban los juegos de fútbol americano, amaba ver como los chicos corrían de ida y vuelta por un campo verde, pasándose la pelota ovalada.

Era viernes por la noche y yo estaba con Yoongi sentado en los primeros asientos esperando que comenzara el juego.

En ese momento los jugadores corrieron hacia afuera, aplaudí tratando de elevar el entusiasmo. La multitud enloqueció y todos comenzamos a animarlos cuando el juego comenzó.

A medida que el juego avanzaba vi a Taehyung con admiración; como él manejaba la pelota con habilidad y seguidas veces anotaba.

Por lo que he oído, antes de mí llegada a Busan, el equipo había pasado por una mala racha, perdieron diez partidos seguidos, junto a un mariscal de campo y mejor amigo de Taehyung: Jeon Jungkook. Desapareció, y Tae se vio obligado a asumir el papel como el capitán.

Esto sucedió tres meses antes de mi llegada. Al parecer ellos estaban en una fiesta cuando Jungkook de repente desapareció por una puerta, y nadie vio dónde fue.

Nunca lo volvieron a ver.

Él era una gran parte de la ciudad, adorado por el pueblo, y todos quedaron devastados cuando desapareció.

Nunca tuve la oportunidad de conocerlo, ni siquiera por una foto, pero al parecer era un mariscal de campo talentoso con buen sentido del humor. Taehyung habla muy bien de Jungkook, y yo deseaba haberlo conocido; sólo para ver cómo se comportaba Tae. Eran muy cercanos como hermanos de sangre.

Desde ese entonces Taehyung había llevado el equipo a la victoria. Cuando le pregunté cómo lo hizo, él decía que era una dedicación a Jungkook. Él sentía que tenía que hacerlo.

Eso me hizo enamorarme aún más de él.

En eso anotaron, sonreí para mis adentros. Otra victoria para los Wolves, y si Tae seguía así estaba garantizando la beca que siempre quiso.

Taehyung siempre después de cada partido, sonreía y susurraba: «Kookie estaría orgulloso».

Di la vuelta, mis ojos escanearon la galería para ver la cara de algún familiar. Sé que hay muchas caras diferentes, todos gritando y disfrutando del juego.

Justo en ese momento mis ojos captaron un par de ojos marrones, y un sentimiento desconocido calentó mi estómago. Estaba lejos de la parte posterior de la galería, tan lejos de cualquier persona.

Abrí la boca y di un paso hacia atrás en estado de shock. Parpadeé un segundo y lo busqué otra vez. Él ya se había ido.

Esa noche cuando llegue a casa después del juego. Todo estaba en silencio; Hoseok probablemente estaba con sus amigos, y mis padres quizá terminando el trabajo.

Suspiré y encendí la luz a medida que iba a mi habitación, antes de comprobar que cada cuarto estuviese vació. Entré a la pocilga que llamaba mi cuarto e hice mi rutina nocturna.

Es lo que pasaba cada noche. Era normal.

Entonces sucedió algo que no era parte de mi ritual nocturno.

Sentí un repentino frío en la habitación. Dejé escapar un grito cuando vi algo en la esquina, una sombra. Podría haberla confundido con un perchero o una estatua.

Pero yo en realidad no tengo un perchero, menos una estatua. Ni al caso; ciertamente veía a un chico muy guapo que sólo se ven en los anuncios.

Vestía jeans oscuros y una camiseta del mismo color. Además de unos botines Timberland. Su piel sin defecto alguno, ojos marrones. Tenía el cabello negro, sus labios se encontraban abiertos dejando ver sus dientes blancos y brillantes.

Y de inmediato lo reconocí; el chico de las noticias y periódicos de todo Busan.

—Tenemos que hablar —dijo él.

JOJOJOJOJO Me entraron unos escalofríos bien rikos.

Bebés, es el primer capitulo y ya estoy fangirleando demasiado.

Hahshshsh Espero les guste mushoo  

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