2O
Caí en estado de coma.
Al menos, eso es lo que me dijeron cuando desperté en el hospital.
Trataron de explicarme, pero era todo tan confuso. Me decían un montón de palabras que no conocía como: Atrofia o Vestigial.
Si lo ponemos en términos simples, al parecer la bala no había sido un tiro limpio y quedó en el músculo de mi hombro; lo que significa que tenían que extirparlo quirúrgicamente y corría el riesgo de un paro cardíaco.
El tiempo que estuve en el hospital, mi corazón se detuvo una vez y después de la RCP me llevaron a la sala de operaciones donde me perdieron un par de veces, pero se las arreglaron para traerme de vuelta. Después de eso, me llevaron a la unidad de Cuidados Intensivos, donde me pusieron en terapia.
Tres horas más tarde caí en coma.
Mucho de eso no tenía sentido para mí, pero también mencionaron el hecho de que todavía tenía pleno uso de mi brazo izquierdo.
TaeHyung estaría recibiendo diez años por asesinato e intento de asesinato; incluso podría arriesgar cadena perpetua.
Luego pensé en Jungkook: ¿Debí haber hecho más? ¿Por qué no tuve una última oportunidad y decirle que lo amaba? ¿Qué estará haciendo en este momento?
Me dejaron salir del hospital una semana después. Traía yeso, tenía que mantener mi brazo elevado durante las próximas seis semanas.
Hoseok estaba esperando en el vestíbulo del hospital, una vez que me vio me abrazó no tan fuerte — JiMin. — Susurró — gracias a Dios estás bien.
—Estoy bien — le dije débilmente.
Mantuvo su brazo envuelto alrededor de mi cintura. Mi madre y mi padre parecían decididos a estar conmigo en todo momento. Estaban haciendo su deber, pero no me gusta, me sentía bien estando solo. Estaré sonando mal agradecido pero no quiero que se preocupen por mí o sientan culpa.
—Yoongi quiere verte. — dijo Hoseok mientras me ayudaba a subir al asiento trasero y mis padres como conductores.
—Apuesto que sí.
Miré por la ventana; TaeHyung fue encerrado en la cárcel, yo todavía estaba con vida, se había hecho justicia por la muerte de Jungkook y él ahora estaba en un lugar mejor, sin estar atado a un mundo, sin ser visto por los que él amaba.
¿Cuál era el sentido de seguir con vida si la única razón por la cual sobreviví se ha ido?
— ¿Puedes ver fantasmas, cierto?
Fue lo primero que dijo Yoongi cuando entró a mi habitación a la mañana siguiente y eso era lo último que esperaba que dijera. Él mantuvo su voz baja y sólo hablo después de cerrar la puerta.
No, eso es imposible.
—No soy estúpido, JiMin. — Respondió apoyándose en la puerta dejando escapar un suspiro — Me tomó tiempo, pero me doy cuenta ahora. Puedes ver fantasmas.
—Yoongi... — dije, pero parecía que él no estaba a la espera de una respuesta, así que continúo.
—Quiero decir, siempre estuviste interesado por la muerte de Jungkook. Siempre preguntando por él, siempre tratando de obtener más información. Puedes verlo, ¿No? Tú sabías que lo mató TaeHyung. Él te lo dijo, es por eso que TaeHyung se tiraba a sí mismo y no parabas de gritar Jungkook. Él estaba allí, ¿Cierto?
Me debatí en decirle que era una locura, pero decidí no hacerlo. Ya lo sabía, parecía normal, aunque estaba serio y un poco desconcertado.
—Sí. — le contesté — Sí, puedo ver fantasmas.
— ¿Estás enamorado de él, verdad?
—Sí.
— ¿Él está aquí? — preguntó mirando alrededor de la habitación, como si Jungkook fuese a salir en cualquier momento.
Eso desearía.
—No — dije en voz baja — él se fue.
— ¿Qué quieres decir?
—Se ha ido. Él se fue al cielo, o al más allá, donde quiera que vas cuando mueres. Se fue.
— ¿Por qué?
Le expliqué sobre el propósito de un fantasma y qué lo mantiene atado a la tierra. Le expliqué que tenía que llevar ante la justicia a TaeHyung y ahora que había pasado eso, él se fue.
—Oh, JiMin. Lo siento — susurró abrazándome — ¿Por qué no me lo dijiste?
Me encogí de hombros —No sé, tenía miedo cómo reaccionarías.
Él se apartó —No seas tonto, siempre estaré aquí para ti, ¿De acuerdo?
Asentí sonriendo débilmente —De acuerdo.
Fue esa noche donde recordé lo que pasó en el hospital.
Vi a Jungkook.
El lugar en el que estábamos era indescriptible, sólo un lugar lleno de blancura.
—JiMin, ¿Qué estás haciendo aquí? — Preguntó furioso — Tú no estás muerto.
—Estás aquí. — Le respondí mirándolo con asombro — Oh, Dios, mío, Jungkook, pensé que te había perdido.
—JiMin, no puedes estar aquí. Si lo estas eso significa que... ¿JiMin moriste por mí?
— ¿De qué estás hablando?
—JiMin no estás muerto, ¿De acuerdo? No puede ser. Te salvé. Tienes que...
—Jungkook...
—No puedes estar aquí, JiMin, tienes que volver. — continúo dando un paso adelante con determinación. Sus manos dejaron sus costados como si quisiera tocarme, pero poco a poco las dejó en su lugar — No, no puedo. Por favor, JiMin, no puedes estar muerto. No perteneces aquí.
—Pertenezco a cualquier lugar si estoy contigo.
—No, no aquí. — dijo sacudiendo la cabeza — Tienes que irte. Es demasiado tarde para mí. ¡Tienes que olvidarme!
Pero todo el lugar parecía tan cálido y acogedor. ¡Por Dios! Quería quedarme aquí, Jungkook estaba aquí y el lugar prácticamente gritaba que me quedara. Tal vez no debería irme.
—Quizá deba quedarme.
—JiMin no me estás escuchando. Yo sé qué se siente estar aquí, necesitas salir ahora mismo antes de que sea demasiado tarde; olvídame y sigue adelante con tu vida, ¿Bien? Olvida que alguna vez existí.
—No tiene sentido.
Di un paso más cerca e inconscientemente agarró mis manos y me miró fijamente
—Sí, Jungkook, claro.
—Tienes que confiar en mí, incluso si no tiene sentido. Sólo confía en mí.
— ¿Qué quieres?
—Quiero que confíes en mí. Prométeme que escucharás lo que yo diga, sin preguntas.
—Está bien.
Él asintió con una sonrisa torcida — Bien, quiero que salgas de aquí. Sé lo bien que se siente estar aquí; cálido, seguro, cómodo... Fácil, pero no lo es. No puedes quedarte aquí. ¡Tienes que salir! Déjame ir. Olvídame y sigue con tu vida. Yo no puedo ser salvado, pero tú... Tú sí.
—No quiero perderte otra vez.
—Yo tampoco quiero perderte, pero tenemos que hacerlo. Por favor, sólo confía en mí, necesito que te vayas.
—Pero yo no sé cómo...
—Piensa en esto. Sólo cierra los ojos e imagina tu habitación. Imagina esa noche que vimos The Notebook y reímos, cuando lloré, imagina esos días que investigamos en tu habitación. Imagina la última noche antes del baile, lo hermoso que te veías con tu traje y yo sentía que no podía respirar. Imagina esos besos. Imagina a tu familia y amigos. Algún día, estos serán sólo recuerdos bien apreciados.
—Pero nunca voy a verte de nuevo. — le susurré.
Sus labios temblaban, pero pude verlo tratar de mantener la calma y permanecer fuerte.
—Está bien, Minnie. No importa. Yo siempre estaré allí, mirándote con una sonrisa, riéndome de las cosas que dices, o, voy a calentar un asiento para los dos en el infierno o en el cielo. Siempre estaré allí, en alguna parte.
—Te amo, Jungkook — susurré. Apoyó su frente contra la mía y cerró los ojos.
Lentamente se inclinó y sus labios se encontraron con los míos. Mis manos se enredaron en su pelo llevándolo más cerca, saboreando sus dulces labios. Su cabello suave, su piel contra la mía, y sus manos junto a mis caderas. Sentí que se apartaba y yo lo apreté más cerca, necesitaba estar cerca de él durante un segundo más. Yo no podía dejarlo ir por el momento. Necesitaba más tiempo, algo que nunca parecía tener.
Pero luego me tiraron lejos, sumido en la oscuridad hasta que me desperté en el hospital con un pitido molesto. Lejos del espejismo de Jungkook.
En esos segundos no importaba lo mal que yo estaba o si mi cerebro había conjugado o no, estaban todavía esos momentos que cambiaron definitivamente mi vida.
Yo había conseguido ver a Jungkook por última vez, llegué a decirle que lo amaba, llegué a besarlo y abrazarlo por última vez.
Y para mí eso parecía lo suficientemente bueno.
Me dio esperanza.
🍒
A mi también me dio esperanza :c ✊ Boya llo rar a otra parte.
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