18

Cualquier fuerza que había ganado se desvaneció.

Quiero decir, cuando me despedí de Jungkook y de mis amigos, acepte que, ya sabes; la muerte era una posibilidad.

Pero debajo de la mirada asesina de TaeHyung y de la boca de la pistola, un pensamiento vino volando a mí y recordé lo tediosa que era mi vida; cuán delicada era mi existencia. Colgaba en una cuerda floja, difícil mantenerme en pie, pero tan fácil caerme.

Tal vez era genético, tenía una especie de tic nervioso cuando mi vida estaba en peligro.

Pero, por alguna razón, en vez de echarme a llorar o algo por el estilo, lo único que salió de mi boca fue esto:

— ¿En serio? ¿Siempre llevas armas contigo?

—Sabía que estabas planeando algo. — respondió con facilidad. — Actuabas extraño y yo sabía que comenzabas a sospechar. Tomé precauciones y traje una pistola. Lo siento, JiMin. No quiero hacer esto.

—Entonces no lo hagas. — le contesté sin aliento.

—Esa no es una opción ahora, metiste tu nariz donde no debías. ¿Por qué lo hiciste, JiMin?

Era obvio que en ese momento TaeHyung tenía un par de tornillos sueltos y su salud mental definitivamente no estaba a la altura de una persona promedio.

—Tae, por favor, podemos resolver esto. — le dije en tono tranquilo, mientras un arma apuntaba entre mis ojos. Pensé que si seguía hablando prolongaría mi muerte, sólo necesitaba tiempo y un buen plan.

Desafortunadamente ninguno de ellos era inminente.

— ¡No, no podemos! — gritó. Me puse rígido ante su control inestable, tenía miedo de que tirara el gatillo. No quería un agujero extra en mi cara. — ¡Tienes evidencia! ¡Idiota! ¿Por qué lo hiciste? ¿No me amas? Las personas que se aman se deben aceptar sin importar qué. ¡Me traicionaste!

Obviamente mi teoría estaba teniendo el efecto contrario a lo que había previsto. Mi plan ideal era que podía mantenerlo hablando hasta que llegará ayuda o pensar en algo mejor.

Así que cambio de planes.

—Yo te amo. — le dije, seguí utilizando mi tono calmado. — y podemos resolver esto. Tú y yo, lo siento. Te amo, por favor no hagas esto.

Bien, quizá debí ponerle algo de emoción a eso, probablemente sonaba sarcástico.

— ¡Eres un mentiroso! — grito. Mi aliento quedó atrapado en mi garganta y mi corazón se encogió.

Todo mi cuerpo temblaba cuando levanté mis manos en rendición y di un paso hacia él. Si me quedaba quieto, yo estaba muerto, de modo que también corría riesgo. Tal vez, ya estaba casi muerto.

—TaeHyung... — le susurré con lágrimas llenando mis ojos. Rara vez lloraba, pero en esta situación meritaba. — por favor, no hagas esto. — mis labios temblaban. Seguí adelante con mi voz temblorosa. — Por favor.

Él bajó el arma. Eso era lo que necesitaba.

Levanté mi pierna en una patada digna de karate y el arma cayó. TaeHyung dejó escapar un grito y cayó al suelo, sin perder un minuto le di un puñetazo.

Corrí por el arma, pero TaeHyung tiro de mi pie en el último segundo y dolorosamente caí.

Sólo tenía una oportunidad. Él nunca me creería ahora y me mataría si ponía manos en el arma. Tenía que luchar, era una situación de vida o muerte, y yo estaría condenado si no doy todo de mí.

Me arrastré hacia el arma, como un teniente en el ejército, pero sentí algo alrededor de mi tobillo y me arrastró hacia atrás algo parecido a una película de terror en Hollywood. Dejé escapar un grito fuerte que probablemente resucitaría a los muertos.

Me di la vuelta para ver a TaeHyung de cuclillas encima de mí, se inclinó y sus manos llegaron a mi tráquea cortando el aire.

Traté de cualquier forma recuperar el aire y llegué hasta agarrar sus manos. Mi vista se volvió oscura de forma alarmante.

Esto no puede ser buena señal.

Mis pulmones gritaban por aire y fue la muerte más agonizante. Recibir un disparo en la cabeza habría sido una bendición comparada con el dolor en que mi cuerpo estaba sometido ahora. Las lágrimas no dejaban de caer y sabía que me estaba volviendo purpura, rojo o azul, o, cual sea el color de una persona cuando se le priva de oxígeno.

Incluso si yo muriera, quería saber que había dado todo de mí para salvar mi vida y ayudar a Jungkook; aunque terminé uniéndome a él en la otra vida y todos mis esfuerzos fueron en vano. Pero, por lo menos tendría la satisfacción y la dignidad de saber que lo intenté.

Extendí mi mano y le di una bofetada tan fuerte como pude y su agarré aflojó, pero no soltó.

Le di un rodillazo en la entrepierna y él dejó escapar un gemido bajo y cayó de lado. Mis dedos se deslizaron por el suelo y la hierba, hojas y maleza; hasta que llegué al frío metal de la pistola. La tomé y me puse de pie apuntando a TaeHyung, que todavía estaba en el suelo dejando escapar gemidos de dolor.

Realmente no tenía la intención dispararle, matarlo sería demasiado gentil; sólo quería asustarlo y garantizar una buena escapada. Tomé unas cuantas respiraciones y traté de calmarme. Esta era el arma donde TaeHyung mató a Jungkook. Mis huellas ahora estaban en toda el arma homicida.

—Esto es por Jungkook. — susurré viendo cómo se levantaba del suelo y avanzaba hacia mí. Retrocedí, hasta casi tropezar con una raíz de un árbol, pero me las arreglé para mantenerme en pie.

Él se echó a reír con su mandíbula llena de sangre, había dado un buen golpe.

—No vas a hacerlo. — dijo burlonamente. Sonreía, mostrando el monstruo enfermo que era. Uno que debí haber visto hace mucho tiempo, pero estaba cegado por el amor y su falsa fachada — Tú no tienes las agallas.

—No me pongas a prueba.

— ¿Por qué?

Debido a que tiene razón.

Era demasiado cobarde para dispararle, yo sólo podría golpearlo, pero jamás dispararle. Parecía inhumano y yo no era ese tipo de persona. Trataba de parecer fuerte y amenazador, pero al parecer no funciono con TaeHyung.

Todo lo que hizo fue reír maliciosamente en mi cara.

Mientras se acercaba a mí como un depredador sanguinario; tuve que superar mi miedo y dispararle. Era él o yo.

Él extendió su mano y me golpeó tan fuerte en la cabeza que vi estrellas, el mundo giraba alrededor mientras caí como una piedra al suelo. El arma cayó de mi mano y TaeHyung la recogió sin esfuerzo.

Miré hacia arriba para ver a TaeHyung de pie encima de mí con el arma apuntando mi cabeza.

Había fallado, había tratado de ayudar a Jungkook y falle. Ahora la policía nunca sabría que TaeHyung era el responsable y yo moriría a los dieciocho años. Podía ver mi lapida ahora en el fondo de mi mente en algún cementerio sombrío.

Toda mi vida desperdiciada, tomada por un chico cruel desesperado por una beca.

La pistola se alzaba hacia mí, la boquilla apuntaba directamente entre mis ojos. Tenía la esperanza de que cuando llegará el tiro, que alguien por ahí sea lo suficientemente fuerte como para darse cuenta de que TaeHyung era el asesino. Tal vez descubrir mi cuerpo y encontrar la grabación escondida en el bolsillo de mi pantalón.

Por lo menos me gustaría ver a Jungkook de nuevo. Por supuesto todavía tenía una cierta misión que lo ataba a la tierra, pero después de todo, Jungkook y yo merecíamos estar juntos.

¿No habíamos arriesgado nuestras vidas lo suficiente para demostrar que merecemos estar juntos?

—Yo te amaba, JiMin. — Susurró — realmente lo hice, ¿Por qué tenías que arruinarlo?

No respondí. No lloré. No grité. O lo que sea.

¿Cuál era el punto?

Yo iba a morir de todos modos. Nadie me podría ayudar en ese momento y yo no le daría la satisfacción de oírme llorar o rogar por misericordia. Él no merecía ver mis lágrimas.

Me quedé mirándolo a los ojos durante unos segundos más. Mis pensamientos viajaron a mis amigos y familiares. Era cierto lo que decían, en tus últimos minutos de vida, ves pasar toda tu vida en diez segundos. Vi a mi madre y a mi padre, todos mis tíos, NamJoon, Hoseok, Yoongi, mi familia lejana, y por último, Jungkook. Pude ver al chico de pelo oscuro y sus hermosos ojos que siempre brillaban con picardía. A pesar de que él no estuviera conmigo ahora; podía oír su voz llamando y diciéndome que me amaba, como si me invitara a pasar el resto de la eternidad con él.

Así que cuando me quedé mirando los ojos de TaeHyung, yo no lo estaba mirando a él. Yo estaba imaginándome a Jungkook y la idea de ver pasar el tiempo con él; era suficiente para calmar el pánico que sentía sobre mi muerte. La muerte no parecía tan terrible o dura, sabiendo que iba a estar con Jungkook.

Oí un clic y un gritó de animal, del cual estaba seguro que fue pronunciado por TaeHyung o por mí mismo, finalmente un destello rojo vivo de dolor. Mis ojos se abrieron y se cerraron, mi cabeza golpeó el suelo, pero mis últimos pensamientos no se centraron en el peso repentino de mis parpados o el dolor que se extendió a través de mis venas.

Sólo me centré en él.

En Jungkook.

🍒

Ando en modo Psicópata así que awas, tal vez mate a todo mundo en todas las historias uwu

Arh, tampoco soy tan mal pedo.

Pd. ¿Que me hacen si les digo que solo quedan dos capítulos? Sksbns

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