EPÍLOGO II
Si lo piensas bien, la vida es como el océano.
Algunos de nosotros vamos con calma a la deriva en tierra, mientras que otros optan por hacer su propio efecto en el mundo y otros somos suaves como las olas que bañan la orilla.
Hay algunas personas en el mundo que caen en nuestras vidas como fuertes corrientes y nos tiran en todas las direcciones, después que se acaba la corriente, nunca vuelves a ser el mismo.
Me gustaría pensar que JiMin era una de esas corrientes.
Él es la calma que procede después de una tormenta. Él es impulsivo y a la vez temerario, él tiene la capacidad de moverse y de cambiar en todas las formas posibles. Una vez que él se apodera de ti, es imposible dejarte ir.
Hace un año atrás pensé que había muerto con solo un clic de una pistola y un tono fuerte de rojo en mi camisa; mis olas se calmaron y yo no era nada, me había ido de este mundo a los dieciocho años, nunca conocí la vida o la esperanza. Nunca iba a saber cuál era mi futuro.
Dejé a mi familia, BamBam, amigos y mis compañeros de equipo. Se sentía, en esencia, como si yo dejé mi compromiso. Por supuesto, en un principio no significo nada para mí. No había más que un oscuro vacío.
Y luego de repente me estaba despertando, al ver la luz del sol una vez más. Podía oler la brisa del mar y sentir la arena en mis pies.
Volví a vivir una vida que no tenía idea de cómo vivir.
Luego me vi en las gradas de la escuela, observando a un chico en las primeras filas, cantando en voz alta con una sonrisa. Nadie me podía ver en la multitud. Nadie escuchó mis gritos de angustia al ver como mi mejor amigo tomó mi lugar. Nadie vio el miedo y la traición en mis ojos.
Nadie más que él.
Yo podría haber muerto, pero, sinceramente, creía que me salvo la vida; y los próximos meses con él fueron los mejores. Sentados viendo películas, ver su sonrisa y escuchar su risa. Cuando estaba enterrado en un bosque y de alguna manera había resucitado por arte de magia, él me hizo sentir que todo estaría bien.
Sabía que tendría que dejarlo. No podía pasar el resto de la eternidad con él. Verlo crecer y morir, y yo, seguir adelante.
Pero cuando llegó el momento, sucedió de la manera más inesperada.
Todo terminó aquella noche después de la graduación. El sonido de sus gritos, los ojos de TaeHyung llenos de malicia, la misma malicia cuando me mató.
Pero no podría dejar que JiMin conociese este destino similar al que él me llevó.
JiMin me ayudó a darme cuenta de que en algunas cosas vale la pena morir.
Pero con el tiempo las cosas buenas llegan a su fin y parece incluso cuando estás muerto, ésta no es una excepción a esa regla.
Traté de luchar contra TaeHyung y mantener a JiMin fuera de peligro, incluso si eso significaba ser desterrado a dónde van los fantasmas cuando hacen algo malo. Y lo salve.
Luego desapareció.
Era angustiante ir a la otra vida. Es como, que un segundo estás presente como un sólido y al siguiente estas vacilante y tus cuerdas vocales están fallando y todo el mundo gira a tu alrededor como si estuvieras en un torbellino sin salida.
Y de repente yo ya no estaba.
Eso debió ser el fin de JiMin y yo.
No sé cómo, pero lo volví a ver, mientras esperaba que me asignaran al infierno, al cielo o al purgatorio, o dónde quiera que vaya. Él apareció allí de repente, tan hermoso, elegante y frágil como siempre; la esperanza todavía en sus ojos y un temblor en sus labios. Esa inocencia, su alma conmovedora que parecía irradiar de encima.
Tan joven y hermoso. Él no pertenece a un lugar como este.
Así que le dije que lo amaba. Me despedí, me arme de valor y lo aparte regresándolo a la vida. Yo estaba listo y dispuesto a hacer un sacrificio final para él.
Sin embargo, aquí estoy yo, más fuerte que nunca seis meses después.
Era como una segunda oportunidad que me llevó a través del vacío y luego yo estaba despertando en la playa con la puesta de sol color naranja y cristalina aguas rompiendo en la orilla. No tenía idea de quién era yo o cómo llegué aquí, o por qué estaba acostado en la playa con la boca llena de arena; creo que después de haber estado muerto más de un año, uno aprende a no cuestionar las cosas buenas que te da la vida.
Sobre todo, cuando por debajo de mi camisa se podía sentir un latido fuerte, sobre mi cuello pude sentir mi pulso como un metrónomo.
Me puse de pie y sacudí mis pantalones antes de dejar escapar un suspiro de asombro. Me estremecí cuando el agua fría tocó mis pies. Yo no había sido capaz de sentir un escalofrío o calor en muchos meses.
Detrás de mí pude oír los ladridos suaves de un perro, sonidos de risas, como todo el mundo seguía con sus vidas ajenas al milagro que ocurrió.
Me di la vuelta para mirar y fue entonces cuando lo vi allí de pie. Estaba completamente igual. Sus ojos estaban abiertos mientras él me miraba y sus labios pronunciaban mi nombre.
—Jungkook...
No pude evitar la sonrisa involuntaria al ver su figura delicada sobre la arena. Sus ojos se iluminaron con asombro y él corrió hacia mí, como si fuera un soldado que finalmente vuelve a casa después de la batalla.
Me tranquilicé cuando sus brazos se enredaron en mi cuello y me mantuvo cerca. Cerré los ojos y aspiré su aroma, antes de dejar escapar un grito de sorpresa cuando caímos al agua.
—Estás aquí. — susurró mientras lágrimas se deslizaban por su rostro — Eres tú, estás aquí.
Sonreí sintiendo como si iba a llorar en cualquier momento —Sí, estoy aquí, JiMin. Soy yo.
—Te amo. — me dijo y fue quizá la mejor cosa que jamás había oído.
—Te amo, JiMin. — le contesté dejando un beso en sus labios. Tenía la esperanza de que pudiese sentir lo mucho que lo amaba a través de ese beso.
Detrás de nosotros, una anciana apareció y su rostro se ilumino claramente encantada — Que linda pareja.
— ¿Usted puede verlo? — Preguntó JiMin — ¿En realidad puede verlo?
La anciana frunció el ceño y se fue. Tuve que calmar sus miedos y preocupaciones —JiMin, estoy vivo.
— ¿Qué? — Preguntó y en sus ojos pude ver la angustia — No, no eres real. Esto es un sueño. Tú eres un sueño.
Sentí que mi corazón se rompía. Le toqué la mejilla y él se estremeció —Soy yo. — Le prometí — es real. Estoy realmente aquí, JiMin.
—No puedes estar vivo — respondió él sin poder hacer nada, su labio inferior temblaba con la idea de que todo esto era una especie de pesadilla — No puede ser.
Se me ocurrió una idea entonces, una manera de convencerlo de que yo estaba aquí y era real —Siente esto. — dije sacando la mano de su mejilla y llevarla a mi pecho. Sus dedos temblaban, pero me di cuenta por la mirada en sus ojos que él lo sintió: el latido de mi corazón, el calor de mi cuerpo.
—Estás vivo. — Murmuró — ¡Oh, Dios, mío, Jungkook, estás vivo!
Él puso sus brazos alrededor de mi cuello, respiró profundamente. Me abrazó con tanta fuerza que sentía que nunca me dejaría ir.
— ¿Cómo? ¿Cómo puedes estar aquí? ¿Cómo estás vivo?
—No lo sé. — le dije con sinceridad, porque era un misterio para mí también — Lo único que puedo decir es que de alguna manera yo estaba destinado a morir y luego estaba siendo empujado de nuevo a la tierra. Me dieron una segunda oportunidad. Gracias a ti. Me salvaste, JiMin.
Y era verdad; él me había traído al borde de la no existencia y nunca sabría cómo compensar eso.
—No lo puedo creer.
—Estoy aquí. — asentí — y esta vez, estoy aquí para siempre. No te volveré a dejar.
—Tus padres, todos, creen que estás muerto — él negó con preocupación.
—No quiero preocuparme por eso ahora.
Lo besé una vez más, la necesidad de tenerlo cerca. Mis labios ansiosamente buscaban los de él. Podía sentir en su beso lo mucho que me necesitaba también. Sus brazos alrededor de mi cuello, tirándome imposiblemente más cerca.
Me aparté y lo miré, podía ver la incredulidad nebulosa en sus ojos y la sonrisa de éxtasis en su cara al tenerme de vuelta. Me hizo sentir cálido, a pesar de lo fría que estaba el agua.
No aparté la mirada de sus ojos; me pregunté: cuándo había conseguido tanta suerte. No sabía cómo había sucedido, pero tenía alrededor de un millón de personas a las cuales agradecerle por regresarme a la tierra para estar con él.
—Te amo. — le dije de nuevo, sintiendo que yo nunca podría decir los suficientes te amo.
—Te amo también. — me dijo y sus palabras susurradas fueron suficientes para dejarme sonriendo como idiota.
Y ya lo vez, yo pensé que mi vida había terminado cuando morí. De hecho, mi destino estaba probablemente destinado en las estrellas desde el momento que nací; estaba destinado a ser el chico que creció con la medalla de oro y luego murió a manos de la traición de su mejor amigo.
Pero lo que nadie podría haber contado fue lo que pasó después de eso. Nadie podría haber adivinado que me gustaría volver. Nadie podría haber previsto el amor que sentía por un chico llamado JiMin. No me importaba lo que había pasado con TaeHyung o mi futuro, las pruebas y tribunales; sólo me importaba que él estuviera aquí conmigo, ahora mismo, besándome, abrazándome y diciéndome que me amaba.
Así que realmente yo no morí cuando me enterraron o cuando la bala atravesó mi pecho y mi corazón se detuvo.
No, fue justamente allí donde comencé mi vida. Cuando por fin experimente el amor verdadero, la pérdida la esperanza y la fe.
Y tal vez yo nunca voy a morir, siempre y cuando JiMin este conmigo.
Porque ahora estoy aquí y sé solamente una cosa:
Mi vida recién comienza.
🍒
Ahora si. Es el finaaaaal, espero lo disfrutaran y de nuevo graciaaas. Gracias. Por todo ^^ ♡
Este no es un adiós, es un hasta pronto, Nos leemos ♡
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