Nuestra familia feliz
Penny
Un suave sol de otoño se colaba por la ventana del apartamento, acariciando mi rostro mientras dormía, pero de repente las náuseas me despertaron, me levanté corriendo al baño y en eso me hice una prueba de embarazo y salió positiva.
Mi corazón latía con fuerza, una mezcla de emociones me invadió: alegría, miedo, incertidumbre. No sabía cómo reaccionaría Seungmin, ni nuestras familias. Pero en el fondo, una sonrisa pequeña se dibujó en mis labios, iba a tener un bebé, que era el fruto de nuestro amor, estaba creciendo dentro de mi.
Esa misma tarde, le conté la noticia a Seungmin, sus ojos se abrieron de par en par y una sonrisa enorme se extendió por su rostro, Me abrazó con fuerza y me besó en la frente.
-¡Voy a ser papá!.- exclamó lleno de emoción.- Te amo Penny, gracias por este regalo tan maravilloso.
Las lágrimas salieron de mis ojos, no podía creer lo feliz que estaba, Seungmin siempre había querido ser papá y ahora su sueño se haría realidad.
Durante los siguientes días contamos la noticia a nuestras familias, quienes reaccionaron con alegría y emoción. Mis papás lloraron de felicidad cuando se enteraron que iban a ser abuelos y la hermana de Seungmin se puso a gritar efusivamente.
Los miembros de Stray Kids también se alegraron mucho por nosotros, nos llenaron de consejos y palabras de apoyo, además prometieron estar presentes en cada nuevo viaje en cada paso de este nuevo viaje.
El embarazo fue una experiencia increíble, mi cuerpo se transformó y con el, mis emociones; sentía una conexión profunda con el bebé que crecía dentro de mi. Cada patada, cada movimiento, era un recordatorio de la vida que se estaba desarrollando dentro de mi.
Seungmin fue un compañero maravilloso durante todo el proceso; me cuidaba, me consentía y me apoyaba en todo momento, me acompañaba a las citas en el hospital, me ayudaba a preparar la habitación del bebé y me leía cuentos por las noches para que el bebé los escuchara.
Por fin llegó el día del parto, estaba nerviosa y emocionada al mismo tiempo , Seungmin no se separó de mi lado en ningún momento: me animaba, me daba besos y me susurraba palabras de amor.
Tras 3 horas de parto, por fin escuché el llanto de mi bebé, nos dijeron que habíamos tenido una niña, cuando me la entregaron me enamoré perdidamente, era tan pequeña, tan frágil y tan perfecta.
Cuando Seungmin la tomó en sus brazos, le brotaron lágrimas de sus ojos.
- Es hermosa. dijo con voz temblorosa. Luego añadió: Te amo Penny, gracias por darnos a esta hija tan maravillosa.
Le pusimos a nuestra hija el nombre de Lia que en coreano quiere decir princesa. Lia era la princesa de la familia Kim-Park, el fruto del amor entre Seungmin y yo, el símbolo del hilo rojo del destino que nos había unido para siempre.
Los siguientes meses fueron un torbellino de pañales, biberones, noches sin poder dormir y risas interminables. Lia crecía cada día, llenando nuestras vidas de alegría y amor.
Seungmin era un padre increíble: jugaba con Lia, le cambiaba los pañales, le daba de comer y la bañaba, yo los observaba con el corazón lleno de amor, había encontrado al hombre perfecto, el padre perfecto para mi hija.
Un día, mientras Lia dormía en su cuna, Seungmin se acercó a mí y me tomó la mano.
- Te amo Penny, gracias por ser mi esposa, por ser la madre de mi hija, eres la mujer de mi vida.- dijo mirándome a los ojos.
Lo abracé con fuerza y le susurré:
- Yo tambien te amo Seungmin, gracias por este regalo maravilloso, eres el mejor padre que Lia podría tener.
En ese momento, supe que nuestra familia era perfecta. El hilo rojo del destino nos había unido, y nuestro amor era la fuerza que nos impulsaría a través de cualquier obstáculo. El futuro era incierto, pero una cosa era segura: juntos, lo superaríamos todo.
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