Extra
Jimin no llegó a ver a Jungkook en sus últimos momentos de conciencia, por seguramente hacer sus cosas, pero que no valían nada comparado al pelinegro.
Para cuándo llegó al hospital, ya lo habían inducido en coma farmacológico, y afuera de la sala, en la espera, estaban los cinco mejores amigos del mundo.
— Chicos— Jimin los llamó al llegar, cuatro de ellos alzaron sus ojos llenos de lágrimas para mirarlo, el pelirrojo fue el único que se no lo hizo, apretando sus puños y su mandíbula—. ¿Y Jungkook? — preguntó, no había preocupación en su voz, sino que había sorpresa y había hablado muy tranquilo, su voz no estaba ni un poco quebrada.
Lo siguiente fue tan rápido que Yoongi no llegó a terminar un "¡No!" que Hoseok ya había estrellado su puño en la mejilla del rubio.
— ¡¿Quién carajo te crees para venir a por él ahora?! ¡¿Después de dejarlo tanto tiempo?! ¡No tienes derecho ni a decir su nombre, Park Jimin!
Uno de los mayores del grupo tuvo que ir a sostenerlo, tomándolo por los brazos y trabandolos detrás de su espalda, mientras Hoseok seguía gritándole a Jimin con todas sus fuerzas, reclamos en nombre de quién ya no podía hacerlos.
Porque sí, él había visto todos los videos de su mejor amigo, lo había visto quebrarse con los días, disminuir sus sonrisas y sus lágrimas y romperse una y otra vez, lo había visto intentar justificar una injusticia, un amor unilateral, lo había visto darlo todo por alguien que no sabía cuidar ni un anillo de compromiso, y mucho menos un corazón.
Jimin sólo lo miró gritar, sin decir nada, sosteniendo su mejilla, donde había sido golpeado, y pensaba que era una suerte que no le hubiera al menos descolocado la mandíbula.
No lo dejaron pasar a verlo, los médicos habían dado aviso horas antes para que se despidieran, y evidentemente tenía tres llamadas perdidas del hospital y varios mensajes y más llamadas de parte de los chicos, el tiempo ya había pasado y él no lo había aprovechado.
Echó una vista hacia el interior de la habitación por la ventana de la puerta, un último vistazo, al chico pelinegro que dormía profundamente esperando también a dejar este mundo.
•••
Tanto el grupo como Jimin se alejaron luego de eso, Park nunca mostró interés en reencontrarse, en saber algo de sus vidas o de contar la suya.
Por eso, fue bastante sorpresa cuando tres años después de la muerte de Jungkook, cuando ya creía que estaba todo en el olvido, alguien tocó a su puerta, quien resultó ser el mismo Hoseok.
— Hola, Jimin— dijo, el ahora castaño—. A pasado mucho, ¿No? — sonrió mínimamente.
— Sí, Hoseok... Sí pasó mucho— Jimin le dedicó una sonrisa forzada.
— ¿Vas a... Dejarme pasar? Quería pasar un rato contigo hoy, en especial.
— Oh, claro, claro, adelante— dijo, apartándose, Hoseok pasó y se acomodó en el sillón, Jimin puso en marcha la cafetera y fue con él—. Y.... ¿Qué pasa hoy? — preguntó, sentando junto a él.
La expresión de Hoseok cambió y lo miró con seriedad.
— Hoy es el aniversario de la muerte de Jungkook.
—Oh... Sí, yo siempre olvido la fecha.
— Jimin, lamento haber reaccionado así cuando ocurrió— Jimin negó, restándole importancia, había recibido varias golpizas en su vida como para que le importen—. Y yo, bueno quería ver los videos de Jungkook de nuevo, y sólo tú los tienes.
— ¿Qué videos? — preguntó Jimin, frunciendo el ceño.
Hoseok tuvo que pasar varios segundos buscando palabras, y luego comenzó a negar.
— La memoria que te di, en el hospital ¿La tienes?
Jimin asintió.
— Claro, está guardada en mi-
— ¿Nunca viste lo que tenía?
Jimin negó, una sonrisa tonta se colocó en sus labios.
— ¿Era tan importante? Qué podía tener... Un montón de fotos viejas-
— Jimin, traerla y te vas a sentar a verla— el tono de Hoseok fue fuerte y totalmente cerrado a discusiones, y el menor se levantó a buscar su computadora, y la memoria que guardaba en su armario desde tanto tiempo, y se sentó en la mesa de comedor, con el mayor tensando su mandíbula de nuevo, apretando sus nudillos, mientras Park abría la memoria en la computadora, esta sólo tenía una carpeta de archivos que se llamaba "Para Jimin".
Al abrirla encontró los diez videos, cada uno titulado con "Primera vez", "Segunda vez", "Tercera vez"... Y los vió uno por uno, en orden, al principio sorprendido de ver a su ex novio, su expresión fue totalmente blanca a lo largo de todos los videos, diferente a Hoseok, quién volvió a llorar igual que la primera vez que los vió.
Al finalizar todo, unas finas lágrimas se deslizaron por el rostro de Jimin, pero no por las palabras o porque haya aprendido algo, sino era más por ver a Jungkook tan roto y enfermo, verlo empeorar con cada nuevo minuto.
— ¿Has visto lo que le has hecho? — preguntó Hoseok.
Jimin asintió ligeramente, pero no respondió ni lo miró.
— ¿Por qué? ¿Por qué eras así con él? Lo fuiste hasta su último momento, Jimin, él no te merece, y tú tampoco lo mereciste.
Jimin volvió a asentir, Hoseok le exigió que respondiera.
— P-Porque... Yo tenía mis cosas, mí espacio, él era muy demandante, para no decir pesado, o molesto... Exigente, y exagerado, y yo siempre quise la tranquilidad, quería estar tranquilo.
— El era sensible, y necesitaba afecto, mucho, y se lo merecía porque él vale muchísimo... Te amaba de verdad, él te amaba con todo su ser, ¿Y tú no? Qué siempre lo desperdiciaste todo con él...
— Yo sí— se volteó a mirarlo—. Yo sí lo amaba, pero él era mucho más, Jungkook siempre fue quien demostraba amor de los dos, eran los roles típicos de la relación-
— ¿Roles? ¿Roles? No existen esas cosas, son dos para todo, son dos para dar y para recibir amor, son dos dar fuerzas y dos para sostenerse mutuamente... Él era débil y estaba enfermo y aún así se obligaba a parecer que no, a estar fuerte para ti, a hacer todo... Cuando no podía, cuando no podía tenías que estar ahí para él, y te lo ruega, en cada puto video quiere que estés, porque eras un ausente, y no hacías nada, ni por él, ni por la relación.
>> ¿Piensas mucho en ti, verdad? ¿Te amas mucho no? ¿O es que te importa muy poco incluso los que te aman?
Jimin negó.
— No es así en verdad.
— Es así, Jimin— dijo Hoseok, suspiró, sus manos temblaban—. Mejor me voy de aquí, porque sino te voy a terminar golpeando de nuevo y... Nadie va a salvarte esta vez.
Tomó su abrigo y abrió la puerta por sí mismo, en el umbral, señaló a Jimin y le dijo has últimas palabras:
— Espero que esto te haga pensar, y cambies, y nunca más en tu vida vuelvas a ser la misma basura con alguien que vale más que tú.
Cerró de un portazo, y Jimin se quedó pensando varios minutos en silencio, sintiéndose en verdad sólo y frío.
Y pensó en las miles de formas de cambiar, en todo lo que podría haber echo diferente, y como quizás podría haber dejado una última buena vista de sí mismo, siendo quizás un poco bueno, y quizás haber ido en la última visita en el hospital, pedir un simple perdón y decir un "Te amo", un beso sueve y todo hubiera sido distinto, y quizás no estaría tan amargo.
Jimin pensó mucho en el pasado y en lo que debería haber hecho, pero nada de eso sirve en realidad, porque imaginar fantasías hipotéticas no hace nada al mundo o a si mismo.
Jungkook le dio un mensaje para su futuro.
Pero Jimin sólo lo pudo mirar en pasado.
Jimin nunca cambió, y más que dejarle siquiera una frase de las tantas que había dejado el pelinegro en aquellos videos, para al menos hacer de motivación o para filosofar, sólo quedó un sentimiento frío y amargo, que no interrogó, no le buscó una respuesta, y de nada sirvió.
Hay personas que simplemente nunca cambian, ni siquiera con algún golpe fuerte, o algo tan claro como unos videos con enseñanzas.
Casos perdidos hay en todo el mundo.
Con suerte tú no serás uno.
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