Cap 10 (Parte 2): Nubarrones
•CIARA•
Voy manejando queriendo que alguna brillante idea se me ocurra para sobrevivir por lo menos esta noche, sin pensarlo miro por retrovisor, ahí justo donde nadie mira con el corazón, entre el puente que separa la zona centro hacia la norte está una familia, una mujer y 2 niñas, a merced del frío y precariamente.
Ahí justo ahí... es donde te das cuenta que el mundo no es justo. Que las personas buenas son pocas y que muy a mi pesar sus esfuerzos no son suficientes.
Decido dar la vuelta y estacionarme frente a ellos. La mujer se pone alerta mientras sus hijas se esconden detrás de ellas.
La más pequeña seguramente raya los 4 ¡Es incluso más chica que mi hermana!
Me miran con el mayor miedo del mundo.
—¿Qué quieres? —Dispara la mujer desconfiada y mirando con repudio hacia el auto.
—Ustedes necesitan más que yo. —Admito tratando de no llorar al verlas
Abro la puerta trasera y decido ir sacando ropa. La hija más grande observa encantada todo lo que voy agrupando.
—Viniste a humillarnos. —Suelta ella viendo la escena.
Niego frenéticamente
—Jamás haría tal cosa. —Admito buscando unos zapatos para ellas.
Al final recogo todo lo que pretendo darles y se las doy poco a poco.
—¡Mamá son hermosos! —Vocaliza la mayor antes de correr y admirar los zapatos.
—¿Por qué si están en buen estado? —Interroga la mujer con el corazón en la mano
—¿Me ve? Solo poseo dos manos al igual que usted y voy llevando demasiada ropa, que incluso nunca me pongo. —Confieso triste —¿Lo ve? El mundo nunca fue mejor que ahora, porque podré dormir tranquila y ustedes dejarán de dolerles los pies al caminar sobre pavimento caliente o sobre pisos frios, ya no se preocuparán por ver si se lastiman con piedras. Ahora tendrán para estrenar ropa y dejar de usar esa que no se merecen.
—Eres un sol. —Dice la menor abrazando mis piernas.
Sonrío.
—Cúbranse. —Rectifico al sentir el sereno de la noche
—Gracias. —Repiten al unísono
—Gracias a ustedes por resistir.
(...)
—Buenas noches señorita. —Me saluda uno de los porteros.
Sonrío triste.
—No entraré —Informo saliendo del auto y entregándole las llaves.
El hombre me observa como si hubiera enloquecido, discretamente las recibe.
—Déselas al ministro Clay y dígale que a partir de ahora no tiene ninguna hija llamada Ciara. —Vocalizo seriamente, el sujeto empalidece.
—Señorita...
—Además dígale que no intente destruirme más de lo que ya ha hecho y que ni se le ocurra hacerle algo a Diana porque seré capaz de ir a los medios solo para desenmascararlo. —Advierto decidida
Él pone los ojos en blanco sin saber que hacer al respecto.
—Que yo también puedo destruirlo. —Concluyo dando media vuelta y pisando cada vez más lejos del que solía ser mi hogar.
Miro la hora en mi celular y marca sobre las 9 pasadas (21:00) había escampado hace alrededor de una hora y mi tranquilidad se ve quebrajada al percibir gotas en mi cabello, luego en mis brazos. Cierro los ojos al sentirlas en mi cara.
Carajos
Sigo caminando por toda la acera del lujoso recidencial, en mis hombros llevo lo que dejé de equipaje en una simple mochila, adiós a la gran maleta de unos 500 dolares americanos.
Adiós a mi antigua vida.
A partir de ahora nacerá una nueva Ciara.
Antes de seguir pensando positivamente aunque no tenga techo por el día de hoy, el viento aparece produciendo escalofríos, ya es muy de noche y las gotas de lluvia cada vez se sienten más y más en mi piel.
Al diablo el positivismo.
Maldigo siguiendo mi trayecto hacia "no tengo idea, ayuda"
Me detengo en seco en un cruce de calles. ¿Cuál camino agarro? Casi no hay autos y la cara de la noche aparece para saludarme desoladamente.
¿Y si agarro un taxi?
Bien, bien pequeña genia ¿Qué le dirias al conductor? Ehh ¿me puedo quedar en su taxi a dormir?
Patético.
Descarto la idea rápidamente, ahora que la rabia se me ha bajado un poco, me arrepiento de no pensar correctamente. Tal vez si me hubiera quedado con el carro hasta mañana, no tendría que estar buscando un milagro, justo ahora.
Admito que soy una cabezotas muy orgullosa.
Bien, si me quedo en uno de esos moteles de mala muerte hasta mañana ¿no gastaré tanto dinero? Cierro los ojos a la vez que me tumbo en la pared de un establecimiento aparentemente de comida china, que está cerrado.
Respiro hondo.
¿Por qué estos chinos no gastaron en un buen tejado hasta la entrada?
El agua me empapa por completo, rebusco en mi bolso algún abrigo hasta darme cuenta que no tengo ninguno.
Genial, me congelaré.
La fría lluvia está helando mis huesos, bufo buscando en mi google maps algún motel cerca, entrecierro mis ojos para obtener una mejor visión frente al diluvio que me cae.
¡Es que no hay techo en ningún lado! Por el amor a Dios, no envidien mi suerte.
Plan Z:
Subir a un taxi y decirle: "Al motel de mala muerte más cerca por favor"
—Me gusta. —Digo en voz alta, completamente frustrada al ubicar uno no tan lejos de mi zona actual.
—Me gusta —Repite una voz masculina. —A mi igual. —Contesta otro.
Pongo los ojos en blanco. Al ver a dos sujetos caminar en dirección a la mía.
No les veo el rostro por sus capuchas ¡Genial hasta los ladrones tienen un abrigo!
No es buena señal.
¿Vamos y si estás siendo prejuiciosa? ¿Tienen pinta? Pues si
¿Estás sola y ellos son dos? Pues si
¿No hay nadie en toda la cuadra? Pues si
¿Sabes defensa personal? Pues no
Mierda.
Comienzo a caminar en dirección contraria a la de ellos, admito que estoy asustada, mejor dicho cagadísima, el pulso se me acelera y siento la adrenalina correr por mis venas.
Aceleran el ritmo
Cierro los ojos y corro
Ellos también
Respiro agitada,me persiguen, percibo el olor a tierra mojada, siento que no me dan las piernas. Se ríen detrás de mí, lo disfrutan.
Malditos
Uno me alcanza y me empuja produciendo que caiga aparatosamente al suelo, choco de frente contra el piso, mi nariz duele.
—¿A donde ibas eh? —Vocaliza el que me empujó con tono victorioso —¿A que está chula Bruce? —Alardea volteándome contra mi voluntad.
—No tengo nada que les sirva. —Digo temblando
Quizá por la lluvia o puede que por el terror que siento ahora.
Se ríen.
—¿Enserio? —Interroga el más alto apretando mis mejillas y viendo sus ojos oscuros,llenos de maldad. —Esto —Dice acariciando la cadenilla que me regaló mamá —Esto nos sirve para vivir bien por unos meses. —Finaliza arrancándomela de un tirón
Chillo.
Me ha cortado, mi piel arde.
—Carajo CJ, es la hija del ministro. —Suelta examinándome mejor.
—Es nuestra noche de suerte Bruce —Continua este guardando lo que antes era mío.
—Me lo regaló mi madre,por favor —Suplico al borde de las lágrimas.
—Cállate. —Me ordena el otro soltándome una cachetada.
—No seas imbécil. —Le reclama el que me quitó mi collar. —Aún es muy pronto para la princesa. —Objeta friamente.
Sigo estando en el piso, mi vista está clavada en la pared a mi costado, mi mejilla arde y mi nariz ha comenzado a sangrar, nada puede ser peor que esto.
¿O quizás sí?
*JUEPUTAAAA DIGO HOLA!😕
¡LE VAN HACER DAÑO A NUESTRA CHICA! AHHH Y ¿POR QUÉ LO HE DEJADO HASTA AQUÍ? SERÉ MALA ENSERIO🙄😥
¡Esta es la prueba de que a las personas buenas le pasan cosas malas, sin un sentido! Lo siento ando bastante alterada...iré por agua.
¿Desean el Cap 11? Capaz lo suba más tarde ¿Quieren que haga un mini maratón? Se viene lo bueno😎
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