Cap 10 (Parte 1): Nubarrones
•CIARA•
[Latir... ha provocado que mi corazón se desboque al hacerlo.
Latir... esa acción que nos dice que todo no está perdido, que aunque se nos caiga el mundo en pedazos seguimos en pie, resistiendo].
(...)
El cielo está gris.
Sus ojos son grises.
Nubarrones que me observan impacientes, rebosantes, a punto de chocar y regalarnos lluvia.
Sus ojos siguen siendo grises.
Ladeo la cabeza tratando de quitarme ese recuerdo en vano, ya el rojo cambió y recién me doy cuenta, maldigo, pisando fuerte el acelerador.
Toda la ciudad está cubierta de nubarrones, estoy segura que en menos de una hora se desatará una buena llovizna quizá dure lo que quede de la tarde. Las pocas aves retornan a sus refugios avisando de lo que el clima nos depara. A esta hora baja el tráfico, haciendo que maneje libre por las principales calles de la zona centro.
Un par de enamorados desorientados por sus propios sentimientos, me observan temerosos antes de recorrer lo que queda de la calle, resoplo.
Casi los atropello.
El joven agarra la mano de su chica con firmeza, ella lo mira como si fuera su mundo entero, sonrío.
Inocencia.
Ambos me regalan una mirada cargada de vergüenza y disculpas por el incidente reciente.
Son solo un par de locos que le vale el resto de cosas, menos ellos mismos.
Interesante
Mis ojos se vuelvan a fijar en la carretera, sonrío un poco más animada ya falta poco para llegar a mi destino.
Creo que me hacía falta un poco de fé, gracias a esos desconocidos que me la han regalado, sin ni siquiera enterarse.
(...)
—Lo he solucionado. Le devolvieron el trabajo a Kaiden.
Espero hasta que ella entre al chat, las flechas se ponen azules, sonrío.
—¿Kaiden? Ah realmente te importa, me gustaría conocerlo a ver como te ha hechizado. —Pongo los ojos en blanco antes de echarme a reir.
—Nada de eso. —Tecleo incómoda.
—Avísame cuando te lo creas. —Leo su mensaje dos veces antes de soltar el móvil en la cama.
Rebusco hasta encontrar un bolígrafo y mi libreta, respiro hondo.
Antes de trazar la primera letra, escucho como la lluvia choca violantemente contra la calle, miro hacia el pequeño balcón de mi habitación de hotel, el cielo se ha relajado... está soltando su propia carga.
Dejo de ver como cae las gotas de lluvia y me concentro en mi papel.
Toc toc
Alzo mi vista de mala gana.
Toc toc
Entrecierro los ojos antes de levantarme y dirigirme hacia la puerta.
Me encuentro con la recepcionista mirándome ¿Triste? ¿Incómoda? ¿Compasiva? No lo sé. Trata de relajar su expresión en cuanto me ve.
—¿Diga? —Interrogo confundida al notar que se ha quedado sin palabras.
—Señorita Clay —Comienza su intervención, no tan convencida —Nos ha honrado con su grata presencia, pero me temo que tendrá que desalojar el lugar ya que, su tarjeta se encuentra congelada. —Explica siendo lo más amable posible.
Resoplo.
—¿No será un error? —Contesto desencajada. —Pruebe con otra —Propongo buscando mi monedero —Ella trata de que el momento sea más llevadero a pesar de que es vergonzoso. —Use estas. —Pido sin dejar de llevarme por la negativa.
Asiente y se pierde en el ascensor para bajar a comprobarlas.
Papá.
No es la primera vez que hace este tipo de cosas, ni que me deja en ridículo.
Papá.
¿Por qué no dejas que haga mi vida? ¿Por qué siempre tienes que demostrar tu control sobre todo y todos?
¡Papá cuanto me decepcionas!
Marco el número de Mike y al tecer timbrazo este lo agarra.
—¿Mike tu sabes que está pasando con....
—Ciara tu padre te ha bloqueado tus cuentas. —Interrumpe de una
Yo guardo silencio
—Se ha enterado que has influenciado para devolverle el trabajo a tu supuesto acosador y está hecho la furia humana en su estudio —Objeta este en tono preocupado —Hasta tuve que escabullirme de tu casa. Lo siento, pero tendrás que arreglártelas sola.
Suspiro
—Gracias. —Me limito a a decir
—Ara puedes contar conmigo si necesitas ya sabes dine...
Cuelgo.
—Bien. —Digo en voz alta —No pasa nada. —Digo para darme ánimos.
¿Llamo a Lea? No no ya ella tiene bastantes problemas en su casa. No quiero ponerla en aprietos.
¿Acepto ayuda de Mike? Pésima idea. Después de todo es el empleado de papá,seguramente me mantendría vigilada.
¿Duermo en el piso de la academia? Después de todo, no me mojaría de la lluvia, compraría una almohada y ya está.
Pienso, pienso y vuelvo a pensar desesperada. Gago se preocuparía, le daría pesar verme en esa situación.
No puedo entristecer a mi maestro así...
Toc toc
Asiento aceptando mi destino. Media hora después estoy entregando el coche alquilado para tener algo de dinero en el bolsilo.
Respiro
No tengo plan B.
Sigue cayendo la noche.
Miro durante largo tiempo el mercedes color plata que conozco tan bien desde hace años, pienso en venderlo, pero rápidamente desecho la idea. Se lo devolveré a su dueño, esto es el único lazo que tengo con el señor Clay.
Me subo luego de acomodar mi equipaje atrás, conduzco con mucha nostalgia, sé que cuando lo devuelva no habrá marcha atrás. También me digo que esto debió pasar hace mucho tiempo, desde que me obligó a entrar en la universidad, capaz no era tan fuerte ni tenía la madurez mental que poseo ahora.
Creo que por eso, no pude enfrentarlo antes.
Ahora es tiempo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top