Extraño Palpitar.
Los tranquilos días continuaron pasando hasta convertirse en un mes, el invierno comenzaba a acercarse cada vez más con los días volviéndose más grises pero eso no detenía sus labores diarias.
—Erika, estás asustando a las gallinas, quédate quieta –Musitó el de suéter café virando el ojo mientras trataba de apartar a la curiosa oveja para recoger los huevos sin que las aves se enojaran aún más—.
Pero la bola de lana altamente esponjosa siguió dando ligeros saltos para entretenerse en lo que seguían su recorrido ahora para cosechar algunas cebollas para la sopa de la tarde, durante ese tiempo esta se había apegado bastante al germano que a pesar de acostumbrarse a percibirla como un perro en ocasiones se sentía algo fastidiado de que interrumpiera como una niña.
Ignorando los contra tiempos terminó finalmente las cosas pendientes por lo que se tomó un rato para sentarse en una de las rocas grandes para descansar, extrañamente se había acostumbrado relativamente a esa vida rural debido a que no sentía ya toda esa tensión de estar en el poder constantemente presionado para ser superior al resto mientras hacía un plar as otro sin siquiera dormir. En cambio ahora podía sentarse a ver las estrellas mientras comía sopa con toda la tranquilidad del mundo, jamás pensó que podría hacer eso pues ni siquiera de niño tenía tanto tiempo para desperdiciar entre lecciones.
—He arreglado un par de suéteres para que use ahora que el frío aumenta, ¿Están bien? –Leyna salió de la casa tranquilamente con dichas prendas entre sus manos caminando con cuidado debido a la hierba alta en esa zona—.
—Mm claro –El de esvástica las recibió mirando las rápidamente notando que las recosturas eran pequeñas, además nadie iba a verlo allí por lo que daba igual– ....Gracias..
—No hay de qué, pase, la cena está casi lista –Respondió con una sonrisa tranquila antes de girarse y volver al interior de la cabaña que tenía un rico aroma a sopa recién hecha—.
—Espero tenga patatas –Dijo levantándose el rubio para así seguirla y llevar los cubiertos a la mesa junto con los vasos, esa se había convertido en su tarea luego de que la humana se lo pidiera un par de veces—.
—Sé que le gustan –Ella sonrió tranquila disponiéndose a ubicar los platos para servir la comida que desprendía un aroma exquisito como siempre—.
• • •
Dritte parpadeó ahora en silencio observándola hacer sus determinadas tareas, pensando en cómo ella comenzó a agregar las cosas que le había oído decir que le gustaban como en caso de las patatas cocidas, siendo muy diferente a cuando sus sirvientes acataban órdenes.
El de esmeraldas ojeó con calma los títulos de los libros polvorientos en el gran estante de la humilde cabaña, reconocía algunos como grandes obras literarias y otros cuantos como enciclopedias de medicinas naturales bastante curiosas, así que tomando uno en manos se giró para hablarle a la humano respecto al tema.
—Hay libros muy buenos aquí, no entiendo porqué los tienes tan llenos de polvo –Habló dándole ligeras palmadas a la portada de color rosado pastel con letras doradas de estilo medieval, era un ejemplar ligeramente pesado pero entretenido de pequeños relatos-.
Entonces recibió una "Mirada" pestañeante de la más baja que hizo una mueca de extrañeza que a los pocos segundos logró hacer al otro caer en cuenta de su error.
—...Lo había olvidado –Este murmuró avergonzado por su error, pero es que se le había pasado por alto debido a que la joven siempre hacía todo perfectamente sincronizado por lo que no parecía ser caso invidente—.
—No se preocupe, aunque la verdad nunca supe de qué tratan –Realmente no le afectaba el asunto a pesar de en ocasiones desear poder ver nítidamente qué había a su alrededor– Yo... Usted cree.. ¿Podría leerme un poco de algo?
El de esvástica inmediatamente suavizó su expresión de incomodidad para centrarse nuevamente en el título del libro, sintiendo un extraño cosquilleo en su pecho pero asintiendo al aire antes de caminar algunos pasos para sentarse relativamente cerca a la castaña dispuesto a abrir el libro que leería en voz alta por primera vez en su vida.
—.....En la noche de luna llena, la doncella cantaba mirando con regocijo su reflejo iluminado en el agua del manantial, mientras todas las flores dormía ella el bosque podía recorrer descalza, abrazando los árboles que con su tacto florecían.. –Ciertamente era un relato sin mucho sentido pero en cuanto más atención ponías a las palabras caías en cuenta de que hablaba sobre la Madre Naturaleza– Todos los días su canto suave puedes oír en cualquier lugar del bosque, arrullando animales y deseando buenas noches al que pueda oír..
—Eso fue muy hermoso –La de larga trenza sonrió conmovida recordando cuando hace mucho sus padres le contaban historias similares antes de dormir, aquello le había calentado el corazón– Muchas gracias, Dritte..
—Mm.. no tengo problema –Este desvío la mirada al resto de libros apilados y se quedó pensativo mientras la humana volvía a tejer lo que parecía una manta aún pequeña—.
━━━━━ • ⸙ • ━━━━━
Leyna acomodó su cue o en el sofá quedando hacia la izquierda del carmesí que ojeaba un poco las páginas hasta que estuviese lista, al notar de soslayo que era así comenzó a leer desde el prefacio un viejo libro de leyendas fantasiosas sobre dragones y reinos más antiguos que el de su abuela Prusia.
Pasó un ahora relatando sobre la maldición de un castillo hasta llegar a la mención entre un romance entre la princesa del reino y un caballero..
—..¿Qué es un beso de amor verdadero? –Preguntó la castaña tranquilamente esperando por la respuesta, había oído un par de veces esa palabra a lo largo de la narración pero no tenía idea—.
—Eh... Bueno es.. como cuando dos bocas se juntan para un beso común pero se supone que solo el hecho de que esas son personas se amen realmente puede hacer que cualquier tipo de maldición o hechizo se rompa y cosas así –Dritte sintió que su explicación había sido una completa mierda, así que terminó por suspirar y repetir algo que había leído hace mucho antes de las guerras– Un beso es.. algo que solo le concedes a alguien que realmente valoras, no como a la familia o un amigo, sino.. cuando tu corazón late diferente y solo quieres pasar el tiempo con esa persona en cuestión..
—Oh.. y, ¿Ya ha besado a alguien antes? –La curiosa muchacha parpadeó tratando inútilmente de enfocar su muy dañada vista para prestar mejor atención, si bien no podía verlo solo con oír su voz sentía que seguramente era alguien atractivo y la manera en que le comenzó a leer en las noches luego de la cena era algo maravilloso de él—.
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