Sexto latido

El tiempo pasó tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos ya era viernes.

—Entonces está —le mostré a mi hermana por videollamada.

—Si esa, resalta tus ojos —le dió el gusto bueno a mi camisa mi hermana.

—Gracias Dianne —agradecí feliz— por eso eres mi hermana favorita.

—Tonto soy la única que tienes —dijo riendo— bueno te dejo para que ya te duermas.

—Creo que será imposible —me negué.

—Descansa hermanito, te amo —se despidió.

—Yo más, dale un beso a mi sobrino por favor—pedí.

Desde que éramos chiquitos mi hermana y yo éramos inseparables, sin embargo la diferencia de edad tan grande hizo que no pudiéramos estar tanto tiempo juntos.

Me acosté a dormir después de esa intensa ronda de elección de ropa para mañana.

Pensé que no dormiría pero en mi condición era meramente imposible.

—Vamos galán despierta, tenemos una cita hoy —me despertó la voz de Tyron.

—Cinco minutos más —me queje.

—No, anda —dijo destapandome.

Me queje pero terminé por levantarme agotado, mi día se definía en como despertaba y ese día sentía que no iba a ser mi día.

Por suerte pasé la inspección de la mañana sin embargo me sentía cansado.

—¿Todo bien? —me preguntó Ty.

—Si, solo me desvele un poco —conté.

—Eres como mi abuelo, si no duerme sus once horas está cansado todo el día —se burló.

—Un gran hombre —apoye al abuelo Wright.

—Bien duerme un momento, todavía tengo que pasar por Sarah— me sonrío.

—Agh dos veces en el día tendré que verla —me quejé— es demasiado.

Tyron solo puso los ojos en blanco.

—Cállate y duérmete —ordenó.

Hice caso para no tener que lidiar con su mujer, me despertaron cuando llegamos y por suerte ya se había ido.

—Perfecto funcionó mi plan —sonreí.

—Puedes intentar llevarte bien —pidió— no por ella, por mi.

Suspiré para ver al moreno.

—Solo si me llevas —acepté.

El chico sonrió para cargarme, tendría unos grandes pechos pero su espalda... su espalda era muy cómoda.

Me dejo en mi salón, había llegado antes o mi chica muy tarde, mi profesor favorito llegó.

—Promesa cumplida —me sonrío mi profe.

—Promesa cumplida —asentí.

Él sonrió para sentarse.

—¿Cómo sigue ese corazón? —preguntó el profesor Bauer.

—Igual de grande y el suyo —me interese.

—Igual de viejo —dijo riendo.

La cabeza calva y ese bigote blanco era uno de sus rasgos característicos.

Mi chica llegó un poco molesta.

—No se enoje, quedan marcas —le recordó el profesor riendo.

—Ah lo se —respiró para darle una sonrisa— soy actriz, mi cara es mi mejor atributo.

—Pensé que era tu carisma —dije confundido.

—También —me sonrió— listo para tu cita.

Asentí nervioso, había dejado todo en manos de Ty esperando fuera un buen lugar.

Dormí casi todo el día, sorprendentemente seguía muy cansado, pero no me iba a impedir tener una cita.

Mientras esperábamos en el estacionamiento me entraban más y más nervios

—Te irá bien —me calmó Ty.

—¿Cómo lo sabes? —pregunté nervioso.

—Por qué vale la pena pasar tiempo contigo —me sonrío.

—Te amo —lo abracé con fuerza.

Mi moreno negó riendo, mi chico llegó con esa gran sonrisa.

—Hola Dy —saludó besando mi mejilla— tu debes ser Tyron.

—Y tu Bastian —saludó feliz.

Ambos estrecharon las manos y mis nervios estaban al mil.

Entramos en el carro a esperar a su mujer.

—Lo siento, mamá se pone algo tensa si salgo solo —explique.

—Tranquilo lo entiendo —me calmó.

—Pero si lamento que tengas que conocer a la novia de Ty —susurré.

El chico negó divertido, Sarah llegó para vernos recayendo en mi chicho mirándolo de arriba abajo.

—Que desperdició de hombre —negó viéndolo.

—Ah me sigo preguntando por qué mi Ty está contigo y aún no consigo entenderlo —la miré negando.

—Cálmense de acuerdo —pidió— la vamos a pasar bien.

Pero en cuanto llegamos al restaurante vegano supe que no iba a ser bueno.

—Es en serio —reclamé a Tyron con molestia.

—Sarah comenzó una dieta vegana —explicó avergonzado.

—Ah si desde cuando —la miré molesta.

—Unos tres dias —me miró sonriente— sabes lo que te hace la carne, es mortal a largo plazo.

—Ya pero yo no soy a largo plazo —le recordé.

Sentí el golpe en mi cabeza viniendo del Bakyordigan, son unos agresivos.

Respire porque no iba a dejar que esta mujer me arruinara la cita, entramos al restaurante, por suerte no era tan malo como pensé.

Terminamos pidiendo hamburguesas de lentejas que se veían bien.

—Y Bastian, ¿Cómo es Rusia? —le preguntó Ty— Dyre dice que se mudaron por el trabajo de tu padre.

—Es frío pero muy bonito —asintió— papá es médico así que consiguió una oferta aquí y decidimos mudarnos.

—Médico —dijo Sarah— seguro que seguirás los pasos de tu padre.

—Para nada, lo intenté siendo paramédico pero la sangre, y las agujas no es lo mío —se negó riendo.

—Espers tienes entrenamiento de paramédico —lo miré asombrado.

El chico asintió viendo su hamburguesa extrañando.

—Tengo entrenamiento básico y estuve un año porque no me dejaron salirme antes —contó— no fue un buen año —dijo recordando nervioso.

—Y yo aquí desperdiciando mi cita con ustedes —bufé.

—Es por obligación ni creas que quería venir —se quejó Sarah.

—Ni yo te quería aquí —señalé lo obvio.

—Como esperan llevarse bien si se la pasan peleando —nos gritó Ty.

—No hace falta que nos llevemos bien —estableció.

—Si, con suerte la dejas antes —ataque.

—O te mueres primero —atacó de vuelta con más fuerza.

Se hizo algo de silencio, mi amigo se levantó para salir.

—Yo voy —suspiró ella— perdón no quería... me pasé.

La chica salió tras mi amigo.

—Y por eso las citas dobles no son buena idea —mire al rubio junto a mi— lo siento.

—No importa, lo importante era estar contigo —me calmó — aunque si puedo haber menos drama.

—Ella mete el drama en todas partes, no sé porque mi amigo está con ella —me queje.

—Debe haber una buena razón, siempre la hay —dijo apartando su hamburguesa para comerse las papas.

—¿Tu por qué sales conmigo? —le miré confundido.

—Porque eres lindo —asintió— e interesante.

—Interesante —dije confundido.

El chico asintió sonriéndome.

—¿Y tu? Porque sales conmigo—pregunto mirándole.

—Porque eres lindo, e interesante—me burle.

La verdad es que me gustaba lo exótico y el manjar ruso se me apetecía muy bien.

Los dos volvieron a la mesa más calmados.

Sarah empezó hablar de un montón de cosas... la mitad no me interesó y la otra tampoco, sin embargo me sentía demasiado débil y cansado.

—Ah saben me tengo que que ir —dijo Sarah mirándome— debo comprar unas cosas.

—Si yo... quedé de llegar temprano a casa —mencionó Bas.

—Si es por mi yo estoy bien —aclaré.

—Te estás quedando dormido, termina la cita antes de que sea peor —señaló ella.

Sin darme cuenta ya estábamos pagando la cuenta.

—Yo me quedó aquí mamá pasará por mi —dijo Sarah.

—Yo igual comeré algo y luego me iré a casa —se adelantó.

—Te podemos llevar —insistí.

—Ve a descansar si —me abrazó— después tendremos una buena cita, con comida real.

—Y que comiste, comida imaginaria —atacó Sarah.

—Si no lleva carne no es comida —se defendió.

—Es verdad —lo apoyé— te daré la mejor cita ya verás.

—Estoy seguro de que si —besó mi frente— anda vete a casa.

Asentí para entrar al coche de Ty, el moreno me miró para ver mi reloj para monitorearme.

—Ya tomaste la medicina —me miró.

—Si, solo estoy cansado —lo calmé.

—Duerme si —permitió revolviendo mi cabello.

Llegamos a casa rápido yendo directo a mi camita para  acostarme de inmediato.

—Me puedo quedar a dormir —pidió sentándose en la ventana.

—Claro —dije agotado— ¿problemas en casa?

—No, solo es viernes y papá llegó ayer de trabajar —explicó.

—Ah ya entiendo —acepté— tendrán sexo no es así.

—Claro que si —negó asqueado— por toda la casa y a todo volumen.

—Es lo que aspiro a ser pero por ahora dormiré —susurré quedándome dormido de inmediato.

Desperté más tarde, el moreno estaba sentado junto a chetito, acariciando al caballo con una sonrisa.

—Deberías darle una vuelta —lo llamé— hace mucho que yo no puedo.

—Sabes que solo se deja montar por ti —me recordó— y te está esperando para cuando estés mejor.

Le miré para sonreír débil.

—Cuidarás de él no... si ya sabes...

—No hables así quieres —pidió molesto.

—Lo siento pero es una posibilidad —le recordó.

El chico suspiró abrumado para apartar la mirada.

—¿Puedo preguntarte algo? —pedi.

—Si es sobre este tema no —se quejó.

—Me intriga saber porque andas con Sarah —me adelanté confundido— o sea si es súper linda pero siendo honestos a veces es...

—Nefasta —aceptó asintiendo.

—Lo dijiste tu —me libré dándole razón.

El chico suspiró para mirarme.

—Es ciertamente malvada, pero tiene una fortaleza que me gusta —señaló— es un buen hombro para llorar, o cuando simplemente siento que me voy a derrumbar ella esta ahí.

—Gracias pensé que yo era eso para ti —me quejé celoso.

—Lo eres, en ciertas cosas —me dió la razón.

—Pero yo soy el paquete completo —repetí celoso.

—No me puedo derrumbar en ti si estás hospitalizado, o muy débil para contestar o cuando siento que pierdo a mi mejor amigo y él solo bromea con su muerte —confesó herido.

Ahora entendía el porque, yo no podía consolar a mi amigo estando mal pero ella si.

—De acuerdo prometo no hacer más bromas de mi muerte —suspiré— pero que quedé claro que en la cita de hoy ella sacó a la luz el tema.

—También puedes intentar llevarte mejor con ella —insistió como siempre.

—Eso no pasará —deje en claro— afróntalo quieres, y no más citas dobles.

—Si, no salió como esperaba —negó.

La puerta se abrió dejando entrar a la pecas con un bote de helado.

—Escuché que habría pijamada y me auto invite —sonrió— ¿Cómo les fue?

—Mal —dijimos al unísono.

—Me lo esperaba —señaló.

—Y a ti —sonreí— qué tal te fue en tu audición.

—Ah lo mismo de siempre querían darme ese papel y claramente no —negó— así que comeremos helado.

Asentí divertido, terminamos pidiendo una pizza pues mamá no quería cocinar.

—¿Y mi futuro novio? —preguntó Nadi para molestarme.

—Ya se durmió —conteste negando.

—Pero si son las ocho de un viernes —señaló riendo

—Es un niño muy responsable —dijo mamá entrando— no como otros.

Negué divertido, mamá me dió mi chequeo de la noche junto con mis medicinas.

—Y bueno ya que este niño no me cuenta como es su novio algo que decir ustedes —los miró amenazante.

—Pues resulta que tienen entrenamiento de paramédico—contó Ty.

—Así que no necesito chaperones —agregue feliz.

—Además es muy lindo —dijo Nadine— y es ruso.

—Y aún no es mi novio —me adelanté.

—Pero si ya salieron —dijo confundida.

—Pero aún no lo hemos establecido —remarque.

Mamá negó divertida.

—Si sabes que en otros países después de salir ya son novios pero para ellos no se establece —contó— tengo entendido que en los rusos es así.

—Ay dios —dije nervioso— tengo novio y yo ni enterado.

Mamá asintió divertida.

—Habla con él entonces —me sonrió— y de paso lo traes para conocerlo.

—A este paso va a creer que ya quiero matrimonio —negué.

Mamá beso mi frente divertida.

—No se duerman tan tarde de acuerdo —ordenó.

—Si mamá —dijimos al unísono.

Mire a los chicos preocupado.

—Ustedes creen...

—Pregúntaselo —resolvió Nadi acomodando el sofá cama para que se durmieran los dos.

Me tiré en la cama agotado, si me había costado media alma una cita como le iba a preguntar si ya éramos novios.

Por otro lado... había la posibilidad de que ya tuviera novio.

Sabíamos que iba a salir mal desde el principio pero bueno.🤷🏽‍♀️

Al parecer Sarah no es tan mala.🧐

Eso si un manjar ruso a quien no se le antoja🙌🏻

Pero bueno nos vemos la siguiente semana para saber qué pasará.👌🏼

¿Serán o no serán? 🧐

Nos vemos cuídense 💕

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top