Renan

Antonio me bajó frente a la mansión, cuadra, miniciudad, ¡Dios! Esta casa, si se la puede llamar así es inmensa.

¿Por qué se sorprendió tanto entonces al llegar a mi casa por primera vez?

Mañana es el gran evento que preparamos para los estidiantes del colegio, y quedé con Asier que esta vez, seria yo quién vendría a su casa para alistar el programa y practicar los repertorios, ya que en mi casa, mi madre está preparando el evento de mañana, ofrecerá un cóctel, y la verdad me aburre de tan sólo pensarlo.

Agarro mi celular, el cuál había guardado en la bolsa de gimnasio, esa cosa no es tan práctica, para ser honesta. Mucho menos después de ejercitarse, porque la verdad, yo solo arrojo la ropa usada en ella y no me es tan sencillo dar con mis cosas luego.

Cuando tengo el celular en las manos me percato que tengo unos mensajes de mamá.

—¿En serio te quedaste sólo una hora en el Gym Solem?

Decido que no estoy de ánimos para enviar un texto, así que mando un audio.

—¡Deberías agradecer que fui! Tengo cosas más importantes madre, Hablamos luego.

Salgo del chat y busco el contacto de Asier. Para enviar otro audio.

—Me acaban de abrir el portón, ya estoy en tu patio, pero este lugar es gigante, ¿me vas a buscar en un helicóptero Maluf?

Envio el audio, y según mis nuevos aprendizajes, sé que ahora debo agradecer al portero de la casa, le ofrezco una sonrisa amable y este también me sonríe.

—Señorita, si quiere puede tomar el carrito  de golf y puede conducir hasta el salón de eventos, que queda al fondo —Me dice amablemente.

—¡Oh! Muchas gracias, pero, yo no...

—¿No sabes manejar?— La voz de Renan sale del alta voz de la entrada. —No se preocupe, voy a rescatarla...

—No...—Digo fuerte, el portero ríe, pero sé que ya no hay nadie escuchándome del otro lado.

—Ya la buscan señorita—Agrega el hombre, y no me queda más que sonreír.

Miro de nuevo mi celular, para ver que mi madre me está grabando un audio y que Asier ni siquiera me leyó. Finalmente llega el mensaje, y con el tono de este, llega Renan en una cuasi moto.

¡Dios! Esto no se ve muy seguro. El mensaje de 3:50 de mi madre tampoco.

Renan estaba vestido de infarto, llevaba una remera blanca y unos shorts que dejaban ver cada estúpido músculo tonificado y bien cuidado.

—Ha llegado su carroza.

—Se ve más como una yegua, antes que una carroza... —Él ríe por mi acotación, pero la verdad es que ese pensamiento me salió más por miedo que por otra cosa. —¿No podemos ir en un carrito de Golf?

—Gala De la Sierra ¿Le tienes miedo a esto?—Su tono es seductoramente burlón, pero intento centrarme en el hecho de que no quiero caer de esa cosa, y tal vez, no quiero estar tan cerca de él.

—¡Anda! No va a pasar nada, hagamos eso que hacen en las películas que tanto aman las chicas, me rodeas fuerte de la cintura...

—Gracias Renan, iré caminando.—lo interrumpí de manera veloz. Y comencé a caminar en la dirección que me había apuntado el guarda.

Renan bocina, yo volteé, lo miré con un poco de enojo, hasta que él vino hasta mi, lentamente en la cosa esa con ruedas.

—No hace falta que me tomes de la cintura... sólo, siéntate atrás, te juro que esto es muy seguro, y no es una motocicleta, así que no será nada cliché.

—¿A cuantos metros está el salón de eventos?—pregunto mirandome las uñas

—800 metros.

—¡Me convenciste!—Digo mientras subo en la cuasi, él se voltea y me observa con cuidado antes de arrancar.

—Hueles bien... Gala—no sé porque, pero ese comentario me puso muy nerviosa, ¿fue un cumplido? ¿una burla? ¿un coqueteo?

—Gracias...—Digo apenas cuando él arrancó.

La verdad sentía que iba a morir por ir en esta cosa, y para ser bien sincera, quien realmente iba a tener un infarto seria mi madre si viese que voy en un transporte tan poco seguro cómo este. Y eso terminó dandome satisfacción, honestamente.

Llegamos al lugar, y me quedé con la boca abierta por dos motivos, la primera, el salón básicamente era un mínimo conservatorio, las paredes eran 100% de blindex y había todos los instrumentos musicales que me pudiera imaginar.

La segunda razón, Asier estaba saliendo de la piscina que estaba a lado del salón, ¡vaya, vaya! Si Asier es realmente atractivo, pero  ver como sale del agua, y como sus músculos se marcan cuando sale de la piscina, no, eso no es justo, en definitiva, el chico se veia sensual.

¡Gala! ¿Cómo se me ocurre? Trago saliva, y me bajo de la cuasi. En eso Asier me ve, y con sorpresa, mira su móvil.

—¡Carajo! Perdón Gala, perdón, no vi la hora, ni tu audio. ¿La buscaste?—pregunta Asier a Renan viniendo hasta nosotros, aún con el agua goteando de sus cabellos y su short. —¿Por qué no viniste en un carrito?

—¡La chica no conduce!—Se apresura en hablar Renan.

—Emmm, yo puedo responder por mi misma—digo mirando a cualquier sitio, ignorando la cercanía de Asier.

—¿Estás enojada?—Pregunta él acercandose más.

—¡No! ¡No! —me Presuro y le hago un gesto— es sólo que... ufff—Me acomodo el cabello— Estás sin remera, eso, me incomoda un poco, no, nunca... vi...—Hice un gesto causando que mis acompañantes rían.

—¿Nunca fuiste a la playa?—Pregunta Renan apoyándose contra la cuasi.

—No...—dije honestamente.

—¡Qué triste vida la tuya!— Habla Asier.

—¡Asier!— una voz femenina llama de algún sitio, yo busco la procedencia y me doy cuenta que sale de un alta voz, en tono de la mujer evidentemente era de alguien del medio oriente. —¡Tu compañera debe venir!

Asier va hasta el alta voz, aprieta un botón y habla.

—Ya está aquí madre, voy a  cambiarme, Renan la guiará mientras en la sala ¿vines a saludarla?

—¡Oh! ¡Hola! Voy contigo cuando regreses allí.

—¡Genial!

Asier suelta el botón, mira a Renan, quien se encoge de hombros y le sede el cuasi.

—Me hubieras avisado, Renan—Le reclama susurrando, se supone que no deberia oír, pero lo escucho.

—¿Y perderme tenerla a mi lado? No... anda vete.

—¡Vuelvo en 10 minutos!—Anuncia, y la verdad es que miro más sus pectorales que otra cosa.

—¡Si! ¡Si! Te espero.

—¡Renan! No seas idiota.

Asier arranca y se va, mientras Renan y yo lo vemos alejarse.

—¿Te gusta?—pregunta Renan con un tono meloso y seductor.

—¿eh? ¿Cómo?

—La casa, el conservatorio...

—Ahhh, me parece que todo está muy lejos, es como una mini ciudad, pero, sí, es bonito.

—Bien, ven, pasenos adentro, mientras esperamos a mi hermano y a mi madre... hay mucho que te quiero preguntar...

—Yo... creo que también, hay cosas que quiero saber de ti, Renan.

—¡Me encanta! Eso significa que soy interesante.

Reimos de nuevo, mientras caminábamos en dirección al salón, y por alguna razón, de mi cabeza no sale la imagen de Asier, aunque mi cuerpo esté sintiendo el calor de la voz de Renan ¿Qué está pasando, Gala?

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