Nuevo

Toda la semana Asier fue a casa, y nos pasamos horas recortado el cartón y pintandolo, aparte de estar con el celular a cuestas organizando la sorpresa de mañana.

Zelaia no podia creer que hubieramos logrado semejante contacto. Pero, no sé porqué se sorprendía por algo tan insignificante.

A decir verdad, a mi lo único que me emociona es ver la carita de los chicos mañana. Para ser honesta, también el hecho de que este fue el producto de mi trabajo en equipo con Asier.

Me bajo del auto, como todas las mañanas, levanto mi mano para despedirme de Antonio, porque mis hermanos no se dan ni por enterados de que existo.

Cuando voy llegando a la entrada un aroma me llama la atención, era como, la mezcla entre lo misterioso y la tentación, levanté los ojos del celular, para darme cuenta que a mi lado iba caminando un chico, de test morena, de un caramelo al punto.

Al instante en que lo vi, mi cuerpo liberó un choque de adrenalina gigantesco, que provoco una sensación extraña en mi estómago, cómo si una corriente se hubiese liberado allí.

El chico iba con unos audífonos puestos, caminaba tan bien, que parecía ser modelo.

Era totalmente conciente del hecho de que estaba incomodamente gustosa de verlo.

Giró la cabeza de manera elegante para dar conmigo, dibujó una sonrisa seductora, y hasta parecía que en su andar alguien le puso una banda sonora y lo pusieran en slowmotion.

—Cierra la boca que te van a entrar un centenar de moscas —La voz de Asier me trajo de nuevo.

El estaba con los brazos cruzados y matando con la mirada al chico recién llegado.

—¿Lo conoces?—Pregunto sin dejar de mirar al chico.

—¿Conocerlo? Vivo con él... te presento a el favorito, Renan...

—Wow, es...

—No lo digas, por favor—Asier se lleva una mano a la cara, y la otra al bolsillo.

—¡Ah! Ya veo...

—Mira, Gala, puedes pensar y babear todo lo que quieras por <<Señor Dios Griego>> Pero no me lo digas.

—¡Uggg! ¿Dios griego? ¿Sabes lo cruel y machista que es la mitología griega?

—Al menos lo inteligente en verdad se nota, ¡Gracias por no compararlo con ningún ser mitológico!

—Entonces puedo decir, que el es... llamativo.

—Solo espero que tus neuronas no se quemen por su perfección, y sigas siendo una niña inteligente.—Me desordena el cabello, y con esto causa que lo asesine con la mirada, él salió corriendo y yo fui tras él.

Nunca había jugado con nadie, mucho menos correteando por el patio de esta manera.

Él no paraba de reír y yo tampoco, me hacia sentir bien, en calma, y por sobretodo, importante.

Cuando estaba por dar con él, choqué contra Paola Reverni.

La chica me miró con tal desprecio que me hizo sentir muy mal. Como si me hubiera chocado a la mismísima reina de Inglaterra.

Ella es mucho más alta que yo, y eso en verdad me intimida, me hace sentir menos, aunque yo sé del poder de mi belleza, y que no hago más nada que modelar mi rostro, Paola era una chica muy desarrollada, y sólo una persona que no la viera no sentiría envidia.

—Ten más cuidado ratita.— Al decir eso la furia se apoderó de mi, ya no soy la chica de 7mo grado con inseguridades sobre la vida, y ahora me sentía mucho más poderosa a decir verdad.

—¿A quién llamas ratita?—Mi pregunta sale fuerte, compacta, e imponente.

Paola se sorprendió, me levantó una ceja, y cuando estaba por responder Asier, y su hermano Renan se meten en la pelea.

—Mejor ir a clases chicas —dice Asier.

—Señoritas... creo que concuerdo con mi hermano, es mejor ir al aula, y bajemos la tensión.

—Vaya, ¿cuánto pagaste a estos chicos para que sean tus amigos? ¡Ah! No... no hace falta que lo digas, imagino que por unos millones cualquier perro baila, sólo te falta contratar a una mejor amiga.

— Dame una semana de tiempo y me la consigo, también te la consigo a ti, ya que según veo, las tuyas te abandonaron.

—¡Perra engreída!—Grita.

—¡Uy Paola! ¿Qué pasó? Bajamos de categoría? Antes no recurrías a insultos de ese tipo, ¿a bajado tu target?

Paola está por decirme algo, pero como estábamos haciendo un pequeño show, es obvio que tuviéramos al colegio entero con la atención puesta sobre nosotras.

Alanis estaba llegando, cuando ambas nos ofrecimos una mirada de ira y fuimos de nuevo a por nuestros caminos.

—¡Gala!—Asier viene tras mio con rapidez y yo sólo intento ignorarlo.—, ¡Gala! Por Dios, espera...

Frené de golpe en medio del patio, evité mirarlo a los ojos, y me centre en ver todo lo que hay en alrededor, para hacerle entender que no quiero hablar.

—¡Debes comenzar a tranquilizarte! Ya estás  en medio de un castigo a causa de un acto de...

—¿De qué? ¡Anda! Dilo, de impulso, capricho, indecencia, de inconsciencia...

—De enojo...

Cuando dijo eso respiré hondo y me tranquilicé, él tenía una capacidad de calmar mi tormenta con dos palabras. Vaya que necesitaba más amigos así en mi vida.

—Ella... es que....

—Nadie tiene derecho Gala, nadie puede tratarte como ellos lo han hecho por años.

>>Y no digo que no te defiendas, me parece genial que lo hagas, pero no los provoques, siento que... quieres causar un infierno en todo.

La verdad es que sí, Asier tiene razón, estoy con ganas de colgar la imagen de niña santurrona, desprotegida y sumisa que por años me hicieron actuar.

Estoy harta de ocultar lo que siento, de poner un rostro de indiferencia, cuando realmente me duele todo lo que hacen y dicen de mi.

Pero no se lo puedo decir a Asier, es muy pronto como para que confie en él lo que realmente llevo adentro.

Yo solo niego y hago todo el esfuerzo humano para no quebrarme y llorar.

—Entiendo, aún no confías en mi.

Niego con la cabeza, él simplemente me ofrece una sonrisa amable, y me hace un gesto para ir hasta el salón.

Le doy una media sonrisa en respuesta y caminamos lenta y tranquilamente.

Faltando pasos antes de entrar, él me pone una mano en el hombro y me ofrece una mirada de preocupación.

—Hay algo que no te dije...

—¿Qué tienes un hermano súper guapo?—Beomeo, él me mata con los ojos, así que valió la pena el chiste.

—Tengo datos...

—De...

El afirma, y esto me interesa mucho más que cualquier drama, pues estoy decidida a averiguar quién está desviando los fondos de esos niños. Y cuando tenga las pruebas necesarias, juro que pagaré lo que sea porque esos rostro se vean en cadena nacional.

—¿Te parece bien mañana, después del concierto?

—¡Por supuesto!

Ingresamos al fin al salón, y mi sorpresa se hizo gigante al ver que Renan había quitado el lugar a Paola quien ahora se sentaba a lado de la mesa de Asier.

—¿No quieres sentarte a mi lado y cambiamos lugares?—Pregunta incómodo y colérico, aunque manejando muy bien la compustura, pues siento las ganas que tiene de colgar a hermano.

—No, no hagamos más dramas adolescentes por hoy...

—Ok, disfruta del nuevo...—dijo con rabia absoluta, cuando estaba por ir a su lugar lo detengo.

—Si quieres que lo ignore Asier...

—Gala, lo odio, con todo mi ser, tanto que venimos en autos separados... pero ese, nunca va a ser motivo para que yo te restrinja absolutamente nada... sólo, no lo escuches demasiado, tiende a hechizar a las personas con los humos de su pedantería...  y si te llega a gustar, en algún momento, no me lo digas, voy a asumir... muchas cosas. ¿VA?

—¿Te dije alguna vez que eres dramático?

—¿Te dije alguna vez que eres terriblemente honesta? Ahh sumale a eso que no entiendes indirectas, pobre de los hombres que te rodeamos.

—Exagerado.

—Tonta...

Me toma la mano y me da un apretón, para ir a su lugar, mientras, yo voy al mio  con cautela, a lado de mi nuevo compañero.

Él, también está leyendo, como lo hacía Asier cuando lo conocí, sólo qué en verdad, Renan me hace sentir como si el suelo se hubiese movido... Wow, huele muy bien.

Cuando tomo asiento el cierra su libro, se lleva la mano al mentón y me observa detenidamente.

—¿Algún problema?—consulto.

—Al contrario...—Lo miro intentando comprender, pero no le presto atención.— ¿Gala, verdad?—asiento mientras saco mi tableta. —Asier no ha dejando de comentar sobre tí en casa, desde que llegué, de lo Único que habla con mis padres, es de tí.

—¿Eso es bueno o malo?—Pregunto cuando siento que el rostro de Asier se interpone entre su hermano y yo.

—¡Deja de ser un idiota Renan!

Él levanta una ceja, analiza la reacción de ambos, sonríe me guiña un ojo y vuelve a su libro.

—Por favor... no le hagas caso. —Me susurra.

—Definitivamente, no lo iba a hacer, pero gracias por la advertencia.

La profesora de química entra  salón, ella saluda, y cuando da las indicaciones para ingresar a la plataforma y estoy por hacer las anotaciones mi lápiz óptico cae.

Reacciono rápido, y cuando lo estoy por tomar, la mano de Renan ya está sobre el, me acomodo, mientras el extiende el lápiz, yo lo estoy por tomar, pero él me agarra de la mano, la abre y con delicadeza pone el lápiz y cierra mi agarre.

Toda una tormenta eléctrica se vino en medio de mi estómago con este simple hecho. ¡Dios! Que chico más... ufff, no hay descripción para el nuevo.

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