Cinco días han pasado, y no creí que dejar de fumar podría ser más sencillo que acostumbrarme a la ausencia de Gala, todos los días me despierto a la misma hora, voy hasta el patio, miro a su ventana, y nada, no la veo, no está. Mi cuello se tensa al recordar nuestro primer beso, nuestras primeras caricias, y el alma se me encoge. 

—¿Ya fuiste junto a tu madre?—Pregunta Antonio y yo niego sin dejar de ver a la ventana de Gala—. Deberías olvidarte de ella Eire, nunca fue para ti,

—¿Qué dices Antonio?—Pregunto espabilándome y comenzando a caminar para retirarme de la casa.

—No soy tonto Eire, ¿crees que no sabía de tu aventura con la señorita Gala? No nací ayer ¿Sabes? Podrás engañar a los demás, pero no a mi. 

Antonio se coloca un chaleco mientras habla, él también va a salir, debe gestionar algunas cosas con la fiscalía, pues él se quedó encargado de esta casa, y como responsable de las otras que se encuentran en el interior del país. hay muchas cosas que debe cerrar, pues finalmente no pueden incautar nada sin pruebas. 

Debo admitir que la señora De La Sierra es increíblemente inteligente y astuta, pues logró acomodar la situación a su favor. Lástima que Asier haya salido con su bocota a habar antes de tiempo, aún quiero saber cómo es que consiguió apresar al padre de Gala sin tener evidencias contundentes, pero bueno, también sé que el lavado de dinero se toma con pinza, así que quizás por ese lado lo hizo. 

Hablando de ese idiota, hoy es su cumpleaños, y la verdad es que creo que quiero hacerle una visita. 

—No hagas tontearías Eire—Grita Antonio cuando me pongo en marcha para retirarme, llevo las manos a los bolsillos de la campera de jeans. Solo levanto la mano y me retiro, no quiero escuchar discursos moralistas ahora, no es que me interesen en este preciso momento.

Tomo unos de los autos que la jefe me dio permiso de usar para las vueltas y el trabajo que me envíe hacer, ya sea con los simples labores de un jardinero, o los otros encargos.

Enciendo la radio, arranco el auto y salgo de la casa, estando seguro de lo que quiero hacer y de a dónde quiero ir. 

La música se detienen y uno de los conductores comienza a hablar sobre las noticias de la semana, me preparo emocionalmente para lo que vendrá, porque estoy seguro que saldrá la historia del padre de Gala. 

El conductor comienza a relatar la historia de cómo apresaron al señor De La Sierra, y las imágenes vuelven a repetirse ante mis ojos, estábamos volviendo de comprar unas azaleas que había pedido la jefe, y nos interceptaron el camino, nos detuvimos sin escándalos, pero la policía no fue amable, directamente lo golpearon y esposaron, pensé que correría con la misma suerte, pero no, ellos optaron por liberarme, e ir hasta la casa a avisar lo ocurrido. 

Las flores de azaleas que estaban en la camioneta las destruyeron, no sé ni por qué, pero en ese momento no pude hace más que avisar a su esposa de lo que ocurría en ese momento.

—Pero lo que yo no entiendo es que ¿Si en vedad no es culpable? ¿Por qué la familia se escapa?—Pregunta el otro conductor. 

La sangre me hierve, y comienzo a acelerar en la carretera que se encuentra libre, como todos los sábados por la mañana. 

—Lo siento, pero es más que evidente que hay gato encerrado, no me creo eso de que esté 100% limpio. Digo, es verdad tienen una constructora muy reconocida a nivel mundial, pero así también crecieron de la nada. 

—Totalmente... pero pasando a otra cosa con respecto a los De La Sierra, el otro escándalo que comenzó a rondar específicamente a la hija mayor —Mi corazón se detiene—, es que en el colegio donde estaba estudiando comenzaron a salir memes y todas esas cosas que hacen los adolescentes como para burlarse de la hermosa chica, por cierto, pero al cabo de unas horas, se armó el escandalo real.

>>Fotos de fiestas, algunas muy subidas de tono, de estos chicos derrochando dinero, comportandose indecororsamente, y otras muy humillantes por cierto, un verdadero escándalo, que salpicó a las familias más adineradas y supuestamente recatadas de la socialité.

—Y ahí, para que veas que lo que haces con malicia lo pagas.

Apagué la radio, porque ya estaba comenzando a dolerme la cabeza y no quería seguir escuchando como descuartizan a toda esa gente, que en verdad se lo merecen, pero, el problema es que yo sé cómo se filtraron esas fotos, definitivamente fue Asier. 

Al fin llego hasta su casa, freno, me presento ante el portero, y digo que soy amigo de Asier, que vengo a pasar con el su cumpleaños. 

El portero hace la llamada, y no esperé mucho, sabía que definitivamente él sabría que yo me presentaría, estoy seguro que lo esperaba que ansiaba verme aquí. 

Se baja del carrito del golf, y cuando el portón se abre, ambos nos precipitamos el uno sobre le otro. 

El portero intenta intervenir cuando ve la acción, pero la voz de Renan obliga al hombre quedarse en su puesto. 

Un golpe seco en su rostro y otro en el mío, nos arrojamos en el suelo, derrumbé al chico de una, subí sobre su torso e intenté propinarle unos golpes, pero es bastante bueno bloqueándolo. 

Finalmente consigue derrumbarme y en vez de golpearme el rostro como yo pretendía hacerlo, me golpea las costillas, una, dos, tres veces. El dolor es intenso, agudo y constante. El chico tiene las manos pesadas. 

—¡Basta!—Ordena Renan—No lo hagas papilla.

—Un riquillo jamás me hará papilla—Digo secando mis labios sangrantes, y ahora si me sostiene el portero para que no vaya por Asier.

—Ese es tu problema, asumes que soy inútil por tener dinero, y ni sabes mi realidad.

—Yo creo que ahora ya sabe que nos criamos en la calle—Dice Renan, y la verdad es que esos golpes no son de Gimnasio—. Más vale que te vayas de una vez, traidor. ¡Por tu culpa Gala se fue antes de tiempo!

—¿Mi culpa?—Escupo—. Fueron ustedes los que acusaron al señor De la Sierra de manera injusta, saben perfectamente que no había pruebas que lo apunten.

—¿De verdad crees que nosotros lo acusamos?—Se burla Asier—. Si hubiera sido así, te aseguro que ahora mismo mi padre estaría de regreso. ¿Me vas a decir que no sabes en que andaba metida tu jefa? ¿Y qué te hace pensar que ella no fue capaz de echar a su marido al frente. 

—De nuevo con conjeturas—El portero me saca del patio y cierra el portón—. A tí solo te gusta hablar, acusar y crearte la película de que eres el héroe, pero mira cómo salió. Al final eres sólo el villano de la vida de Gala. 

—¿Yo? Estás seguro—vuelve a preguntar riendo— ¿Fui yo quién le mintió sobre que hace realmente su familia? Tú juegas al pobre galán enamorado, pero mentiste al igual que yo, pero sabes cuál es la diferencia Eire, yo fui capaz de decirle a Gala la verdad, de por qué quería acusar a su padre, de que me acerqué con farsas, ¿Y tú? le dijiste que reclutas personas para su madre... específicamente niños... los niños de cierto colegio que se quedaron sin fondos para solventar clubes que los alejaban de los malos hábitos. 

>> Por supuesto que no lo hiciste, y no harás, déjame decirte por qué, porque no la amas, solo la quieres, para sentirte importante. ¡Ahora Vete de mi casa o llamo a la policía y hago que te investiguen de una vez!

>>La única razón por la que no lo hago, es por tus hermanitos, por que creéme, sé lo que es vivir en un lugar así, y la culpa no la tienen ellos, la tiene Martsa, y lo voy a descubrir, cueste lo que me cueste. 

Respiré hondo, pasé mi mano sobre mi herida e ignoré sus advertencias, él no tiene idea de lo que habla, y juro que lo voy a destruir. 

—¡Nos volveremos a encontrar Asier! y juro que te voy a volver a despedazar, así como lo hice porque Gala me ama a mí, y no a ti, así mismo, voy a destruirte con tus estúpidas suposiciones, ya verás. 

Subo al auto colérico, con el corazón latiendo al mil, mis manos temblando y las ganas de volver a golpear a Asier. Esto definitivamente va a ser una larga lucha, y voy a ganar cómo sea.