No tan perfecto...

"Oh, ¡Por Dios!" Gritó Harry.

Sus grandes manos golpearon el volante con frustración. Rápidamente abrí la puerta del coche, saliendo. Estaba haciendo bastante buen trabajo en ponerme de mal humor. Me apresuré hacia los escalones de nuestro apartamento y saqué rápidamente las llaves de mi bolso, abriendo la puerta y dejando la puerta abierta para Harry. Salté cuando Harry la cerró de un portazo detrás de nosotros. Rápidamente caminé por el pasillo hasta nuestra habitación.

"¡Teddy!"

Le ignoré, quitándome mis zapatos y yendo hasta el espejo para desabrochar mi collar. Le vi en el reflejo mientras caminaba hacia la otra parte de la habitación. Se quitó su chaqueta, colocándola en la silla antes de girarse, sus ojos quemaron en los míos.

"No puedo creer que sigamos discutiendo sobre esto, es tan estúpido."

Rápidamente me giré, apartando mi pelo de mis hombros para que cayera en cascada por mi espalda antes de entrecerrar los ojos hacia Harry.

"No es solo eso Harry, es todo lo demás." Dije severamente.

"¿Cómo qué?" Se burló.

Se quitó los zapatos y su mano viajó a su cara, apartando los rizos de su visión.

"Como que nunca quitas los platos del escurreplatos. Siempre tengo que hacerlo."

Frunció el ceño.

"Lo hice anoche." Contraatacó Harry.

"No, no lo hiciste. Dijiste que ibas a hacerlo y luego te sentaste en el sofá mientras estabas con el móvil."

Él luchó por negar lo que acababa de decir, en vez de eso, dijo un comentario para defenderse.

"Tú nunca vuelves a colocar mis DVDs en orden alfabético."

"¡No son todos tuyos!" Grité.

Sus congelados ojos verdes se quedaron en los míos mientras se abría el cuello de la camisa, deshaciendo los botones de ésta.

"Dejas las uñas cortadas en el sofá." Dije con tono molesto.

Él tiró su camisa al suelo, quedándose con el torso desnudo y con los vaqueros que descansaban debajo de sus caderas, la banda negra de sus boxers sobresalía de la parte superior. Era hermoso... también era un cabezota.

"Tu pelo se cae... en todos lados." Enfatizó las últimas palabras.

Jadeé, mis manos subiendo a mi cabeza y pasando mis dedos a través de mi pelo largo.

"No puedo evitarlo." Contesté tranquilamente.

Mis cejas se volvieron una arruga mientras juntaba mi pelo en mis manos y lo llevaba protectoramente sobre mi hombro.

"¡Tú no sabes como lavar tu propia ropa!" dije.

Caminé para recoger la camisa de Harry y la tiré en la cesta de la colada pero él agarró mi muñeca antes de que me inclinara.

"No." advirtió.

Agarré la ropa de todas maneras, solo para probar que tenía razón. Harry dejó escapar un suspiro de molestia antes de ponerme contra la pared. Separó mis dedos de la tela, dejando que cayera al suelo. Harry colocó sus manos en la pared a cada lado de mi cabeza. Se inclinó más cerca, exhalaciones calientes chocaban contra mi cara mientras él respiraba pesadamente. Sus ojos oscuros perforaron los míos mientras me atrapaba entre su cuerpo y la barrera que rodeaba a la habitación.

"¿Disfrutas haciéndome enfadar?" Su rasgada voz sonó.

"Podría preguntarte lo mismo."

Un par de segundos más pasaron, su fuerte pecho subiendo y bajando. La cadena de plata que llevaba colgaba entre sus clavículas. Me di cuenta de que la gruesa vena de su cuello se volvió más prominente mientras tensaba la mandíbula; signos que mostraban su obvia irritación.

"Vas a dormir en el sofá esta noche." Susurré con desagrado.

"Con mucho gusto." Replicó.

Harry apartó las manos de la pared. Vi como se desabrochaba los vaqueros y los pasaba por sus piernas, dejándolos en una pila en el suelo. Sus dedos agarraron la manta oscura al final de la cama antes de salir por la puerta. No se por qué pero eso me enfadó más, el hecho de que no peleó al ser echado de nuestra habitación. puede que fuera porque no se había disculpado.

Sabía que era inmaduro pero no pude evitar soltarle otro comentario.

"Ah y por el amor de Dios, Harry. ¡No es tan difícil recordar bajar la tapa del retrete!"

Él murmuró enfadado algo antes de dar un portazo. Me quedé ahí mirando hasta que la franja de luz se apagó bajo la puerta. Mi pecho se hinchó antes de soltar un suspiro. Mi mente vagó, urgiéndole a ir hacia Harry y decirle que lo sentía. Pero cuando caminé hasta la puerta no pude abrirla. Mis dedos soltaron el pomo y cerré los ojos. Por qué debería disculparme, él tenía tanta culpa como yo.

Luché por quitarme el vestido, la cremallera era mucho más fácil de bajar cuando tenías a alguien que te ayudara. Pero no pensaba pedirle ayuda a Harry. Finalmente escapé de los confines de la tela negra, colgándolo en una percha y colocándolo en la puerta del armario.

Me lavé rápidamente los dientes, me peiné y me puse el pijama. Caí en el colchón, con mi cabeza girada hacia la izquierda. Mi corazón se hundió por no tener a Harry a mi lado. Incluso bajo el calor de las mantas, no se sentía igual. Harry irradiaba un tipo diferente de calor, uno en el que podría acurrucarme y él me acercaría más, me encontré preguntándome si él sentía lo mismo sin mí.

No dormí muy bien esa noche, nuestra discusión estaba en mi mente. La presencia de Harry fue muy extrañada en la cama.

***

Mis pies caminaron por el pasillo, atrayendo mi visión hacia el salón. Mis ojos se posaron rápidamente en el largo cuerpo que estaba tirado en el sofá. Su cara estaba presionada en la almohada en la que descansaba su cabeza. Sus rizos en todas las direcciones. Estaba adorable y entonces recordé la razón por la que lo había echado de la habitación.

Fruncí el ceño antes de caminar hasta la cocina. Los cubiertos y platos chocaron con fuerza contra el fregadero mientras limpiaba toda la encimera. Me quedé quieta, esperando un par de segundos.

"¡Ahh!" Oí desde el salón.

Una sonrisa cruzó mi cara cuando supe que mis acciones habían desesperado a Harry. Seguí, llenando el fregadero de agua caliente antes de echar una mínima cantidad de jabón. Las pequeñas burbujas flotaron en el aire antes de estallar, desapareciendo. Mi posición estaba mirando a mi tarea cuando oír pisadas acercarse.

"¿Qué diablos estás haciendo?" Una áspera voz sonó desde la puerta.

"Limpiando." Contesté sin rodeos.

"¿Ahora?" La frustración era clara en su voz.

No le contesté, en vez de eso, seguí enjuagando los platos y colocándolos para secar.

"Teddy."

Mi antebrazo derecho fue agarrado con fuerza y fui forzada a mirar a Harry. Tropecé un poco con sus acciones, mis manos llenas de jabón presionándose contra su pecho desnudo mientras me equilibraba. Retiré rápidamente mi toque de su cuerpo y observé como el agua y las burbujas pasaban por su piel morena.

"¿Por qué lo estás haciendo ahora?" Harry movió la cabeza.

"¿Por qué no?" me encogí de hombros.

"Son las siete y media de la maldita mañana, por eso no." Bufó enfadado.

No contesté, solo miré mientras Harry agarraba un trapo del enganche del fregadero. Lo pasó por su pecho, secando la piel mojada.

"Maldita mujer." Le oí murmurar antes de salir de la cocina.

***

"¡HARRY!"

Me quedé de pie con una mano en mi cadera, la otra agarrando un zapato. Él apareció en la puerta de nuestra habitación para encontrarme dando golpecitos con el pie impaciente. Los restos de su sándwich de queso seguían en su boca antes de que limpiara las migas con su mano.

"¿Qué?" Preguntó Harry.

"Lo sabes" Repliqué.

La más pequeña de las sonrisas trazó sus labios rellenos antes de que se recompusiera y continuara a actuar inocentemente. Entrecerré mis ojos, esperando poder intimidarle para confesar.

"No se que de estás hablando."

Harry se giró para irse pero rápidamente le alcancé y agarré su muñeca. Miró hacia donde nos estábamos tocando antes de que su mirada viajara a mi cara.

"No vas a ir a ningún lado hasta que me digas donde está mi otro zapato."

"No se donde está, Teddy." Bufó.

"Bueno tiene gracia porque estoy bastante segura de que vienen por pares y los dos estaban aquí antes de que me metiera en la ducha."

Le di un empujoncito en el pecho con la punta del zapato que estaba sujetando. Él tragó visiblemente cuando le tiré a la cama y sujeté sus hombros para que se sentara. Me quedé de pie mientras él me miraba.

"Dímelo." Dije con mi mejor voz amenazante.

Todo lo que él hizo fue sonreírme.

"No."

No quería que supiera que esto me estaba molestando muchísimo. Así que casualmente pasé del tema.

"Bien. Cogeré otro par." Intenté actuar casual mientras caminaba hacia la puerta.

Harry seguía sentado en la cama mientras observaba con detenimiento como me giraba hacia él.

"Pero espero que no te importe si reordeno NUESTROS DVDs." Sonreí.

Vi su cuerpo tensarse, su mandíbula apretarse por mis palabras.

"Bien." Dijo Harry con brusquedad.

Se levantó de repente, sus largas piernas haciendo el mínimo de pasos para llegar hasta mí en la puerta, jadeé cuando se detuvo delante de mi. Nuestros cuerpos tan próximos que nuestros pechos casi se tocaban mientras respirábamos. Me quedé de pie, Harry miró hacia mi mientras sus dedos subían hasta mi cara pero en vez de eso, sus manos se colocaron en mis hombros apartándome gentilmente hacia atrás para que él pudiera pasar y salir por la puerta.

***

"Está siendo un dolor en el culo." Puse los ojos en blanco.

"¿No lo son todos?" Contestó Michelle.

Mis chicas y yo pedimos una copa cada una, hablando sobre los problemas que teníamos con nuestras otras mitades. Pronto me di cuenta de que no éramos solo Harry y yo. Muchos de mis amigos estaban teniendo pequeñas discusiones tontas también. Me reconfortó el hecho de saber que no estábamos solos en esto.

"¡Hola guapa!"

Oí a Michelle burlarse cuando me dio un codazo para que mirara a mi derecha. Un hombre con el pelo rubio desgreñado estaba sentado en el taburete a mi lado. Su inquietante sonrisa me puso nerviosa.

"¿Cómo te llamas?"

"Lo siento, no estoy interesada." Dije con calma.

"Oh, vamos muñeca. No seas así."

Me alejé de su toque cuando intentó colocar una mano en mi rodilla. Estaba a punto de decirle que mantuviera las manos quietas cuando la puerta del bar se abrió. Harry apareció, su cabeza se movió hacia un lado y luego hacia el otro antes de encontrarnos. Sus ojos se posaron en el tío que estaba intentando hablar conmigo. El pelo de Harry estaba más rizado que de costumbre, sus tirabuzones caían sobre su frente antes de que él los apartara con su mano. Su alta estructura, la mayoría de las veces, era un par de centímetros superior a la de cualquier otro hombre. Mi visión viajó por su torno, conociendo exactamente lo que había bajo su camiseta. Piel suave y bronceada, un pecho duro y las sutiles líneas de su estómago. Los largos dedos de Harry estaban envueltos alrededor de un juego de llaves, que él seguía toqueteando.

Me di cuenta de que unas cuantas cabezas se giraron en la dirección de Harry. Las mujeres avisaban a sus amigas para que miraran al atractivo chico que acababa de entrar en el bar.

Fruncí el ceño cuando mis amigas se movieron un asiento lejos de mi. No entendí lo que estaba pasando hasta que Harry se sentó en el taburete ocupado previamente por Michelle. El hombre del otro lado miró a Harry.

"Hola." Dijo Harry.

"Hey."

"¿Cómo te llamas, guapa?"

No pude evitar sonreír, la pregunta de Harry me hizo reír. Definitivamente, quién dijera las palabras marcaba la diferencia.

"Teddy."

"¿Cómo un osito?"

Asentí, recordando que me había preguntado lo mismo cuando nos conocimos por primera vez.

"Es mono. Soy Harry."

Mantuvo su mano, la cual agarré.

"Encantada de conocerte, Harry."

Mis amigas miraron con atención la interacción entre nosotros, sus caras estaban sonrientes. Por el rabillo del ojo sabía que el tío a mi lado no podía creer lo que estaba pasando. Él me había preguntado el nombre hacía unos minutos y yo le deseché. Ahora se lo estaba dando libremente a Harry.

"Bueno, se que esto es un poco directo pero, ¿te gustaría que tengamos un piso juntos?"

Su cara se iluminó en una sonrisa, mostrando sus profundos hoyuelos.

"Oh, no se." Evalué. "¿Qué incluiría exactamente?"

"Levantarte con mi cara cada mañana. Tener que insistirme para que baje la tapa del retrete. Enseñarme a usar la lavadora. Molestarte porque no guardo los platos secos." Enumeró.

"Hmmm." Pensé juguetonamente.

"Ah, y tener un sexo brutal." Añadió Harry guiñando el ojo.

Me reí con sus palabras.

"Me convenciste con lo de la lavadora."

Harry se rió, sus manos agarraron las mías y me puso de pie.

"Lo siento colega." Le dijo Harry al tío con la boca abierta.

Se inclinó, capturando mis labios con los suyos mientras mis dedos se agarraban a los rizos de su nuca. Me derretí en su cuerpo, sus brazos a mi alrededor. Los dos jadeamos en busca de aire cuando nos separamos.

"Salta." Dijo Harry.

Él se giró y se agachó para que pudiera subirme a su espalda. Mis brazos se envolvieron alrededor de su cuello mientras me reía; Harry aupó mis piernas alrededor de su cintura.

"Vamos." Dije con entusiasmo.

Giré mi cabeza, las chicas sonriéndonos. Les lancé un beso. Ellas sonrieron antes de decir adiós.

"Puedes proceder." Le dije a Harry quién se rió profundamente.

Recibimos un par de miradas humorísticas mientras Harry me llevaba hasta la puerta del bar. Levanté mi cara para ser recibida con gotitas de lluvia frías. La atmósfera era un cambio agradable del último par de noches húmedas. Oí a Harry gemir en silencio cuando mordí la cálida piel de su cuello. El agarre en mis muslos se apretó mientras caminábamos por la calle, sus dedos presionándose en mí. Empecé a reírme cuando las gotas se volvieron más grandes y caían con más frecuencia.

"¡Harry!"

Su agarre se soltó permitiéndome deslizarme por su espalda, mis zapatos tocaron el pavimento.

"¡Vamos!"

Harry agarró con rapidez mi mano antes de que los dos corrieras por la calle mientras el cielo se abría. Me reí mientras él jugueteaba con las llaves del coche, sus rizos pegados a su cara mientras la lluvia continuaba cayendo. Temí pensar cómo me vería. Harry finalmente abrió el coche y entramos. Un suspiro de alivio escapó de mis labios cuando cerré la puerta antes de girarme hacia él.

"Creo que va a llover." Intentó no sonreír.

"No me digas, Sherlock." Me reí.

***

Torpemente caminé hacia atrás a través de nuestra puerta principal, su pie cerrándola. Harry se rio mientras sus manos agarraban mis caderas. Me presionó contra la pared, dejando besos calientes sobre mi mandíbula y por mi cuello. Normalmente nos tomábamos nuestro tiempo cuando hacíamos el amor, queriendo saborear la sensación del cuerpo del otro. Sin embargo en esta ocasión la ropa de Harry no se estaba quitando lo suficientemente rápido para mi gusto. Mis manos se presionaron en su pecho, empujándole hacia atrás para que pudiera deshacerme de su camiseta mojada. No llegamos a la habitación, realmente, quitándonos nuestros zapatos en el pasillo. Me estaba ayudando a quitarme mi, prácticamente transparente, camiseta. Sus largos dedos acariciaron mi cuerpo mientras subía la tela sobre mi cabeza. Me acercó más a él, sus labios dejando un beso en la comisura de mi boca. Pude sentir la desesperación de Harry en sus labios presionados con fuerza en mí. Abruptamente se separó.

"No me importa lo de los DVDs."

No pude evitar reírme, la declaración no era realmente apropiada para la situación. Mi cuerpo estaba atrapado entre Harry y la pared de nuevo. Sus dedos abrieron el botón de mis vaqueros antes de bajar la cremallera. Una risita se escapó de mi mientras los labios de Harry besaban mi cara y mi cuello. Sus rizos mojados hicieron cosquillas en mi piel.

"Puedes ponerlos en el orden que quieras." Murmuró contra mí.

Los profundos hoyuelos y una sonrisa aparecieron en la cara de Harry antes de que rozara cariñosamente su nariz contra la mía. Se rió cuando moví mis caderas, permitiéndole quitarme los estrechos pantalones mojados. Mis dedos aterrizaron en sus oscuros rizos, besando el punto donde su mandíbula se encontraba con su cuello. Él sonrió y yo besé la punta de su nariz. Mientras tanto, Harry había desabrochado sus vaqueros y se los había quitado.

Fui apartada de la pared. Las cálidas manos de Harry serpentearon la piel fría de mi espalda. Sus grandes ojos verdes se fijaron en los míos mientras desabrochaba mi sujetador. La tela negra se cayó al suelo y un gimoteo dejó mis labios cuando la cabeza de Harry se agachó. La mía se echó hacia atrás cuando él agarró un pezón con su boca, moviéndolo con su cálida lengua.

"Harry." Dije en una respiración.

Él masajeó gentilmente el otro pecho, moviendo su pulgar sobre la punta sensible. Mi respiración se paró mientras él seguía, mis rodillas se debilitaban. Le sentí jadear con pesadez contra mi pecho cuando busqué entre nosotros y rocé mi mano sobre su prominente bulto. Él retiró su toque de mi cuerpo, irguiéndose delante de mi.

"Joder."

Apreté con cuidado mientras mirada con detenimiento su cara. Probé la cálida piel a través de sus clavículas, mi boca chupaba, ganándose ligeros gemidos de los labios de Harry. Mi mano libre agarró su hombro, permitiéndome inclinarme hasta su oído.

"Túmbate para mí, H." Susurré.

Me di cuenta de que un escalofrío recorrió su cuerpo cuando cumplió mi mandato. Sus grandes ojos observaron mis movimiento mientras yo gateaba sobre su cuerpo, ahora estirado en el suelo del pasillo. Sonreí cuando él me sonrió con picardía. Mi largo y mojado pelo cayendo a nuestros alrededor mientras le daba un ligero beso en su boca.

Su pecho subía y bajaba rápidamente mientras yo pasaba mis labios por su torno. Harry se incorporó, apoyándose en sus codos, mirando como yo trazaba la línea de vello de su obligo a la parte superior de sus bóxers. Mi mirada se enfocó en su cara mientras le tocaba a través de la tela negra. La cabeza de Harry se echó hacia atrás, buscando aire. Pero su visión pronto volvió a mi cuando mis dedos se contornearon bajo el elástico, bajando la tela por sus largas piernas. Gentilmente, agarré su longitud en mi mano antes de subir y bajar, rozando mi pulgar sobre la punta sensible. Los roncos gemidos de Harry indicabas que estaba disfrutando de mi toque. Me incliné, mis labios dejando ligeros besos hasta que llegué al hinchado capullo. Harry se tensó cuando le tomé en mi boca. Su mano bajó desesperadamente, entrelazando nuestros dedos con mi mano libre mientras movía mi lengua. Sus ojos estaban caídos, luchando por respirar, profundos gemidos salían de sus labios hinchados pero antes de que pudiera ir a más, sus manos agarraron mis caderas.

"Por favor." Suplicó.

Me colocó debajo de él. Sus dedos bajaron rápidamente mi ropa interior por mis piernas. Me ofreció una amplia sonrisa mientras deslizaba su dedo del medio en mi excitación. Mis labios se separaron, suaves gimoteos salieron de mi boca mientras Harry lo metía y sacaba, mis pestañas se batieron con su toque. Lentamente sentí como un cosquilleo crecía en mi estómago.

"H-Harry." Balbuceé.

Su dedo se retiró rápidamente antes de que llegara al límite. Él agarró mis manos, levantándome con él. Mis muslos estaban enrollados alrededor de su cintura mientras él me llevaba a la habitación. mis labios mordieron su cuello y él murmuró. Cerró la puerta detrás de nosotros antes de colocarme sobre la colcha. Se quedó sobre mí mientras yo le sonreía.

"Oh Dios, eres preciosa." Susurró en voz baja.

Me sonrojé ligeramente por sus palabras, apartando mi mirada de él. Mis dedos agarraron la cadena de plata de colgaba en su cuello, atrayéndole hacia mi. Besé su mejilla antes de que mis labios fueran a su oído.

"Hazme el amor." Susurré.

Harry sonrió, elevando mi brazo derecho sobre mi cabeza. Suspiré por la sensación de sus suaves labios sobre la marca de nacimiento con forma de flor decorando le piel del interior de mi brazo.

"Encantado."

Su ronca voz envió escalofríos a través de mi cuerpo. Harry gateó sobre mí, descansando su pelo en sus antebrazos. Sus ojos verdes brillaban mientras una mano iba entre nosotros, guiándole hacia mi entrada. metió la punta, haciéndome jadear.

Mis labios se separaron, mis ojos se cerraros mientras Harry me llenaba con su longitud. Coloqué mis brazos alrededor de su cuello, queriendo urgentemente su cuerpo más cerca. Podía sentir la pesada respiración de Harry en mi oreja mientras me daba un poco de tiempo para ajustarme. Mi concentración volvió al par de ojos verdes, mirando con concentración mi cara. Cuando no se movió, coloqué mi piernas alrededor de su cintura, mi talón presionando su trasero, urgiéndole a continuar,

Harry se rió, las vibraciones atravesaron su pecho. Elevó sus caderas, saliendo a un ritmo dolorosamente lento antes de empujar hacia delante con el mismo ritmo. La sensación me dejó desesperada. Observé la cara de Harry. Maldiciones salían de sus hinchados labios separados mientras sus pestañas se batían incontrolablemente.

"H-Harry, por favor." Balbuceé.

Mis dedos se hundieron en sus bíceps mientras él incrementaba gradualmente el ritmo. Capturé sus labios con los míos, amortiguando los suaves gemidos y gimoteos que escapaban de nuestras bocas. Mis caderas pronto comenzaron a encontrarse con las suyas, un movimiento que hizo que él se apartara de mis labios y jadeara por aire. Los rizos de Harry hacían cosquillas en mi piel mientras su cabeza caía en el hueco de mi cuello. Le sentí repetir mi nombre bajo suspiros antes de que empezara a chupar el punto sensible bajo mi oreja.

Mi espalda se arqueó cuando Harry me dio un particularmente fuerte, empellón. Nuestros pechos se juntaron, respirando rápido y con pesadez. El sonido de las gotas de agua repiqueteaba contra la ventana, resonando de fondo. Mis dedos se deslizaron en sus suaves rizos mientras él volvía a colocar su cara sobre la mía.

"Te- te quiero." Luché por decir.

Una sonrisa con hoyuelos trazó su preciosa cara mientras interiorizaba mis palabras. Sus labios seguían besando y chupando en los puntos sensibles escondidos que solo nosotros conocíamos en nuestra piel. Pasé mis dedos por la espalda de Harry, su cuerpo cubriendo el mío mientras mis yemas trazaban los sutiles músculos tonificados que adoraba. Nuestras cedras siguieron encontrándose, los movimientos se volvieron un poco desesperados.

Los labios de Harry estaban separados antes de que yo rozara mi nariz contra la suya. Su boca se curvó, sus ojos verdes brillaban mientras yo apartaba sus rizos mojados de su frente. Unas pequeñas gotas de sudor caían por su cuello. Su fría cadena de plata era un gran contraste con la cálida temperatura de nuestros cuerpos cuando tocaba mi piel desnuda.

"Teddy." Gimió profundamente.

Sabía que estaba casi ahí, intentando desesperadamente aguantarlo por mí. Su mano pasó por el interior de mi muslo, el pulgar de Harry rozando contra mi punto sensible. El toque me dejó jadeando en busca de aire, el calor cosquilleaba a través de mi cuerpo mientras mi liberación surgía. Mis brazos se agarraron a su cuello, queriéndolo más cerca urgentemente.

"Córrete para mí." Susurró.

Sus roncas palabras me enviaron al borde.

"¡HARRY!"

***

"Y este controla la temperatura." Jugué con el dial. "Pero probablemente no necesites tocarlo, la mayoría de las cosas están bien con treinta o cuarenta grados."

Miré a Harry, que estaba de pie en sus bóxers negros. Se había mantenido en silencio mientras demostraba como usar la lavadora con nuestra ropa mojada por la lluvia.

"¿Q-qué?" Pregunté.

Él me miró con una ligera sonrisa en sus labios hinchados. Sus rizos enredados mientras negaba con la cabeza, sonriendo.

"Nada."

Perdí la concentración, su sonrisa hizo que me derritiera.

"Uhh, ¿puedes pasarme esa caja, por favor?"

Él se giró en la dirección que había indicado, agarrando el envase de plástico. Le agradecí, quitándoselo de la mano e inclinándome. Mis dedos seleccionaron una de las bolsas rellenas de líquido y la tiré en el tambor de la lavadora.

Usa las cápsulas de líquido, así no necesitas poner nada en el cajón." Expliqué.

Cerré la puerta y presioné el botón de encendido.

"Hecho." Sonreí.

Él se inclinó, besando la punta de mi nariz, haciéndome reír. Las manos de Harry se deslizaron por mi espalda y bajo la camiseta de me había dejado. Sonreí cuando encontró los hoyuelos en la parte baja de mi espalda, un rasgo que parecía que le fascinaba. Mis dedos se deslizaron en sus rizos mientras le daba besos por la cara. Chillé con sorpresa cuando Harry ahuecó la parte trasera de mis muslos, subiéndome a la encimera. Su profunda risa sonó como si fuera forzada de mala gana a parar mis acciones. Harry se separó.

"Un segundo." Elevó su índice, sonriendo antes de salir corriendo de la cocina.

Sonreí cuando reapareció, moviéndose dudoso hacia mi. Harry me miró con nerviosismo mientras su brazo derecho se apartaba de su espalda. Fruncí el ceño hasta que reconocí lo que estaba en su mano.

"¡Lo sabía!" exclamé.

Agarré el zapato de sus dedos, tirándolo con cuidado al suelo. Mi cuerpo se bajó de mi asiento temporal.

"Voy a por ti."

Los ojos de Harry se abrieron un poco con mi amenaza juguetona, sus manos se elevaron con rendición mientras caminaba hacia atrás hacia la puerta de la cocina.

"Espera, espera. No seas impulsiva." Balbuceó.

"Será mejor que corras, Styles."

Seguí caminando hacia él.

"Oh mierda."

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top