(Historia Corta)

Teddy choca contra mi cadera jovialmente mientras camina a mi lado. Su pelo caoba en un moño despeinado, pecas espolvoreando sus mejillas y una de mis viejas camisetas colgando ligeramente por su hombro. Creo que lleva shorts, pero la tela encima es demasiado larga para determinar la situación de su ropa.

Me encanta cuando está así. Cómoda conmigo viéndola con ropa con la que nunca saldría de casa. Despreocupada de si la tela halaga su figura porque sabe que mis manos van a explorar bajo los confines del material de todos modos. Para calentar suavemente mis manos en su estómago, para pellizcar juguetonamente su pequeña 'chicha' como ella lo llama. Extrañamente me gusta la connotación, porque podría pasar una era besando y mordisqueando sus caderas.

Teddy huele a coco. La esencia de islas tropicales llena mis sentidos mientras consiente un juego infantil y corre delante de mi en el baño. Escucho con cariño, Teddy tarareando con su cepillo de dientes y mirándome con falsa modestia en el espejo. Escupe la espuma en el lavamanos, con falta de elegancia en toda su gloria. Pero Teddy no la necesita, porque recompensará los puntos perdidos de educación perdonable en adorables gestos que hacen que mi corazón se hinche.

Labios con mejilla, labios con nariz, labios con frente. A veces los besos que no llevan a nada relacionado con la habitación son mis favoritos; solo para tener esa conexión casi infantil. O la manera en la que engancha su mano al interior de mi codo si estamos fuera paseando. Deseo sentir su presencia y l burbujeo bienvenido de total adoración que rompe en mi cundo sus dedos se unen con mi piel.

Ha terminado con la rutina de noche y su mirada está en mi. Sus pies tapados se contonean contra la alfombra antes de caminar hacia delante para mantener su lugar delante de mi. Teddy tiene la altura óptima para darle dulces besos en la cabeza pero yo capturo su mejilla en su lugar. Soy pagado con una imprevista palmada en mi culo, aparejada con risitas.

"Despelótate, Styles."

Y con eso, Teddy se escabulle delante de mi, contoneando sutilmente sus caderas. La diversión me puede cuando salta hacia el colchón y "con sensualidad" negocia la retirada de sus (mis) calcetines. Una vez que ambos están quitados espera , una audiencia lista para mi espectáculo. Sin embargo, parece que pasa la mayoría del tiempo mirando sonrojada a través de los traviesos huecos entre sus dedos de la mano derecha. A pesar de nuestras numerosas aventuras eliminando nuestra ropa (o la del otro), Teddy sigue estando un poco contraria a hacer un show, con la excepción de los estados de embriaguez.

La mor parte del tiempo, el sexo con Teddy es un lío de risitas con extremidades ligeramente torpes (por mi parte). Me hace pedorretas en mi torso para hacerme reír y yo me intentó retorcer lejos de ella. Pero nunca voy demasiado lejos (principalmente porque ella se ha tirado encima de mi). Labios hechos para tentar, hacer cosquillas en lugar de seducir. Su risa cortándose cuando mis caderas se encuentran con las suyas y fuerzan el feliz aire fuera de sus pulmones. Los pequeños y rápidos empujones producen las mejores risas, los que tiñen sus mejillas de rosa y hacen que se agarre a mi espalda buscando intimidad.

Lo hacemos con su camiseta todavía puesta, sin molestarnos en la habilidad de la atracción. Ya me tiene. Es divertido. Y a veces cuando Teddy encuentra algo particularmente divertido, ríe adorablemente y yo no voy capaz de evitar la risa saliendo de mi. Todavía no le he puesto un nombre a lo que hacemos. Pero no creo que sea hacer el amor. Aunque también hacemos eso, íntimo y lleno de 'Te quieros'. Pero esto es algo distinto.

No me di cuenta de que sería así hasta que conocí a Teddy. El porno y las películas estaban equivocados. El sexo no tiene que ser todo miradas intensas y ruidosos gruñidos para ser placentero; mi relación y la de Teddy lo demuestran. Sin embargo hay momento donde eso es todo lo que deseo, no hablar sino empujar al otro contra el cabecero y abrirnos hasta ser completamente vulnerables a la otra persona. Confiar en ella y que ella confíe en mi.

Aunque pensándolo mejor, parece que quizás sea más apropiado en la proclamación de amor cuando considera algo más juguetón. No tengo la conducta para la seducción ya que soy más de tropezar quitándome los vaqueros que mudarlos sensualmente y acercarse sigilosamente hacia la cama. Mi nariz choca, mis codos se tropiezan y mis manos muestran una descoordinación característica que extrañamente se presenta cuando tengo a Teddy con la ropa mínima. Su desnudez hace cosas extrañas en mi compostura.

Y cuando terminados mi barriga duele más de reírme que de otra cosa; boca arriba y sin aliento de la diversión remanente combinada con la fatiga post-coital. Los pliegues en el interior de mi codo son trazados. Teddy dice que le gusta lo suave que es la piel ahí, delicada e intocable la mayoría de los días. Y luego me pregunta si tengo hambre y haremos un picnic en la cama, patatitas y sándwiches de chocolate. Nos levantamos juntos sobre el colchón para sacudir las migas de la colcha, algo en lo que preocuparse por la mañana. Solo llevo bóxers, Teddy con una camiseta y braguitas mientras la conversación termina en donde queremos ir de vacaciones y las atracciones que queremos visitar. Lo planearemos mientras trazo los chupetones y las tiernas caricias sobre la sensible piel.

Me gusta el invierno cuando usamos las mantas extra suaves para envolvernos en calor. Compartimos el aire limitado bajo las mantas mientras nos besamos. Los dedos de Teddy trazan ligeramente la línea de vello de mi ombligo a mis bóxers; sus yemas pasan por la piel en carne de gallina hasta la franja elástica. Y yo la abrazo, le digo que la quiero, acaricio su pelo y beso su bonita nariz.

No se lo he dicho todavía, pero creo que es mi alma gemela

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top