El de la embarazada
"¿Cómo la va cocina?" Dice Harry.
Hay una mano en mi estómago antes de que tenga la oportunidad de contestar. Un suspiro profundo es liberado con felicidad, soplando las hebras de pelo que caen de mi cinta del pelo. Un beso en mi mejilla le sigue poco después.
"¿Sabes que lo del bollo en el horno es algo figurativo, verdad? No tengo realmente una docena de donuts creciendo en las profundidades de mi útero." Asiento a su mano que está en piloto automático frotando mi estómago.
"Espero que no, solo me estoy preparando mentalmente para un nuevo humano, no una horda de ellos."
La sopa burbujea en la cazuela mientras la remuevo con la cuchara. Le doy otra vuelta antes de quitar el exceso y colocar el utensilio en el fregadero. Harry ya ha encontrado el pan, metiendo un gran trozo en su hambrienta boca. Mastica mientras le admiro. Siempre hay un poco más de peso en sus caderas y estómago en los meses de invierno, un peso que atribuye a mis excesivos postres y su falta de motivación para hacer ejercicio. Me gusta.
"¿Alguna patada hoy?" Pregunta Harry con la boca llena de migas.
Las mangas de mi camiseta están subidas y se que ha sido un día de nuevas adquisiciones. Harry ha ayudado empaquetando y transportando la cuna de nuestra sobrina junto con otras cosas a pesar de que faltan meses antes del nacimiento de nuestro bebé. Quiero estar listo, había insistido. Sabía que iba a coger polvo en nuestra habitación hasta que Harry tuviera el valor de montarlo.
"Un poco, aunque debe estar dormido ahora."
Es desalentador cuando su sonrisa se disipa, su cuerpo se desmoraliza visiblemente. Hemos hablado de esto antes, pero Harry parece que sigue pensando que el pequeño humano dentro de mi tiene una venganza sin resolver contra su padre. Está convencido de que el bebé es consciente de el número de compromisos laborales que le han presionado con un número inevitable de viajes que ha tenido que hacer. La interrupción de entrar y salir juntos y separados, junto con un embarazo bastante tranquilo ha significado que no hayamos estado realmente en la misma habitación cuando el bebé decidiera moverse. A menos que él pregunte, he parado de contar cada movimiento y patada durante el día. No quiero hacer que se sienta peor.
"No estés triste." Le digo con un poco de tristeza.
"Siempre me pierdo todo," admite. "El bebé está siempre contigo, tú puedes experimentarlo todo."
Me acerco más a él, chocando ligeramente mi barriga con la suya. Él sonríe.
"Harry, no puedo alejarme. Vomité tres veces esta mañana pero tenía antojos de gambas, puré de patatas y kepchup. Deberías estar agradecido de no tener un bombo."
"Ni siquiera he notado una patada."
Hay una parte de mi que quiere hacer una broma y patearle en la espinilla. Mi lado compasivo prevalece.
"Hay mucho tiempo para eso."
Él asiente de mala gana. Ahora que el trabajo se ha calmado estará mucho más en casa. Intento no hacer un movimiento incómodo abrazándolo pero la barriga que tengo no es lo más fácil para trabajar. Acariciando su espalda, mis manos se deslizan inevitablemente hasta su trasero.
"¿Qué es esto?"
Apretar me ayuda a descubrir algo blandito en el bolsillo de atrás de sus pantalones pitillo. Mi toqueteo no dura mucho. El humor de Harry se ha aligerado, revelando el objeto que estaba en su bolsillo.
Es un pequeño conejo blanco con largas orejas y cola peluda. Harry lo mueve delante de mi cara, golpeando mi nariz.
"¿Sabes? Si compras más animales de peluche vamos a poder abrir nuestra propia tienda de juguetes."
Le pido que saque dos platos del armario, esperando mientras agarro las cucharas. Él pone la mesa mientras yo sirvo la sopa.
"Es para nuestro bebé."
"¿De verdad?" Finjo sorpresa.
Harry lo ignora, colocando el nuevo miembro de nuestra greciente colonia de juguetes al lado del bol de pan. Es mono pero innecesario.
"No puedo devolverlo de todas maneras. Ya le he puesto nombre."
El vaho surge mientras llevo la comida a la mesa y me siento a su lado. La temperatura de la sopa dificulta la rutina usual de Harry de oler su comida. Se lo come despacio, soplando la cuchara.
"Vamos, sorprendeme." Le animo mientras agarro un pedazo de pan.
"Conejito."
"Espero que seas un poco más original con el nombre de nuestro niño."
"Creo que retoño suena bastante bien."
"Eres un idiota."
***
La redondez de mi barriga es algo a lo que creo que nunca me acostumbraré. No puedo verme los pies y tengo que confiar en Harry para pintar mis uñas. Es bastante bueno en eso, hasta recuerda aplicar una segunda capa. Por lo menos mis uñas están bonitas, el resto de mi deja mucho que desear y cuanto más me miro en el espejo, más gorda e inatractiva me siento. Pero aquí estoy, en mi sujetador horrible sin aros y pantalones estampados que me dejó mi hermana. Hace mucho calor para llevar algo más y son cómodos, ajustados justo debajo de mi hinchada barriga. Me pongo de perfil en el espejo y juro que estoy más grande que ayer.
Hay movimiento en mi estómago y grito a Harry.
"¡Haz! ¡El bebé está dando patadas!"
Juzgando el sonido seco, Harry se ha levantado del sofá. Una cadena de 'espera espera espera' hace eco en el pasillo antes de que emerja, sin aliento en el umbral. Casi se cae al llegar a mí, colocando su mano con cuidado en la curva. Le sonrío esperanzada pero es sentimiento no es recíproco. Está frunciendo el ceño y no es la reacción que había anticipado. Se supone que es mágico, el milagro de la vida y todo eso.
"No puedo... no lo siento."
Harry mueve la cuidadosa presión, hacia la derecha y luego la izquierda.
"¿Puede que sea miedo escénico?"
Sonrie con suavidad pero no llega a sus ojos.
"Ya."
Agarro su mano cuando se aparta.
"No."
"No, es solo... no es la primera vez que ha pasado." Me dice en silencio. "¿Qué pasa si no le gusto al bebé? Ya soy un mal padre."
"No seas tonto."
Es raro despertarme y no encontrar a Harry recorcido mientras acuna la barriga. Mientras estoy de lado él toma la oportunidad para colocar un brazo alrededor de mi barriga de embarazada, murmurando palabras que siento que no debo escuchar. Con la boca de Harry presionada ligeramente en mi estómago, se que la conversación no es conmigo así que continuo finjiendo que duermo.
"Vamos, por favor. Deja que papá te sienta."
Espera pacientemente, acariciando con su palma mi piel. Pasa el tiempo y él se va sin un movimiento.
"Está bien, probablemente sigas dormido. Después mejor."
Sus labios llegan a mi estómago, una vez, dos. Mientras mis dedos se enredan en su pelo, Harry mueve su cabeza hacia mi antes de tumbarse sobre los cojines. Sonrío, apartando su pelo y besando su frente.
"Solo estábamos hablando." Bromea con su mano en mi barriga.
"¿Sobre qué?"
"El color de la habitación del bebé. Pensamos que nada de esa mierda de género; puede que amarillo claro o verde."
"Suena bien."
***
Harry se había vuelto un poco loco por el embarazo. Su búsqueda online había puesto un plan de dieta en acción que había sido revisado cuidadosamente, a pesar de mi desaprobación por la falta de grandes cantidades de azúcar. Había una lista en la puerta del frigorífico de la comida que tenía que evitar, incluyendo distintos tipos de queso, paté y carnes. Nuestro ultrasonido más reciente está colgado justo bajo la lista de comida letal junto con otra página de los garabatos de Harry. Este cataloga posibles cochecitos y asientos del coche, inconporando su precio, opinión y ranking de seguridad. Las citas con el médico y las horas de las clases prenatales están codificadas por colores en ciertos días y creo que me voy a volver loca lentamente.
Apoyo un vaso de agua antes de que Harry entre con una sonrisa tan brillante que podía retar al sol. Su pelo está atado en un moño desordenado, atado con una goma que probablemente me ha robado. Me urge al salón, los muebles empujados hacia las paredes y dos mantas azules desenrolladas enfrente de la televisión.
"¿Qué pasa?"
"Lo he visto online y he pensado que podíamos hacerlo juntos." Sonríe animándome.
Sus manos se colocan en la parte baja de mi espalda.
"Si es algo raro, paso."
"No es nada raro." Me dice Harry mientras luchamos por sentarme en la manta.
Va a ser raro.
Se une a mí en el suelo antes de agarrar el mando y encender la tele. Todo lo que puedo hacer es gruñir mientras la mujer embarazada de la pantalla imita nuestra pose. Lo peor es la música de fondo, sonidos tranquilizantes de agua corriendo y ahora quiero hacer pis otra vez. Yoga. Puto yoga. Es cosa de Harry, todo eso de inclinarse y estirarse y yo admirando su 'perro boca abajo'. Nunca tuve ningún interés en participar y sigo sin tenerlo.
Harry toquetea el volumen y es mi única oportunidad de escapar. Tampoco es que vaya a ir muy lejos.
"¡No, no, no!" suplica, agarrando mi mano. "Por favor, quédate."
Han pasado cinco minutos y todo lo que hemos logrado es girar la cabeza y mover la barbilla. El yoga para embarazadas apesta. Miro a Harry y ruedo los ojos al instante. Él entiende mi molestia.
"Quita el jodido cojín." Digo, inlcinándome y retirando el cojín decorativo de debajo de su camiseta.
Parece desconcertado y luego un poco decepcionado.
"Solo quería experimentarlo," se defiende con los labios fruncidos como dsculpa.
"Bueno, no lo hagas."
Nos dicen que elevemos los brazos encima de nuestra cbeza y estiremos. Veo como lo hace Harry, mirando al cielo y estirando sus dedos.
"Esto es patético." Suspiro.
"No lo es."
Sus manos bajan a sus lados por la ofensa. La música sigue sonando con la voz monótona de la mujer de fondo. Sus frases de ánimo son un poco molestas, 'lo estás haciendo muy bien, estira un poco más, eso es'.
"Todo lo que hacemos es respirar. He estado haciendo eso toda mi vida, no es nada nuevo para mí." Bufo con frustración.
Nuestras piernas siguen dobladas bajo nosotros pero Harry se gira rápidamente para mirarme.
"Respirar es importante en el parto. Tienes que usar diferentes técnicas."
Su explicación es suave y mi contestación es de todo menos eso. Me agobia que me recuerden una vez más que tengo algo dentro de mi que voy a tener que sacar. Me aterroriza dar a luz y los constantes recordatorios no ayudan a mis nervios.
"Lo se," Digo con frustración. "He ido a las mismas clases que tú, Harry."
Odio como mi voz es más aguda y se rompe, secando con furia mis ojos mientras salen lentamente las lágrimas. Mi labio inferior riembla y es difícil pensar en otra cosa. Es patético porque se que solo intenta ayudar pero sigo apuntánole injustificadamente.
"Si estás tan versado en todo esto del embarazo, ¿por qué no tienes el bebé? ¡Hazlo porque yo no quiero!"
Gatea hacia mi, manos y rodillas y enormes ojos ansiosos. El perpetuo dolor de mi espalda me limita a pedir ayuda para levantarme y no quiero pedírselo a Harry así que me siento lloriqueando. Una mano cautelosa descansa en mi pierna, apretando con suavidad.
"Ted, lo siento. Si pudiera tendría el bebé por ti pero no tengo el equipamiento femenino necesario para dar a luz."
El intento de Harry de tranquilizarme solo me hace llorar más. Es una espirar que ninguno de nosotros sabe manejar con éxito. Mi nariz está bloqueada y el mínimo maquillaje que me he puesto esta mañana probablemente se haya ido de mi cara.
"¿Por qué no hacemos ninguna de las posturas que te he visto hacer?" Digo, de repente petrificada porque Harry me ha visto derrumbarme. "Como la que sacas el culo hacia fuera. ¿Cu-cuando hacemos eso?"
"No lo se, puede que luego." Mira la secuencia de capítulos impresos en la parte trasera del DVD. "Aunque con tu espalda, no estoy seguro de que puedas hacerlo."
El pie para otra oleada de lágrimas desesperadas. Solo quería que me animara.
"Bueno, ¿entonces para qué sirve esto? ¡Es una pérdida de tiempo!"
Me arrepiento al instante de las palabras y todo lo que quiero es juntarlas y meterlas de nuevo en mi boca. Harry parece que tiene el corazón roto y luego un poco avergonzado. Se suelta el pelo tirando ligeramente de la goma, sus ojos tapados y es obvio que está enfadado.
"Pensé que podría ser algo divertido para hacer juntos. Fue una idea tonta."
Antes de que pueda llegar a él, Harry está de pie y se agacha para doblar la estrerilla. Apaga la televisión y mientras recoge las cosas lucho en secreto para erguirme. Me pongo sobre mis manos y rodillas pero es todo lo que puedo moverme físicamente sin ayuda. Es fruntrante no tener el lujo de moverme, algo que daba por hecho antes de que mi barriga creciera.
"Bebé." Murmuro.
Es a Harry al que busco pero él malinterpreta mis palabras como algo más.
"¿Qué pasa?"
Me sujeta en dulces y gentiles toques en la curva de mi estómago mientras busca desesperado cuál es el problema.
"No, no-" agarro sus manos en las mías, guiándolas lejos de mi torso. "T- tú, tú eres mi bebé también. Ven aquí."
Es bienvienido en un abrazo fuerte, su cabeza apoyándose en mi hombro. Enterrándose más cuando beso su cuello. Seguimos en esa posición hasta que me duelen las rodillas y necesito sentarme sobre mi trasero.
"Lo siento Haz," Digo con hipo entre lloriqueos. "No quería decir eso."
"Está bien."
Nos desenredamos así que puedo agarrar su cara en mis manos a reticencia de Harry. Le aprieto adorablemente sus mejillas de hamstercillo y lloriqueo otra vez. Tiene los labios hinchados y ojos de Bambi, quiero agarrarle y abrazarle.
"Eres jodidamente guapo. Quiero que nuestro bebé se parezca a ti."
"Ted," Murmura Harry.
Tras liberarse de mi agarre le incito a girarse, agarrando la goma de su muñeca y volviendo a poner su pelo en un moño suelto. No es lo suficientemente largo, los pequeños mechones se curvan en su nuca.
"¿Me enseñarás a hacer yoga?" Ofrezco sobre tu hombro.
"Si, te enseñaré a hacer yoga." Se rie.
***
Harry ya está en la cama cuando salgo del baño. La manta está colocada cerca de su mentón y tengo un sofoco solo mirando el rosa de sus mejillas. Llevar un, aunque pequeño, ser humano dentro de mi ha elevado el calor al doble. Con los pies descalzos Harry camina sobre las baldosas de la cocina y me resisto a no tirarme al suelo y solocar partes del cuerpo calientes en el suelo para aliviar el desconfort. Lo único que me detiene es el hecho de que probablemente no se acapaz de levantarme de nuevo.
"¿Qué le ocurre a tus rodillas?" Pregunto, mirando bajo las mantas.
Harry parece un poco avergonzado cuando los dos vemos la tirita de dinosaurio sobre cada rodilla huesida. Solo utilizamos las tiritas de animales en nuestra sobrina cuando se cae y solo puede ser curada con una banda funky y una galleta de cholocate. Es cuando él eleva sus brazos en defensa que vero un dinosaurio rosa extra en su codo. Hace un gesto de dolor cuando agarro su brazo para mirar.
"Bueno, ¿sabes que pasó todo esta tarde, listilla?"
Asiento mientras Harry sigue negociando bajo las mantas.
"Fui a correr por el parque y había un perro monísimo. Pensaba que era un cachorro porque era muy pequeño, de los salchicha. Bueno, iba a hacer una foto para enseñártela cuando llegara pero se me enganchó el pie en la correa y caí de morros."
No es inusual para Harry tropezra con sus propios pies, ni que se quede embobado con animales pequeños pero que los dos coincidan es nuevo.
"¿Te hiciste daño?"
"Solo rasguños. Pero estaba cubierto de barro."
"¿Si?"
Me siento entre los cojines, apartando las mantas abrumadoras.
"Tuve que quedarme en ropa interior en el escalón de arriba antes de entrar. El perro estaba bien, la señora hasta me dejó acariciarlo-" Los ojos de Harry se iluminan por el recuerdo.
No puedo explicarlo, las hormonas del embrazo son un enigma en el que no quiero perderme. Incluso cuando Harry recuerda la saga de caricias, incluidas las numerosas veces que se le caía la baba y su admiración por las orejas caídas del perro, solo le estoy imaginando medio desnudo y cubierto de barro.
"Su nombre era Félix y-"
"Es muy sexy," Interrumpo.
Harry se arropa de nuevo, lanzándome una confusa mirada con los labios en puchero.
"¿Qué? ¿Qué me enamoré de un perro llado Félix?"
"No." Arrugo la nariz. "Que estabas sucio y sudado. Es bastante caliente."
Intento ponerme de lado en la manera más atractiva posible, sacando un poco el pecho y tocando su pierna con mi pie.
"¿En serio? Porque me llené la boca de barro y Dios sabe qué-"
"No, ¡no!" Elevo las manos. "No lo estropeés."
Intento gatear fuera de la cama lo más rápid posible, lo que con una barriga de embarazada es más rodar. Quito el portátil de la silla de la esquina y lo coloco en su regazo. Hay una expresión confusa en sus rasgos pero la desestimo.
"Vas a googlear posiciones sexuales para embarazadas y yo voy a cambiarme."
"¿Qué?"
dejo de hurgar en mi cajón de la ropa interior y me giro hacia Harry. Ahora está sentado recto, el portátil sigue sobre sus piernas cubiertas por las amntas. La confusión es reemplazada por inseguridad.
"¡No hemos follado en semanas, Harry! Por favor, tomemos este breve momento de urgencia sexual y aprovechemoslo."
"¿Es una trampa?" Pregunta con cautela.
"No, quiero que me hagas más atractiva."
"Pero tú-"
"¿Qué? Estoy consintiendo que te metas en mis bragas. ¿Por qué estás perdiendo el tiempo preguntando?"
es verdad, nuestro fornique desenfrenado ha tomado un giro dramático durante algunas semanas. Lo que con los vómitos, dolor de espalda, pecho sensible, no me sentía el epíteto de una diosa sexual. Los besos de por la mañana y buenas noches eran tolo lo lejos que habíamos llegado pero quería más.
"Piensa en eso." Digo mientras saco objetos del cajón.
"¿El qué? ¿El pensamiento de castración? No creo que sea lo suficientemente divertido para levantarme."
***
No hay manera de que un camisón sexy se acomode a mi y al pequeño ser que llevo. Un caftán de playa y una camiseta suelta con shorts a juego son lo más parecido que puedo ponerme. Intento salvar lo que puedo de mi pelo liso con los dedos antes de salir del baño a nuestra habitación. Harry sigue sentado en la cama y mueve la cabeza con curiosidad de un lado al otro mientras mira la pantalla del portátil. Me aclaro la garganta para llamar su atención. Él sonríe y pide que me acerque.
"Ted, ¿has visto esto?"
"Si es la ostura que querías que intetáramos hace meses, tengo que decirte que ahora es incluso menos probabñle que pueda subir tanto las piernas. Casi imposible."
"No, mira. Es sobre los cambios por los que pasa el cuerpo de una mujer durante el embarazo." Explica Harry mientras me acerco a la cama.
"Eso no es sexy." Frunzo el ceño.
Él me ignora para resumir la página onlcine.
"Dice que el cuerpo de una mujer no está eqipado para llevar a un bebé más que nueve meses. He buscado y algunos dices que es porque la mujer no puede mantener las demandas de energía del feto. Si la cabezadel bebé crece más, el útero no sería lo suficientemente amplio." Me muevo a su lado, apartando la pantalla del portátil de la luz de la lámpara. Hay cuatro artículos de investigación abiertos de la trasformación física de una madre en espera. Los dedos se mueven rápidamente sobre el ratón, clickando en un enlace que abre un videoclip. Revela las fases del embarazo y el desarrollo del bebé dentro del útero. Empiezo a sentirme mareada cuanto más veo. Los órganos internos de la mujer se aprietan graducalmente para hacer sitio hasta que parece que se le suben todos a las orejas. ¿Cómo voy a sobrevivir a esto? Me siento enferma.
"El bebé está intentando matarme."
***
Vuelvo a la habitación, con el bebé y dos tazas de te. Harry está inmerso en todo lo relacionado con el embarazo pero pronto detiene su búsqueda para beber y ayudarme a meterme en la cama. Bebo y escaneo en nuevo artículo abierto en la pantalla. Hay muchos tecnicismos lingüisticos de los que no estoy segura y algunos de los términos me dejan asombrada. Los dos comemos el paquete de galletas entre nosotros.
"¿Qué es un tapón de mucosa?"
Harry se encoje de hombros antes de abrir otra ventana. Teclea antes de pulsar el botón de búsqueda. Las migas vuelan de mi boca cuando toso con asco.
"¡Dios mío! ¿Saco eso por la nariz antes de dar a luz?"
"No creo que sea de ahí de donde viene-" Contesta Harry inquisitivamente moviendo la cabeza a un lado por la búsqueda.
Trago con dificultad, intentando desesperadamente que mi mente no vague por más pensamientos horrorosos. Por la cara de Harry se lo está tomando todo tremendamente bien. Cierro la ventana antes de que derive en algo más.
"¿No te da asco?" Pregunto incrédula.
Seguro que hay un límite al conocimiento que quiere adquirís, si obtiene más información, va a tener el bebé él mismo. Estoy bastante segura de que el límite 'demasiado' ya a sido cruzado.
"Es el milagro de la vida," anima Harry con una sonrisa forzada. El gesto de afloja cuando le miro atentamente. "Vale, estoy un poco asqueado."
"Deberían hablarle a los adolescentes sobre esto. Los embarazos bajarían como la espuma."
***
Tras mucha deliberación sobre la posición y el ángulo, me tumbo con una almohada en el arco de mi espalda. Generosos labios son presionados con cuidado en el interior de mis muslos hasta que agarro el pelo de Harry y nos metemos en el asunto. Él lucha contra mi agarre con besos sin compasión, chupetones que solo hacen que apriete más mi tenso agarre. Manos rápidas entorpeden mi intento de cerrar mis muslos alrededor de su cabeza, Harry responde a mi jadeo con una risa rota. Hinco mis pies en sus costillas.
"¡Eh!" Se retuerce antes de elevar la cabeza la suficiente para que le vea sobre mi barriga. "Eso no fue muy amable."
"Vuelve ahí."
Con su boca ocupada, los dedos de Harry se extienden sobre mi curvado torso. La sutil caricia es apenas notada para empezar, su pulgar rozando. Los pequeños movimientos de su nariz y los castos besos en mi ropa interior mantienen mis manos en su pelo. Para que tengas algo que agarrar, provocó cuando le pregunté por la longitud de éste.
La palma de Harry se mueve sobre mi estómago, parando justo debajo de mi camiseta antes de acariciar de nuevo la barriga. Me distrae por alguna nazón y ahoga la agradable actuación de su lengua y boca. Me retuerzo bajo él y cuando lo hago le golpeo por la oreja con mi muslo. Hay una objeción.
"¿Qué pasa?"
"Nada."
Me eleva las cejas sin convencerme antes de que Harry se asiene y mueva mi ropa interior con los dedos. Presta atención a mi clítoris por pequeños lametones y ahora está siendo cauteloso por el artículo de los 'émbolos gaseosos' le ha asustado.
Momentos después su mano vuelve a mi estómago, esta vez acariciando con cuidado arriba y abajo y luego de lado a lado. Y de nuevo, destruye cualquier tipo de urgencia carnal cuando reaviva pensamientos del bebé y las noches en vela que vendrán, los dientes, cambiar pañales, llorar (lo más seguro que los tres), la procupación de no hacerlo bien con el bebé y asegurarnos de que nuestro niño respire catorce veces cada hora, despertándolo de la sienta. Estoy entrando en pánico.
"Lo he perdido." Respiro.
Mis piernas pierden la tensión y caen abiertas, mis manos dejan el grueso pelo de Harry para cubrir mi cara. Nunca voy a excitarme otra vez, ya está, nuestra vida sexual ha llegado oficialmente al final, acabado, terminado.
"¿Perder el qué?"
"Eres tú." Le señalo acusadoramente con mi índice.
"¿Yo?"
Harry parece un conejo que le acaban de dar las largas y probablemente yo esté un poco asustada también si mi cabeza siguiera entre los muslos de una embarazada anfadada.
"Estás tocando la barriga como si estuvieras esperando que un genio saliera de mi vagina."
"¿Qué?"
"¡No puedo conceder deseos Harry!" digo inatractivamente. "Todo lo que haces es recordarme que tengo que sacar a un bebé de mi nterior en unos meses y no es sexy. Ni remotamente sexy. Es todo lo contrario a excitante, Harry."
Mis piernas se recojen debajo de mi mientras se curvo a un lado. Se que ha reconocido el leve pánico en mi confesión y tiemblo en mi esfuerzo por mantenerme quieta. Con el peso de los movimientos de Harry sobre el colchón, gravito involuntariamente hacia él. No pasa mucho hasta que me encuentro con sus ojos color bosque negociando la custodia compartida de la almohada. Toma la mano que tengo sobre mi pecho, apretando sus dedos entre los míos.
"Ted, ¿sabes a qué me recuerda esa barriga?" pregunta tranquilamente.
Bufo como un niño.
"Felicidad."
"No seas cursi." Contesto.
"Estoy totalmente eufórico de que vayamos a tener un bebé juntos. Hay momentos durante el día que me estreso tanto que paso la mayor parte del tiempo pensando como matar a un compañero de trabajo con la grapadora." Ahogo una risa, Harry se acerca hasta que estamos casi nariz con nariz. "Luego pienso en ti y la barriga. Es mi lugar feliz."
"Pensé que tu lugar feliz era retozar en un campo con Zoe Saldaña."
"Ese es mi otro lugar feliz."
***
Ocurre en maternidad, de todos los lugares. Harry interpreta un paseo ridículo arriba y abajo del pasillo como un modelo en la pasarela, frunciendo sus labios y moviendo las caderas. Resoplo como una imbécil, riéndome mientras modela uno de los potenciales cochecitos de la lista del frigorífico. Hace un circu ito alrededor de uno de los expositores antes de volver a mí. Me sigo riendo cuando aparca el cochecito a m derecha y se mete en mi espacio personal. Harry se rie en mi cuello y yo me congelo.
No necesito agarrar las manos de Harry orque ya están sobre mi barriga. Los ojos abiertos con asombro, está completamente encantado y posiblemente un poco alarmado. El bebé está dando patadas, pequeñas manos y pies presionados contra mi estómago, intentando no ser olvidado.
"Nuestro bebé."
"Si." Sonrío.
Aparta el pelo de la cara y yo me sorprendo un poco cuando se pone de rodillas delante de mi. Los otros padres se conclomeran encontrando la escena muy divertida y yo estaría un poco avergonzada si no fuera porque parece que Harry estuviera presenciando el segundo nacimiento de Cristo. Está asombrado.
"¿Te gusta cuando tu papá me hace reír?"
La respuesta es un pie en la mejilla de Harry que está presionada contra mi curvado torso. Suelta una inhalación de flicidad y tengo que impedir su esfuerzo por subir mi camiseta sobre la barriga. Y también es algo bueno.
"¿Está todo bien?"
Mis ojos se mueven al ayudante de ventas, su etiqueta sice que su nombre es Adam y que está contento de ayudar. Aunque siento que esa frase carece de sinceridad ya que está intentando escapar tras el expositor de los asientos de niño para el coche. Con una velocidad que no creí posible, Harry se levanta del suelo y coloca la mano del probre chaval contra mi estómago. Hay un perplejo par de sgeundos en el que ninguno de nosotros sabe muy bien qué hacer, lo que es todavía más incómodo con la sonrisa radiante de Harry. Ahora, con la mano de un extraño adolescente sobre mi barriga he llegado a la conclusión de que Harry va a ser un papá embarazoso. Va a ser el que salude animadamente a los amigos de nuestra hija cuando ella gruña y se encoja en el asiento de atrás del cohe. Va a ser el padre más ruidoso en los torneos de natación de nuestro hijo, en primera fila y listo con la cámara para la final. Pero también va a ser el que recoja los trozos cuando se rompan. No sería él de otro modo.
"Me alegro de que-" miro a Harry y al asistente de ventas, "los tres podamos compartir este momento juntos."
"¿Señor?" Adam se libera.
"Lo siento. E-es a primera vez- no he sentido al bebé todavía pero ahora lo he hecho."
La explicación de Harry hace poco por mejorar la situación. Adam muestra una sonrisa educada pero intranquila antes de poner un par de metros de distancia entre nosotros.
"Voy a- Estaré por aquí si necesitáis ayuda."
Adam se aleja y me deja con el exultante idiota a mi lado. Hay una sonrisa traviesa y me mira como si estuviéramos compartiendo algún secreto. Aparto bromeando a Harry, solo para que ék agarre mi muñeca y me atraiga como una goma elástica. Mi redondez previene que nuestros torsos se toquen completamente y se que Harry puede notar el contoneo de nuestro niño a través de nuestra ropa.
"Todavía no puedo creerlo, hicimos un bebé." Coloca una mano sobre la barriga. "Tienes un bebé en la barriga."
"Dios, bueno espero que sea un bebé. Se siente un poco como un conejo o un canguro ahora. ¿No sería una sorpresa en la sala de partos?"
Siento su risa en el hueco de mi cuello mientras nos abrazamos en mitad del pasillo. Pasan unos minutos hasta que habla.
"Vamos a estar bien, lo sabes."
Sonrío mientras él traza mi espalda con los dedos.
"¿Si?"
"Lo prometo."
X.
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