Bates de cricket e intrusos
Harry se había dormido al instante en el que sus oscuros rizos llegaron a la almohada. Yo, por otra parte, había estado dando vueltas las últimas dos horas. Mi mente ahora había decidido que era buen momento para preocuparse por las tareas de mi lista de cosas pendientes. Le envidiaba, cómo podía cerrar sus ojos y caer en la inconsciencia sin pensárselo dos veces.
¿El reloj siempre sonaba tan fuerte? Miré a la pared de dónde colgaba de un clavo. Fue entontes cuando vi una luz parpadeante fuera en la ventana. Las cortinas estaban echadas pero los pequeños rayos de luz se filtraban, para mi molestia. Giré mi cabeza a Harry, que seguía dormido, sin inmutarse de las molestas visiones y sonidos. Su boca estaba ligeramente abierta mientras estaba boca arriba. ¿Sería cruel si "accidentalmente" le movía?
Agarré uno de los cojines del suelo y lo coloqué sobre mi cabeza en un intento de bloquear todo. Pasaron unos minutos hasta que me levante, el cojín cayendo al suelo. Mis ojos se abrieron cuando oí otro golpe. Sonaba como si viniera de dentro del piso. Coloqué mis manos en el pecho desnudo de Harry y me moví ligeramente.
"Harry." Susurré urgentemente.
"Uhhh." Gruñó, girándose hacia un lado lejos de mi.
"Harry."
Mi toque fue más fuerte esta vez. Él apartó mis manos, sentándose.
"¿Qué pasa?" Preguntó con la voz ronca.
Sus rizos estaban por todas partes. Vi como frotaba sus ojos somnolientos.
"Creo que he oído algo."
Le pude ver negar con la cabeza en la tenue luz.
"Probablemente haya sido un gato." Razonó. "Ahora vuelve a dormir."
Se tumbó otra vez, solo para agarrar mi brazo segundos después tas oír un golpe.
"¿Ves?" dije.
Harry apartó las mantas y salió rápidamente de la cama, conmigo justo detrás.
"¿Dónde está el bate?" preguntó en silencio.
Frunciendo el ceño, caminé hasta el armario. Me puse de rodillas, hurgando en los cajones de abajo hasta que mis manos agarraron el bate. Lo saqué y caminé de nuevo hacia Harry. Sus pantalones de chándal grises colgaban de sus caderas, la banda de sus bóxers visibles. Lo agarró de mis manos y cautelosamente salió de nuestra habitación. Dejé salir un frustrado soplo de aire. Harry se giró rápidamente hacia mi. Podía ver en la tenue luz que su cara mantenía el ceño fruncido.
"¿Qué?" Susurró en un tono molesto.
"¿No es tan estúpido ahora, no?" coloqué mis manos en mis caderas.
"¿De qué estás hablando, Ted?"
"Mi bate de cricket, te reíste de mi cuando lo traje al piso."
"No lo hice." Negó con la cabeza.
"Recuerdo perfectamente que dijeras que era tonto y que no lo necesitaríamos porque tú eres un chulo y querías parecer duro delante de tus amigos." Icé un dedo hacia el para darle más énfasis.
"¿Vamos a discutir de esto ahora?"
"Como quieras," Dije.
Caminé donde estaba Harry, impulsándole por la parte baja de su espalda para que se moviera. Él giró la cabeza hacia mi.
"Tú no vienes... quédate ahí."
"Por supuesto que voy, ¡no me dejes sola!" susurré.
"Vale." Gruñó. "Pero tienes que taparte." Su mano gesticuló a mi cuerpo. "Ve y ponte algo de ropa."
Miré a lo que llevaba puesto, mis shorts no estaban tan mal. Volví a mirarse, sus cejas se elevaron expectantes.
"Bien." Le imité.
Hurgué en los cajones poniéndome unos pantalones de pijama largos.
"Corre."
"Cállate, Styles." Dije con los dientes apretados.
Miré a la puerta donde estaba impacientemente esperando. El bate agarrado con fuerza en sus manos mientras me miraba tropezar antes de ponerme la otra pernera de los pantalones. Dejó escapar una pequeña sonrisa a la que no pude evitar sonreír. Me quedé detrás de Harry cuando sus dedos agarraron el manillar de la puerta.
"¿Lista?"
"Si." Coloqué mi mano en su espalda para animarle.
El bajó el manillar y abrió la puerta, echando un vistazo. Estaba totalmente oscuro en el pasillo mientras caminábamos silenciosamente sobre la tarima de madera.
"Quédate cerca." Se giró para susurrarme.
Resollé cuando Harry tropezó.
"¿Cuántas veces te he dicho que no dejes los zapatos en el pasillo?" acusó.
Me incliné, agarrando una de las botas.
"¡Son tuyas!" Susurré con fuerza.
El murmuró algo que no entendí cuando tiré el zapato al suelo. Mis dedos agarraron la cinturilla de sus pantalones, justo encima de su trasero. Le seguí mientras Harry nos guiaba al salón. Abrió la puerta con el mango del bate. Su brazo se flexionó cuando mantuvo con fuerza el arma en sus grandes manos.
"H-Harry, ten cuidado." Balbuceé.
Le solté mientras me quedaba en la puerta. Caminó por la habitación lentamente con el bate . sabía que este no era el momento pero no pude evitar reírme cuando saltó sobre el sofá. Colocó el bate de cricket en la parte de atrás del asiento como si fuera una pistola. Cuando no encontró un asesino escondido, se tiró al suelo. Me guiñó un ojo con descaro, sonriendo mientras caminaba de vuelta a mi. Sonrió, apoyando su peso en el bate.
"Creo que sería un buen agente secreto." Dijo mientras pellizcaba mi culo.
"Eh." Aparté su traviesa mano.
"Styles, Harry Styles." Bromeó con la voz profunda.
Dejé de reírme abruptamente cuando oí otro golpe. Harry me colocó rápidamente tras su cuerpo.
"Viene de la cocina." Susurré preocupada.
Me agarré de nuevo a los pantalones de Harry y caminamos dudosos hacia el oscuro pasillo de nuevo. Cuando llegamos al umbral de la cocina, mis ojos fueron al instante hacia la nevera. Había una oscura figura de pie, con la parte superior de su cuerpo escondida tras la puerta abriera del frigorífico. Estaba asustada y confundida mientras Harry movió sus rizos bajando el bate. Sus dedos fueron a la pared donde estaba el interruptor de la luz y lo encendió. La cocina se iluminó, haciendo que yo cerrara los ojos.
"Por el amor de dios Niall." Gruñó Harry en tono molesto. "¿Qué parte no entiendes de que la llave es solo para emergencias?"
El cuerpo se giró. Cerró la puerta del frigorífico con su cadera, su boca llena de comida. Rodeé a Harry para quedarme a su lado. Niall empezó a hablar pero paró cuando vio nuestras expresiones confundidas. Tragó el bocado y empezó otra vez.
"Es una emergencia, me quedé sin comida." Dijo lentamente mientras miraba nuestras caras inexpresivas."
"¿Sabes que hora es?" Repliqué.
Antes de que pudiera contestar, Harry continuó.
"Tío, es la una y media de la mañana."
Niall nos miró con culpabilidad.
"Lo siento." Su mirada bajó al suelo.
"Harry colocó un brazo alrededor de mi hombro, acercándome a su cuerpo.
"No te preocupes." Suspiré. "Toma lo que quieras. ¿Quieres quedarte hasta mañana? Puedes dormir en el sofá si quieres." Le sonreí.
"Oh no! Está bien, gracias. Liam está esperando fuera."
Tan pronto como sus palabras dejaron sus labios. Sus ojos azules se abrieron. Caminó de espaldas hasta la nevera mientras Harry agarraba de nuevo el bate en su mano derecha. Sujeté el brazo de Harry antes de que llegara a Niall.
"Liam te trajo hasta aquí para que comieras nuestra comida." Gruñó.
"No, no." Dijo rápidamente Niall. "Liam solo accedía si le conseguía algo de pasta que hizo Teddy anoche."
"¿Cuántas veces habéis hecho esto?" Preguntó Harry y o me reí, todavía luchando por sujetarle.
"Solo un par de veces." Murmuró Niall.
"¡Voy a mataros a los dos!" Gritó Harry, agarrando el irlandés.
"Corre Niall, ¡corre!" me reí mientras él salía rápidamente de la cocina.
No pude sujetar a Harry mientras le miraba perseguir al travieso ladrón de comida, saliendo de la cocina y yendo hacia el pasillo. Me reí siguiéndolos. Niall ya estaba en la puerta principal, bajando las escaleras hasta el coche. Le devolví el saludo a Liam mientras Niall rápidamente saltaba al vehículo.
"¡Fue Louis también!" gritó Niall por la ventanilla abierta antes de que el coche acelerara por la carretera.
Sujeté el brazo de Harry riéndome.
"Van a devolverme las llaves de emergencia." Dijo Harry con los dientes apretados.
Volvimos a entrar al apartamento, Harry cerró al puerta, cerrándola con llave y echando el pestillo. Agarré su mano, indicándome a volver a la habitación. apagué la luz de la cocina cuando pasamos por delante. Él cerró la puerta de la habitación detrás de nosotros y yo volví a meterme bajo las sábanas. Vi como se inclinó, colocando el bate de cricket al fondo del armario. Sonreí cuando caminó a su lado de la cama. Harry se deslizó en el calor de las sábanas, abrió sus brazos para que me acurrucara contra él. El subir y bajar de su pecho empezó relajarme.
"Me preguntaba por qué estábamos gastando tanto dinero en el supermercado. Pensé que solo tenías mucha hambre." Me reí, señalando la barriga de Harry con el dedo.
Su pecho vibró debajo de mi cuando se rió. Bostecé cansada cuando Harry nos tapó más con las mantas.
"Buenas noches, Harry."
Le sentí besar la parte superior de mi cabeza antes de acercarme más.
"Deberíamos conseguir un perro guardián." Susurró Harry, pensando en voz alta.
Sonreí apretando su mano antes de dormirme.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top