Capítulo VIII
Los semidioses habían disfrutado de un domingo tranquilo disfrutando del último día de libertad. Estaban en la torre de Ravenclaw charlando. Cuando de repente escucharon algo, como un sollozo, no era muy alto, pero tampoco era una voz humana.
Rápidamente los semidioses se armaron y se fueron a los jardines de Howarts que era de donde venía el ruido.
Una vez estaban fuera escucharon otra vez el mismo sollozo, directamente del bosque Prohibido. No lo dudaron, todos fueron corriendo a los árboles.
Reyna iba delante cuando escucharon un chillido, una Hidra apareció pero la mataron con facilidad, al fin en cuentas no era lo peor a lo que se habían enfrentado.
Siguieron buscando la procedencia de los sollozos, que era opio que no venían de la Hidra.
No tardaron mucho en ver a un titán sentado en un claro del bosque, lloraba como si acabara de oír un haiku de Apolo.
Los semidioses se acercaron sigilosos. No sabían a que titán se enfrentaban debido a la escasa luz. Una vez que ya estaban cerca sacaron sus armas.
Ya estaban cerca del titán cuando levantó la cara y tres de los semidioses lo reconocieron.
- Chicos... E-ella... Yo. - Empezó a decir Bob el gigante.
- Tranquilo, Bob relájate luego nos cuentas. - Dijo Nico.
Percy y Anabeth se adelantaron para abrazarlo, estuvieron así asta que el titán se tranquilizó. Acto seguido de que se tranquilizó y miró uno por uno a los mestizos.
- Bob tenía que deciros que la señora atacará Howarts en tres semanas. Y Bob no os puede decir quién es ella porque se lo hizo jurar, a Bob, por el río Estigio.
Entonces Bob volvió a moquear, se sentía un completo estúpido.
- Tranquilo Bob intenta decirnos lo que puedas sobre ella. - Dijo Jason.
- Ella es poderosa, no dudará en destruir este sitio.
De la nada Bob desapareció, suponían que se había puesto demasiado nerviosos y había escapado.
De repente Reyna se puso tensa, había escuchado el sonido de un palo crujir. Estiró la mano y cuando tiro de algo que había notado vió que era una manta o a lo mejor una capa.
En el sitio donde antes no había nada ahora estaban Harry, Ron y Hermione mirándolos a todos con caras de terror. Antes de que pudieran reaccionar estaban rodeados de los diez semidioses.
- Quienes sois? - Dijo Ron.
Todos compartieron una mirada en la que se entendieron perfectamente.
- Somos semidioses. - Dijo Anabeth.
- Lo sabía. - Hermione saltaba con alegría. - De quién sois hijos?
- Perseus Jackson, hijo de Poseidón.
- Leo Valdez, hijo de Hefesto.
- Anabeth Chase, hijo de Atenea.
- Jason Grace, hijo de Júpiter.
- Will Solace, hijo de Apolo.
- Hazel Levesque, hija de Plutón.
- Frank Zhang, hijo de Marte.
- Reyna Arellano, hija de Belona.
Y así todos acabaron de presentarse.
- Y de donde venís?
- Del campamento Mestizo y el campamento Júpiter.
- Mestizo... Tenéis sangre mestiza, claro. Tenemos que hablar con vosotros urgentemente. Pero no aquí, vamos a la sala de los menesteres. - Dijo Hermione.
A pesar de todo los trece seguían siendo amigos por lo que fueron juntos sin desconfiar unos de otros.
- Vale, os digo una especie de profecía que dijo la profesora de adivinación. - Dijo Harry .-
Decirle a los diez mestizos,
que no se fien de sus superiores,
ya que aquellos de los que ascienden son su problema.
Todos los semidioses se pusieron pálidos, lo que les faltaba otra profecía. Aún así tenían que ponerse a pensar.
- Vale, nosotros somos los diez mestizos, eso es obvio. - Dijo Nico.
- Pero somos descendientes de prácticamente todos los seres de la mitología, al fin en cuentas, todos están emparentados. - Dijo Will.
- Eso es verdad...- Dijo Ron.
- Nuestros problemas siempre han venido de seres diferentes. - Dijo Anabeth.
- No, realmente no, todo ha sido ocasionado por las mismas personas... Los dioses. - Dijo Percy.
Todos asintieron como dándole la razón, de la nada empezó a haber uno rayos en la habitación, el agua de los vasos se descontrolo, empezaron a haber grietas en el suelo, llamas en todas partes, en fin un caos.
- Chicos, tranquilos, todo saldrá bien. - Dijo Harry un poco asustado.
A pesar de eso todos se tranquilizaron, seguían enfadados, eso sí.
- Mañana mismos iremos al Olimpo a investigar, le diremos a Dumbeldore lo que hemos descubierto y después de volver se lo comunicara al resto del colegio. - Dijo Reyna.
- Vamos a hablar con Dumbeldore pero antes tenemos que contaros cosas. - Dijo Jason refiriéndose a los magos.
Después de dos horas más o menos, acabaron de contarle a los magos todo. En cuanto al trío le daba pena por todo lo que habían pasado esas personas a su corta edad, ellos no habían estado en una guerra si no en dos.
Rápidamente los trece se abrazaron. Luego se separaron y se dirigieron al despacho del director. Una vez dentro le comentaron todo lo sucedido.
- Ya veo, y supongo que querréis ir al Olimpo a hablar con los dioses, no es así?
- Si, señor. Le pedimos dos días para ausentarnos, daremos las clases atrasadas otro día.
- Está bien me parece razonable, os concedo esos dos días, hacer todo lo posible por salvarnos héroes.
Los héroes asintieron y se retiraron para hacer su mochila con todo lo necesario. Añoraban su casa por mucho que solo llevarán una semana lejos.
Pronto se fueron a dormir, el día siguiente sería un día movidito.
🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾🐾
Que tal chicos? Se lo esperaban?
Gracias por los votos que he recibido últimamente hacen que quiera seguir haciendo esto.
ʕっ•ᴥ•ʔっ(≧▽≦)
Besos,
Yo.
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