Capítulo 34

Para este punto, ya había perdido la noción de las cosas, Harry me estaba correspondiendo, supongo que porque había entendido mi idea; pero es que yo ya ni siquiera sabía si ellos seguían ahí. Draco y Marcel, la razón por la que estaba en esa situación, la única razón, desde luego.

Los labios del azabache se sentían suaves y percibí un sutil sabor a menta, tal vez porque se había lavado los dientes hace poco, y eso me generó la sensación de que besarlo era... fresco. Su mano derecha había llegado a mi cintura y mantenía un firme agarre ahí, mientras que yo seguía aferrándome con ambas manos a su corbata.

Entonces, fuertes y repentinas punzadas en mi cabeza hicieron que me separara de Potter e incluso lo empujé. Llevé una mano a mi frente, como intento desesperado para detener el dolor, pero desde luego no fue suficiente. Me quejé mientras sentía al azabache sostenerme de ambos brazos para impedir que perdiera el equilibrio. Cerré los ojos con fuerza, la voz de mi compañero se escuchaba lejana por los pitidos persistentes que llegaban a mis oídos y amenazaban con derribarme ahí mismo.

-Tracy, ¿qué tienes? -Abrí los ojos y por unos segundos vi su rostro opaco, parpadeé varias veces y solo de esa manera pude apreciar de nuevo el brillo esmeralda de la mirada preocupada que me ofrecía.

-¿Qué está pasando? -pregunté, escuchando mi propia voz salir en apenas un susurro.

-Tranquila, ya pasará. -Me mantuve quieta esperando a que el dolor se esfumara tal y como había llegado, Marcel y Draco no estaban, y nosotros dos habíamos terminado de rodillas en el suelo. Potter no estaba permitiéndome caer y agradecía eso, él incluso estaba acariciando mi cabello. Me concentré en mi respiración y solo me dediqué a eso hasta que mi cabeza dejó de clamar por algo que yo no comprendía.

-Ya está, estoy bien -le dije para que me dejara levantar, cuando mis dos pies consiguieron soportar de nuevo mi peso me alejé un poco de Harry para recostarme en una pared.

-¿Por qué te ha estado pasando esto? -musitó.

-No lo sé, creí que ya se había acabado. -Se acercó para quedar frente a mí y detallar mi rostro con atención, como si estuviese buscando algo que no había visto antes. -No me mires así, es molesto. -Sus ojos se fijaron en los míos de inmediato, y así pude comprobar que su mirada se había vuelto más profunda.

-¿Por qué lo hiciste? -Suspiré. Claro, era hora de hablar del tema.

-Mira, lo siento, ¿sí? No debí ponerte en esta situación, sé que estuvo mal y que te arrepientes tanto como yo, ¿vale? No te pongas pesado ahora, por favor. -No tenía la certeza de lo que debía decir, los latidos desenfrenados de mi corazón solo me hacían dudar más de mi respuesta. Es que de verdad, Tracy, tú le besas y ahora él es el pesado.

-No pretendo ser pesado, está bien, siempre que no me digas que querías darle celos a Malfoy o algo así.

-Joder -reí-. Ni siquiera lo pienses.

-Ya, pero es que sé que no lo hiciste por nada, puedes decirme. Realmente... creo que tengo el derecho de saberlo.

-Bien -respondí suspirando, alejé mi espalda de la pared para mantener mi postura firme ante él-. Quería decírtelo antes y no haber tenido que llegar a esto, pero supongo que solo no se dio el momento. He descubierto cosas. -Me percaté de que sus hombros se tensaron, aunque sus ojos seguían mirándome con atención-. Marcel y Malfoy están trabajando juntos.

-Ah, era eso... Yo ya lo sabía, Tracy.

-Sí, pero es que eso no es todo. -Me detuve al notar que su cuerpo se relajaba y ladeé un poco la cabeza en señal de confusión-. ¿Qué esperabas que dijera?

-No, nada, tú continúa.

-Si pensaste que mencionaría que ya sé que de alguna forma te metes en la mente de Voldemort, pues sí, ya lo sé.

-No, de verdad no era eso, total, pensaba contártelo cuando regresaras de tu misión.

-Entonces... ¿hay algo más que no sé?

-Soy yo el que parece que no sabe algo, ¿qué decías de Marcel y Malfoy? -Lo miré con desconfianza, pero decidí proseguir sabiendo que no conseguiría nada.

-Bien, he estado pensando... Sus "planes fallidos" -hice comillas con mis dedos para dar énfasis en las dos palabras- tal vez no lo fueron después de todo.

-¿A qué te refieres?

-A que creo que lo que ellos pretendían realmente era unirnos, que nos hiciéramos-no sé... amigos.

-Eso suena un poco surrealista.

-Ya lo sé, y no se qué es lo que ganan con ello, pero todo parece ser parte de lo que están tramando, que es, por supuesto, algo en nuestra contra.

-Es que... es algo muy infantil, ¿no?

-Ellos son infantiles.

-Ya, pero es que tú les estás dando lo que quieren.

-Solo quiero que dejen de meterse en mi vida, ¿te enteras? Y si a ti no te afecta tenerlos merodeando a tu alrededor entonces no hagas nada, pero yo no pienso quedarme de brazos cruzados.

-Es que creo que no funciona así, Tracy.

-Entonces dime cómo funciona, Potter.

-Les estás dando mucha importancia, dedícate a pasar de ellos, estaremos atentos a sus movimientos sin que se enteren.

-No puedo simplemente pasar de ellos, no es tan fácil.

-¿Por qué no lo es? No quieres que se metan contigo, pero tú estás haciendo lo mismo con ellos.

-No te entiendo -le dije, negando con la cabeza y bajando la voz al percatarme de que habíamos estado hablando más alto de lo necesario. -Y definitivamente tú tampoco puedes entenderme.

-Es que no me permites hacerlo.

Lo miré fijamente, sintiendo cómo sus palabras caían sobre mí como si de una ofensa grave se tratara, le dediqué una mirada severa, mientras el tono de mi voz se volvía agrio.

-¿Que no te lo permito dices? Intenté contarte lo que pasa con Calíope y hace unos minutos intenté contarte también lo que hablé con Dumbledore. Me planté aquí, Potter, y te di la cara para pedir tu ayuda. Pero prefieres renegar todo lo que digo antes que escucharme hasta el final. -Di un paso más cerca, él no se inmutó y me mantuvo el contacto visual-. No sé qué es por lo que estás pasando, no sé qué cojones se siente entrar en la mente del mago más tenebroso, porque tú no me lo has dicho. Yo quise que supieras lo que se siente que el nombre de mi madre esté registrado también como el nombre de la madre de Marcel, quise que supieras lo que se siente tener voces en tu cabeza susurrando incesantes algo que no puedes entender, pero que duele como la mierda. Opté por dejar de lado todas nuestras jodidas diferencias y todo esto porque pensé que juntos podríamos pensar en algo para detenerlo, perfectamente pude haber callado todo y desde luego esa hubiese sido la mejor opción. Después de todo, ya veo que tienes suficiente con tu propio desastre. -Me detuve y solté el aire que tenía retenido, desviando la mirada mientras el silencio nos invadía por unos segundos que se me hicieron eternos.

-Tracy, no te molestes conmigo, no lo sabía.

-Es que no me permitiste hacértelo saber -le dije, todavía sin mirarlo.

-Lo sé, y diré varias veces que es mi culpa si eso ayuda a arreglarlo. Esta pelea es de todos, y te ayudaré como pueda si así lo precisas. Escucha, ya me lo has dicho tú, no soy el más poderoso ni el más capaz, pero así como como veo a Hermione y a Ron cada que observo a mis costados, me verás tú también cada que mires hacia tu lado, ¿bien? No estoy intentando decirte el típico "puedes contar conmigo para lo que sea", estoy recordándote que pelearé contigo o contra ti según lo decidas. Y si has decidido que quieres averiguar lo que está pasándote y que necesitas responder todas tus dudas, el "trío de oro" lleva molestando tu existencia desde que comenzó el curso, así que no tienes porque hacerlo sola.

Regresé mi mirada hacia su rostro, en sus expresiones no se escondía ni una pizca de humor, me estaba hablando con la seriedad que limitadas veces le había visto. Me cuestioné muchas cosas en ese momento, Harry Potter estaba ofreciéndome pelear a su lado, cuando mi idea al pisar Hogwarts por primera vez era destruirlo y entregárselo en bandeja a Lord Voldemort para que hiciera con él lo que le plazca. Pero ahora estaba teniendo tantas dudas, mi cabeza era un desastre, mis pensamientos se habían dividido. "Eres la hija del mago más temido, joder, puedes lograr cualquier cosa, llegar lejos." "¿Qué le sigue a tu ridículo nombre? ¿Eh, Tracy? ¿Hay algún Riddle acaso? No, hay un Evans, y luego un López. Porque no hay ningún Tom que se hubiese dignado a dar la cara por ti, ¿por qué tendrías que dar la cara tú por él?".

-¿Qué pasa? -La voz de Harry me sacó de mis pensamientos, me había quedado observándolo y ni siquiera estaba segura de por cuánto tiempo-. ¿Estás considerando besarme de nuevo? -Una sonrisa ladina se extendió por su rostro, lo miré con los ojos bien abiertos antes de darle un empujón.

-Cállate. -Nuestras risas discretas rompieron el silencio de pocos metros a nuestro alrededor, no estoy segura de qué pasó después de ello, es como si ese momento se hubiese vuelto eterno.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top