Capítulo 23
—Profesor —Hermione habló con cuidado—, los hechizos... ¿dónde están?
—Vaya... parece que también están ocultos —respondió el director, y yo intenté conservar la calma.
—¿Y si probamos con un encantamiento de revelación? —propuse.
—Eso suena a una buena idea —dijo Dumbledore mientras asentía.
Le recibí el libro a Hermione y lo abrí en una página al azar.
—Aparecium —pronuncié, apuntando la hoja en blanco con mi varita, y los hechizos comenzaron a revelarse.
—Fantástico —murmuró Ron.
—¿Ahora qué sigue? —pregunté.
—Ahora estudiareis los encantamientos, os serán útiles.
Nos reunimos en la sala común de Gryffindor luego de salir del despacho de Dumbledore, dejamos el libro en el centro de una mesa y nos posicionamos a su alrededor. Lo abrí por la primera página y leí el primer hechizo en el que mis ojos depararon.
—Avifors. —Apunté con mi varita hacia una pluma que reposaba en uno de los sofás y ésta salió a volar al transformarse en un ave.
—Genial —dijeron al unisono Ronald y Potter.
—Ya lo conocía —dijimos esta vez Hermione y yo.
—Cómo no —masculló Ron.
—Venga, prueba uno —le dije, asintió y escogió alguno.
—Ascendio. —Apuntó hacia Hermione, quien lentamente dejó de tocar el suelo, levitando a merced de los movimientos de la varita de Ron.
—Sí, sí, muy divertido, pero bájame ahora —le riñó ella.
—¿A cambio de qué? —rio él.
—¡Ron! ¡Tienes una araña en la cabeza! —Hermione gritó horrorizada.
—¡Joder! ¡Quítala, quítala! —Ron comenzó a correr por toda la sala común mientras varios estudiantes lo miraban extrañados. Hermione, por su parte, cayó al suelo de una forma nada linda.
—Ja, que buena broma, de las mejores —dijo Ron, con cara de pocos amigos, al descubrir que no era cierto.
—Es mi turno —dijo Potter—. ¿Aguamenti? —De la punta de su varita salió un chorro de agua—. De acuerdo, define hechizo avanzado. —Miró a Hermione.
—No son los encantamientos que imaginé que encontraríamos, realmente.
—¿De qué nos sirve un libro de hechizos que ya conocemos? —pregunté, dejándome caer en el sofá.
—Habrá que seguirlos estudiando, supongo —contestó Ron.
—No os precipitéis —dijo Hermione—. No hemos leído más allá de la primera página. Yo guardaré el libro e iremos estudiándolo de a poco. —Nosotros asentimos, de acuerdo.
Así que la noche cayó mientras seguíamos en la sala común, Hermione leía el libro mientras Harry, Ron y yo estábamos sentados a su lado, cada uno sumido en sus propios pensamientos. El silencio en el que nos encontrábamos no era incómodo.
Dumbledore quería que estudiáramos esos hechizos, él sabía que los necesitaríamos. A nosotros aún no nos enseñaban ese tipo de encantamientos, pero el director sabía que algo pasaría e intentaba prepararnos para ello, de eso no había dudas.
Además, también estaba esa profecía que no conseguía salir de mi cabeza. "Así lo dice la profecía, quien no debe ser mencionado resucitará, un traidor lo liberará y su descendencia se le unirá. Un suceso inesperado ocurrirá, pero la verdad por fin se conocerá, y tú no sabrás quién está de tu lado." En mi mente resonaba solo una pregunta, aunque de ella pendían muchas más, ¿yo soy ese traidor?
—Tracy. —Escuchar mi nombre me trajo de vuelta a la realidad, era Angelina Johnson quien me llamaba, la capitana del equipo de quidditch.
—¿Sí?
—Tienes una carta —me dijo, extendiéndome un sobre.
—Pero por qué no la trajo Carry —dije, más para mí que para ella.
—Estaba en el suelo, tenía tu nombre así que te la traje de camino.
—Está bien, gracias.
—No hay problema, adiós.
—Adiós —respondió el trío de oro detrás de mí. Me giré para quedar de frente hacia ellos y mirar el contenido. Dentro del sobre había un trozo de pergamino escrito con letras en tinta negra, "Si eres tan valiente, ven al bosque prohibido y demuestra de quién dices ser descendiente"
—¿Ocurre algo? —preguntó Hermione al ver mi expresión ida.
—No, yo... tengo que irme.
—¿A dónde? ¿A esta hora? —cuestionó ahora Potter levantándose y con el ceño fruncido.
—Al bosque prohibido y sí, debe ser ahora.
—Tracy, ¿estás loca? El bosque prohibido es el último lugar al que deberías ir ahora, y no solo ahora, nunca.
—Potter, yo sé lo que hago.
—Entonces iré contigo.
—No, iré sola.
—¿Por qué? ¿Qué es lo que dice la carta? —preguntó Ron.
—No estaréis tranquilos hasta que os la muestre, ¿verdad?
—Verdad —afirmó Harry. Le entregué la nota y en cuanto ésta estuvo en sus manos salí corriendo, era ahora o nunca.
Harry pov:
Tracy se fue corriendo, rápidamente leí lo que decía la nota.
—Tracy nunca habla de sus padres —razonó Hermione.
—Eso no es importante ahora, se fue sola al bosque prohibido. Voy a buscarla.
Salí rápidamente con la intención de alcanzarla, tras cruzar el retrato de la dama gorda visualicé a Marcel, la chica nueva con la que hablamos en el expreso de Hogwarts cuando regresábamos del mundo muggle. Me sorprendió verla por ahí, era Slytherin, así lo había decidido el sombrero seleccionador, pero a ella no la habían transferido por falta de cupo...
—Harry —me llamó y se acercó a mí.
—¿Ocurre algo? —pregunté, pensando en que no tenía tiempo para eso.
—Es Tracy.
—¿Qué pasa con Tracy?
—Está en el bosque prohibido, ¿no? Le llegó una nota.
—¿Cómo lo sabes?
—Escuché a Malfoy hablar sobre ello.
—¿Malfoy? ¿Entonces es él quien está detrás de todo esto? —La miré fijamente—. Marcel, ¿qué más sabes?
Draco pov:
El profesor Dumbledore envió a Potter y a sus amiguitos a buscar un libro de hechizos avanzados y tengo entendido que ya lo encontraron. Aparentemente les dará ventaja sobre Voldemort. Pero yo debo evitar eso de cualquier manera.
He intentado mantenerlos ocupados en otros asuntos y yo mismo me encargué de dejar documentos falsos sobre Umbridge en el sótano cuando me enteré de su castigo, y de esa manera distraerlos, pero a estos parece difícil sacarlos de en medio de lo que realmente importa.
Obviamente tengo un plan, que comienza en este preciso instante, ahora que Tracy está justo frente al límite del bosque prohibido. La puedo ver desde lo alto de un árbol. Haré que se adentre lo suficiente como para que luego no recuerde cómo volver y no le ayudaré hasta que no me cuente su plan y me de acceso al dichoso libro. De lo contrario tendrá que quedarse aquí al menos hasta que se haga de día. No es conveniente pasar la noche en este bosque, hay peligros que ni siquiera podemos imaginar.
Tal vez no sea lo más inteligente, pero sé que funcionará.
Marcel es quien me está ayudando con todo esto, es una buena chica, nos hemos comenzado a llevar muy bien. Ella sabe que soy yo quien merece ser reconocido y no ese Potter. Fue ella quien se encargó de hacerle llegar una nota a Tracy, yo ni siquiera sé lo que decía pero es evidente que funcionó. Evans acaba de pasar por debajo del árbol en el que me encuentro. Esperé a que se adentrara lo suficiente y bajé, la seguí en silencio hasta que una rama crujió bajo mis pies, ella se volteó rápidamente.
—¿Malfoy? ¿Fuiste tú el descerebrado que me envió ese sobre?
—No fui yo.
—Claro, debió ser otra persona la que me hizo venir porque te vio aquí y quería que nos encontráramos por casualidad, cómo no lo pensé. —Yo negué con la cabeza.
—No fui yo, fue mi cómplice
—¿Qué cómplice?
—¡Vaya! No se ha encontrado una respuesta para esa pregunta.
—¿Qué es lo que quieres, Malfoy?
—Quiero que me digas todo lo que sabes sobre el libro de los hechizos avanzados, solo eso.
—Puedo enseñarte un encantamiento muy interesante, si quieres —dijo, amenazante, mientras sacaba su varita, por lo que hice lo mismo.
—¿Cómo piensan derrotar a quien tú sabes?
—¿Qué pasa, Malfoy? ¿Te asusta tanto pronunciar su nombre? Y así dices querer derrotarlo.
—¿Qué es lo que sabes? Dime.
—No —respondió segura, desafiante.
—Bueno, puesto que no quieres colaborar tampoco pienso ayudarte a salir del bosque, sé que no sabes cómo regresar y casi no se ve nada. Sin embargo, yo ya me sé el camino de memoria, solo yo te puedo ayudar ahora, pero si tú no me ayudas, yo tampoco tengo por qué hacerlo.
—¿Crees que necesito tu ayuda para salir de este miserable bosque? De verdad me das lástima, Malfoy, tus intentos son realmente mediocres. Puedo encontrar la salida sola y sin luz, así que apártate de mi camino. —Avanzó hacia mí con la intención de irse, pero obviamente le bloqueé el paso. Me apuntó con su varita.
—Expelliarmus —pronunció, sin darme tiempo a evitarlo. Su hechizo me empujó con fuerza hacia un árbol cercano, que me detuvo. El impacto me aturdió por unos segundos y Tracy comenzó a correr, así que me levanté con dificultad para seguirla.
Mi túnica se enredaba a veces en las ramas y se iba rasgando de a poco, al igual que la de ella, pero nada de eso nos detuvo. A medida que me recuperaba del golpe corría con más velocidad, por lo que estaba por alcanzarla cuando Potter apareció justo frente a ella, provocando que casi lo chocara. Llegué hasta donde se encontraban.
—¿Sabes el camino de regreso? —Fue lo primero que le preguntó Tracy.
—Sí —respondió él, lanzándome una mirada fulminante que obviamente correspondí.
—Bien, vamos.
La aparición de Potter había terminado de arruinar el plan, que de por sí ya estaba presentando fallas. Suspiré derrotado y dejé que se alejaran, luego los seguí porque yo tampoco recordaba el camino de regreso.
Tracy pov:
—Potter, ¿no te dije que debía venir sola?
—Venga, debes aceptar que mi llegada fue muy oportuna. ¿Qué es lo que quería Malfoy?
—Que le contara todo lo que sé sobre el libro de hechizos avanzados y de nuestro plan para acabar con Voldemort.
—No tenemos un plan.
—Lo sé. Él me dijo que tenía un cómplice. —Potter me miró, lleno de dudas—. Pensé en Angelina, ella me entregó la carta, pero eso no tiene ningún sentido, no se habría expuesto de esa manera.
—Tendremos que averiguar más antes de buscar culpables.
—Tienes razón.
Conseguimos salir del bosque prohibido, pasamos por la cabaña de Hagrid y llegamos a la entrada de Hogwarts, fuimos a la sala común y luego cada quien a su habitación.
Tenía tantas cosas en la cabeza que, aunque me sentía cansada de correr, ni siquiera podía dormir. Pensaba en el cómplice de Malfoy, la persona que sabía cosas de mí y que se había dignado a escribirlas en un nota; pensaba en la profecía y en el libro de hechizos avanzados.
Cuando conseguí quedarme dormida, lo hice pensando en ello.
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