Cicatrices del pasado, dolor del presente.

Esta es una obra de fanfiction, que utiliza personajes del mundo de Harry Potter, una marca registrada de J.K. Rowling

No reclamó ninguna propiedad sobre ellos o el mundo del que se habla.

Harry Potter © J.K. Rowling. Todos los derechos.

¡Advertencia!

El siguiente capítulo puede contener temas y escenas que pueden ser sensibles para cierta gente. Se recuerda que esta obra es simplemente para entretener.

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HARRY POTTER

UNA OSCURIDAD ASCENDENTE

10

Cicatrices del pasado, dolor del presente.






Infeliz es quien piensa en su infancia y solo evoca recuerdos de miedo y tristeza

H. P. Lovecraft




•••

-¡Mami!

El sonido de pequeños pasos llenos de energía resonaron por una de las habitaciones más pequeñas del pequeño departamento en Londres. Con un fuerte chillido emocionado, una pequeña niña de cabello castaño se abrió paso entrando armando un jaleo.

-¡Mami mira, lo hice yo! ¡soy yo cuando sea grande! ¡seré una sanadora! -llamó efusiva sosteniendo un hoja de papel-, ¡Mira mi dibujo, mami! ¿¡verdad que es bonito!?

La niña ondeaba su arte con un gran orgullo esperando con impaciencia que su madre le diera un vistazo y terminará asombrada por sus increíbles habilidades de dibujo.

-Si, esta bonito querida -murmuró distante la mujer dándole una rápida mirada de reojo a su hija y regresando a observar detenidamente el contenido de un humeante caldero que había frente a ella.

-Es "muy muy" bonito, ¿verdad? -replicó inflando sus mejillas en un puchero.

-Si, si, "muy muy" bonito cielo -repitió mecánicamente, sin mirarla- ¿Por qué no vas y se lo muestras a tu padre? -le murmuró rascándose una mejilla y frunciendo el entrecejo. Algo no iba bien con su poción-, mamá está ocupada en estos momentos.

-¡Vale~! -cantó la niña con una sonrisa. Le hubiera gustado que su madre lo viera por más tiempo, quizás que le hubiera regalado una sonrisa de orgullo y le dijera que era una increíble artista.

Aun así, no se iba a rendir, su padre se vería más emocionado, estaba segura.

Corriendo por la casa tarareando una melodía, la pequeña castaña llegó hacia una de las habitaciones del tercer piso. Allí se encontraba un pequeño estudio, donde un hombre de mediana edad estaba leyendo algunos informes esparcidos por su escritorio.

-¡La mente humana es tan maravillosa! -habló el hombre en la habitación, perdido en su propio mundo-. No puedo esperar a ver los rostros de los miembros de la Confederación Internacional de Magos cuando pueda probar que mi teoría será correcta -sonrió extasiado-, ¡esto cambiará para siempre el Estatuto Internacional del Secreto!

-¡Papi! -el clamor de la pequeña que entró corriendo al causando un pequeño tumulto lo sacó de sus pensamientos. Parpadeando miró a su hija sonreír y mostrarle algo-. ¡Quiero que veas algo que hice!

-O si -dijo haciendo un movimiento de mano, regresando a sus propios asuntos-. Es lindo.

-¡Papi, no has mirado! -refunfuño con un puchero-. ¡Mami dijo que lo vieras!

-Lo siento hija, pero estoy ocupado.

-¡Pero...!

-¡Ahora no, Tracey! -gruño elevando la voz y dándole una mirada de fastidio-. Ve a tu habitación y juega con tus juguetes o algo, solo déjame trabajar -viendo otra vez su trabajo, murmuró con voz baja y distante-. Luego iremos por un helado.

Con una mirada herida, la niña llamada Tracey corrió hacia su recamara sollozando mientras las lágrimas comenzaban a caer.

El terminar mojando sus almohadas en llanto era algo bastante recurrente en los últimos tiempos para la pequeña Tracey. Sus padres se habían enfrascado totalmente en sus propias investigaciones, dejando de lado la atención de su primogénita que permaneció la mayor parte de su último año en soledad y casi valiéndose por sí misma.

El Señor y la Señora Davis pertenecían a una Casa Noble en decadencia debido a los errores del padre de Robert en cuanto a finanzas y la estúpida decisión de su hermano en seguir la loca devoción de su cuñada por El Señor Tenebroso.

Artemisa Snyde era la hermana mayor de Morgan, una mujer bastante extraña que conoció el mismo día de la boda de ambos, todo debido a que Morgan no estaba de acuerdo con sus ideas extremistas sobre la pureza de sangre, por a eso siempre se había empeñado en mantenerla alejada de ella y la gente que le importaba. Aun así, Emir Davis, el hermano menor de Robert había sido cautivado por el aura oscuro de la bruja esa misma noche, y comenzando una relación que a la larga los llevaría a servir devotamente al Que No Debe Ser Nombrado y pelear bajo su causa en la Primera Guerra Mágica.

Las acciones de Emir Davis habían traído vergüenza a su familia, así que cuando Robert tuvo que dar cara por todo el desastre que su hermano causó, no se tocó el corazón para echarlo como un perro junto a su esposa Artemisa y su pequeña hija Merula. Y podría parecer muy cruel con alguien inocente, pero nunca se compadeció de la niña, ni siquiera cuando ambos padres fueron enviados a Azkaban. Su sobrina creció con sus abuelos maternos bajo el estigma que el nombre de la familia Snyde se había labrado.

Es por eso y más que el señor Davis buscaba hacerse un nombre en la comunidad mágica, no quería terminar como los Weasley que eran solo una mancha entre los demás sangre pura; tenía mucha fe en que sus investigaciones sobre cómo funciona la mente humana les ayudaría a elevar su estatus entre la sociedad y dejar atrás cualquier trago amargo.

Por su parte Elizabeth había estado buscando la oportunidad de pasar a la historia como la mejor elaboradora de pociones del nuevo siglo, un título que ya debía pertenecerle de no haber sido por las acciones de Damocles Belby: el hombre que la había acogido en su reconocido laboratorio de pociones y quien a base engaños, robo el trabajo de toda una vida y creo esa ineficiente poción matalobos.

Toda su investigación sobre la cura para la licantropía había sido arrebatada y usada para crear ese ineficaz brebaje, que solo alivia temporalmente las afecciones de los hombre lobo, el bastardo ni siquiera intentó avanzar más en la investigación para encontrar la cura como ella lo había planeado. Obviamente, algo que curara completamente la enfermedad no sonaba bien para los bolsillos de ese pretencioso hombre, sobre todo cuando podía vender una poción cada luna llena en vez de una perfecta que fuera de una sola toma.

Aun cuando ella clamó que la autoría de la investigación había sido completamente suya, el viejo mago había usado sus influencias para callar su denuncia, dejándola en ridículo ante el resto del gremio de pocioneros, y restringiendo cualquier oportunidad de trabajar en un remedio para la licantropía por su propia cuenta.

De manera que, ambos aceptaron que tenían que hacer todo lo que estuviera en sus manos para llevar el nombre de su familia y de ellos mismos a la grandeza sin importar el costo... incluyendo si tenían que ser negligentes con su única hija.

-¡Pero mi dibujo es bonito! -lloro la pequeña Tracey a moco tendido.

Sus padres nunca fueron demasiados amorosos, pero aun así llegaron a tener tiempo para ella en el pasado. Pero cuando su padre recibió la aceptación para entrar en el Departamento de Seguridad Mágica y su madre recuperó su licencia de elaboradora de pociones las cosas comenzaron a cambiar.

-Solo deseo que todo mejore cuando nos mudemos -susurro entre hipos-. Ellos prometieron que estarían más tiempo conmigo y que tendría amigos.

-No será así.

Se escuchó una voz. Una que era fría y puso los pelos de punta a la pequeña Tracey que levantó la vista dejando de llorar de repente.

-¡¿Quién dijo eso?! -chillo asustada mirando alrededor, doblando su piernas de miedo-. ¡¿Quién está ahí?!

-Sabes que eso no es verdad -susurro la voz con una sedosa voz, sin aparentar que se tomó en serio la amenaza de la niña-. Ellos nunca nos escucharon, ellos no nos aman.

-¡Es mentira! -grito furiosa la chica poniéndose de pie y mirando al techo, donde ella creía que salía esa mala voz-. ¡Mis papis me aman! ¡Tú eres una mentirosa!, Vete de aquí o mis papis te harán daño!

-No mentimos, ellos nos abandonaron. Pero no te preocupes, yo estaré para ti, yo siempre te cuidare y amare. Recuerda, solo yo estuve junto a ti cuando nos llevaron al infierno junto a los monstruos.

El mundo de Tracey se volvió negro de repente, dejando atrás su pequeña habitación en ese piso sencillo en los suburbios de Londres para ser reemplazados por una lúgubre oficina llena de cuadros y crucifijos, ahí una mujer de la tercera edad que iba vestida con un hábito de color negro le daba una mirada de profundo desagrado.

-¡Madre superiora! -lloró una chica pelirroja a su lado, tenía un uniforme escolar de color negro sencillo-. Davis ha vuelto a hablar sobre cosas extrañas, además que Madeline la vio haciendo que algunas flores en el jardín comenzarán a flotar -acusó en llanto-. Ella es claramente una sirviente del demonio, tengo miedo que por su causa todas terminemos siendo poseídas por el maligno.

-No hagamos acusaciones de ese tipo, Teresa -trato de calmar la mujer acariciando su cabello-. En este recinto sagrado no dejaremos que ninguna de ustedes sufra por la presencia del enemigo. Así que hazme un favor querida: ve al comedor y comunícale al resto de chicas que todo está bien y que la señorita Davis dejará atrás su conducta reprochable.

Teresa, sabiendo que debía obedecer la orden de la madre superiora se dio la vuelta aún con sus falsas lágrimas en los ojos, pero antes de salir logró darle una rápida mirada de burla a Tracey, moviendo silenciosamente sus labios formando la palabra "monstruo". Si la anciana se dio cuenta de esa acción, no hizo mención alguna.

-Madre superiora -habló por primera vez Tracey mirándose descorazonada-. Yo no he...

-¡Silencio! -calló cerró con autoridad, dándole a la chica una mirada sucia-. ¡No hablaras más jovencita!

La castaña cerró la boca inmediatamente bajando la mirada.

Desde el momento en que sus padres la habían abandonado en el internado de St. Matilda's Boarding School for Ladies su vida se había vuelto un infierno.

Ella había esperado poder tener la oportunidad de poder tener por fin amigas cuando piso el lugar por primera vez, tenía buena ilusión de por fin rodearse de gente de su edad, de poder tener la oportunidad de no volver a estar sola.

Pero lastimosamente para ella, su inexperiencia con el mundo muggle y sus crecientes destellos de magia accidental había ocasionado que terminará siendo marginada no sólo por sus compañeras, sino que también por los miembros del cuerpo docente. Tracey se vio envuelta en bastantes actos de acoso y sufriendo severas disciplinas que no merecía realmente.

-¡Eres un caso perdido Davis! -la anciana comenzó a despotricar caminando de un lado a otro con una mirada enojada. Mientras que la joven se quedaba de pie tratando de evitar que las lágrimas comenzaran a caer por su mejillas ante la reprimenda.

-Aun así -susurro mortalmente mientras se acercaba a una repisa-. Tenemos la obligación de hacer todo lo posible para rescatar una alma descarriada como la tuya, usando cualquier método posible para llevarte de vuelta a la salvación. Nuestro Señor así lo demanda, todo sea por darle la gloria. Ahora muestra tu brazo -le ordenó dándose la vuelto, en su manos llevaba una vara de madera delgada

La niña tembló ante las palabras mientras su antebrazo comenzó a escocer ante el lejano eco del dolor. Sin levantar su mirada, comenzó a doblar la manga de su blusa escolar sin poder ya impedir que las lágrimas cayeran silenciosas. Se sentía impotente, no era su culpa, ella no podía evitar que su magia saliera fuera de su control, si solo pudiera hacerles entender quién era realmente, pero sus padre había sido completamente claros de que nadie podía saber sobre la magia y su mundo.

Cuando la niña terminó de arremangarse, reveló que debajo de la muñeca, la blanca piel había sido reemplazada por una gran superficie suave y enrojecida.

¡PLAF!

-¡Tú no eres buena! -bramó la mujer con un gruñido estrellando la vara en la carne de Tracey, está inmediatamente dejó escapar un silencioso alarido y tratando de evitar el contorsionarse de dolor-. ¡Tú no tienes nada bueno que ofrecerle a nadie, Davis!

¡PLAF!

-Tus constantes actos de herejía ya nos tiene cansados -otro azote-. Hablando de cosas alejadas de las enseñanzas de Dios, haciendo actos de hechicería -otro más-. Hemos hecho todo lo posible para tratar de llevarte por el camino correcto, el camino de Nuestro Señor. Pero me temo que cualquier intento de corregirte terminará siendo un fracaso, como todo lo que será tu vida niña - ladro la anciana con desprecio, continuando con la flagelación.

Gimoteando lastimeramente ante el dolor que le provocaba el metódico castigo impartido por la religiosa; la niña de siete años solo pudo observar como la piel de su antebrazo se había desprendido y ahora era solo un lio ensangrentado.

¡PLAF!, ¡PLAF!, ¡PLAF!

-Recuerda mis palabras, ¡eres un pedazo de basura pagana sin salvación alguna, Davis! -sentenció dejando su vicioso abuso y observando a la niña que sollozaba en silencio.

Su brazo ardía salvajemente y parecía que iba a partirse por la mitad, su cabeza comenzó a dar vueltas mientras sus piernas comenzaban a fallar contraídas por el dolor.

-Pero esto podría cambiar pronto, querida -continuó la mujer parándose frente a ella y tomándola por la barbilla, obligándola a verla-. Hemos hablado con el Obispo Aringarosa, él intercederá por tu descarriada alma la próxima semana usando un método aprobado por nuestra santa organización: la prelatura personal de la Santa Cruz y Opus Dei -acariciando su mejilla-. Serás traída de regreso al buen camino, ¡tu mi pequeña serás transformada como lo fue una vez Saulo de Tarso!, ¡Aquel hombre que se convirtió en el santo apóstol de los gentiles! -había un brillo de locura en sus ojos-. Solo es cuestión de que sigas los pasos de nuestro señor en propia carne, tú también cargarás con tu cruz en la espalda, Tracey. Y para eso debemos prepararte... debemos preparar el lugar donde nuestro Señor pondrá su bendición... ¡tu espalda!.

-¡Por favor no! ¡No hice nada malo! -rogo lastimera la chica dando un paso hacia atrás por el terror, sabiendo que era lo que quería hacerle-. ¡Juro que seré buena!

-No tienes que asustarte -tomándola con fuerza y empujándola hacia su escritorio donde sometió sus manos con un par de arneses que estaban pegados en una de las esquinas-. Nuestro señor vivió esto en su propia piel, lo hizo por nosotros para el perdón de los pecados. Es justo que nosotros también demostremos esa misma convicción -declaró subiendo sus prendas superiores dejando al aire su torso donde había más marcas de castigos.

-¡Mamá! ¡Papá! ¡Sálvenme! -rogó mientras comenzaba de nuevo la agonía.

-Ellos nunca nos escucharon -volvió a hablar la misteriosa voz-. Nos dejaron con los monstruos... nosotras tuvimos que cuidarnos... rescatarnos... vengarnos.

Entonces los gritos y el dolor desaparecieron, solo había calma y silencio, Tracey se vio a sí misma flotando en la nada, en un oscuridad envolvente que duró unos segundos hasta que un destello de color carmesí detrás de ella llamó su atención haciéndola girar.

Un jadeo fue lo único que pudo escapar de su boca al ver la escena que se mostraba ante sus ojos: llamas alzándose sobre un largo edificio en medio de una estrellada noche.

-Los monstruos lastiman y te hacen llorar, nosotras sufrimos mucho -hablo la voz siniestramente mientras gritos de agonía se escuchaban procedentes del edificio-. Rogamos por la ayuda de padre y madre, pero ellos no vinieron, ellos estaban ocupados jugando a entender a los muggles o tratando de hacerse un nombre. Ellos nos dejaron con los monstruos -escupió- Los monstruos nos hicieron llorar mucho hasta que entendimos lo que ellos querían enseñarnos: el sufrimiento es la clave de la liberación y la purificación para los mortales.

-¿Quién eres? -preguntó aterrorizada Tracey tapándose la boca, conmocionada- ¿Qué eres?

-Tú sabes quiénes somos, ellos nos crearon -contestó-. Nosotras les mostramos lo que ellos nos ayudaron a aprender: lo bello que es causar dolor a los seres inferiores, de esa forma nosotras los salvamos y purificamos -repitió como en trance-. Sus alaridos de dolor, nos liberaron... nosotras queremos volver a sentirlo nuevamente... así que, hazlo Tracey... déjanos entrar.

-¡AHHHH!

Con un fuerte grito, Tracey Davis abrió sus ojos levantándose en su propia cama en la mazmorras de Slytherin.

-¡Maldición! -dijo con un tono de terror poniendo una mano sobre su frente, su cuerpo estaba temblando-. ¡Otra vez esa pesadilla!

Saliendo del lío de sábanas en el que terminó después de ese sueño, se encaminó hacia el baño para refrescarse el rostro murmurando maldiciones ante los recuerdos. Odiaba con todo su ser cualquier recordatorio de ese infernal internado y las consecuencias de haber asistido ahí.

-Realmente estoy hecha un desastre -murmuró bajo mirándose en el espejo. Su cabello lucía quebrado y sucio, sus ojos estaban enrojecidos y grandes ojeras negras colgaban debajo de ellos-. Los único bueno es que Daphne y las demás ya deben estar en el Gran Comedor desayunando, me moriría de vergüenza si se enteran que estoy asustada de una pesadilla -se agacho para volver a mojarse la cara.

-¿Es eso lo que te asusta realmente?

Levantando su cabeza rápidamente al escuchar esa voz, la estudiante de cuarto año de Slytherin vio el espejo nuevamente y tuvo que jadear: su rostro exhausto ya no le devolvía la mirada, ahora había una persona diferente viéndola detrás del espejo.

En el frío cristal frente a ella se reflejaba una cara idéntica a la suya, mismo cabello castaño corto, misma boca, nariz fina y ojos marrones; pero hasta ahí terminaba las semejanzas, el cabello del reflejo estaba más pulcro, sus ojos eran más oscuros y transmitían una perversidad inquietante y su boca no estaba abierta en asombro como la suya, más bien estaba torcida en una mueca de burla.

-¿Me extrañaste, cariño?

-¡¿Tu?! -siseo Tracey apretando los puños y frunciendo el ceño-. ¡¿Qué haces aquí?!

-Tanto tiempo sin vernos y así me recibes, que malagradecida eres Tracey.

-¡Responde! -gruño- ¡¿Cómo es posible que estés fuera de tu celda?!

-¿No lo recuerdas? -habló su reflejo desde el espejo, arrastrando las palabras con un tono sedoso-. Cuando Greengrass se enfadó, comenzaste a sentir miedo de perderla y tú mente se volvió un lío... -levantó los hombros y le dio una mirada insolente- y entonces, escape.

Tracey comenzó a balbucear perpleja mientras sus ojos se abrían en pánico y miraban a la nada. ¡Ahora lo recordaba!

-¡Te aprovechaste de mi descuido de hoy! -chilló furiosa-. ¡Perra, regresa al hoyo de dónde saliste antes de que te obligue a hacerlo!

-¿De hoy? -repitió irónica el reflejo-. Estas muy mal hermana.

-¿De qué demonios hablas? -le dijo acercándose al espejo. En su preocupación por lo que Harry Potter pudiera haberle hecho a su amada mejor amiga, había llevado al límite la paciencia de Daphne, terminando con ser amenazada por su varita. Daphne se enfadó mucho con ella y le dio el hombro frío toda la noche.

Al parecer, el estar bajo la gélida mirada de la Reina de Hielo y sentir temor de perderla, le provocó un colapso mental, lo suficiente para que su cautiva pudiera aprovechar la oportunidad de escapar.

-¿Cuánto tiempo crees que he estado afuera? -susurro con una sonrisa de lado sacándola de sus pensamientos. Después de estas palabras un escalofrío recorrió la espina dorsal de Tracey haciéndola retroceder, instantes después un agudo dolor la obligó a tomarse la cabeza cuando un gran lote de memorias y emociones que no eran suyas comenzaron a llenar su mente y corazón.

Tracey miraba cómo su cuerpo hizo las paces con su mejor amiga, como se acercó a Potter en clases y se terminó obsesionando con él, cómo se enfrentó al Triunvirato de Slytherin, cuando le contó parte de su vida a Daphne y confesó su amor por ella, más y más cosas llenaron su mente, cosas que ella jamás hubiera hecho.

-¿Lo recordamos ahora? -le pregunto ensanchando su demencial sonrisa.

-¡Maldita zorra! -gruño con todo el odio posible en sus ojos-. ¡Lo volviste a hacer!

-¿Yo? -murmuró poniendo una mano sobre su corazón y fingiendo escándalo.

-¡Si tú, estúpida! -acusó, señalándole-. ¡Volviste a joder las cosas metiéndote con alguien con quien yo estaba planeando divertirme! ¡Lo que hiciste a Granger y Weasley fue una monstruosidad!

-¿No me digas que nos encariñamos con la sangre sucia? -escupió con burla-. No, ya no eres así. Desde hace tiempo dejaste de ser esa pequeña niña que quería sanar a todos -sonrió maniáticamente-. Con el pasar del tiempo te has vuelto más traviesa Tracey.

-¡No me conoces para nada! -enfrentó elevando la voz y mirándola con asco.

Despreciaba con todo su ser a ese estúpido alter-ego que nació en el infierno y compartía cuerpo con ella, causándole siempre problemas. Esa maldita solo quería arruinarlo todo; no le importaba nada ni nadie, solamente su demencial gusto por la tortura y el caos sin ningún control.

Es por eso que había pasado gran parte de su vida en Hogwarts manteniéndola encerrada en el rincón más oscuro de su mente sin deseos de volverla a ver en lo que le quedaba de vida.

-Es verdad, no me importa lo que le sucedió a Granger ni a su estúpido novio -confesó. Ella no sentía ninguna simpatía por la sangre sucia y el traidor a la sangre-. Pero detesto que tus acciones terminen afectándome, ¡Tú siempre llevas al límite todo el daño que provocas y terminas dejándome el desastre para que yo viva un infierno temiendo las repercusiones!, ¡Debiste borrarle la memoria y dejarla en paz!, ¡ELLA ERA MI JUGUETE! -gritó con frustración-. TÚ NO TIENES NINGUNA CONSIDERACIÓN POR CUALQUIER SER HUMANO. NUNCA TE IMPORTÓ LLEVAR AL EXTREMO LAS COSAS, TAL COMO LO HICISTE CON PERKS

-No, no me importa. Hacerlo de esta forma hace las cosas más placenteras -sonrió el reflejo enfermamente lamiendo sus labios-. Y no creas que he terminado con Granger, aún hay mucho que puedo hacer con "nuestro" juguete -dijo con maldad-. Lo recuerdas, ¿verdad?, lo que le hicimos a la sangre sucia de Perks, tú, Birdie y yo. Nosotras tres lo disfrutamos, ¡éramos tan felices! Pero entonces... -su sonrisa se marchitó y sus ojos se volvieron gélidos- ella apareció. Esa puta vino a arruinar nuestra diversión y cambio todo: me encerraste, me alejaste de ti como una plaga y echaste a Birdie de nuestro lado -acuso con desprecio- dejaste de jugar a las muñecas, y lo peor, te convertiste en la muñeca de ella.

-Hice lo que tenía que hacer -replicó Tracey con convicción-. Llevaste las cosas hasta un punto donde yo ya no podía seguir, siempre permití que estuvieras a mi lado, eras la única amiga que tenía -admitió-. Pero cruzaste la línea al usar mi cuerpo y obligarme a hacer algo que yo no deseaba hacer. Me culpas de que Warren se alejara, pero no, ella nos abandonó por su propia voluntad, ¡estaba aterrada por lo que hiciste! -dijo haciendo que el reflejo frunciera el ceño-. Lo mejor era que desaparecieras. Al final yo ya no te necesitaba. Yo era suficiente para divertirme por mi cuenta y por fin tenía lo que siempre había soñado, una verdadera amiga real.

-Tú preciosa Daphne ¿verdad? -mastico el nombre como si fuera algo difícil de tragar, alejándose un poco de su lado del espejo-. Esa perra gélida que tanto clamas amar, pero para ella tu solo eres una herramienta desechable, no te devuelve tus repugnantes sentimientos humanos -dijo con odio-. Si, ella es un obstáculo que debemos tratar.

-Te juro que si te atreves a ha...

-¿Hacerle daño? -terminó la frase por ella-. No, no he planeado tocar ni un solo pelo de tu amiguita. En realidad, mientras estabas aquí dentro, me permití hacerle creer que todo seguía bien y ella estaba a cargo como siempre, le confesé el amor que sentías y créeme no le importó.

Con un gruñido mientras sus nervios estaban a punto de estallar, Tracey puso ambas manos en la pared al costado del espejo y acercó su rostro hasta tocar su nariz con el frío cristal.

-Escúchame bien -masculló peligrosamente, encarando a su reflejo-. Tu solo eres un producto de un trauma de mi niñez. No significas nada para mí, no eres mi hermana, ni mi amiga, y mucho menos eres yo -declaro-. No importa si debo vender mi alma al diablo, me encargaré de hacerte desaparecer de una vez por todas por atreverte a usar mi cuerpo nuevamente para tus sucios juegos enfermos, solo hay un espacio en esta cabeza para una de nosotras. Este es el cuerpo de Tracey Viviane Davis, y no pienso compartir con nadie más mi vida, mucho menos dejarte intentar dañar a una de las dos personas que amo.

-Ahhh, ¿así que las dos personas que amamos? -susurro con deleite ignorando su amenaza-. Veo que nuestras emociones ya han comenzado a fundirse ¿No? -dijo causando que Tracey se alejara de golpe y se cubriera la boca como si hubiera dicho algo indebido.

¿En qué momento ella había comenzado a sentirse enamorada por Harry Potter?

Entendía que podía jugar como pretendiente y conseguir ser Lady Black, era solo un juego político que había aprendido como todo sangre pura... pero ahora veía dentro de sí misma y no podía negar que estaba atraída por Harry, su poder, su encanto y su forma de ser... era irresistible, como la luz para una mosca.

Su reflejo tenía razón, sus emociones estaban combinándose nuevamente y la obsesión que ella obtuvo con Potter ahora se había convertido en amor para Tracey.

-Harry Potter es un enigma, algo poderoso y majestuoso que anhelamos poseer, ¿cuánto dolor no podrá causar cuando lo llevemos al camino?, ¿cuántas desgracias no lo obligaremos a cometer?, juntos seremos los heraldos del fin del mundo -se lamió los labios con enferma lujuria-. Y será solo nuestro, aun si tengo que deshacerme de Greengrass si es necesario, no lo compartiremos.

-Estas enferma -escupió mirándola con asco-. El nunca será tuyo, no lo permitiré. Así como tampoco permitiré que lastimes a Daphne.

-Lo será, lo obligaremos a amarnos.

-No te deja...

-¿Porque no lo entiendes? -la interrumpió bajando la voz y mirándola intensamente-. Nosotras no deberíamos pelear, nosotras somos mitades de un mismo ser: misma carne y mismo corazón -poniendo una mano en el espejo-, pero negamos el aceptarlo porque esa maldita Greengrass nos ha confundido y nos ha apartado -gruñó-. Pero no debemos preocuparnos, ya lo has notado -le pregunto con una sonrisa maligna- comenzamos a fundirnos en una nuevamente, pronto volveremos a ser una sola como lo fuimos antes de que los monstruos nos separaran. Solo que esta vez seremos mejores, ya no tendremos esas sucias ideas de sanar de tener amigos, no... nosotras solo nos necesitaremos a nosotras mismas y cumpliremos nuestro destino: el purificar este mundo el dolor. Acepta quién eres Tracey Davis.

-Nunca seré como tú, tú eres un monstruo -la señaló tocando el cristal con la punta de su dedo-. No te necesito. Recuerdo perfectamente cada cosa que hiciste allá afuera, así que podre continuar donde dejaste las cosas con mis propios planes. No volverás a salir nunca más te lo aseguro -sentenció-. No dejaré que arruines mi vida feliz junto a Harry y Daphne.

-¿Ser feliz con ellos? -repitió inclinando la cabeza-. ¿Cómo planeas hacerlo?, Te despreciaran cuando se enteren de lo que hiciste en tu infancia, lo que hicimos en el primer año... lo que realmente eres.

-¡Por supuesto que...!

Sus palabras fueron interrumpidas cuando el reflejo de ella misma desapareció, y en su lugar una rostro femenino aristocrático de cabello negro y ojos azules apareció, dándole una mirada de absoluto desprecio, que hizo que sus pies comenzarán a fallar.

-¿Da...Daph...?

-¡Estas demente! -habló la versión de Daphne del espejo, con una mirada vacía-. Me arrepiento de haberte dado mi mano como amiga, ¡Me das asco! ¡eres una aberración! ¡Desaparece y no vuelvas nunca!

Tracey se cubrió la boca con horror ante las crueles palabras pronunciadas por la copia de su mejor amiga. Aun si no era real y no debía creerlas, la simple acción de escuchar a la persona que tanto ama decirle algo tan doloroso causó que su corazón se estrujara.

Pero las cosas no acabaron ahí, ya que la imagen dentro del espejo volvió a cambiar, siendo reemplazada por la de un chico de cabello y brillantes ojos verdes bajo un par de anteojos

-¿Crees que me enamoraría de ti? -siseó Harry con asco-. ¿Crees que podría amar a un fenómeno marcado por esos sucios muggles? Me das asco Davis. Daphne y yo viviremos felices lejos de tu repugnante presencia. ¿Porque no te mueres y le ahorras al mundo ver tu monstruosa apariencia?

-¡BASTA! -

¡CRASH!

Tracey estrelló su puño contra el vidrio del espejo, partiéndolo en varios pedazos que cayeron en el lavabo.

Respirando pesadamente y con lágrimas en los ojos, la chica se tomó bastante tiempo para calmarse, tratando de olvidar lo que había escuchado, todo mientras miraba su mano ensangrentada sin sentir dolor alguno.

-Esto pasará si no estamos juntas, Tracey. Me necesitas -hablo nuevamente la voz. La chica del exterior miró los restos del espejo en el lavabo, en cada uno de ellos los ojos malignos de su alter ego le devolvía la mirada-. Nosotras podemos hacer que Harry nos ame solo a nosotras sin importar lo que seamos, él nos aceptará y nos amará eternamente sin ninguna duda... -los ojos desaparecieron, mostrando partes del rostro aterrorizado de Tracey en su reflejo como cualquier espejo.

Por impulsó que no entendía, la chica tomó uno de los fragmento, el que era particularmente más grande que el resto y lo acercó su rostro. Quería comprobar con sus propios ojos que de una vez por todas la otra Tracey se había marchado.

-Somos una Tracey.

Una mano emergió del fragmento y tomo el cuello de la chica castaña con un fuerte agarre.

Tracey lucho trato desesperada de desprenderse del agarre con ambas manos. El fragmento de espejo estaba suspendido en el aire sin ninguna ayuda, mientras que la mano que emergió de él, apretó causando un gemido de la chica cautiva.

-Dentro de nosotras está la clave para purificar este sucio mundo y pronto nosotras lo entenderemos y llegaremos a ser algo muy distinto a lo llegamos a soñar, seremos una diosa.

La mano comenzó a retroceder hacia el cristal arrastrando a una indefensa Tracey, parecía que quería llevarla a través del espejo hacia el otro lado.

-Muy pronto seremos una nuevamente, ya no estaremos separadas... acéptalo y abraza tu verdadero ser... solo es cuestión... de que me dejes entrar...

Con un gemido ahogado y un profunda presión en su pecho, Tracey despertó sobresaltada sudando mares. Se hallaba acostada boca arriba, jadeando se incorporó en la cama aun sintiendo el fantasma del agarre que sufrió su cuello, según parecía no fue un simple sueño.

Buscando en la oscuridad, tanteo hasta tomar su varita mágica que estaba sobre la mesita de noche a un costado en su cama, lanzando un conjuro para ver la hora. Eran las 3 de la mañana.

Por el sonido de respiraciones sabía que sus compañeras estaba dormidas, así que no había peligro de preguntas incómodas.

Poniendo su mano en su pecho, trató de calmarse y pensar que haría a partir de ahora que había recuperado nuevamente su cuerpo. No podía quedarse quieta ante tal situación.

Sobre todo, porque seguían haciendo eco en su mente las últimas palabra que ella le dio antes de que despertara.

-... eres mía para siempre...


•••

HARRY POTTER

UNA OSCURIDAD ASCENDENTE

•••

Sábado 12 de diciembre de 1994.

Hogwarts.

Gran Comedor - Desayuno.

-¡Compórtense! -habló la profesora McGonagall dirigiendo una mirada de enfado al bullicio que había ocasionado el anuncio del baile de Navidad-. Como estaba diciendo, el baile de Navidad es una parte fundamental del Torneo de los Tres Magos y así mismo una gran oportunidad para relacionarnos entre los tres colegios. Ante esto es mi deber informarles que solamente los alumnos de cuarto grado en adelante pueden asistir- declaró antes de que las protestas de los años menores se hicieran presente causando nuevamente ruido.

-Son muy escandalosos estos enanos -se burló Blaise levantando ligeramente la voz ante los ruidos de enojo de los alumnos menores-. Aunque te aseguro que el 80% de todos ellos ni siquiera han de entender el verdadero sentido de un baile. Aún deben creer que las niñas tienen piojos y que los chicos son tontos.

-Niégale algo a un niño y hará berrinche sin importar si realmente lo quería o no -murmuró Daphne sin darle importancia, mirándose las uñas de las manos-. Solo espero que esto acabe pronto.

-¡BASTA! -ordenó McGonagall irritada, silenciando cualquier reclamo-. Solo los alumnos de cuarto en adelante podrán asistir, a menos claro que deseen invitar a un estudiante más joven -algunos murmullos se hicieron presentes-. Será obligatoria la túnica de gala para el evento. El baile tendrá lugar aquí en el Gran Comedor y comenzará a las 8 en punto el día de Navidad y terminará a medianoche -entonces la profesora recorrió el lugar muy despacio con la mirada-. Ahora bien, el baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos.. echemos una cana al aire -dijo con un tono de desaprobación causando algunas risitas que surgieron entre los estudiantes-. Pero eso no quiere decir que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts.

-Hay te hablan Nott -se burló Blaise golpeando las costillas de su amigo.

-¡Cierra el pico viejo! -se quejó Theo-. ¡Me harás quedar mal!

-¿Más? -intervino Daphne con ironía.

-Suena interesante, un nuevo evento social -dijo Blaise mirando a sus amigos-. No habíamos tenido uno desde las navidades de nuestro primer año, el baile navideño de la familia Smith.

-Aburrido, por cierto -murmuró Theo con una mueca al recordar ese baile-. Ese idiota y su familia no conocen el significado de diversión, aunque les diera en la cara.

-De cualquier forma -habló Daphne levantando su taza de té-. Este baile será muy distinto a los que estamos acostumbrados, no habrá etiqueta social y política, no servirá para formar alianzas. Solo será un grupo de adolescentes hormonales sacudiéndose por todas partes, no entiendo lo que ven divertido en eso.

-Misteriosos son los caminos del Señor, Greengrass -murmuró causando una mueca de molestia en su compañera y un escalofrío en Tracey que pasó desapercibido por todos-. Hay gente a la que le gusta "sacudirse". Tal vez tú también necesites echar una "cana al aire", te ayudaría muchísimo.

-¿Intentas insinuar algo, Nott? -enfrentó Daphne con tono gélido, enmarcando la ceja

-Nada querida Greengrass -sonrió falsamente el chico.

-Es tradición que los campeones y sus respectivas parejas abran el baile -continuó la subdirectora-, dicho esto les pido a los 4 campeones que estén presentes junto a su acompañante máximo 20 minutos antes de las 8 en punto, para organizar de forma adecuada la apertura del baile. Para terminar, se ha decidido establecer dos viajes a Hogsmeade, uno hoy y otro la próxima semana, esto debido a que el director cree conveniente que ustedes puedan aprovechar las visitas al pueblo para alistarse lo mejor posible y... quizás poder hacer una invitación especial a quien le gustaría que fuera su acompañante para el baile -dijo apretando los labios y dándole una rápida mirada de molestia a Dumbledore, quien estaba jugando con sus pulgares y miraba al techo-. Les repito -elevando la voz y mirando hacia los estudiantes-, mantengan su conducta intachable, como se espera de un alumno de Hogwarts. Gracias por su atención, pueden regresar a su desayuno.

-Bueno en todo caso -dijo Blaise después de que McGonagall se sentara y el ruido de los estudiantes volviera al Gran Comedor-, la cuestión aquí será encontrar una pareja "adecuada" para el baile, no podemos ir con cualquier hijo de vecino.

-Habla por ti amigo -dijo Theo con una sonrisa engreída-. Yo tengo mi propia pareja asegurada.

Blaise soplo con fastidio, pero claro que su amigo hablaba de "Loony" Lovegood.

-Tal vez debas hablar con ella Nott -Daphne hablo, mientras limpiaba las comisuras de su boca con una servilleta-. Estoy segura que será el primer evento al que asistirá tu... ¿novia? -dio una mueca de burla-. Hay una etiqueta que seguir, algo que claramente su cabeza fantasiosa no puede entender. Al final no querrás que tú magnífica noche sea arruinada y con ella el nombre de tu familia. Dudo que a tu padre le agrade mucho la idea ¿Verdad?

-¡Oh!, pero qué amable por preocuparte por mi velada Greengrass. Pero encuentro encantador cualquier cosa que mi peculiar pareja pueda hacer -contestó altivo-. Y por el viejo Tiberius no me preocupo, puede decir lo que quiera, al final es mi vida y la vivo bajo mis propios ideales.

Daphne levantó la ceja suspicazmente, no creía que un niño mimado sangre pura se tomará a la ligera algo tan importante como el nombre de su familia.

-Pero porqué hablar de mi cuando tu deberías pensar más en ti misma y tú noche. Seamos realistas Greengrass, Potter no es alguien en quien yo pueda asegurar que la etiqueta sea un rasgo destacable, se viste como pordiosero y actúa como un chiflado la mayoría del tiempo, casi como mi pequeña "luz de luna" -se burló-. No crees que el cometa una idiotez y termine arruinando tu noche. Realmente lo espero si soy franco, será divertido ver cómo tú encantó termine a las 12 de la noche, ¿Eh, Cenicienta?

-Es bastante tonto que traigas a colación historias fantasiosas de niños muggles, Nott; pero que se puede esperar de un lerdo como tú-le espetó fríamente Daphne, obviamente sabía a lo que trataba de insinuar con el tema de esa Cenicienta, Harry los había llevado a ver películas en ese aparato raro de imágenes llamado televisión-. Además, creo recordar que te advertí que no te burlaras de mi prometido, tal vez deba dejar mi punto más claro para que tú insolente cabeza haga clic sobre las consecuencias de meterse con algo que me pertenece.

-Esto es cansado -murmuró Blaise resignado tomándose la cabeza con una mano. Ambos adolescentes podían durar horas hablando pestes de cada uno, era su deporte favorito y eran buenos haciéndolo.

Como un partido de tenis de mesa bastante tedioso.

Suspirando, Blaise dirigió su mirada a Tracey que estaba inusualmente tranquila mirando su comida, sin haber dado un bocado aún.

-¿Estás bien Tracey? -le pregunto levantando un ceja-. Estás muy apagada y eso es raro, casi como si Lovegood actuará normal.

La chica le dio una sonrisa cansada por su broma.

-Si, solo pase una mala noche -contestó volviendo su mirada a su comida-. Terminando el desayuno iré a descansar un poco y después los alcanzaré en Hogsmeade, porque supongo que irán ¿verdad?

-¡Por supuesto! -dijeron Daphne y Theo al mismo tiempo, para después proseguir con su guerra de insultos.

-Si eso suena un buen plan -murmuró Blaise rascándose una mejilla-. Oye, regresando al tema del baile de Navidad, como tú y yo sabemos que Greengrass y Potter irán juntos ya que ellos son oficialmente prometidos, estaba pensando que tal vez tú y yo podríamos ir juntos, tú sabes, como amigos. Así nos ahorramos la lata de buscar parejas.

Tracey rio bajó y miró a Blaise con una sonrisa divertida.

-Ya veremos galán. Pero desde ahora te advierto -dijo levantando un dedo-, cuidado con tratar de propasarte o te arrancare esas manos.

-Non oserei, bella ragazza (Nunca me atrevería, chica linda) -sonrió Blaise levantando las manos-. Aunque vale muy bien la pena el intentarlo -le guiño el ojo.

Tracey rio y le enseño el dedo de en medio antes de dirigir su mirada a la discusión entre Theo y Daphne, que comenzaba a calentarse.

-¿Muy confiada de que todo estará bien en tu velada? -le dijo Theodore.

-Absolutamente -dijo la chica simplemente-. Harry se encargará de que todo sea perfecto para nosotros, pasaré una gran velada en compañía de un verdadero hombre influyente y codiciado. Todas las miradas estarán puestas en nosotros -y con una mueca burlona volvió a hablar-. En cuanto a ti, no sé a quién tenerle más lastima, a ti llevando a esa chiflada o a ella por tener que conformarse con el intento de hombre que eres.

-¿Oh sacando las garras ahora Greengrass?, ¿Te llegó tu menstruación? -rio-. O lo que sea que una bruja sin alma como tú tenga, porque admitámoslo, dudo que exista sangre corriendo por ese gélido cuerpo tuyo.

-Tal vez sí, tal vez no. Pero si quieres ver sangre puedo hacerte el favor de mostrarte la tuya y demostrar que quizás tu pureza no sea tan grande como afirmas.

Sin despegar la mirada y con una determinación de no ceder, Theo le sonrió arrogantemente.

-Tranquila Greengrass, no creo que apresurarse a tomar medidas exageradas sea una decisión sabia. Además, aquí todos somos amigos.

-Tú y yo no somos amigos Nott, solo somos simples socios de negocios -le espetó sin emociones-. Pero como tú mismo lo entiendes, los socios pueden ser desechados cuando se vuelven obsoletos -frunciendo el ceño-. Cuando son un obstáculo o cuando simplemente no te agrada tenerlos a tu alrededor.

-¿Y debo suponer que entró en alguna de esas categorías en estos momentos? -respondió Theo sin intimidarse.

-No lo sé, tú dime.

Con una mueca prepotente Theo se inclinó más hacia la mesa.

-No seas arrogante Greengrass. Desde que Potter se introdujo en nuestra "sociedad", se ha convertido en nuestro líder en ipso facto -dijo-. Tú y yo sabemos que antes tenías cierta ventaja sobre mí por ser la heredera de tu familia mientras que yo ni siquiera estaba en la línea de sucesión; pero las cosas cambiaron ahora que Potter y su ambición entró a la ecuación -explicó con tono de altanería-. Sé muy bien que él ve un gran potencial tanto en mi futuro estatus social como en las cosas valiosas que yo sé y que tu claramente desconoces de este cruel mundo.

La tensión entre ambos chicos estaba creciendo cada vez más, por fortuna el encantamiento de privacidad que Daphne solía poner a su alrededor cada vez que hablaban de temas importantes estaba funcionando, gracias a ello está conversación era solamente escuchada por los miembros del cuarteto de Slytherin.

-Ya no tomas las decisiones como antes -continuó Nott-. Ya no estás a cargo como te gustaría y aunque creas tener un control sobre Potter debes caminar por hielo delgado cuando se trate de él -sonriendo con hambre-. Potter no es como nosotros y si algo le molesta se deshará de ello sin importar cuando valioso pudiera ser... y eso te incluye. Lo he visto en tus ojos, le tienes miedo.

-Al igual que tú -siseó Daphne entrecerrando los ojos con enojo.

Tenía que admitir que el bastardo tenía razón. Harry la asustaba debido a lo difícil que era entenderlo, el sujeto era tan cambiante en su forma de ser que no podías prever lo que haría. Algunas veces podía ser un chico sin decoro que decía idioteces sin sentido, y de un momento a otro se convertía en un hombre peligroso y potencialmente astuto.

Él no era como el resto de los adolescentes hormonales que podía manipular con su encanto y dominar con su belleza hasta tenerlo a sus pies.

Y eso no la tenía tranquila.

Frustrada por admitir que Potter estaba sobre ella en estos momentos, se consoló sabiendo que aún quedaba bastante tiempo para inclinar la balanza a su favor. Tenía que hacer algo y mostrarle realmente quien era su prometida y de lo que era capaz, por más encantador y poderoso que fuera, ella era Daphne Greengrass, la infame Reina del Hielo de Hogwarts, y ella era la que debía estar encima de cualquiera, inclusive del Niño Que Vivió.

-Toda esa mierda que dices saber o esa importancia que crees que ahora tienes puede que no te sirva para ser importante para la causa -le recordó Daphne a Theo con desprecio-. Un solo error, solo cómete un simple error y me encargaré de que Harry acabe contigo... y créeme, lo voy a gozar como no te puedes imaginar.

-Lo sé -contestó tragándose su miedo-, es por eso que me he vuelto convenientemente útil con cada una de las cosas que sé y hago, no te daré el placer de deshacerte de mí Greengrass. Mi pequeño proyecto con Lovegood es lo que nos mantendrá juntos mucho tiempo.

-Tal vez no sea tan útil cómo crees Theo -la voz divertida de Tracey los interrumpió llamando su atención hacia un punto en la mesa de Ravenclaw. Allí se encontraba Harry sentado al lado de Luna Lovegood, Morag MacDougal y Padma Patil, platicando animadamente-. Y decías que Harry no era inteligente, prácticamente podría hacer inútil uno de tus puntos fuertes en estos momentos -se río mientras el chico tragó nerviosamente maldiciendo a Potter por meter su nariz en sus cosas y preguntándose qué demonios estarán hablando.

•••

-¡Es imposible que Diggory sea un vampiro, Lovegood! -estalló Harry por enésima vez en lo que iba el desayuno, levantando sus manos en frustración.

-Claro que si Harry Potter. Yo fui testigo ocular cuando reveló su verdadera identidad -insistió la chica.

-¿En qué te basas para creer que Diggory es un vampiro, Loony? -dijo Morag mirándola divertida recargando su rostro en la palma de su mano-. Y espero que sea mejor que tu tonta teoría de que Hagrid y McGonagall son mortífagos disfrazados -rio.

-El tiempo me dará razón algún día sobre ellos dos -dijo Luna levantado una cuchara teatralmente-. Pero estoy completamente convencida de que Cedric Diggory es un espía enviado por el jefe de la Oficina de Aurores, Rufus Scrimgeour para infiltrarse en el colegio y crear un ejército de vampiros y derrocar el gobierno de Cornelius Fudge.

Silencio.

-¿Eh? -dijeron Harry y Morag con un rostro de total confusión.

-Los vampiros evitan la exposición a la luz solar directa, ya que su piel brillará como diamantes -explicó, abriendo aún más sus ojos saltones, haciéndola parecer más chiflada que nunca-. La membrana celular del vampiro no es tan blanda ni permeable como en una célula humana; tiene propiedades cristalinas que provocan que la superficie de la piel reaccione como prisma, dándole al vampiro un resplandor como de brillantes con la luz solar.

Harry y Morag se miraron entre ellos con un gesto de no entender de qué demonios hablaba la chica.

-Un vampiro sabio evita esto ya que, a los ojos del ser humano, los destellos que desprende la piel del vampiro a la luz solar, se asemejan a como si este se estuviese quemando en llamas, es ahí dónde viene el mito erróneo de que los vampiros se queman a la luz solar. Diggory brillaba como si estuviera en llamas en su primera prueba del torneo, es un vampiro -concluyó mirando a ambos con una sonrisa.

-Luna... -comenzó Morag lentamente, rascándose la sien-. Diggory brillaba como si estuviera en llamas porque literalmente estaba en llamas, un dragón escupió fuego sobre él, ¿lo olvidaste?

-Un vampiro es un homínido mágico, que es conocido por morder a la gente en el cuello y chupar su sangre, esa fue la clasificación que dio el departamento de seres del Ministerio de Magia -aportó Padma, sin despegar la vista de su libro-. No se conoce mucha información sobre ellos, el famoso Magizoologista y autor de Animales fantásticos y dónde encontrarlos: Newton Scamander, jamás introdujo la entrada de Vampiros en su libro -informó-. Se espera que el libro que publicará el próximo año Eldred Worple, donde habla sobre su experiencia en una comunidad de vampiros, revele aún más información sobre ellos.

-¿Cómo sabe tantas cosas? -le susurró Harry a Morag, está solo frunció los hombros y siguió mirando la explicación de Padma.

-Por lo que se sabe, la mayor característica de un vampiro es su piel pálida y demacrada. Diggory no es pálido y demacrado, él es alto con un cuerpo bien construido y fornido, además lo hemos visto otras veces a la luz del sol y no ha brillado -y dándole una rápida mirada de molestia a Luna murmuró de forma cortante -. Tu teoría es tonta como tú aretes de rábanos Lovegood.

-Ves -dijo Morag-. Estas equivocada Loony.

-Eso quieren ellos que creas -insistió la chica, con un tono misterio.

-¿Quiénes son ellos? -murmuró Harry.

-¡Exacto! -salto triunfal señalándole con su cuchara.

Silencio nuevamente.

-Ok... -arrastró Morag moviendo su dedo alrededor de su oído en un gesto de locura-. Bien creo que podríamos discutir como Padma afirma que el cuerpo de Diggory es fornido y bien construido.

-Y eso es importante... ¿por qué? -murmuró Padma sin mirarla.

-Porque es la primera vez que veo que admites que ves el físico de los chicos, es técnicamente la primera plática de chicas normales que tenemos.

-No estoy viendo los físicos de los hombres, solo estoy afirmando una verdad. Diggory es alto y musculoso -hablo sin un dejo de emoción-. Es como decir que Potter es pequeño y escuálido. Así que no, no estamos teniendo una plática de chicas.

-¡Oye! -se quejó ofendido el chico-. ¡No soy escuálido!

-Si lo eres -dijo Padma.

-Me recuerdas a una cría de ciervo recién nacida -murmuró Morag sonriendo.

-O un perro desnutrido -agregó sus dos knuts Luna.

-Ustedes son muy groseras -resopló el chico cruzando los brazos y desviando la mirada.

-Como sea, ¿ya tienen prospectos para el baile de Navidad? -hablo Morag cambiando el tema y dándole una mirada intensa a Harry-. Por mi parte no tengo a nadie en mente, así que si "alguien" quisiera invitarme me asegúrate de hacerle pasar una increíble noche.

-Como yo soy un año más bajo que ustedes no puedo ir por mi propia voluntad -dijo Luna sacando una copia del Quisquilloso. Una revista propiedad de su familia y del cual su padre era editor-. No me interesan muchos los bailes, pero creo que es una buena oportunidad de hacer amigos, siento que este año es el bueno, llevo más amigos que los que he hecho el resto de mi vida.

-Y entonces llegó el momento deprimente, gracias Loony -murmuró Harry con ironía, sorprendido que los comentarios de Luna realmente lo hicieran sentir triste -. Pues tengo ya una pareja escogida, así que estoy fuera del mercado, lo siento.

-Veo -resoplo Morag descansando nuevamente su mejilla en una mano y mirando alrededor de la mesa, buscando otros candidatos.

-¿Y tú Padma? -preguntó Harry tratando de desviar el tema y mirando a la chica Patil-. ¿Irás al baile?

Padma levantó la vista de su libro y le dio una mirada apática.

-¿Planeas invitarme?

-Este... no -confesó.

-Entonces no es de tu incumbencia si voy o no al baile -y regresó a su lectura.

Harry suspiro. En verdad esta chica era como Daphne.

No. La verdad es que no lo eran para nada.

Padma parecía carecer de emociones, como si nada en la vida la sorprendiera o le importará, era oscura, melancólica, estoica y sombría.

Mientras tanto. Daphne tenía una apariencia refinada y hermosa, la que tu esperarías de una dama que sabe su lugar y puede guardar sus emociones en una máscara de indiferencia. Pero en el fondo, realmente era una mujer hambrienta de poder, amoral, despiadada, sádica y con mal genio. Especialmente podía muestra total crueldad y sed de sangre solo para cumplir sus ambiciones, ella sería capaz de vender su alma al diablo con todo gusto, solo si este le daba el mundo entero.

Realmente era algo aterrador que ella fuera la mujer con la que pasaría el resto de su vida.

Justo en aquel momento cientos de lechuzas entraron súbitamente en el gran Comedor, volando sobre las mesas para encontrar a sus dueños y llevarles su correspondencia. Después de semanas de ausencia, Harry pudo por fin ver a Hedwig, su blanca lechuza volar hacia él con una carta atada en una de sus patas.

-Si que te tardaste, desde la noche de Halloween que te mande con la carta para Snuffles -le dijo a la ave tomando la respuesta de su padrino -. ¿Conseguiste un novio y tuviste noches salvajes?

La lechuza sacudió dignamente su plumaje mirando alrededor con sus ojos largos y redondos de color ámbar, probablemente reconociendo que su amo ya no estaba sentado en el mismo lugar que otras veces.

-Es muy hermosa tu lechuza, Harry -susurro Morag viendo fascinada a la lechuza blanca moverse de su lugar, aterrizando gentilmente en el hombro de Harry.

-Lo sé -desarrollando el pergamino y comenzando a acariciar distraídamente el vientre de la lechuza-. Solo no lo digas muy seguido o se le subirá a la cabe... ¡aghh! -gruño de dolor. Hedwig le estaba mordisqueando su oreja-. ¡Ya basta!

El ave ululó ofendida y voló nuevamente a la mesa dándole a Harry una mirada indignada por sus palabras, mientras erizaba sus plumas.

-Eso fue muy grosero Harry Potter -le reprocho Luna con dureza alargando su mano para acariciar a Hedwig-. Una bella criatura debe ser tratada con... ¡Ay!

Con un quejido de dolor, Luna retiró su mano del frente después haber recibido un picotazo en uno de sus dedos cortesía de la blanca lechuza de Harry, que la estaba mirando de forma despreciativa en sus grandes ojos ambarinos.

-Lo siento Lovegood -se disculpó Harry en nombre de su más mascota que sacudió sus alas y se alejó de la mesa de Ravenclaw-. A veces Hedwig puede ser algo infantil, caprichosa y mimada. Le gusta mucho ser el centro de atención y que la adulen, pero nunca permite que otro aparte de mí la acaricie -suspirando-. Realmente es toda una diva y muy selectiva con las personas, dudo que pueda llevarse bien con alguien aparte de mí.

-¡Oh! ¿Pero quién eres pequeña? -se escuchó la voz femenina detrás de ellos, en la mesa de Slytherin.

-¿De dónde salió el pájaro?

-No tengo la menor idea. Quieres que acaricie tu plumaje, ¿verdad? -dijo divertida-. Veo que te gusta, eres un bella coqueta.

-¡Increíble!, encantaste a una lechuza, Daphne -otra voz femenina habló-. Simplemente aparece de la nada y permite que la acaricies sin ninguna explicación.

-Es obvio. Está pequeña sabe apreciar lo bello, obviamente porque ella misma es una preciosura -alabo Daphne-. Dime, ¿quieres ser mía? -le preguntó-. Dos bellezas como nosotras deben permanecer juntas, es el destino.

-No puedes quedarte con todo lo que te guste y veas, Greengrass.

-¿Y qué me lo impide Nott?

-Esperen... ¿No es esta la lechuza de Potter?

Harry gimió mientras se masajeaba la sien. Era obvio que la "Diva" iba a congeniar con la Reina de Hielo de buenas a primeras. Él sabía que Hedwig tenía un don sorprendente para entender las cosas rápidamente, pero jamás esperó que su lechuza supiera que él y Daphne tenían una relación, y mucho menos que fuera directamente hacia ella dándole su aprobación.

-Esas dos van a hacer sufrir dolores de cabeza en el futuro -pensó con resignación, sabiendo que no estaba equivocado.

Suspirando desdobló la carta de Sirius. No le preocupaba por ninguna de sus compañeras sentadas a su alrededor: Lovegood y MacDougal estaban discutiendo otra alocada teoría de Luna sobre gente cangrejo, mientras que Padma seguía absorta en su libro.

-Bien veamos que dice el buen Padfoot -murmuró por lo bajo, comenzando a leer.


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¡Prongslet!

¿Qué demonios te sucede?

¡Haciéndote amigo de serpientes Slytherin!, ¡Ensuciando el nombre del buen Gryffindor!, ¡Insultando a cualquiera que se te cruce en el camino!, ¡Y siguiéndole el juego a ese arpía de Skeeter en sus entrevistas!

-¡Quién se ha creído! -estalló indignado atrayendo la atención de algunas personas a su alrededor.

-¿Todo bien, Harry? -pregunto Morag mirándolo con interés.

-Sí -resopló el chico.

Estaba tentado a despedazar la carta, pero decidió continuar con la lectura y ver qué más tonterías había escrito Sirius.

¡Verdad que te engañe!

Una vez diciendo las tonterías que probablemente habías creído que diría, continuaré diciendo lo que realmente pienso, y espero no hayas destrozado o arrojado al fuego esta carta a este punto o sería un error haber comenzado con una broma.

-Típico -resopló Harry. Su padrino nunca soltaría sus características actitudes infantiles.

Cachorro, primeramente, debo decir que tú apuesto, galante y nada despistado padrino está completamente contigo y te apoya en cualquiera de tus decisiones. Esos leones nos saben lo que se perdieron al dejarte ir, no son nada comparado a los orgullosos Gryffindor que eran en mi tiempos de colegio. Es más, si yo aún estuviera en el colegio (que sería posible, porque aún me mantengo joven y bello) los castigaría con una gran broma estilo merodeador por su infamia.

Yo he estado de viaje tratando de mantenerme fuera de los problemas y así evitar causarte más a ti. Decidí que la mejor solución para todos era alejarme del continente por un rato mientras las aguas bajaban. Así que vine hasta el nuevo mundo y estoy seguro que fue la mejor experiencia que he tenido después de mi larga estadía en el pésimo hotel de mala muerte llamado Azkaban.

Toque puerto en el Caribe en agosto, una bonita región tropical que sé que te encantaría visitar, es tan tranquilo. Lo mejor es que acá no ha llegado la información de que soy un fugitivo así que puedo salir a la calle y tomar un poco de sol; está piel lo necesitaba, ya casi parecía tan pálido como ese idiota de Snivellus.

Tu viejo padrino se ha estado divirtiendo, chico. He estado probando los manjares regionales que este pintoresco lugar tiene y cuando hablo de manjares me refiero a bellas señoritas que no pudieron resistir el encanto de Padfoot; aún tengo el don, pero no te preocupes, este perro es un espíritu libre y jamás será domesticado.

También debo contarte que tuve una pequeña aventura en una selva local. Una bella florecita me contó sobre una extraña criatura que estaba aterrorizando la región y siendo el caballero galante que soy no pude resistirme a desentrañar el misterio, sobre todo sabiendo que la recompensa que me habían prometido valdría la pena. Debido a eso tuve la fortuna de atrapar a una bestia que los lugareños llaman "El chupacabras". Lo sé, suena gracioso, como una palabra malsonante, se supone que esta cosa atacaba a animales y gente, sus presas favoritas eran la cabras, (de ahí viene su nombre en español) y succionaba toda la sangre del cuerpo de su víctima, como un vampiro.

Era una monstruosidad bastante horrorosa, casi tan feo como Snape (casi). Era del tamaño de un oso pequeño y tenía una hilera de espinas abarcando desde el cuello hasta la base de la cola. Me recordaba a esos extraterrestres que salían en las películas muggles que le encantaban a tu madre.

Y créeme cachorro, estaba extasiado. Tenía el descubrimiento del siglo en mis manos, una criatura mágica que ni siquiera Newton Scamander había encontrado, ¡Y solo mi maldita suerte! Porque no podía hacerlo público y recibir gloria por qué soy un fugitivo de la justicia. Y podrías decir, usar un alias y conservar la fama, pero no, si el crédito debía ser de alguien debía ser enteramente de Sirius Orion Black, así que simplemente me deshice de él y regresé triunfante a recibir mi premio de esa bella señorita.

Pero regresando a ti, estoy seguro que las cosas han de estar muy agitadas por allá, y es por eso que mientras tú estás leyendo esto, tu apuesto padrino está viajando de regreso a casa para estar contigo. Me he puesto en contacto con Moony y ambos queremos darte todo nuestro apoyo incondicional, tanto en tu nueva vida lejos de Gryffindor como con el torneo.

Aún no sabemos qué demonios está pensando Dumbledore al dejar que todo esto haya llegado tan lejos, pero esperemos que todo esté bien contigo. Es increíble para mí escuchar que el hijo de Arthur y esa bonita niña que te ayudó a liberarme te hayan dado la espalda, pero también sé lo que es que uno de tus amigos te traicione aun si jamás lo imaginaste, así que te apoyo en mantener tu espacio hacia ellos, será lo mejor.

Y si te preguntas ¿cómo se esto?, es que tu tío Moony, (ja, suena divertido llamarlo así) me contó todo lo que El profeta ha dicho en una llamada telefónica (si, tu madre nos enseñó a usar el teléfono) ¡¿mortífagos en el mundial de Quidditch?!, ¡¿campeón de un torneo mortal?! ¡Enserio te gusta las emociones fuertes chico!

Además, que también me habló de todas las cosas que escribió esa arpía, que creo que no son cien por ciento ciertas, y confío en tu juicio completamente niño, sobre todo hacía tus nuevos amigos, pero, me gustaría mencionar algo que probablemente ya sepas, pero es mi deber como tú padrino no quedarme callado:

Es sobre referente de donde provienen tus nuevos amiguitos Slytherin.

En primera Nott, su padre es un mortífago conocido y altamente peligroso, ese hombre es el responsable de la muerte de algunos miembros del viejo grupo de defensa al que pertenecía, así que ten cuidado con el niño. La manzana no cae muy lejos del árbol, no lo olvides.

Sobre Zabini, bueno su madre es una viuda negra reconocida. Ha tenido siete esposos y todos han muerto de manera sospechosa de un día para otro dejándole una gran cantidad de oro a su cuenta. Y ella tiene una adorable retaguardia, tu viejo Padfoot lo sabe muy bien.

Y ahora viene la parte que más quiero discutir contigo niño y es sobre los miembros femeninos de tu grupo, las chicas Greengrass y Davis. No sé si sepas, pero tú nombre ha estado apareciendo mucho en Corazón de bruja según me contó Remus y al parecer especulan demasiado quién será la dueña de tu pequeño corazón, y el nombre de esas dos chicas encabezan la lista.

No sé cómo sean ellas, pero conocí a sus padres, los Davis estaban años arriba de mí y aunque ellos no presentan su peligro están relacionado con los Snyde y ellos eran un asunto serio, como los Nott y los Lestrange (nunca te he contado de ellos, creo que debo hacerlo).

Bueno en todo caso, Robert era un poco pomposo, pero era decente y estaba en Ravenclaw, Morgan era una cerebrito antisocial tres años más grande que tu padre y yo. Nunca la vi salir con nadie, y por increíble que parezca rechazó una invitación mía a Hogsmeade en mi cuarto año, cuando perdí una apuesta con tu padre: el perdedor tenía que invitar a una chica de último año en una cita. Nunca antes me había sentido tan ofendido por una mujer, ¡rechazarme a mí!, que en ese entonces ya era un buen rompecorazones. Pero regresando a la chica, Morgan tenía lo suyo, un aura de sexy ratón de biblioteca que era encantador.

Y sobre los Greengrass:

Elizabeth Sayre era una diosa en toda regla, bella, escultural, con voz angelical. Un regalo de la vida, algo que para muchos era inalcanzable. No sé cómo terminó con ese idiota de Greengrass que solo le importaba la política. Ella estaba en cuarto año cuando yo era un humilde cachorro de tercer año y ya entonces era una pollita preciosa y debo declarar sin gloria, pero tampoco sin pena alguna, que esa mujer inundó mi mente adolescente con sueños bastantes sugerentes que algún día te contaré sobre ello.

Será divertido y podre ponerte incómodo cuando veas a tu amiguita Daphne, creo que así se llama según me dijo Moony.

A lo que quiero llegar es que parece que te sacaste el premio mayor, cachorro. Lo primero que haré en cuanto pise el suelo inglés es buscar una copia de esa revista y ver las fotos de esas niñas, y si, sé que sueno como un viejo verde y perturbador, pero enserio chico, debo ver si esas pollitas van a convertirse en algo espectacular en un par de años como lo fueron sus madres, mi pequeño Harry merece que su viejo Padfoot dé un vistazo y les dé el visto bueno, créeme, tengo el don para ello.

Y bueno... creo que te debo una disculpa Harry.

Intentando alejarme para no causarte problemas me desaparecí de tu vida (otra vez), sobre todo cuando más me necesitas, siempre fallándote, soy un desastre.

Lamento no haberme comunicado contigo antes, inclusive cuando Monny hablo conmigo no había forma de hacerlo en el lugar donde estaba, y si no fuera porque Hedwig llegó de improviso heroicamente jamás me hubiera puesto en contacto hasta haber llegado nuevamente a Gran Bretaña.

Vaya ejemplo de padrino que soy ¿eh? Tu padre va a patearme el trasero cuando lo encuentre en la otra vida y no quiero imaginar lo que Lily-flower me tiene preparado.

Espero vernos pronto Pronglest. Cuídate mucho y mantén a tus nuevos amigos cerca, pero no tanto... pensándolo mejor, sería muy conveniente que ampliaras tu círculo de amistades. No está mal que tengas a alguien más cuidando tu espalda si vas a pasar tu tiempo con serpientes.

Te reitero: mantente alerta, algo no huele bien allá y parece que una conspiración en tu contra se está cocinando.

Tu apuesto padrino, y el don Juan seductor que causó impacto en América.

Sirius.

PD. Discúlpame con Hedwig por hacerla volar tanto tiempo, ¡cruzar todo un océano! Esa lechuza realmente es asombrosa.

P.D. 2. Enserio niño, Elizabeth y Morgan fueron unas preciosuras, espero que sus hijas tengan los suyo también, ya lo averiguaré pronto.

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-Perro viejo y degenerado -sonrió divertido el chico. Realmente la carta de Sirius le había sacado una sonrisa, aún si no había hablado mucho sobre el torneo, era la manera de Sirius de distraerlo de los problemas y su forma de disculparse de no estar cerca para él: no armar escándalo.

Esperaba poder verlo pronto.

Una parte de Harry, la que aún se sentía humana realmente amaba a su padrino, aún a pesar de lo inmaduro e ingenuo que podía ser, el hombre tenía buenas intenciones hacía con él y lo quería, lo quería como nunca antes otra persona lo había hecho. Él era la única familia que tenía que le importaba.

Y es por eso que el conflicto nacía en su interior. Porque sabía que, si su ambición lo ameritaba, si tenía que elegir en la única persona en su familia que realmente quería y sus metas, sería capaz de deshacerse de su padrino sin vacilación alguna, no se tocaría el corazón, ni siquiera por Sirius.

Pero quizás... tal vez quizás si solo pudiera hacer algo distinto, si solo él...

¡No!, no quería pensar eso ahora, ¡no podía, ni debía titubear!

Por lo pronto lo mejor sería esperar seguir observando. Cuando llegara el momento haría lo que debía hacerse.

-¿Buena lectura? -preguntó Morag, mirándolo con una sonrisa. Al parecer las emociones se habían reflejado en su rostro al leer la carta de Sirius.

-Bastante interesante -dijo Harry levantándose de su asiento-. Pero como sea, tengo algunos asuntos que tratar. Nos vemos más al rato en la sala común señoritas.

-Cuídate Potter -se despidió la chica viéndolo caminar en dirección a la salida del comedor, siendo seguido por su séquito de Slytherin-. ¿Creen que una de las chicas de Slytherin sea la que Harry llevará al baile?- preguntó con tono de resignación sin despegar los ojos del chico de cabello negro.

-Lo más probable -su pregunta fue respondida por Padma-. Se ha acercado mucho a Davis y Greengrass, sería correcto suponer que una de ellas ha tratado de acercarse a él y entrar en su gracia para atraerlo.

-Esas serpientes aparte de astutas son suertudas -murmuró con celos, para luego suspirar en resignación-. Por lo menos no es Chang.

-Ella no me agrada -dijo Luna sin rodeos mientras terminaba su desayuno-. Creo que es bueno que Harry Potter no se haya fijado en ella en esta historia, aquí ella es una mala persona, ruin y manipuladora. Además, que, en la dimensión cinematográfica, ella fue la que vendió a nuestro grupo de amigos al sapo rosa.

Otro largo silencio incómodo.

-A veces no sé qué pase por tu cabeza Loony.

•••

HARRY POTTER:

UNA OSCURIDAD ASCENDENTE

•••

Hogsmeade.

Calle Principal.

-¡Queridos compatriotas mágicos! ¡Hoy estoy aquí, mostrándome humildemente antes ustedes solicitando su colaboración para una necesidad que nos atañe a todos!

Una chica de pelo castaño y espeso, se encontraba parada frente a una pequeña mesa clamando a cada oyente del primer mitin en pro del movimiento conocido como la Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros (P.E.D.D.O.).

-Hoy los invito a sumarse a una causa justa, una causa que busca llevarnos a evolucionar como sociedad y unirnos en un buen camino hacia el mañana. Estoy hablando de traer justicia a los oprimidos, a los que la sociedad a subyugado, ¡estoy hablando de los pobres elfos domésticos!

La gente que entraba y salía de la taberna, así como los transeúntes de la calle principal miraban a la chica con distintas reacciones. Algunos se burlaban, otros parecían indignados, unos pocos se habían mostrado interesados y habían tenido el valor de acercarse a preguntar, para ser fácilmente ahuyentados cuando la chica los invito con entusiasmo a tomar una participación más activa, entregando panfletos con consignas tituladas como: «Detengamos el Vergonzante Abuso de Nuestras Compañeras las Criaturas Mágicas y Exijamos el Cambio de su Situación Legal» y «Cuota de afiliación: 2 sickles. [De obsequio, se le hace entrega una insignia de la organización]»

-¿Son conscientes de que son criaturas mágicas que no perciben sueldo y trabajan en condiciones de esclavitud? ¡Es injusto que ello carezcan de vacaciones, pago de incapacidad o descanso por maternidad! ¡Hay que hacer algo por ellos! -clamó enérgicamente-. Y no solo el saberlo y mirarlo día a día basta, tenemos que hacer mucho más para acabar con la esclavitud y el trabajo forzoso -Hermione señaló uno de sus papeles y lo levantó alto-. Es necesario abordar las causas sociales profundas que propician la esclavitud de los elfos, hay que abolir los sistemas tradicionales de propiedad de criaturas, y comenzar una cultura de pago justo por el trabajo desempeñado -alegó-. Nosotros, en la Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros, hacemos un llamado al Ministerio de Magia para que ratifiquen cuanto antes un nuevo protocolo e intensifiquen las actividades de lucha contra este tipo de prácticas tan bárbaras -y acercándose a su mesa, tomó una insignia y la alzó con convicción-. Unamos nuestras fuerzas para poner fin a la esclavitud en el mundo mágico. ¡Muerte a la opresión élfica!

-Esa chica ha perdido todo el juicio -susurro con burla Hannah Abbott caminando con su grupo de Hufflepuff de cuarto año.

-Al parecer todas las cosas que le han descubierto han terminado por romperla, hasta me da lástima -agregó Megan Jones en voz baja- Acaso no entiende que nadie la tomara nunca en serio después de lo que ella y Weasley hicieron con Potter, inclusive dudo que llegue a conseguir un trabajo digno en el mundo mágico.

-Probablemente -murmuró Justin Finch-Fletchley dándole una mirada triste a Hermione. Sinceramente se lamentaba que una chica tan amable y linda pasará por el ojo crítico de todo Hogwarts por alguien como Potter.

-Y hablando de Potter -dijo de repente Ernie Macmillan bajando la voz en cuanto entraron a la taberna, mientras Justin hacia su pedido al nuevo camarero-. ¿Sabes que harás con él?, ¿Sobre el asunto de tener que entregarle algo para que la alianza de sus familias no terminen?

Susan suspiró cansada, lo menos que quería era tocar ese tema en un viaje a Hogsmeade, se suponía que era un paseo para relajarse y olvidarse por unos momentos de la deuda hacia la casa Potter.

-No Ernie, no se -resoplo la chica del amplio busto-. No he pensado en algo que valga la pena, no se realmente que le guste a un tipo como él.

-Bueno debe ser algo bastante bueno... -y mirando alrededor, temiendo que Harry Potter o alguno de sus amigos se encontrara cerca, cuando estuvo seguro que no había peligro continuo con un tono bastante bajo- tú sabes, ese chico es un monstruo total.

-No me digas que le temes a Potter -se burló Hannah.

-Tu viste lo que le hizo a esa bestia a... a ese dragón -se defendió-. Además de que humilló al grupo de Malfoy y lo hizo ver fácil, ni sudo.

-Vamos Ernie, Malfoy es un idiota debilucho que su única defensa es "mi padre"-le dijo Justin con una sonrisa petulante-. Mientras que Potter solo es un...

-No importa si es un tramposo o no -corto el chico, con voz ronca golpeando la mesa-. Potter es peligroso -declaró dándoles una mirada de fastidio a Hannah y Justin-, nosotros lo molestamos por bastante tiempo, así que discúlpame, pero sí, me da miedo las represalias que él podría tener hacia nosotros.

-Pero... no creo que se atreva, los profesores no lo dejarían... ¿verdad? -dijo en voz baja Hannah, con un ligero dejo de duda en su tono.

Antes de que pudieran decir otra cosa, Susan interrumpió mirándolos seria:

-Escuchen chicos. Harry no es mal tipo, solo llegó a un punto que ya no va a aguantar la mierda de nadie y es algo que como miembro de una alianza tengo que aplaudir.

-Lo haces ver como algo importante -murmuró Hannah con desdén.

-¡Porque lo es! -escupió con tono ofendido hacia su mejor amiga-. La Alianza de las Tres Espadas es una de las alianzas más importante y antiguas del mundo mágico europeo -dijo-. Se fundó cuando Hardwin Potter y Cletus Longbottom salvaron a mi ancestro: Eustass, de ser asesinado por Merwyn el Malicioso -reveló mientras Madame Rosmerta les traía sus bebidas-. Esa amistad se ha extendido desde entonces, y ahora por mi estupidez se perderá -tomándose la cabeza y bajándola a la mesa-, ¡uno de los más grandes orgullos de mi familia se irá al desagüe!.

-No es para tanto Suzie -calmo Hannah moviendo la mano de un lado a otro con fastidio. La política le aburría, lo bueno que su hermano mayor sería el líder de la familia.

-¡Claro que es para tanto! -espeto Susan, elevando su temperamento.

-Es simplemente una estúpida alianza del pasado, ¿a quién le importa? -respondió con una fea mueca-. ¿Quién necesita a Potter y Longbottom? Además, somos jóvenes, ¡Al diablo las alianzas y esas cosas de vejestorios! -anuncio levantado su copa y dándole un gran trago.

-Realmente -dijo una voz glacial detrás de ella- espero que ese tonto pensamiento no lo compartas Susan.

Hannah se atraganto con su bebida asustada, mientras el resto se puso de pie inmediatamente y miraba con naciente pánico como una bruja de mandíbula cuadrada con pelo corto gris y monóculo se acercaba a ella, a un lado de ella se encontraba una anciana de aspecto imponente, que llevaba un largo vestido verde, un anticuada bufanda de piel de zorro y un sombrero puntiagudo decorado con un buitre disecado.

-T... Tía -tartamudeo Susan con pánico deseando estar en otro sitio. Estaba muerta.

-Susan -reconoció Amelia Bones con un tono peligroso antes de mirar a Hannah, que, bajo su vista al suelo, temblando-. Realmente espero que esta clase de comentarios no sean constantes señorita Abbott -siseo dándole una mirada dura-. Si me llego a enterar que usted está poniendo a la heredera de la Casa Noble y Antigua de los Bones en contra de sus hermanos en armas, empezaré a considerar qué tipo de amistades rodean a mi sobrina.

-Cla...Claro, Tía Amelia -susurro, sin atreverse aún a mirarla a los ojos.

-¡¿Qué significa esa vulgar familiaridad con la que te diriges?! -interrumpió Augusta Longbottom golpeando con brusquedad su pie en el suelo-. ¡¿Que irrespeto es éste, jovencita?!

Susan gimió internamente. Desde que ella y Hannah se hicieron amigas y pasaban tiempo en la mansión Bones, ella había comenzado a llamar a su tía, "Tía Amelia" de forma cariñosa. Y aunque a su tía no le importaba, este no era el momento y el lugar para mostrar esa familiaridad, sobre todo cuando la Señora Longbottom, una mujer que apreciaba las buenas costumbres estaba, presente.

-Si vas a dirigirte a alguien del estatus de Amelia Bones, la llamaras con respeto.

Hannah asintió temblando y se disculpó ante las dos mujeres por su forma grosera de dirigirse, dio unos pasos atrás y se quedó a un lado de Megan, deseando desaparecer de la atención de las dos brujas mayores.

-¿Qué haces aquí, tía?

Madame Bones le dio una mirada severa a su sobrina antes de responder.

-Estaba teniendo una tarde agradable tomando un té cuando Augusta se comunicó conmigo por la Red Flu, al parecer su sobrino le comento sobre unos asuntos inquietantes que me has mantenido ocultos -dijo con tono áspero arreglando su monóculo-. Me vi sorprendida cuando la regente Longbottom me dijo que la alianza que mi honorable familia ha valorado por generaciones estaba pendiendo en un hilo por la ineptitud de sus herederos -Amelia entrecerró los ojos-. Debía ser una broma de mal gusto; la niña que levante como una dama que sabía sus deberes y obligaciones jamás cometería tal estupidez -susurro peligrosamente-. Pero al parecer estaba equivocada, el nombre de mi familia ya ha estado siendo murmurado en los pasillos del Wizengamot de forma nada digna. Así que me vi en la penosa necesidad de venir en persona a Hogwarts para aclarar este preocupante tema y buscar las respuestas que tú te has esforzado por ocultarme.

Susan solo bajo la cabeza ante la reprimenda que estaba recibiendo, lo menos que ella hubiera deseado era que su tía terminará involucrada. Estaba convencida que podría resolverlo antes de que alguna palabra llegara a sus oídos.

-Jodido Longbottom -pensó con enojo.

-T-tía... yo..

-Eso me recuerda -volvió a imponerse la señora Longbottom-. ¿Dónde está el indigno de mi nieto? -dijo molesta mirando alrededor. Todos los presentes podían asegurar que donde quiera que estuviera Neville Longbottom, tenía los días contados.

-Madame Bones, Lady Longbottom -hablo Ernie temblando, tenía que salir en defensa de su amiga-. Si me permitiera...

-¡Silencio! -cerro la bruja del monóculo con voz cortante-, no se meta en estos asunto que no le atañen joven Macmillan.

Ernie retrocedió con un gemido bajando la cabeza.

-P-pero... -trato de decir Susan.

Madame Bones la ignoro y les dio una mirada fría a los compañeros de su sobrina.

-Ustedes disfruten su salida, no esperen a Susan -les dijo dándose la vuelta y encaminándose a las escaleras-. Yo misma la escoltare al colegio cuando terminemos. Andando Susan.

La chica gimió lastimeramente antes de caminar con la cabeza gacha detrás de su tía y la mujer mayor, en búsqueda de Neville.

-¿¡Debo seguir cargando todo!? -fue una queja que se escucho del otro lado de la puerta de entrada de las Tres Escobas-. ¡Me has hecho cargar todo esto por el pueblo! ¡No soy una mula de carga!

La puerta se abrió permitiendo que el aire helado entrara al lugar junto con una pareja de adolescentes de cabello negro que venían seguidos de una gran pila de paquetes, que flotaban detrás de ellos.

-No entiendo porque me hiciste comprar otra túnica de gala y un montón de ropa nueva -se quejó dando una mirada de hastío a la chica que caminaba delante de él leyendo una revista-. La túnica que tenia no estaba mal y era nueva.

-Porque tu túnica no combinaba con la mía y tu ropa actual es francamente una basura. No puedes seguir viéndote como un pordiosero si vas a estar a mi alrededor constantemente -dijo Daphne con simpleza sin despegar su mirada de su lectura. Estaba leyendo un artículo de Corazón de bruja dónde su nombre aparecía como una de las posibles candidatas para ganar el corazón del famoso Niño que vivió y campeón del Torneo de los tres magos: Harry Potter-. Si solo supieran -murmuró con una sonrisa petulante para sí misma-, aunque me alegra que me describan como hermosa e inteligente, esa foto que consiguieron no es del todo tan apantallante como me gustaría que luciera, tendré que conseguir que Skeeter tenga una foto decente del baile de Navidad para el próximo artículo, si ahora soy la dueña de Harry Potter, debo lucir como inalcanzable.

-¡No soy un premio! -replico Harry ofendido-. ¡Y si mi túnica no combinaba con la tuya no veo porque tu también comparaste una nueva!

-¡Porque esta es más bonita y costosa!

-¡Estas gastando mi dinero!

-No es como si te hubieras quedado pobre, Potter.

-¡¿Qué no?! -volvió a arremeter Harry-. Demonios Daphne te gastaste más de 150 Galeones de mi dinero en ropa, joyería y perfumes, y eso solamente fue tu parte. Y, de todas formas, ¿porque no las cargas tu?

-¿Y te haces llamar caballero? -le reprocho deteniéndose y mirándolo con un ceja levantada-. Ni siquiera estás usando tus brazos.

-¡Pero es un gasto de magia!

-Vaya, vaya. Un par de Wingardium leviosa van a dejar al gran Harry Potter con su núcleo mágico vacío -se burló levantando las manos en forma de fingida preocupación-. ¡¿Qué haremos si se nos muere?!

-Ja, ja, que graciosa -dijo Harry, irritado.

-¡Así que tú eres Harry Potter! -hablo Augusta con voz severa.

Los chicos terminaron su divertida pelea y detuvieron su andar cuando fueron interceptados por Augusta y Amelia, justo en la entrada de la puerta.

-¿Quién lo busca? -pregunto Harry, arqueando la ceja.

-Augusta Longbottom, actual regente de la Antigua y Noble Casa Longbottom y Madame Amelia Bones, regente de la Antigua y Noble Casa Bones.

-A entonces si esta -contesto simplemente-. Susan -saludo a la chica rezagada con la mano.

-Hola Harry -contesto Susan con voz muy baja evitando mirarlo a los ojos.

-¡Dobby! -hablo de repente Daphne, poniendo todas las miradas sobre ella y lo que pensaba hacer.

Con un sonoro chasquido como el de un látigo, la figura pequeña del elfo doméstico de Harry hizo su aparición en la taberna.

-¿Me llamo ama? -dijo solemne Dobby.

-¡Oh cierto!, ¡pude haber hecho eso! - se palmeo la frente Harry.

-Tu maestro se ha estado quejando como una niñita por cargar estos paquetes, y ya estoy cansada de sus patéticos lamentos.

-¡Oye!

-Así que, llévalos todos a mi habitación -ordenó ignorando las quejas de su prometido. Y dándole una de sus características miradas frías a la pequeña criatura frente a ella-. Te lo advierto elfo, lo que hay dentro es muy costoso e importante para mí, así que encárgate que nada se maltrate o habrá consecuencias, ¿entendido?

-S-sí mi señora -trago asustado Dobby, mientras chasqueaba sus dedos y desapareció junto con todo los paquetes.

-No tienes que ser tan mala con él, por lo menos puedes decirle gracias -se quejó Harry ignorando por completo a las mujeres frente a ellos-. Además. ¿Porque demonios cargue todo hasta aquí si pensabas llevarlos a tu habitación? -replicó indignado.

-Porque fue divertido -se burló-. ¿Y sobre tu elfo doméstico?, debo tratarlo como lo que es, un sirviente que debería sentirse honrado de servir a tan magníficos amos -murmuró Daphne sin darle importancia mirando detenidamente a Augusta y Amelia-. ¿O me dirás qué vas a unirte nuevamente al grupo de esa chiflada de allá afuera?

-Claro que no, solo no te mata ser un poco amable con el resto de los seres de este planeta.

-No lo creo -dijo desviando su atención y comenzando a caminar frente al pedazo de pared despejada, dónde se materializó una puerta-. ¿Y sobre tus cosas? Es preferible que yo las tenga, tú podrías terminar por arruinar lo que hay dentro y créeme, no queremos cometer esa tontería.

-Disculpen, ¿terminaron? -hablo la señora Longbottom con un claro tono de indignación por haber sido ignorada por dos chiquillos.

-Claro, puede hablar con total libertad -dijo Daphne dándole una mirada altiva a la anciana-. Pero espero no se alargue mucho, estamos esperando compañía.

Augusta respiro fuertemente mientras su temperamento comenzaba a elevarse.

-Disculpe señorita, pero esta conversación es una asunto privado y es de mal gusto que este metiendo sus narices donde nadie la está llamando.

Daphne por su parte sonrió mientras sus ojos se llenaban de un brillo peligroso.

-Debo estar un poco de acuerdo con mi falta de cortesía señora -le dijo-. He olvidado presentarme, Daphne Isabella Greengrass, heredera de la Antigua y Noble Casa Greengrass -dijo dando un fingida reverencia-, y oficialmente la prometida de Harry James Potter de la Antigua y Noble Casa Potter.

Un jadeo colectivo se escuchó en la taberna antes de que los murmullos comenzaran a resonar como abejas enfurecidas, las miradas llenas de aturdimiento cubrían la mayoría de rostros de cualquiera que estuviera presente. Habían sido testigos de una noticia que probablemente causaría impacto, no solo en Hogwarts, sino en la sociedad misma.

-¿P-prometida? -pregunto la señora Longbottom perdiendo por completo la compostura y su reciente temperamento.

-Eres la hija de Cyrus -habló Amelia más como una afirmación, mientras la veía calculadoramente. Ya conocía a la niña, la había visto presente en las reuniones y fiestas donde su familia era invitada, y sabia muy bien de lo que podría ser capaz, tenía una aura de confianza absoluta que le recordaba perfectamente a su padre.

-Exactamente -afirmo Daphne con una sonrisa ganadora-. Nuestras familias acaban de firmar un alianza bajo contrato matrimonial -y mirando a la anciana, continuo-. Así que me temo que puedo estar aquí presente junto a mi prometido, obviamente como su consorte.

-Esto es inaudito -murmuro Augusta recomponiéndose y mirando a Harry-. Si un miembro de la alianza planea firmar un contrato de compromiso con otra causa, deberíamos ser notificados. Esta es una ofensa muy grande señor Potter -lo reprendió.

-Discúlpeme, pero creo que la falta de cortesía de mi prometido no es del todo su culpa -intervino Daphne mirándola gélidamente-. Si mi futuro marido no les notifico de nuestro compromiso es porque en primer lugar sus representantes jamás dieron señal de que estuvieran interesados en la vida de él -Daphne tomo la mano de Harry-. Él ha pasado 14 años sin siquiera recibir un mensaje por parte de ustedes, además que desde el día que se unió al mundo mágico nunca ha recibido la educación política que alguien de su categoría debería tener, algo que en parte es su responsabilidad como aliados -dijo mordazmente-. Así que no pueden culparlo de un descuido que en parte es suyo, y aclarando algo Madame Longbottom -poniendo su otra mano en el pecho de Harry-, él es el actual cabeza de familia, así que debe llamarle Lord Potter a menos que el indique lo contrario.

El temperamento de Augusta regreso.

-Mira niña...

-Lord Potter -se adelantó Madame Bones, tratando de calmar las aguas-. Primero que nada, permítame felicitarlo por su compromiso -asintió a ambos adolescentes con su cabeza en forma de reconocimiento-. También quiero reconocer que las cosas que dice su prometida son ciertas y debo disculparme en el nombre de mi familia por la negligencia a la que ha sido expuesto.

-Agradezco su felicitación -dijo Harry sereno. Por un segundo Amelia creyó ver que los del chico encenderse en un brillo verde, antes de convertirse en el par de jades afilados que le devolvían la mirada, pero quizás fue imaginación suya-. En cuanto al otro asunto, creo que he sido claro en como se desarrollara mi actuar -murmuro mirando la figura de Susan.

-Y esta en su derecho de hacerlo -dijo con voz grave dándole una mirada rápida a Susan, causando que se sintiera cada vez más minúscula-. Aunque esta interacción no estaba prevista, estoy segura que junto a Augusta deseamos poder sentarnos a hablar sobre temas que nos relacionan.

-Lo repito Madame Bones -dijo Harry con un brillo astuto en sus ojos-. Mi actuar depende de lo que sus herederos deseen responder, no es una simple cuestión de omisión, es un caso grave de falta de hermandad hacia una casa que se juró asistir y como ellos deben algún día tomar las riendas de sus familias, sería bueno ver de lo que son capaces de hacer para solucionar este mal episodio. Supongo que, a diferencia de mí, ellos si recibieron una educación adecuada ¿o me equivoco?

-Estas jugando un juego muy peligroso joven señor -murmuro Augusta entrecerrando los ojos y mirando fríamente al adolescente.

-¿Usted cree? -dijo inclinando un poco la cabeza con un toque de humor-. Porque como yo lo veo -su mano subió hasta tocar el rostro de Daphne; con el dorso de su mano, acaricio la mejilla de la chica haciéndola ronronear por el tacto-, no debería sentirme intranquilo. Alguna vez un hombre sabio me dijo que son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades o nuestro nombre, y yo creo -la puerta de la taberna se abrió nuevamente y cuatro nuevas figuras entraron y se colocaron cerca del par de adolescentes: Theodore Nott, Blaise Zabini, Morag MacDougal y Padma Patil- que estoy haciendo buenas elecciones en cuanto a la gente que podría respaldarme.

Todos dentro de la taberna guardaron silencio mientras una sensación de incomodidad cubrió el local, la discusión que había frente a ellos donde miembros famosos de la sociedad mágica estaba escalando hasta un punto que podría haber grandes repercusiones.

-Veo -dijo Amelia mirando a todos los adolescentes. Había nombres interesantes e internamente aplaudió la astucia del chico, quizás su reordenamiento estaba realmente equivocado y el niño debió haber terminado en Slytherin-. Quizás lo mejor era ocultarse en Ravenclaw, quien quisiera vivir todos los días con un ojo abierto sabiendo que el resto de su casa solo buscará una oportunidad para clavar un puñal en mi espalda.

-Así que mi resolución sigue donde mismo -dijo Harry y mirando nuevamente a Susan, agrego-. Depende de ellos tratar de rescatar este barco que se está hundiendo.

-Supongo que tendremos que tener otra conversación en cuanto sus demandas se cumplan -susurro frunciendo el ceño-. Te dejamos con tus amigos Lord Potter, no te interrumpiremos más, pueden continuar con tu tarde.

-Con su permiso -dijo el chico siendo seguido por su grupo rumbo a una de las mesas mas alejadas, siendo observados por todos que murmuraban a su paso.

-Después de esto tengo mas ganas de ahorcar a ese mocoso idiota de mi nieto -hablo grave Augusta mirando duramente a los adolescentes que se sentaban en una mesa y comenzaban a hablar.

-Agusta creo que lo mejor sería hablar separados con cada uno de nuestro chicos -le dijo mientras apretaba fuertemente el agarre en el hombro de su sobrina, causándole dolor-. Si gustas seguir adelante y buscar a tu nieto por tu cuenta te lo agradecería, yo tengo que darle unas cuantas palabras a mi sobrina.

-Entiendo -dijo la mujer con descaro-. Hablaremos después Amelia -y salió de la taberna.

-Ve hacia arriba Susan -le ordeno fríamente la directora del DALM-, iré a hablar con Rosmerta sobre que usaremos una de sus habitaciones superiores.

-S-si tía -obedeció la chica sin rechistar caminando lentamente, con un semblante en su rostro digno de un condenado a la horca.

Susan entró en la habitación con pánico, la mirada de su tía era plana, como si nada la perturbara, pero sabía perfectamente que ella era capaz de ocultar sus emociones con Oclumancia, nunca podía saber qué era lo que estaba sintiendo en los momentos donde su rostro era de piedra.

Cuando su tía la alcanzo, Susan se sumergió en un tortuoso silencio mirando hacia abajo mientras ella levantaba los encantamientos de privacidad por la habitación,.

Estaba condenada y lo sabía, realmente condenada.

-Si muero aquí, con mi último aliento maldigo a Neville Longbottom -pensó culpando al tonto de Gryffindor por sus problemas. Si solo hubiera tenido las bolas de no ir con el chisme y resolverlo por sí mismo, no estaría en este predicamento.

Cuando Madame Bones termino, ella se alejó de la puerta y le dio una mirada enojada a Susan y se acercó a ella con paso decidido.

-Tía... yo...

¡PLAF!

El rostro de Susan se sacudió y un ardor comenzó a extenderse por su mejilla izquierda.

-¡NIÑA ESTUPIDA, ¿Sabes lo que has causado?! -grito Amelia-. ¡Tu estupidez podría haber arruinado a nuestra familia!

La mujer mayor tomo el cabello de Susan y lo jalo obligándola a verla a los ojos. El otrora imperturbable rostro de Amelia Bones se encontraba desencajado de la ira.

-¡INÚTIL, INSUFICIENTE Y MEDIOCRE MOCOSA, COMO TE ATREVES A DAÑAR EL NOMBRE DE MI FAMILIA! -bramo fuera de sí, mientras con cada frase zarandeaba la cabeza de la chica.

-¡Tía, no es mi culpa! -gimió Susan, chillando por el dolor y el miedo-. Longbottom fue...

-¡Me importa un comino lo que el maldito squib haya hecho! ¡Tu debiste haber estado con Potter, era tu deber como una Bones!-vociferó apretando más el agarre del cabello, causando gemidos de dolor de la adolescente-. De esa forma nosotros solo observaríamos como esa inútil familia se ganaba con creces desaparecer de la alianza. Me hubiera encantado ver el rostro de esa vieja lechuza al ver como su estúpido nieto había arruinado la poca reputación que le quedaba. ¡Pero no!, ¡Tenías que meter la pata como siempre!

Con violencia la arrojó al suelo dónde Susan comenzó a sollozar haciéndose un ovillo.

-Tu ineptitud es cada vez más asombrosa Susan -gruño con voz ronca-. Te ordene expresamente que te mantuvieras cerca de Potter, que lo lograrás enamorar. De esa forma el nombre de los Bones se haría con una gran reputación en la sociedad. Tu tendrías un esposo adecuado y digno, mientras que yo obtendría el poder necesario para asegurar la silla de ministro al tener al Niño Que Vivió como "mi sobrino" -le recordó parándose frente a ella-. Permití que hicieras amigos, creía que eso te enseñaría a formar alianzas que fortaleciera nuestro nombre, te di libertad porque confíe en que lograrías hacer la única cosa que espere de ti, pero después de cuatro años veo que fue inútil pensar que servirías de algo -mirándola con desagrado-. No solo me desobedeciste y perdimos la oportunidad de tenerlo en nuestras manos ahora que esa mocosa Greengrass ya lo ha tomado para sí misma, sino que también pones en riesgo lo que por años yo sola he edificado, ¡tanto desprecias la memoria de tus ancestros como para manchar el nombre de tu familia!

Amelia estaba fuera de sí: le temblaban los labios, estaba blanca como el papel y enseñaba los dientes. Realmente era una imagen inhumana la que miraba a la sollozante sobrina con desprecio, totalmente alejada de la impasible mujer que dirigía el departamento de seguridad.

La cara de Amelia se torció cuando miró a Susan, quien seguía llorando en silencio, temblando.

Si ella ni siquiera podía hacer eso, no creía que fuera capaz de perdonarla por todos los problemas que había causado. Y por alguna razón, la vista de la asustada niña en el suelo solo la enfureció aún más.

-¡Y ahora debemos entregarle a algo a Potter para que no tire a la basura la amistad de nuestras casas! -la riño, tomándola nuevamente del cabello, levantándola-. ¿Qué harás ahora? Porque te juro que, si tu estupidez me cuesta mi oportunidad de ascenso, hare tu vida un infierno.

-Tía... por favor -chilló la niña, aterrorizada.

Su tía siempre había sido así con ella desde que se hizo cargo de su cuidado. Siempre había estado amargada de que su hermano, el padre de Susan, fuera el regente de la familia, y el que ella ahora fuera la heredera y próxima líder del clan, le hervía la sangre.

Si no fuera porque la magia impedía hacer algo deliberado para dañar a Susan, lo más probable era que su tía la haya matado desde hace años. No obstante, eso no impidió que tratara de moldearla para ser la heredera adecuada para sus planes personales, usando el nombre de la familia para labrarse uno propio, como ahora lo era siendo la directora del Departamento de Aplicación de la Ley Mágica, pero eso no era suficiente para ella, no sabía cómo no terminó en Slytherin con tan semejante ambición

Nunca le había permitido hacer lo que ella quisiera, siempre debía seguir las reglas, aun si le permitió tener amigos, nunca debía olvidar sus objetivos impuestos o pagaría las consecuencias como ahora.

-No me importa lo que tengas que hacer, quiero que Potter no termine la alianza. Ofrécele dinero, favores, a tu amiga mestiza Abbott, ¡LO QUE SEA! -le dijo causando un jadeo entre los sollozos de Susan.

Con fuerza la arrojó a la cama que había en la habitación. Su lastimero llanto la hacía enfurecer más.

-Inútil como tú padre y su hermano -siseo Amelia-. Ambos inservibles que terminaron muertos por el que No Debe Ser Nombrado. Al final terminaron dejándome a cargo de una insuficiente y estorbosa mocosa que no puede hacer nada bien.

Mientras miraba a la aterrorizada adolescente, Amelia no pudo evitar pensar que tenía la culpa, al menos en parte. Estos errores sólo resultarían así si hubiera sido mas estricta y menos permisiva, ahora sabia que darle libertad a la niña no era ya confiable y tenía que hacer algo para remediarla antes de que se volviera un problema recurrente.

Mientras su ira se calmaba un nuevo sentimiento empezaba a surgir en la mujer al ver tan susceptible a la niña, algo primitivo.

Moviendo su varita, el cuerpo de Susan se suspendió en el aire, como si cuerdas invisibles la estuvieran sosteniendo de sus manos

-¿Por qué me haces esto Susan? -le susurro al oído pasando una de sus mano delicadamente por el cuello de su sobrina-. No me gusta castigarte, pero a veces tu estupidez sobrepasa mis expectativas -con otro movimiento de su varita, las ropas del cuerpo de Susan comenzaron a desprenderse, cayendo en el suelo una a una hasta dejarla completamente desnuda.

-T-tía -lloró la chica, sintiendo el temor de saber lo que se avecinaba-. Por favor -rogó.

-Tranquila mi pequeña, yo te enseñare a solucionar este problema. Pero primero debemos reconciliarnos -la mano derecha de Amelia recorrió vientre de su sobrina, descendiendo despacio mientras se tomaba su tiempo recorriendo cada centímetro de la cintura, el trasero, hasta que llego a uno de los muslos, donde termino dando pequeñas caricias. Mientras tanto la otra mano seguía en uno de los pecho, masajeándolo con bastante dedicación-. Se buena y acepta mi bondadoso perdón- susurro erizando cada bello de la piel de la adolescente que solo podía llorar en silencio-. Te ayudare a sentirte mejor- y retrocedió su mano derecha lentamente hasta la entrepierna.

Sería una larga e infernal tarde, una experiencia que Susan Bones ya estaba tristemente acostumbrada.

•••

-Solo digo que son seres conscientes -exclamó Hermione saliendo por la puerta de las Tres Escobas. Adentro había mucho escándalo al cual presto atención-, ¿Es mucho pedir un poco de dignidad en su trabajo?

-En realidad no suena descabellado -le contestó Adam Calloway, el nuevo mesero de la taberna rascándose la mejilla. El llevaba una insignia de P.E.D.D.O. en su pecho-. Los elfos domésticos no son tan distintos a nosotros lo asalariados, no obstante, ellos no tienen las mismas libertades que un humano... aunque tampoco es que sea libre, si decidiera tomarme el día, Madame Rosmerta me correría de una patada, como Papa Calloway ahuyentando a un zorro del gallinero.

-Gracias -dijo Hermione levantando las manos, ignorando lo último- ¿Porque el resto de las personas no pueden verlo como tú?

-Bueno yo soy de América, haya las leyes son un poco menos estrictas -explico-. A lo que se no hay muchos elfos domésticos en América, son solo cosa de ustedes los europeos y solo las familias con renombre pueden poseerlos porque no son baratos de conseguir -dijo-. El poder hacerte de un elfo doméstico es como conseguir salir virgen del Mardi Gras de New Orleans... nunca antes había visto tantas tetas al aire -murmuró para sí mismo, perdido en el recuerdo.

-Ok... -murmuró Hermione con un ligero tono rojo en sus mejillas por la desviación del tema.

-En todo caso -hablo Adam volviendo en sí-. Es fácil para mi entender la causa que defiendes porque soy de las pocas personas que conocerás que sabe lo que es trabajar de sol a sol sin recibir una paga. Pero bueno, era para que nunca faltara el pan en la casa y mis abuelos nunca me trataron de mala manera, pero tu entiendes.

-Si, comprendo -le sonrió radiante la castaña.

Hermione estaba feliz de encontrar a alguien que compartiera pensamientos similares sobre los pobres elfos domésticos.

Mientras ella mantenía su lucha contra la represión, el joven se había acercado a ella cuando saco la basura y había escuchado atentamente su clamor, dando su opinión y ofreciéndole comida y bebida para que no desfallecerá, un gesto muy dulce.

Él había estado verdaderamente interesado en lo que ella decía, apoyándola sin ninguna vergüenza, algo que ni siquiera su propio novio había hecho, incluso Adam no dudo en ponerse la insignia cuando se unió al P.E.D.D.O.

Asimismo, él no tenía el pensamiento tan retrograda como el resto de los hombres que conocía, un punto a su favor. El venía de una humilde granja de Louisiana, donde trabajaba honestamente... cargando una pala... sin camisa... mientras su piel bronceada se volvía toda sudorosa...

Hermione sacudió la cabeza, ruborizándose intensamente. No podía pensar así, ella tenía un novio al cual serle fiel.

Pero no estaba mal el reconocer que Adam era alguien atractivo ¿verdad?, el admirar su apariencia musculosa y esa sonrisa tan bella que creaba dos lindos hoyuelos.

Además, si Ron y sus amigos podrían discutir la infame lista de pechos frente a ella de forma descarada y murmurar de forma lasciva sobre las tres miembros del Threesome B, ella también podía permitirse darle un vistazo a un chico tan lindo como el que estaba a su lado.

Además, que Adam se había portado tan dulce con ella que parecía un sueño.

Después de que esa vieja vaca de Skeeter público sus mentiras, la opinión pública hacia su nombre se había tornado muy despreciativa. La gente la tomaba como una arpía fría, una buscadora de gloria aprovechada que solo usó a su mejor amigo para su beneficio.

Ahora las personas tendían a mantenerse alejada de ella y murmurar a su alrededor. Lo había visto cuando el chico famoso de Durmstrang, el tal Viktor Krong o algo así. Él había estado visitando mucho la biblioteca, casi a los mismos horarios que ella. Pero cuando el artículo de El Profeta salió, dejó de aparecer, algo que encontró como un alivio, así podría tener la paz que deseaba en su lectura en búsqueda de más información para ayudar a los pobres elfos.

Pero Adam era distinto. A pesar de los rumores, él no la trataba de forma despectiva o la miraba con sospecha. Él era amable y considerado y le regalaba una sonrisa hermosa cada vez que ella hablaba de los elfos domésticos y su lucha.

-Gracias, en verdad por apoyarme con algo así -dijo sinceramente con sus mejillas sonrojadas-. Tal vez para ti fuera mejor que no te vieran tan participativo, tú sabes... con lo que dicen de mí dudo que el P.E.D.D.O. llegue lejos -murmuró bajando la voz cada vez más con un semblante decaído-. El secretario ya ni siquiera me habla -recordando que vio a Harry siendo acompañado por tres de sus amigos de Slytherin y sorprendentemente dos chicas que eran de su nueva casa.

La mirada de Hermione no quiso levantarse y enfrentar un posible mirada de lastima, pero cuando sintió una mano posarse sobre su cabeza de forma fraterna, no pudo levantar la vista y sonrojarse por lo que sus ojos captaban, Adam le estaba sonriendo.

-No te decaigas y te rindas tan fácilmente chica revolucionaria -le dijo sacudiendo su cabello-. Se que este mal trago pasara pronto y tú y el pequeño degollador de dragones algún día podrán arreglar las malas aguas -le aseguró-. Pero ahora hablamos sobre tu lucha para ayudar a los pequeños amiguitos orejudos, no titubees aun si sientes que la presión te lleva como un tornado a una vaca en Kansas, recuerda que hubo una vez un hombre llamado Martin Luther King, que dijo: La medición máxima de un hombre no es en que postura este en momentos de comodidad y conveniencia, sino en qué postura está en tiempos de desafío y controversia.

La chica se sonrojo aún más y sonrió agradecida por el apoyo, en verdad Adam Calloway era un gran encanto.

-Bueno yo tengo que regresar o la Señora Rosmerta me pateara el trasero, así que nos vemos chica revolucionaria.

-Gracias, fue un gusto conocerte Adam y espero poder vernos pronto para la primera reunión oficial de P.E.D.D.O.

-Bueno -se rascó la sien el chico-. Sería difícil para mí porque trabajo y no estudió en Hogwarts.

-No te preocupes -dijo rápidamente Hermione, no queriendo que él le dijera que no, realmente quería verlo otra vez-. Tu eres el único miembro, además de mí y... Ron -no sabía porque no podía llamarlo "novio" frente a Adam-, así que podemos acomodarnos a tus horarios.

-Pero los únicos días que podríamos estar juntos son sus fines de semana en Hogsmeade y esos días estoy ocupado atendiendo la taberna, así que no creo que sea justo para los demás miembros que tengan que esperarme.

Hermione suspiró dándole una mirada triste

-Entiendo -hablo con voz baja-. Solo que me hubiera gustado que estuvieras presente, eres la única persona que me ha apoyado en todo el asunto sobre los elfos -dijo decaída-. A nadie más que a ti le ha interesado. Y siendo sincera, comienzo a dudar que tal vez solo estoy perdiendo el tiempo.

Adam se rascó la nuca y miró solemne a Hermione.

-Animo amiga, no dudes -le dijo-. Yo creo que más gente podría sumarse a la causa si lo planteas de otro modo -aconsejo-, la buena mama Calloway siempre decía: "atrapas más moscas con miel que con vinagre".

Hermione parpadeó confundida, no entendía la analogía.

-¿Que significa...?

-Te dejaré para que lo descubras por ti misma chica revolucionaria -le sonrió dándose la vuelta y levantando una mano en forma de despedida-. ¡Suerte! -y entró a la taberna dejando a una confundida adolescente.

-Que agradable sujeto -sonrió Hermione después de un tiempo, ansiaba volver a hablar con él pronto, pero por ahora tenía que recoger sus cosas y regresar al castillo para hablar seriamente con su novio sobre su falta de apoyo a la causa.

-Lamento que no hayas pasado más tiempo con tus amigos por ayudarme.

-Oye no es tu culpa, yo ya venía tarde por otros asuntos, pero como sea, fue divertido ¿no?

-Podría considerarse, pero dudo que a Chang le resulte divertido que la hayas encerrado en un armario de escobas, la hayas atado mágicamente y la obligaras a vomitar babosas sobre su amiga Marietta, algo que probablemente sigue haciendo.

-Bueno ella se lo busco, odio a los abusadores, y le ofrecí una oportunidad de salir ilesa, solo debía disculparse contigo y mostrarme algunos movimientos de kung fu. ¿Vamos que tan difícil era hacer eso? Todos los chinos sabes artes marciales, no es justo que no quieran compartirlo -se quejó-, así que como castigo se la pasara vomitando babosas y probablemente el arroz que se habrá comido toda esta semana sobre esa perra que le sigue.

-¿Sabes que solo estas mencionando estereotipos que no son verdaderos y que rayan en el racismo?

-El racismo no existe niña, son los papás.

-No sabía.

Hermione se dio la vuelta y su sonrisa desapareció y fue reemplazada por una mueca de molestia cuando la figura de Tracey Davis se plantó frente a ella. Venía acompañada de una chica de pelo sucio y desgreñado, una chica que había visto alrededor de Harry esta mañana.

-Y hablando de estereotipos -hablo con una sonrisa malvada-. Querida Loony, déjame presentarte al que es estereotipo de ratón de biblioteca, sin amigos, tonta como una piedra y fea como una blasfemia.

-Mucho gusto, soy Luna Lovegood, pero mis amigos me dicen Loony al parecer -se presentó Luna mirándola fijamente con sus enormes ojos saltones-. Tu eres la chica del que todos hablan ¿verdad?

Hermione le dio una mirada cansada a la chica rara, había escuchado de ella. Era una chica fantasiosa que creía cosas que no tenían prueba, un bicho raro total.

-¡Oye, Loony! has lo que te enseñe que hicieras -le dijo emocionada Tracey empujándola infantilmente en la espalda-. ¡Anda!

-De acuerdo.

Luna abrió la boca succionando bastante aire por la nariz y comenzando a hacer bastantes ruidos desagradables. Cerrando su boca comenzó a mover un poco la cabeza, al parecer estaba jugando con algo en su lengua mientras seguía haciendo ruidos extraños con su garganta.

Dando un ultimo respiro largo, la chica escupió a los pies de Hermione una pequeña mucosidad de color amarillo.

-¿Cómo lo hice?

-¡Genial! -alabo Tracey levantando ambos pulgares, para después mirar a Hermione-. Aprende rápido, se lo enseñe hace 5 minutos.

-¿Qué quieres Davis?

-Oye, oye, no ignores a mi amiga, te hizo un buen regalo.

Aunque no estaba de acuerdo en los métodos que su alter-ego le hizo utilizaba con sus víctimas, no podía negar que no disfrutaba lo que ella le hizo a la chica frente a ella y su novio. La actitud altiva y orgullosa de Granger era algo que no podía permitir en una poca cosa sangre sucia, esta ramera no tenía derecho a hablarle o actuar grosero ante un par de sangre puras como ellas.

-¿Somos amigos? -pregunto Luna, luciendo sorprendida.

-¡Pues claro, tú eres la loca amiga que todos deberíamos tener! -chillo abrazándola de lado, sonrojando a la chica-. "Los amigos son amigos... para siempre y por siempre... en las buenas y en las malas" -canto Tracey balanceándose de un lado a otro junto a Luna.

-Wow, genial -dijo Luna con voz soñadora y sacando una pequeña libreta y una pluma, comenzó a escribir-. Contando a Morag MacDougal y Padma Patil, tu serias mi novena amiga, ¡estoy arrasando! -murmuró para sí misma emocionada.

-¿No es una ternura? -dijo encantada Tracey pegando su mejilla con la de la chica Lovegood-. Un poco de entrenamiento y tendremos a un Tracey Jr. rondando por ahí, y lo mejor, no es una sangre sucia como alguien que conozco.

-Merlín nos libre de tener otra como tú -siseó despectivamente Hermione-. Contigo es más que suficiente, diría hasta excesivo.

-Oh gracias, se hace lo que se puede -contestó Tracey soltando a Luna y mirando de arriba abajo a Hermione-. Pero regresando a tu despreciable ser, te vi dándole ojitos de cachorro enfermo a ese mesero, ¿acaso estas dejando a Weasley en el pasado?

-Eso yo... no... -tartamudeo Hermione poniéndose roja.

-Tranquila "Hermie" -le dijo sonriendo-. No estoy reprochando nada, de hecho, lo aplaudo. ¿Quién en su sano juicio quisiera salir con un idiota pobre y estar rodeado de la inmundicia que genera su desagradable familia?

-Conozco a Ronald desde niño y ha tenido desagradables modales en la comida -agrego Luna mientras comenzaba a escribir planes sobre hacer presentes para sus nuevos amigos, ahora que tenía verdaderos amigos no los iba a dejar ir tan fácilmente.

-¿Has ido a su casa, verdad Loony? -le dijo haciendo un puchero mientras abrazaba la cabeza de la niña y acariciaba su rostro-. Pobrecita, de seguro el olor era insoportable, unos salvajes que se revuelcan en su propia mierda.

-¡Eso no es cierto, tu sucia... ! -hablo Hermione, pero sus palabras fueron ignoradas cuando Tracey siguió hablando como si no la castaña de pelo espeso no hubiera abierto la boca.

-Así que nadie te puede culpar Granger -le dijo, aun acariciando a Luna-. Aunque ciertamente si te ves un poco zorra lanzando tus mojigatas bragas de ex-castor al primer tipo que te encuentras, pero viendo bien al chico no eres para nada tonta, alguien como tu tiene que recurrir a esas tácticas para atraer a semejante trozo, bien dice el dicho, la que no es perra no prospera ¿eh? -señalo con veneno.

Hermione gruño apretando los puños con enojo, como despreciaba a la maldita que estaba parada frente a ella. No solo por todo el acoso que había sufrido en estos años y que al parecer aún sigue sufriendo, sino también porque ella era la que había iniciado el proceso de alejamiento de su mejor amigo, antes de que ellos pudieran hacer algo para evitarlo.

Davis se metió en su camino y confundió a Harry en su momento más vulnerable y lo alejo de su lado.

-¡No es así! ¡No tengo nada que ver con Adam más que una gran amistad! -mastico mirándola con molestia-. Pero, si así fuera no es asunto tuyo, así que, si fueras tan amable, no vuelvas a dirigirme la palabra si solo vas a murmurar pestes sobre mí y mi novio -y siguió hacia adelante rumbo a su mesa, chocando su hombro con el de Tracey y Luna, apartándolas de forma grosera.

Tracey solo comenzó a reír en voz baja, mientras que a Luna no apareció afectarle el ser empujada, al contrario: miro detenidamente a la chica partir como si fuera algo entretenido.

-Vamos Loony -la llamó Tracey caminando hacia la taberna con una sonrisa de satisfacción-. Vamos a tomar algo y hablar con el resto de nuestros amigos.

-¡Mas amigos! ¡Yupi!

Respirando pesadamente para tratar de calmarse, Hermione comenzó a guardar sus cosas tratando de que las lagrimas de impotencia no salieran.

-Es un tonta -murmuró mientras su mente se llenaba de adjetivos despectivos con lo cual su mente estaba llamando a la chica de Slytherin-. ¿Por qué no me puede dejar tranquila? ¿Qué le he hecho?

Davis había sido una peste cada vez que ellas se relacionaban, algunas veces había sido solo comentarios iguales a los de Parkinson, pero la última vez que interactuaron la chica se porto de manera aun mas viciosa con sus palabras, como si planeara algo bastante malvado.

Si solo pudiera entender que era lo que ella quería y como hacer para que todo este acoso terminara.

Y entonces, en tanto su mente seguía maldiciendo el nombre de Tracey Davis mientras recogía los últimos papeles, sus ojos notaron algo que llamaron su atención y la hicieron detenerse.

En la lista de nombres de miembros del P.E.D.D.O. había un cambio. Hermione lo tomo con una mano temblorosa, levantándolo esperando que sus ojos no le estuvieran mintiendo.

Era la hoja de papel donde agrego los nombres de Ron, Harry y el suyo mismo la primera noche que se oficializó la creación del grupo en la sala común de Gryffindor, en aquellos tiempos donde las cosas eran mejores y no sentía esa soledad en su corazón. Esa hoja había sido modificada solo un par de veces en el pasado, pero todas esas veces ella había sido la que había cambiado el texto. La primera vez fue cuando Neville se unió al grupo, y aún si él solo había aceptado entrar a regañadientes y nunca más había vuelto a participar, ella lo seguía considerando un miembro, esperando que se sumara a la causa, el siguiente cambio fue cuando ella con todo el dolor de su corazón tachó el nombre de Harry, aún si ella esperaba resolver las cosas en un futuro, debía aceptar que él se había deslindado de ella y eso incluía al P.E.D.D.O., no sería bueno considerarlo un miembro activo más; por último solo debía estar el nombre de Adam, quien hoy ella misma había anotado y el cual se veía tenía toda la intención de ayudar, que hizo que su corazón se emocionara.

Pero ya no era así, ahora había dos nuevos nombres que ella jamás escribió.

Dos nombres que no entendía que hacia allí y que lo más probable se introdujeron cuando entro a la posada para usar el sanitario y se enfrascó en la conversación agradable con Adam. Dos nombres que la hicieron apretar los dientes de furia e indignación al entender que esta solo era una perversa broma que escupía en todo su trabajo y esfuerzo:

Luna Lovegood y Tracey Davis

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- CONTINUARÁ -

Proximo Capítulo:

Las chicas aman los bailes

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• Después del Capítulo •

Señores estamos de vuelta.

Ha sido bastante tiempo y antes que nada quiero disculparme por ello. Las cosas no han estado bien de este lado del Mississippi y pues la verdad me ha costado tener la cabeza para ponerme a escribir.

Se que muchos de ustedes esperan estas historias y la verdad espero que no se rindan con ellas, se que no es mucho prometer, pero tratare de poner mas de mi para traerlas a tiempo.

Antes que nada, quiero agradecerle de antemano que no han dejado morir las intrepidantes aventuras del chico Alfarero y sus amigos (quien haya leído un fanfic en ingles traducido con Google Traductor sabrá que siempre traducen el apellido de Harry así, porque bueno eso significa en español)

Los amo 3,000.

Y ahora tenemos nueva portada, espero les agrade, la hice con mucho amor :3

(Y por cierto esta es la version de Fanfiction)

Oh y antes que se me olvide, esta es mi vision de como se ve el S̶u̶s̶a̶n̶n̶o̶, diga el S̶t̶a̶n̶d̶, diga el poder de Harry Potter, contemplen a Desmond Peverrel, el ancestro de Harry.

Y ahora si, pasemos y entremos en materia

•••

• Sobre el Capítulo •

Muchas preguntas y pocas respuestas es lo que su tío Frank les da con cada capítulo y este no debía ser la excepción.

Tenemos un nuevo personaje introducido a la historia y es sumamente siniestra.

El alter-ego de Tracey.

Y muchos dirán: "Tío Frank esto ya se ha visto, es lo mismo que Inner-Sakura (ahora llamada Yami) de Crónicas, acaso te quedaste sin ideas". Y déjeme decirle que sí, si me quede sin ideas. Pero en este caso no es lo mismo.

El alter-ego de Tracey o conocida en este momento como "el reflejo" es un ser distinto a Inner, esto es más parecido a "El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde" donde una personalidad es la buena y la otra mala. Aunque con Tracey no podemos decir que haya una parte buena del todo, esa niña esta trastornada. Y parte de ello es su pasado que se profundizo un poco más, aunque aún falta muchísimo para entender al elemento más misterioso de la historia, algunos ya pueden darse la idea de lo que paso y que fue lo que origino al reflejo.

Tuve que cortar una parte de 3000 palabras porque en este capitulo iba a revelar quien, y que era el reflejo, pero me di cuenta que no era lo correcto, debía esperar para otro momento y guardar esa explicación para aumentar más la expectación y que algunos creen sus teorías.

Pero como vieron la Tracey loca que vieron en el resto de los capítulos no era la verdadera que conocieron en los primero 4, donde se ve un gran contraste en sus personalidades (si esto me lo saque de la manga para justificar sus cambios XD ) así que ahora que la verdadera Tracey esta de vuelta, como serán las cosas y si es posible que el reflejo regrese nuevamente.

Vimos un poco mas del resto de los Slytherin que ya hacia falta, en el siguiente capítulo se verá más interacción de ellos en el baile de Navidad, un evento que traerá un poco de diversión y quizás algo de drama.

Y por fin Sirius y Hedwig hicieron su debut, en verdad Sirius me agrada y es fácil crearlo, es como el tío divertido que no se toma nada enserio, pero también tendrá sus momentos de seriedad que podrá poner en duda a Harry sobre qué hacer con él, aún tengo mis dudas sobre ello.

Ahora vimos que la relación de Daphne y Harry por fin se hizo pública y más de la tensión con el resto de la alianza.

Hermione con su campaña para los elfos y su enemistad con Tracey que, aunque no es la "versión malvada", aun puede ser desagradable y un poco loca. Adam esta conociendo mas gente siendo un tipo tranquilo como lo es

Y pues Amelia Bones, el hilo negro de este capítulo. Como dije, quiero hacer cosas distintas a la que están acostumbrados y ella no podía ser la excepción, pocos y quizás nadie se esperaba que mostrara una cara distinta a la mujer severa pero justa del libro, una persona que siempre ayuda al protagonista con un sentido de justicia digno. Aquí es un monstruo que lleva años abusando de su sobrina y que su única preocupación es llegar a ser ministro de magia.

Este tipo de sorpresas es lo que les espera así que sigan sintonizando.

Antes de pasar a otra cosa déjenme darle algo más, una lista de alumnos del años de Harry, específicamente los que entraron con el en 1991, esta lista esta basada en algunos nombres que salieron de Pottermore, Harry Potter and Me y las películas, así que podía considerarse canon, aunque algunos están ubicados en casas que probablemente no sean la suya según Rowling, pero no hay información especifica para ordenarlos así que lo hice de acuerdo a un criterio de tu vas aquí y tu acá.

Hago esto para complementar un poco mas esta historia, aun así, puede que los nombres no aparezcan y solo sean relleno, no son importantes o solo sean mencionados el aun momento.


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Alumnos que entraron a Hogwarts en 1991

(Según esta historia)

HUFFLEPUFF:

Mujeres:

Abbott, Hannah.

Bones, Susan.

Moon, Leanne (Lilly).

Perks, Sally-Anne - [Hizo la suicidación por culpa de Tracey :v ].

Vane, Emma

Hombres:

Finch-Fletchley, Justin.

Macmillan, Ernie.

Malone, Roger.

Hopkins, Wayne.

Rivers, Oliver.

Smith, Zacharias.


RAVENCLAW:

Mujeres:

Brocklehurst, Mandy.

Li, Su.

MacDougal, Morag.

Patil, Padma.

Turpin, Lisa.

Hombres:

Boot, Terry.

Corner, Michael.

Cornfoot, Stephen.

Entwhistle, Kevin.

Goldstein, Anthony.

Potter, Harry - [Transferido de Gryffindor (la gente se pregunta cómo le hizo para entrar)].


GRYFFINDOR:

Mujeres:

Brown, Lavender.

Dunbar, Fay.

Granger, Hermione.

Patil, Parvati.

Tolipan, Alice.

Hombres:

Finnigan, Seamus.

Longbottom, Neville.

Thomas, Dean.

Weasley, Ronald.


SLYTHERIN:

Mujeres:

Bulstrode, Millicent.

Davis, Tracey.

Greengrass, Daphne.

Parkinson, Pansy.

Roper, Sophie.

Hombres:

Crabbe, Vincent.

Goyle, Gregory.

Malfoy, Draco.

Nott, Theodore.

Runcorn, Mauricius - [Trato de meterse con Daphne a finales del primer año, no volvieron a verlo cuando inicio el segundo].

Zabini, Blaise.

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•••

• Para Terminar •

Nos estaremos viendo pronto, por mi parte voy bien con mi salud, aún sigo esperando que no me enfermare del Coronavirus, pero con mi suerte no se sabe. Pero hablando enserio, cuídense muchísimo y hagan caso a las indicaciones, tal vez en México donde vivo no sea tan grave y lo veamos solo como objeto para memes, pero esta enfermedad ya ha cobrado vidas y esta pesada en Europa. Así que ánimo y fuerza para todos ustedes .

No olviden sus votos y sigan la historia, si es de su agrado agréguenla a favoritos

¡Ahora sí, hasta la próxima!

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