02 - El Verdadero Rostro Oculto Tras La Leyenda
Esta es una obra de fanfiction, que utiliza personajes del mundo de Harry Potter, una marca registrada de J.K. Rowling
No reclamó ninguna propiedad sobre ellos o el mundo del que se habla.
Derechos de publicación de HARRY POTTER y ANIMALES FANTÁSTICOS © J.K. Rowling. Rowling. J.K. J.K. ROWLING'S WIZARDING WORLD (EL MUNDO MÁGICO DE J.K. ROWLING) es una marca registrada de J.K. Rowling y Warner Bros. Entertainment Inc. Los personajes, nombres y todo lo relacionado con PORTKEY GAMES, HARRY POTTER: HOGWARTS MYSTERY (HARRY POTTER: EL MISTERIO DE HOGWARTS), HARRY POTTER y ANIMALES FANTÁSTICOS son marcas registradas y propiedad de Warner Bros. Entertainment Inc. Todos los derechos reservados.
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HARRY POTTER
UNA OSCURIDAD ASCENDENTE
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El Verdadero Rostro Oculto Tras La Leyenda
Ж
[Tu verdadero rostro...
¿Qué tipo de... rostro es?
Me pregunto... El rostro bajo la máscara...
¿Es tu... verdadero rostro? ...]
Niño con la máscara de Twinmold | The Legend of Zelda: Majora's Mask.
Ж
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En algún sitio desconocido.
—Hola Clarice —saludo Harry con una sonrisa petulante, haciendo su intento de representar al Dr. Hannibal Lecter, el infame caníbal y psiquiatra sociópata protagonista de su libro favorito de toda la vida.
—¡Potter! —chillo Daphne indignada por semejante condición en la que la mantenían— ¡Despreciable saco de pus de bubotubérculo! ¡¿Qué significa esta afrenta contra mí?!
—Vamos dime que no lo disfrutaste, ¡Fue espectacular esta presentación! —dijo emocionado Harry mientras la canción de Living Colour seguía sonando en el fondo— Sé muy bien que el inicio no fue como lo hubieras esperado, un error de cálculo que nadie previo. No obstante, cuando sonó el riff de las guitarras eléctricas tuvo el impacto y la presencia que se buscaba —exclamó haciendo la mímica de tocar una guitarra invisible—. Y te preguntarás ¿por qué este apuesto chico preparó una sorprendente y asombrosa presentación para mí? —remarco acercándose a Daphne de improviso, la chica ahogó un gemido sorprendida por semejante acción— Bueno la respuesta es que necesitaba hacer una gran entrada. Todo supervillano que se respeta se diferencia de un villano promedio por la presentación; algo que debes saber perfectamente ya que eres una Slytherin y la maldad fluye por tus venas —burlándose de Daphne su nariz. La chica estaba tan enojada que intentó morder el dedo, perdiendo por unos instantes su refinado temple. Afortunadamente para Harry, este alcanzó a retirar su dedo a tiempo—. Aunque creo que yo no podría considerarme un villano, si prácticamente soy el héroe de la historia.
Daphne clavó sus fríos ojos azules en la figura del chico que, según ella, estaba balbuceando tonterías como si un encantamiento confundus lo hubiera golpeado de lleno.
¡Merlín!, ni en sus sueños más descabellados se hubiera imaginado terminar como una rehén del 'Cretino Que Vivió', ¿acaso esto era lo que la gente común y corriente llamaba karma?, y de ser así ¿realmente se merecía estar en la peor de las situaciones de su corta vida solo por no haber hecho caso a uno de los alegatos preocupados de Tracey?
Era tan injusto. No sé merecía este trato.
Pero Daphne no era de las que lloraban por la poción derramada cuando todo se volvía un caos. Ella sabía que no podía permitirse perder su tiempo lamentándose sobre si este castigo era justo o no. No, ella debía mejor usar su gran ingenio y lograr averiguar cuál era su situación actual y que hacer a partir de ahora para salir lo más pronto posible del predicamento.
Recorriendo con sus ojos la habitación oscura en la que estaba no pudo hacer conexión alguna con un lugar que ella conociese, por lo tanto, no podría asegurar si aún permanecía en Hogwarts o no. Tampoco tenía conocimiento alguno sobre el tiempo que permaneció inconsciente. Su apetito le decía que no habían pasado más de unas horas desde que se separó del resto, pero no podía asegurarlo.
¿Aún seguiría siendo domingo? No lo sabía.
Fantástico. Las cosas no pintan bien desde el inicio.
Pero viendo el único lado positivo, ella ahora sabía que necesitaba recopilar información con urgencia y la única forma de averiguar lo que necesitaba saber era sacarla directamente del cretino que la tenía cautiva: Harry Potter, el infame Niño que Vivió.
Respirando lo suficiente para mantener su temperamento lo más sereno posible y que el enojo no llegará a hacerla cometer un error que arruinara todo, miró al chico haciéndose la pregunta que tanto le había estado molestando desde la mañana y que ella misma había estado evadiendo todo el día:
¿Por qué se había sentido tan interesada en estar cerca de Harry Potter en primer lugar?
La respuesta clara para Daphne sería manipularlo y aprovecharse de él. Es por eso que hizo este plan y se lo comunicó a sus amigos para que la auxiliaran. Pero ella no podía dejar de preguntarse ¿por qué de repente quiso hacerlo? ¿por qué no haber esperado un par de días y evaluar las mareas que había ocasionado la selección de Harry Potter para el torneo?
Esa hubiera sido la respuesta más sensata, lo que ella haría en cualquier otro día o situación, pero lo que Daphne sintió esta vez fue una necesidad de hacerlo lo más pronto posible, un deseo desenfrenado por tener a Harry Potter comiendo de la palma de su mano cuanto antes.
A regañadientes tuvo que aceptar que Tracey había tenido parte de razón en sus reproches la noche anterior —si es que seguía siendo primero de noviembre—, y es que ella no era así. Ella era Daphne Greengrass, ella era la que tenía que ser buscada, no al revés.
¿Realmente lo que sucedió después de que su nombre salió la selección y el ver sus brillantes y pragmáticos ojos verdes destellando con una chispa tan ajena a lo típico la había traído a este problema?
Sería imposible. Daphne Greengrass jamás se dejaría guiar por algo tan banal como lo son los impulsos humanos. Siendo una belleza que disfrutaba ser el centro de atención de la vista de los hombres, y una que otra mujer, conocía el poder de la atracción a base del físico y con certeza no sería capaz de caer en algo así ella misma.
Y no es que desestimará el atractivo de Harry Potter. Este año el joven mago había crecido un par de centímetros, no era tan alto como Nott, Longbottom o Weasley, pero tampoco era de los más pequeños; él estaba entre el promedio de su edad.
Otro punto a su favor en su físico era el cuerpo que lucía.
Gracias a algunas pequeñas miradas furtivas en los partidos de Quidditch, Daphne sabía que Harry Potter tenía una complexión atlética y ágil, que mostraba una ligera musculatura en torso y brazos. Y si a eso lo complementamos con su cabello alborotado y salvaje que para ella no se le hacía del todo desagradable, Harry Potter era un buen regalo para la vista de cualquier chica.
Oh y Daphne lo sabía muy bien ya que se había tomado cierta libertad de darle un buen vistazo a cada varón apuesto que se cruzará en su camino, sobre todo jugadores de Quidditch.
Y puede que te preguntes, ¿Cómo Daphne Greengrass, la princesa fría sangre pura puede decir abiertamente que ha estado pasando algo de tiempo observando hombres en el último año?, bueno la respuesta es simple: porque le apetece, porque quiere y porque puede. No necesitan más que esa explicación.
Vamos, ella era una adolescente como cualquier otra. Si, era más poderosa, más bella y más capaz que el resto de chicas de este castillo según su opinión personal, pero no era un glaciar sin ninguna emoción en su interior como los demás llegaban a creer, también tenía el derecho de permitirse ciertos gustos culposos.
Además, el ver a los hombres como simples juguetes que podía manipular con su encanto sin que ellos pudieran siquiera ganarse una caricia de su parte era algo que su madre le inculcó desde su infancia. Al fin y al cabo, ese era el propósito del regalo dado por esas criaturas a su abuela por la labor altruista que hizo por ellas; un regalo que ella y su madre poseían y habían aprendido a aprovecharlo.
Pero volviendo a temas más relevantes como saber por qué estaba tan obsesionada con Harry Potter este día, primero hay que explicar algo más que podría ayudar a su investigación. Algo que todo estudiante pensante de este colegio sabía claramente sobre el Niño Que Vivió en los últimos tiempos: que él no era otra cosa que un ser simple y sin nada memorable que no fueran los sin fin de rumores que le rodeaban con cada año que pasaba.
Para alguien que había tomado la política como el eje central de su vida, Daphne encontraba al heredero Potter como un desperdicio de poder e influencia.
El tonto no aprovechaba su título cómo debería hacerlo. Harry Potter podría fácilmente abrirse paso en dónde quisiera con las credenciales de heredero de una de las 12 casas fundadoras del Wizengamot y el héroe que derrocó al Señor Oscuro más peligroso de la época moderna. Él podría asegurar los mejores aliados y las amistades adecuadas que lo llevarían a la grandeza con suma facilidad, pero tontamente prefería pasar su tiempo rodeado de el imbécil traidor a la sangre y la insufrible sangre sucia haciendo sin fin de cosas que ponían su vida y la de los demás en riesgo, ignorando completamente sus deberes como heredero de una casa tan prestigiosa.
Lo peor es que parecía no importarle el desaire hacia los demás miembros respetables de la sociedad, incluyéndola.
Daphne aún recordaba una ocasión donde compartió carruaje con él y Hermione Granger en el viaje de regreso a casa para navidades, durante el primer año. Aun si la animosidad entre Slytherin y Gryffindor ya estaba presente, ella trato de ser educada con ambos, manteniendo los comentarios mordaces y despectivos hacia Granger en lo mínimo posible y tratando de entrar en gracia con Harry, buscando de esa forma asegurar el nombre del Niño Que Vivió de su lado. Pero él jamás presentó el mínimo interés en hablar con ella que no fueran comentarios simples y terminantes. Prefirió mantenerse absorto en la lectura de un libro muggle, que si su memoria no le fallaba se titulaba El Dragón Rojo, ignorando sus esfuerzos de formar una alianza fructífera y, sorprendentemente, ignorando también los patéticos y nada sutiles intentos de la chica Granger por llamar su atención.
Ella no había olvidado para nada esa ocasión, y durante las últimas 12 horas había meditado mucho ese evento llegando a la conclusión que las cosas podrían haber sido diferentes si ella hubiera comprendido que el desaire que le hizo fue producto de la ignorancia de las buenas costumbres por haber sido criado por muggles. De haber entendido eso, la pequeña Daphne de 11 años habría aprovechado el tiempo para llevarlo a un compartimiento en el expreso de Hogwarts y explicarle, a su conveniencia claro está, sobre su lugar en el mundo mágico. Solo hubiera sido cuestión de deshacerse de la nacida de muggles para que no inmiscuya su sucia nariz en medio, algo sencillo para ella.
Fuera como fuese, ese acontecimiento era poción de otro caldero. Ahora las cosas eran distintas y ella se encontraba odiando a Harry Potter con todo su ser por haberse atrevido a tenerla como un vil ratón atrapado en una sucia ratonera. Despreciaba completamente su ridícula sonrisa, engreída y triunfante burlándose de ella por verla atrapada. Ese tonto aire bromista que desprendía su miserable ser no comprendía la gravedad de semejante afrenta.
Pagaría, él iba a pagar con su sangre.
—¡Exijo que se me libere en este instante! —demandó mirándolo con todo el desprecio que su bello cuerpo podía contener.
—A mí se me hace que no, preciosa —fue la respuesta escueta que ofreció el chico de la cicatriz de rayo, luciendo tranquilo, como si fuera cualquier cosa tener a una chica amarrada frente a él—. Veras, sería una completa tontería de mi parte soltarte así sin más, sobre todo cuando fue un trabajo traer tu lindo trasero hasta aquí en primer lugar —y haciendo un movimiento con su varita, la música en el tocadiscos se detuvo con un rasgueo—. Aunque no puedo llevarme todo el crédito. Dobby, mi elfo doméstico, hizo la mayoría del trabajo sucio. Él me avisó que tú y tu grupito me estaba buscando, así que le ordené seguirte por todo el castillo y vigilarlos, pero al ver tu insistencia en querer pasar un tiempo con tu héroe favorito decidí tomar cartas en el asunto y traerte para interrogar, cosa que Dobby también hizo —relato con voz calmada—. Seré honesto, yo no soy de ese tipo de sutilezas. Eso de esperar y observar no va conmigo así que se lo deje al pequeñín. Yo soy más un hombre de acción —se rio—. Eso sí, a mí me tocó el trabajo más complicado que fue evitar que las personas que podrían preocuparse por ti se... bueno, se llegaran a preocupar. Así que me vi en la titánica tarea de idear un plan que me permitiera mantenerte retenida por un par de horas sin levantar las alarmas de tus seres queridos, algo que, modestia aparte, ha sido el mejor y más exitoso plan creado en la historia —dijo con orgullo cruzando los brazos—. Deja te cuento —su tono estaba emocionado, deseoso de compartir su proeza—, mi plan comenzó cuando...
—¡Estás reteniendo en contra de su voluntad a una heredera de una Casa Noble y Antigua! —interrumpió Daphne sin darle chance de seguir con su monólogo— ¡Juro que te veré enjuiciado ante el Wizengamot por tal afrenta en mi contra! ¡Pasaras el resto de tu miserable vida recluido en Azkaban!
—En primer lugar, ¡Qué grosera eres!, déjame terminar de hablar ¿Acaso no te enseñaron modales? —recrimino con un puchero que era demasiado fingido— Ahora ¿qué es eso de casa noble y lo demás? ¿o el "winzingammon"? ¿Es la versión mágica del backgammon? ¿Por qué me meterían a Azkaban por un juego?
El ojo derecho de Daphne comenzó a temblar producto de la cólera que sentía hacia el cretino frente a ella y sus disparates absurdos. Le estaba tomando el pelo, ¿verdad?
Claramente no podía ser tan bruto como para desconocer lo importante que era el Wizengamot, ¡Su propia familia ayudo a fundarlo junto al resto de las 12 grandes casas que dieron vida a la benemérita sociedad mágica británica!
—¡Libérame ahora mismo, bufón! —volvió a demandar— ¡¿Tienes alguna idea de a quién has osado secuestrar?!
—No te secuestré —aclaró con énfasis—, solamente te estoy reteniendo por un par de horas sin haber preguntado de por medio.
—¡Eso es secuestrar, bestia inculta!
—Además, creo que estoy en mi derecho de hacerlo por defensa personal o algo así, tú estuviste buscándome todo el día para que sepa Merlín que querías hacerme —balbuceo frunciendo el ceño, habiendo ignorado el anterior comentario ofensivo de Daphne—. Y si se quién eres, eres parte del grupo de inadaptados que se mantiene apartado del idiota de Malfoy y su pandilla de idiotas —le dijo—. Ya sabes, el alto que parece conejo, el negrito, la listilla del gorrito, gafas y trenzas; y al final estás tú, la chica guapa de Slytherin que congela las pelotas de los chicos por diversión ¿no?, Tú eras... —y guardó silencio, pensando. Entonces tras una breve pausa tronó sus dedos y señalándola dijo resuelto— ¡Dahlia Gillespie!
—¡Daphne Greengrass!
¡Que indignación sentía Daphne! ¿Cómo se atrevía a no saber quién era aun cuando la tiene de rehén en un sitio tan repugnante?
Y no solo eso. ¿El tonto no pudo haberla reconocido por su poderosa familia, o por su innegable belleza que la hizo parte de las Chicas Imposibles?
No, el patán solo pudo asociarla con atacar los testículos de los varones.
Ella admitía que sí lo había hecho en ocasiones anteriores, la última el año pasado cuando un bruto de quinto año creyó que podía ser capaz de tomarla entre sus brazos. Ante semejante atrevimiento ella tuvo que hacer una declaración ante todos: Daphne Greengrass no podía ser tocada por ningún, mucho menos un ser indigno como lo fue ese cretino.
Daphne uso tanto poder mágico en su encantamiento congelante que, si el mentecato atrevido lograba tener descendencia después de lo que ella le hizo a su aparato reproductor, no le sorprendería que sus vástagos resultaran ser albinos.
Pero solo lo hizo para proteger su honor y estatus, no porque le gustara hacerlo o se le hiciera divertido... bueno si se le hacía cómico, pero no lo hacía a cada rato... bueno no tanto como antes.
—Oh mucho gusto señorita Greengrass. Yo soy Harry Potter, pero mis amigos y compañeros de pandilla me llaman 'Hood' —explicó con un tono divertido señalándose a si mismo— Tengo 14 años, soy signo Leo y mi tipo de sangre es AB —levantando un dedo en cada mención que hacía—. Me gusta la música de rock, la tarta de melaza, el helado vainilla con chispa de chocolates y los atardeceres.
—¡¿TE ESTAS MOFANDO DE MI?! —bramó la rubia perdiendo la compostura nuevamente, algo que pocas veces ocurría, pero por extraño que pareciera, Harry Potter tenía la facilidad de exasperar sus nervios.
—Lo siento, lo siento —exclamó Harry levantando las manos en señal de apaciguar la rabia de la chica rubia—. Es que adoro tomarles el pelo a las chicas lindas como tú, así las conquistó —dijo con una fingida vanidad guiñando un ojo y causando otro gruñido ofendido de la adolescente cautiva.
Divertido él tomó una silla de madera que estaba entre las sombras y se sentó justo en frente de Daphne que solo pudo respirar pesadamente por el enojo que aún conservaba.
—Pero ahora pasemos a los negocios si no es mucha molestia. En estos momentos tengo la enorme necesidad de saber porque tú y tus amiguitos se desvivieron por buscarme todo el día —cuestionó mirando a su cautiva a los ojos.
—No tengo porqué revelar ni una verdad ante ti, sucio patán —le siseo tratando de moverse de su cautiverio, aunque era imposible—. Solo si pudiera ser libre de este cautiverio al que me has sometido, te haría pagar por semejante humillación.
—¿Enserio? —se burló Harry divertido por la forma de hablar de la chica. Tan engreída y victoriana— Honestamente no ofreces ninguna amenaza sentada ahí —y del bolsillo trasero de su pantalón sacó una varita oscura. Daphne jadeo sorprendida cuando la vio en su mano—. Mucho menos sin esto entre tus manos.
¡Era su varita! ¿Cómo era que ese tarado había logrado encontrarla cuando se suponía debía estar asegurada en su funda bajo su brazo derecho y oculta para cualquiera que no fuera ella?
Oh, iba a hacer pagar a ese maldito de Ollivander por venderle un producto defectuoso.
—¡Devuélveme eso!
—Sería muy estúpido de mi parte hacerlo ¿no crees?
—Es más estúpido que me tengas aquí retenida y aun así lo haces, así que no tengo expectativas de cuan estúpido puedes llegar a ser —replicón mordazmente usando el mismo insulto que el mismo se había adjudicado— Así que has algo inteligente por una vez en tu vida. ¡Desatame de una vez y devuélveme la varita o juro que te haré pagar!
Con una divertida mueca Harry guardó la varita de Daphne nuevamente en su pantalón y agitó su propia varita.
—Así que eres buena con las respuestas rápidas y mordaces ¿eh? —le dijo. Daphne no perdió de vista la varita de Harry sintiendo la tensión subir por su cuerpo—. Bueno, si así lo quieres —musitó y apuntando a la oscuridad dijo—. Accio
Un par de segundos después el sonido de algo acercándose volando a alta velocidad se escuchó. Entonces de la oscuridad una pequeña mochila roja hizo su aparición siendo tomada por Harry con habilidad digna de un buscador.
—Si quieres jugar a ser la chica ruda pues así lo haremos —dijo en voz baja mientras ponía la mochila en el suelo.
Daphne tragó profundo.
—¿Para qué has convocado eso? —le preguntó con un ligero tono de nerviosismo, su enojo había menguado un poco ante lo que sea que él estuviera pensando en hacerle. No le gustaban las cosas desconocidas y Potter parecía bastante idiota y cavernícola como para comenzar a preocuparse de que no tuviera algo de caballerosidad en su ser y peligrara su integridad.
—Veras Greengrass —susurro abriendo la mochila y revisando su contenido, parecía como si tuviera muchas cosas dentro, algo que resultaría imposible de creer para ella si no conociera la magia—. Cuando decidí retenerte... no secuestrarte, retenerte —aclaró—. Sabía que no estarías muy dispuesta a cooperar conmigo, así que me tomé cierta libertad para preparar algo ante la perspectiva de que estemos aquí por mucho tiempo —su rostro se levantó y miró a Daphne con una sonrisa que le provocó escalofríos—. Y parece ser que no estás dispuesta a cooperar ¿verdad?
—Po-Potter... más te vale no hacer algo de lo que puedas arrepentirte —le dijo tratando de que su voz no sonara lo suficientemente nerviosa como se sentía. ¿Qué había ahí? ¿Instrumentos de tortura?... o peor aún ¿material para chantajearla?
Era la primera vez que estaba en una situación de este tipo en toda su vida. Daphne estaba acostumbrada a ser el depredador, no la presa. Por eso mismo ella no pudo mantener la suficiente tranquilidad para que su Oclumancia no menguara, poniéndola lo suficientemente nerviosa como para cerrar los ojos y resignada a esperar a que el tormento comenzará.
[CLAK! PSSSSSSTT!]
Daphne abrió los ojos, ¿Ese sonido? Acaso el...
—Ahhh tenía mucha sed —canto alegre Harry después de haberle dado un largo trago a una lata de Pepsi que llevaba en su mano derecha. En su otra mano había un sándwich de albóndigas envuelto en una servilleta blanca—. Llevo un buen rato sin probar bocado y todo este lío no hizo más que abrir mi apetito —dándole una mordida a su sándwich—. Como dije esto puede durar mucho tiempo así que traje algo de comer —dijo hablando con la boca llena.
Daphne abrió ligeramente la boca al ver al chico comiendo. ¿Qué clase de burla era esta?
El joven hechicero de repente parecía que le haría algo despreciable y ruin, lo suficiente para avergonzarla así misma por haber cedido al pánico. Y todo para que terminara comportándose como un imbécil cualquiera ¿Acaso tenía una enfermedad mental que le había ocasionado un retraso?
Esa si sería una buena explicación para su comportamiento tan lerdo, pensó Daphne, sobre todo por la manera tan inculta de comer que estaba teniendo, ¿acaso no conocía los modales básicos como mantener la boca cerrada mientras masticaba?, ¡Pobre ser desgraciado! Ella sentiría lástima si no se sintiera tan repugnada por su presencia.
—¿Gustas? —pregunto Harry con la boca llena, acercando el sándwich a la boca de Daphne.
—¡Aleja esa cosa horrorosa de mí, o veras! —gruño apartando su rostro hacia un lado con suficiente rapidez como si le hubieran acercado algo maloliente—. Mi exquisito paladar no está hecho para comer esta clase de comida de campesino —dijo genuinamente asqueada tanto por los modales como por la comida.
—Oh pues discuuuuulpeme princesa —espetó Harry indignado alejando su sándwich y dándole otra mordida—. De haber sabido que tendría su compañía hubiera traído otra cosa —replicó Harry dándole otra mordida a su sándwich.
—Claro, la siguiente vez que me secuestres podrías preparar un corte fino de res porterhouse con mantequilla de vino tinto, verduras salteadas y una copa de vino de sauco —replicó con evidente sarcasmo dándole una mirada sucia al sándwich—. Si vas a tratar de tener una chica de mi categoría como invitada por lo menos ten la decencia de tener comida adecuada para su buen paladar —sugirió aún con un gesto de asco por los sucios modales para comer que Harry tenía— ¿Enserio tienes que comer como un sucio cerdo?
—La verdad es que no, pero me es igual en estos momentos —siguió hablando con la boca llena de comida; y con un último y grande bocado terminó su emparedado tirando la basura al suelo. Después le dio un largo trago a su soda hasta terminarla para dar un grosero eructo.
—¡Cerdo!
—¡A qué bien me siento! —chilló Harry con rostro complacido pasando una mano por su estómago—. Sabes esta es una gran oportunidad para soltarse un poquitín. Créeme que ha sido un fastidio estar usando esta tonta máscara todo este tiempo —le dijo dando, Harry arrojó la lata a la oscuridad provocando un resonante eco.
Asqueada aún más que nunca por el chico frente a ella, Daphne no pudo evitar notar el mensaje críptico en sus palabras.
¿Soltarse? ¿Máscara? ¿A qué se refería?
En otros tiempos esas palabras habrían despertado su más grande curiosidad motivándola a averiguar lo que más pudiera sobre ello y tratar de explotarlo en su beneficio. Pero en estos momentos estaba tan cansada de este molesto circo en el que la habían atrapado que no le interesaba saber el significado de esas palabras. Lo único que Daphne deseaba fervientemente en estos momentos era terminar con esta comedia; regresar a las mazmorras, específicamente a su agradable cama, dormir y al despertar crear una creíble cuartada que no la involucre en el asesinato de Harry Potter.
—Escucha repugnante excremento de doxy —volvió a hablar, nuevamente con voz calmada, haciendo un gran esfuerzo para contener su temperamento y no insultar al chico—. Has llevado tu broma demasiado lejos, porque eso es esto; una broma de mal gusto que te ha metido hasta el cuello en problemas. Pero sobreestimando tu capacidad mental confío en que ambos podemos ser gente razonable —le dijo lentamente mirándolo directamente a los ojos mientras ambos seguían sentados, uno frente al otro—. Si me liberas ahora y juras completa obediencia a mí y a mi causa, no presentaré ningún cargo en tu contra ante el Wizengamot y olvidaremos esto como un mal recuerdo.
—Y quien dice que no existen buenas propuestas —dijo con ironía Harry levantando una ceja—. Pero quizás deberíamos discutir un poco sobre mis opciones si no es mucha molestia. Como por ejemplo yo no veo el beneficio de jurar completa obediencia a ti.
—El beneficio está en que no pasarás tu miserable vida recluido en una celda en Azkaban —soltó—. Comprendo que solo eres un inocente ignorante de nuestras costumbres y códigos, un inculto que no llega a comprender cómo se maneja nuestro mundo y lo mal que ha estado actuando con sus semejantes. Así que si dejamos esta patética situación atrás prometo que no pondré mi espada sobre tu inmundo cuello. Claro, mientras te des prisa y me liberes —dijo Daphne con una mueca llena de presunción—. Además, ¿no me has visto? —le susurro pestañeando coquetamente—. Sé que eres como los demás varones. No puedes evitar que tus ojos recorran mi cuerpo con deseo. ¿No quisieras estar conmigo siempre? —le pregunto sugestivamente con una sonrisa seductora—. Pero para tu mala fortuna solo en tus más grandes y alocados sueños serías digno de mí, no tienes nada que ofrecer que te pueda permitir estar con una mujer de mi estatus —dándole una mirada despectiva—. Así que porque no conformarte con ser mi lacayo, así podrías estar cerca de mí. Y yo podría darte una vida lujosa, algo que solamente una heredera de una antigua y noble casa como yo podría ofrecerle a un miserable campesino como tú.
Aunque el plan inicial era hacer a Harry Potter su esposo trofeo, en este punto y después de este trato hacia su persona había decidido que no podía darle algo tan valioso como su mano a un patán como él, no lo merecía.
Así que, aprovechándose de su completo desconocimiento de su estatus político, se encargaría de conducirlo a un juramento inquebrantable para que él se convirtiera en su propiedad, su juguete y jamás escapará de ella.
Su mente ya estaba tramando sin fin de planes para hacer que esta afrenta no quedará impune. Lo haría pagar esta humillación haciéndolo vivir un infierno hasta que solo quede un ser roto y deplorable que haría cualquier cosa por la atención de su ama. No descansaría hasta verlo lamer sus pies día tras día hasta que se canse de él o deje de servirle para sus planes.
Para Daphne, ese sucio mestizo no merecía más que el trato de un perro, de un esclavo lastimero.
—No suena mal —dijo Potter distante estirándose cómodamente en su silla mientras levantaba la vista a lo que se suponía debía estar el techo—. Formar parte de una casa antigua y noble suena algo genial —su voz sonaba vacía, como si cualquier tipo de emoción hubiera sido quitada de un segundo a otro.
Ninguno dijo nada por bastantes segundos; y cuando Daphne estaba lista para volver a las amenazas e insultos victorianos, Harry volvió a mirarla; pero ya no era el mismo rostro tonto y distraído de hace un minuto, no, este era un rostro malicioso que se reflejaba en una sonrisa oscura y ojos verdes brillantes.
—Lastima para ti que yo ya soy uno —sus ojos se contrajeron y su sonrisa se acrecentó—. El heredero de la «Antigua y Noble Casa de los Potter».
La boca de Daphne se abrió ligeramente, sin entender qué estaba pasando, lo único que sabía eran los peligros que había ocultos en esos ojos verdes. Eran los mismos que ella vio el día de ayer en la selección de campeones, aquellos que él tenía cuando entró a la antecámara del Gran Salón y la habían traído a ese lugar. como una polilla a una lampara de luz.
No había sido un error óptico, o cosas de su imaginación, esos ojos hipnóticos eran reales y estaban presentes mirándola con presunción.
Serenando su temple un poco ante tan distópica situación, la mente de Daphne registró las últimas palabras pronunciadas por Harry, haciéndola sudar frío.
—¿Cómo se sobre la condición de mi casa ante la sociedad cuando aparentó ser un ignorante? —terminó Harry sabiendo que esa era la pregunta que se estaba formulando en la mente de Daphne.
Él se levantó tomando con su mano la mochila a sus pies y la arrojó hacia un lado, provocando el sonido de chapoteo, como si hubiera caído en una gran fuente de agua.
—Tú siempre has sabido sobre tu condición de heredero y tú lugar en nuestra sociedad, verdad —dijo Daphne lentamente aún sorprendida por el cambio de actitud del chico en solo segundos.
—Diste en el clavo, princesa —rio Harry secamente mientras se daba la vuelta y pateó la silla donde antes había estado sentado, la cual se rompió en varias partes— ¿Creías que me tragaría tus ridículas amenazas y dejar que te aprovecharas de mí? —gruñó volviendo su mirada a Daphne— Vamos Greengrass, había escuchado que eras lista; no tanto como Davis, pero eras astuta, ¿no estabas en Slytherin por algo? —se burló con saña apretando una de sus mejillas. Debido al impacto de esta revelación, Daphne ni siquiera hizo algo para mostrar su molestia por semejante burla— Si me voy a atrever a secuestrar a una heredera sangre pura, debo saber si me metería en problemas, algo que por suerte no sucederá ya que mi nombre tiene más peso que todo tu clan.
—¡Con que descaro te atreves a afirmar algo así, escarabajo estercolero! —explotó ella apretando los dientes, lo suficientemente molesta como para enseñar su perfecta dentadura blanca—. ¿Sabes lo poderosa que es mi familia? ¿El capital con el que contamos?
—Oh princesa, lo sé todo —exclamó Harry con una mueca de burla señalándole con el índice—. Se todo lo que hay que saber sobre tu familia y sobre todo el poderoso Gremio de Exportación Internacional Greengrass, un conglomerado que domina el mundo de la exportación sin ningún digno rival ¿verdad? —se paseó de un lado a otro mientras seguía con su monólogo.
—Bien has hecho tu tarea Potter, ¿cuánto le tomó a tu burda mente comprender semejante verdad a la cual el resto del mundo que visita el callejón Diagon lo pudo deducir? ¿4 años?
Y es que era verdad, la mayoría de negocios en el callejón Diagon y Hogsmeade debían sus productos al Gremio de Exportación Greengrass quien tenía mano en gran parte de los productos que llegaban a Gran Bretaña. Su padre había obligado a cada local con el que tenía convenio a poner un cartel dando a conocer el nombre de su empresa familiar.
—Dame crédito nena, no hablo de lo obvio.
—No soy tu «nena» y si vuelves a decirme de esa manera me aseguraré de no descansar hasta arrancarte los ojos y dárselo de comer a los cuervos —explotó furiosa de la naturalidad que el tonto creía sentir hacia con ella.
—Tenemos a una peleadora en escena —río Harry sin intimidarse—. Pero bueno, iré al grano. Me refiero al hecho de que tu padre hizo un negocio bastante redituable con la ahora consolidada Compañía de Pociones Linfred of S.¿no?
—Nuevamente diciendo lo obvio. Todo el mundo sabe eso, patán.
—Ah, pero no todo el mundo sabe quiénes están a cargo de ellos ¿verdad? —contraataco—. Pero yo sí lo sé y me atrevo a afirmar que tengo cierta injerencia en las decisiones de esa compañía. Lo suficiente para arruinar a tu familia si me da la gana.
—¡Mientes! —gruño.
La compañía de pociones Linfred of S. Inc de la que Harry hablaba había surgido de la nada en otoño de 1991 siendo una empresa perteneciente a un poderoso conglomerado de empresas conocido como H&I Limited quienes absorbieron otras empresas al punto de la quiebra y formando un grupo poderoso se habían hecho dueño de la propiedad intelectual de muchas cosas, incluyendo famosas pociones como la poción crece-huesos y la poción pimentónica, entre otras. Cualquier boticario que quisiera tener en sus manos los mejores productos o las mejores pociones sin necesidad de crearlos ellos mismos, debía hacer los pedidos directamente al Gremio Greengrass, la cual se había beneficiado por ser el único distribuidor de la compañía que se estaba haciendo un nombre por su alta calidad de productos.
Ambas empresas habían invertido un gran capital en este proyecto conjunto, lo suficiente como para saber que era verdad que esa empresa podría arruinar a la de su familia.
Obviamente debía ser una mentira la que Harry Potter intentaba venderle. Ni siquiera su padre conocía la identidad o identidades de los dueños de ese conglomerado y Cyrus Greengrass era su mayor socio. Es más, ni la misma Morgan Davis, la madre de Tracey, quien trabajaba para ellos tenía conocimiento sobre sus empleadores y ella era un miembro importante del equipo. Incluso se sabía que todos los empleados habían firmado un contrato laboral de confidencialidad si por alguna razón ellos lograban enterarse, algo que muchos podrían haber discutido pero debido a que la paga era bastante generosa sabían que no necesitaban preocuparse por responder a esa pregunta.
—Ya basta de tonterías sin sentido Potter y deja de alargar el martirio que es estar en tu desagradable presencia —chilló—. Es claro que no conoces quienes están a cargo. Que va a saber un mono inculto como tu sobre el arte de la economía.
—He de admitir que no mucho, pero se lo suficiente para decir que deberías cuidar tu tono conmigo —dijo Harry con molestia cruzándose de brazos—. Al final de cuentas soy el dueño de Linfred of S Inc.
Daphne bufó sonoramente.
—Absurdo —escupió escéptica. ¿Quién se creía este patán para decir semejante mentira esperando que ella le creyera?
Harry simplemente sonrió aún más.
—No miento. Linfred de Stinchcombe, de donde viene el nombre de la compañía, es mi ancestro. Es el patriarca fundador de la familia Potter. Fue un maestro pocionero e inventor el cual creó una serie de pociones medicinales en el siglo XII más o menos —explico con calma ante la mirada seria de Daphne— H&I Limited,que no está de más decir que también me pertenece, viene del nombre del hijo de Linfred, Hardwin Potter y de la mujer con la que se casó, Iolanthe Pe... —entonces se cayó y le dio una mirada de sospecha de Daphne—. Bueno, no necesitas saber eso —sonrió—. Puede que te niegues a aceptarlo, pero creo que más o menos sabes que mi familia ha estado muy involucrada en el asunto de las pociones ¿verdad?
—Por supuesto —gruñó Daphne como si la pregunta ofendiera.
Aún si desconoce la veracidad sobre el tal Linfred de Stinchcombe como el fundador, Daphne se enorgullecía de conocer todo lo posible de las 12 grandes casas fundadoras del Wizengamot y la sociedad mágica de Gran Bretaña; y eso incluía saber algo sobre los Potter, algo complicado ya que si algo caracterizaba a esa familia era mantener su casa y la vida de sus miembros en el más alto secretismo y fuera de la opinión pública. Incluso hubo un gran periodo de tiempo en que el mundo mágico solo se enteraba del nacimiento de un nuevo Potter cuando este tenía la edad suficiente para asistir a Hogwarts y cruzaba sus puertas.
—Sé que tu familia ha dado a grandes maestros de pociones. Lástima que tu seas una miserable mancha en su estirpe siendo un inútil cavernícola que solo es bueno para pasarla en el aire con una escoba —masculló despreciativa dándole una mirada sucia al joven mago.
Aunque si Daphne era honesta, no podía negar que encontró fascinante e inspiradora la historia del abuelo de Harry Potter: Fleamont Potter. Un hombre que podía respetar como un verdadero visionario en las inversiones.
Ella admiraba su inteligencia para cuadruplicar la fortuna de los Potter con la creación de una sola poción: la poción alisadora de pelo, Sleekeazy.
Para una gran mente comercial como la de Daphne, el trabajo del último Lord Potter era de elogio. Y más cuando decidió que el retiro había llegado y vendió la compañía, obteniendo aún más ganancia para la familia.
Pero eso jamás saldría de su boca. No le daría al advenedizo nieto del hombre que admiraba la satisfacción de sentirse importante ante ella. Sobre todo, cuando afirmaba tonterías de haber creado la empresa que estaba controlando el mercado de pociones y más.
Sonaba tan absurdo. Potter nunca había demostrado la capacidad mental para...
—"Yo Cyrus Armand Greengrass, regente actual de la Casa Antigua y Noble de los Greengrass —comenzó mientras sacaba un papel de entre su túnica y lo leía con voz solemne—, hago constar en este documento mi completa participación en la unión entre el Gremio de Exportación Greengrass, empresa que lideró y la Conglomerado de empresas H&I Limited, buscando un crecimiento mutuo y bla bla bla" —relató socarronamente leyendo un papel frente a la Slytherin quien se quedó en silencio, horrorizada—. Muchas palabras rebuscadas, pero dime Greengrass, ¿reconoces esta firma? —señalando en el papel.
Daphne abrió la boca horrorizada.
Ella conocía perfectamente cómo lucían los contratos mágicos. Había crecido rodeada de ellos desde que tenía uso de razón y lo que tenía enfrente era un verdadero contrato con la firma de su padre.
—¿Cómo es que tienes ese contrato en tus despreciables manos Potter? —exigió totalmente aturdida.
—¿Cómo crees, princesa? Es mi copia del contrato —aclaró Harry con una mirada superior—. Te dije que yo soy el dueño de H&I Limited, que es dueño de Linfred of S Inc.
—Pero eso es mentira. Tú no puedes ser el dueño de esa compañía —dijo Daphne completamente renuente a creer eso. Ella no iba aceptarlo, el... el... el maldito Potter no podía ser el maldito dueño de la maldita empresa socia de su familia.
—¿Por qué no puedo serlo? —dijo Harry con un tono engreído—. Tengo el dinero y el nombre de mi familia y del Niño Que Vivió detrás de mí abriéndome muchas puertas. Fue fácil para mi contratar un grupo que se hiciera cargo de crear un conglomerado que me permitiera poner mis "despreciables manos" en muchas cosas y sin que nadie se enterara —moviendo los dedos frente a ella en burla—. Para alguien que no ha tenido ni un centavo en gran parte de su vida, el deseo de poseer grandes cosas en algo común. Y créeme, yo ambiciono tener muchas cosas. Por eso el sombrero me quiso poner en Slytherin.
—Pero eso debe ser imposible. Si eso es verdad entonces tu...
Daphne se sentía mal, muy mal. Incluso la mención de que Harry Potter podría haber pertenecido a la casa de Slytherin no llegó a cuajar en su mente cuando la verdad golpeó fuerte su realidad.
—Yo tengo en mis manos la llave que podría ocasionar la caída de tu familia —dijo Harry levantando el contrato en el aire, fingiendo leerlo detenidamente—. Porque como probablemente sepas en este contrato tengo algunas cláusulas que me dan el derecho de retirarme de esta productiva alianza alegando que preferiría trasladar mis negocios a un nuevo distribuidor "más confiable".
—¡No te atreverías! —acusó mortificada—. Arruinarías no solo mi familia, sino que tu fortuna tendría también pérdidas significativas.
—El dinero que yo perdería fácilmente podría recuperarlo en un año —recalcó—. Para un conglomerado como el que poseo cuantos crees que me tome tener un propio gremio de exportación —entonces su sonrisa se volvió fría y maliciosa—. Incluso podría comprar la empresa de tu familia. Claro, después de que la arruine.
Nuevamente la sensación de frío se apoderó en su mente al ver la cara déspota del chico frente a ella. No pudo evitar comparar la situación con algo que ella misma haría, humillar a la persona poniendo su poder y su prestigio más alto frente a ella.
—Bien, ¿Cuál es tu precio para zanjar este problema? —exclamó Daphne con el ceño fruncido— Todo el mundo tiene un precio, dime el tuyo. Al final, desde que el hombre es hombre el oro ha sido su mayor motivación, el oro compra todo —sonrió perversamente—. Hasta la integridad de cualquier persona.
—¿Realmente crees que esto solo se arregla con dinero? —cuestiono— Lo que quiero es que sepas que estas en mis manos Greengrass —susurro Harry poniéndose al nivel de los ojos de Daphne. Por unos instantes Daphne creyó haber visto en los ojos del chico de cabello negro un resplandor mágico y extraño—. Podría quitarte todo en un santiamén, tu estatus, tu nombre... incluso a la única persona que pareces tolerar: Tracey Davis.
Daphne se tensó un poco, pero siguió mirando a Harry con el ceño fruncido y los labios apretados.
—Veras Greengrass, ambos padres Davis están en mi nómina. Robert es un investigador mágico al cual H&I Limited le ha dado los suficientes fondos para seguir con el que parece ser un gran estudio que podría cambiar el mundo mágico. Mientras Morgan es mi mejor empleada en Linfred of S Inc. —dijo con una sonrisa mientras tomaba un mechón de su cabello. Daphne no dijo nada ante esta acción, simplemente se dignó a verlo hacer su monólogo— Como los jefes amorosos que somos, la hemos consentido con cada cosa que ella nos ha solicitado, como por ejemplo tener a la mejor mano derecha en la actualidad. La naciente promesa de las pociones: Penny Haywood.
El ambiente se había vuelto sumamente frío de un momento a otro, y no era solo por la temperatura del lugar.
—¿Crees que Davis seguirá a tu lado como un perrito faldero cuando se entere que soy yo el que le devolvió el prestigio a su madre que perdió hace años, aquel que hará que su padre logre el sueño de toda su vida? ¿Acaso la lealtad de Tracey es mayor a su ambición cuando vea que de mi lado tendrá todo lo que siempre ha soñado? —le dijo con una mirada penetrante, aun con uno de los mechones de Daphne en su mano—. Porque admitámoslo, al igual que tu yo también sé que ella algún día superara a su madre como la mejor pocionera de la era moderna. Yo puedo ofrecerle lo mismo o más de lo que tu le has prometido y sin tener que obligarla a hincarse ante mí como una sirvienta o dama de compañía como tú lo has hecho.
Daphne frunció los labios, mirando con odio a Harry.
Sabía que Tracey la amaba como nadie en este mundo y fácilmente podría afirmar que ella se iría al mismo infierno si eso significaba estar a su lado. Pero, también conocía el otro lado de Tracey que nadie más tenía la desdicha de conocer. Aquel lado que una vez la vio hacer algo tan ruin que incluso ella tuvo escalofríos. Y si era sincera, Daphne temía que ese mismo lado fuera el que le diera la espalda alguna vez.
Así que no, no podía afirmar que Tracey no dudaría en darle la espalda.
Esta situación se le había salido de las manos, no podía negarlo. El infame Harry Potter se había negado a someterse a su voluntad y sorprendentemente había logrado ponerla contra las cuerdas. Por primera vez, desde que su padre le negó un dragón mascota cuando tenía cuatro años, alguien se había negado a sus demandas, dando un argumento lo suficientemente poderoso como para tenerla entre la espada y la pared.
Realmente el Niño Que Vivió no era lo que ella hubiera esperado, ni siquiera la idea de verse vencida por el ignorante Chico de Oro había cruzado en su mente. Y ante este inesperado golpe de realidad, Daphne Greengrass solamente pudo hacer una sola cosa: reír divertida por haber tenido una buena competencia de ingenio que incluso llegó a ponerla nerviosa y preocupada.
Por su parte la sonrisa de victoria de Harry comenzó a transformarse en una mueca confundida. Esa no era la reacción que él hubiera esperado. Hubiera entendido si ella comenzaba a maldecir, a gritar, incluso si se hubiera largado a llorar y suplicar, pero ¿reír? ¿acaso había perdido la razón?
Daphne reía maravillada de lo interesante que se había vuelto aquel chico que ella misma había asumido como un bruto sin remedio. Después de semejante entretenimiento, Harry Potter se había reivindicado en su opinión, lo suficiente para tener buena parte de su respeto y animándola a seguir con su plan original con nuevos ímpetus. No iba a dejar ir este diamante en bruto por nada en el mundo.
Después de casi medio minuto de risas melodiosas que inundaron el lugar, Daphne se tranquilizó y miró sonriente a Harry.
—Bien jugado Potter, lo reconozco —felicitó Daphne mirándolo divertida—. Admiro el mérito de lucrar con la debilidad de tu oponente. Me has puesto en una situación desventajosa y la has explotado a lo máximo posible dejándome en una posición donde debo aceptar todo lo que me órdenes.
Harry parpadeo ante las palabras de la chica sin saber que decir. Se suponía que el estaba a cargo de la situación, pero ella no parecía importarle lo que el había dicho minutos antes. Esto no le gustaba para nada.
—O eso es lo que creías que iba a pasar ¿no? —le pregunto regodeándose de verlo tan confundido—. Es tan lindo que tuvieras la confianza suficiente para intentar superarme y verme humillada, pero por muy astuto creas ser o que tan elaborado haya sido este plan tuyo, no te olvides que yo soy Daphne Greengrass, he manipulado y aprendido a hacer tramas muchísimo antes de que tu descubrieras que podías usar magia.
Los ojos de Daphne se tornaron afilados, llenos de astucia.
—¿Crees que vas a salir bien librado de mantenerme retenida solo por ser Harry Potter? —le pregunto sin realmente darle la oportunidad de responder— Al día de hoy tu nombre no está en buena gracia de la sociedad mágica, si contamos todos los años en que tus acciones han desairado y ofendido a todo aquel que trato de acercarse a ti con intenciones de entablar una relación como dictan las normas sangre pura. Si a eso sumamos lo que has hecho en este colegio. Hay mucho rumores de que asesinaste a un docente, también estuviste involucrado en los eventos del segundo año siendo tu un hablante de parsel confirmado, y no conforme con ello, te atreviste a secuestrar a una heredera sangre pura.
La garganta de Harry se cerró. Subestimo a la chica, no había duda de ello. Ella no era como el resto de débiles a los que él había intimidado en casa. Fue un tonto al haber creído que podía quebrarla con amenazas a lo que el sabia, era lo mas valioso para la joven bruja.
—Esta maldita es mas peligrosa de lo que contemple —pensó sintiendo el sudor caer por su frente.
—Podrás amenazar lo que quieras, pero ambos sabemos que este plan tan improvisado no avanzará mucho porque al final del día mi padre, Merlín lo bendiga, es un hombre que no descansará hasta hacer pagar al culpable de la desaparición de su "princesita", y mis amigos relacionarán mi notoria desaparición contigo, al final de cuentas desaparecí buscándote —explico con una sonrisa enfermiza— Así que serás el primer sospechoso y mi padre presionara en los sitios adecuados para hacer una investigación contra tu nombre. ¿Crees poder ocultar la verdad cuando el veritaserum recorra tu garganta como agua? —dijo despiadadamente haciendo que Harry mostrara una fea mueca— Honestamente no puedo esperar para ver cómo la prensa arrastra por el fango tu nombre, a ellos les encanta difamar como si no hubiera mañana.
Ella tenía razón en eso, esto no terminaría bien para él si Daphne no era devuelta pronto. Pero aún quedaba una opción, los encantos de memoria. Lamentablemente no podía hacer algo así con su habilidad actual.
—Se lo que piensas Potter —dijo de repente Daphne sin despegar sus vibrantes azules de los verdes de Harry—. Encantos de memoria. Pero, ¿recuerdas que fui la segunda después de ti en resistir la maldición imperius? —recordó—. Podrías intentarlo por horas, haciendo que la preocupación de mis compañeros aumente más y más, ¿Cuánto crees que mi linda Tracey soportara sin mi digna presencia antes de que vaya a Dumbledore o Snape y recorran el colegio buscándome?
Daphne sabía que esto solo era una amenaza de dientes para afuera. Era consciente que Dumbledore barrería esto bajo la alfombra tratando de aparentar que nada estaba fuera de su control, sobre todo con los colegios extranjeros de visita. Este tipo de casos donde se ocultaba los acontecimientos que dañan la reputación de Hogwarts había sucedido frecuentemente desde que ella pisó el colegio. Curiosamente todos esos casos tenían en el centro al chico frente a ella.
—Así que ahora que sabemos que estamos en un empate técnico, ¿por qué no hacer una tregua? —ofreció mirando detenidamente el rostro de Harry, esperando una reacción que le dijera que lo tenía envuelto en su trama—. Dejamos las cosas como están. Mencionaste que quería saber porque te seguí ¿no? —pregunto tentativamente y al no ver reacción decidió continuar—. La verdad es que te estaba buscando para ofrecerte un trato.
—¿Un trato? —repitió Harry perdiendo toda tensión en su rostro y mirando a Daphne con un semblante genuinamente confundido— ¿Por qué y para qué? —cuestionó con suspicacia.
La chica murmuró algo inaudible por un par de instantes antes de comenzar a hablar.
—Después de las reacciones del resto de nuestros compañeros me di cuenta que sería oportuno para ti brindarte la mano en señal de ayuda. Al fin y al cabo, estás solo enfrentándote a algo que te superará si no sabes cómo lidiar con ello —hizo una mueca burlesca—. Weasley y Granger te abandonaron ¿no?, necesitas gente que esté a tu lado y te ayude a sobrevivir. Así que me tomé la molestia de acercarme a ti y así poder llegar a un tipo de acuerdo que beneficiará a ambos.
—Un acuerdo que beneficiará a ambos ¿eh? —repitió sonriendo de lado—. Una forma linda de decir que pensabas manipularme. Se honesta o ahorrate tus palabras Greengrass —ladró Harry molesto.
—¿Y qué?, soy Slytherin y debo ir por los beneficios cuando los veo —se defendió sin siquiera molestarse en ocultar sus intenciones. Que le importaba lo que él opinara sobre ella.
—Bien... no voy a tomar eso como un elogio hacia ti —dijo Harry sinceramente—. Entonces la verdad del porqué pasar todo el día de un lado a otro buscándome es...
Daphne suspiro y miró fijamente a Harry al rostro.
—Bien si quieres que sea honesta lo seré. La principal razón por la que quería hacer una asociación contigo era aprovechar todo el poder que posees y parece que no explotas. Teniendo de mi lado el nombre y poder de los Potter podría ganar posición en Slytherin y en Hogwarts. A cambio, tendrás mi ayuda para convertirte en una verdadera persona influyente digna de alguien de tu estación, aquel que podría conseguirme una vida de lujos y prestigio —dijo calmadamente—. Y la forma en que lo haría era darte la bendición de convertirte en mi novio, más específicamente mi prometido. Siéntete honrado Potter, Daphne Greengrass te ha escogido como el hombre que será su compañero de vida.
Harry miró completamente conmocionado a Daphne, abriendo y cerrando la boca sin emitir ningún sonido. Daphne se regodeo de que por fin había logrado poner a Harry Potter en shock, una victoria que, si bien no significaba mucho, le venía bien para su orgullo algo herido.
—¿Tú prometido? —repitió Harry cuando por fin pudo recuperar la capacidad de habla— Espera un minuto, ¿te gusto o algo asi?
Sin poder evitarlo Daphne comenzó a reír nuevamente, haciendo que Harry se volviera aún más confuso sobre qué estaba pasando, sin evitarse notar que la risa de la chica era tan melodiosa que no parecía natural.
—Eres tan tonto que podría resultar enternecedor —le dijo Daphne divertida—. No te confundas. Si hago esto es solo por los beneficios y el poder, no es por razones tontas como el amor. El amor es una debilidad que entorpece la ambición y yo no tengo tiempo para eso. Yo estoy destinada a la grandeza.
Harry frunció el ceño y se acercó a ella.
—Para hacer una proposición de esa magnitud lo pintas como algo tan desagradable. ¿Por qué quisiera tener en mi vida una mujer sin chispa y vacía que más parece va a congelar mi cama y gastarse mi fortuna? —luego hizo una mueca— Algunos todavía creemos en el amor y los cuentos con finales felices, Greengrass.
—Puedes llamarme Daphne. Al final estamos en una negociación de igual a igual —ofreció—. Y aunque puedas creer que ese ruin sentimiento te traerá la felicidad dejame decirte que no lo hace. Esos sentimientos te engañan, nublan tu juicio y te hacen cometer tonterías que podrían arruinar tu vida y todo lo que has construido —declaró con una pasión que realmente venía de su corazón—. No necesitamos sentimientos estorbosos entre nosotros para pasarla realmente bien, Harry. Podríamos tener una relación de mutua tolerancia.
El ceño de Harry se frunció aún más por semejante proposición.
—Puedes tener tantas amantes como quieras, mientras ellas no pongan sus repugnantes cuerpos en nuestra cama matrimonial claro está. Incluso te dejaré tener a la san... a tu amiga Granger —se corrigió con veneno en su voz—. Parece ser que tú y ella son muy cercanos y no me gustaría romper esa hermosa relación —dijo con sorna—. Puedes "amarla" tanto como quieras mientras ella sepa que siempre seré yo la señora de tu vida.
—Realmente tengo tantos deseos de pegarte un puñetazo —gruño Harry fríamente.
—Oh, y yo que soy tan considerada contigo —lloró fingidamente Daphne—. Te estoy ofreciendo el sueño de todo hombre en este mundo. Solamente quiero a cambio un heredero de parte de mi esposo trofeo y gastar todo tu dinero cuando lo desee —sonrió—. Ganar, ganar «querido».
Harry bufó y se acercó a ella.
—No me veo ganando nada «querida» —repitió con ironía—. Nuevamente repito ¿por qué aceptarte?
—No me has visto —dijo simplemente.
—Oh eres hermosa, pero yo soy de los que cree que lo que importa es el interior. Y dentro de ti hay una roca donde debería estar tu corazón.
—Vaya, gracias. Me alegra que sepas entenderme —se burló.
Harry no pudo evitar que las comisuras de sus labios se elevarán en una sonrisa de lado.
—Entiéndelo Potter... Harry —volvió a corregirse la chica clavando sus ojos en Harry—. Tienes prestigio, tienes el poder, yo sé cómo sacarle el mayor provecho —su ambición nuevamente había hecho gala, mostrando una sorprendente convicción para una chica que en estos momentos se encontraba sometida con cuerdas—. Yo tengo los conocimientos para ayudarte a llegar a la cima, los contactos. Ya no tendrás que esconderte de nadie, no tendrás que esperar a que un equipo de trabajo te de ideas por correo o cualquier otro tipo de comunicación mágica uses para tus planes —y sonriendo altaneramente le dijo—. Por lo que sabes en tus investigaciones sobre mí y mi familia, yo he participado en muchas ocasiones como negociante no solo del Gremio Greengrass, sino en nombre del comercio del mundo mágico.
Harry gruñó y desvió la mirada sabiendo que no podía debatir algo contra eso, ella estaba diciendo la verdad.
Daphne Greengrass no era solo una cara bonita. Quizás no destacaba en el ámbito académico como su mejor amiga, pero era una prodigio de alto calibre con múltiples talentos.
Ella había conseguido 3 campeonatos nacionales de equitación de Granian desde los 7 años; innumerables reconocimientos internacionales de piano y violín desde los 4. Sabía hablar 7 idiomas. Y lo más importante, tenía altas aptitudes como negociante y gestora mercantil, siendo su mayor logro conseguido a la corta edad de 12 años, donde obtuvo el reconocimiento de la Compañía Mágica Británica de Comercio de las Indias Orientales por ser la mente maestra detrás de las negociaciones para la exportación de hierbas exóticas desde Tailandia, un acuerdo que en más de 100 años se había visto obstruido por diversas causas.
—Ahora te pregunto, ¿crees que tener a alguien así de tu lado es poca cosa? —ladeando un poco la cabeza a un lado—. Es admirable lo que has hecho con H&I Limited por tu cuenta, construiste un buen negocio familiar que podría aplaudirte si bueno... no tuviera las manos obstruidas —dijo con cinismo moviendo los brazos entre sus amarres—. Pero en estos momentos ya he ideado más de 5 planes funcionales para llevar tu emprendimiento de un simple conglomerado exitoso a un gran imperio mercantil, claro usando al Gremio Greengrass como caballo de batalla.
—Estás pintando cosas muy geniales nuevamente, pero no crees que estás llevando tus planes muy lejos en el futuro —le pregunto con una sonrisa y arqueando una ceja.
—Los mejores resultados son los que se comienzan con mayor tiempo de antelación —contestó encogiéndose de hombros—. Pero si quieres vivir en una burbuja más pequeña como el colegio, te puedo asegurar que aquí también tendrás grandes cosas y obtendrás buenos beneficios. Y claro, mis amigos estarán más que dispuestos a seguirnos si yo se los ordeno.
—¿Y porque quisiera tener a tus tontos amigos siguiéndome?
—Porque te conviene, aun si eres demasiado bobo para entenderlo—contestó Daphne deleitándose del rostro molesto de Harry después de su mordaz respuesta—. Tenemos a dos miembros de casas nobles, además de un miembro de la Casa Antigua y Noble.
—¿Theodore Nott? —cuestiono sin parecer del todo convencido— ¿El hijo de un mortifago?
—Theodore Nott es más allá de la desafortunada decisión que tomó su padre años atrás. Él es un tipo astuto y bastante influyente, además de ser un buen emprendedor e inversionista. No está a mi nivel, pero prácticamente tiene cierto control del dinero que se mueve por Hogwarts. Todo de forma ilícita claro está.
—Lo tienes en alto estima ¿eh? ¿Estoy detectando una bella historia de amor entre ambos? —dijo en broma Harry.
El rostro de Daphne se arrugó con molestia.
—¡Qué imagen tan repugnante! —escupió groseramente—. Solo para aclarar, te informo que después de que Tiberius Nott, el padre de Theodore, saliera libre de todo cargo por su participación en el círculo íntimo de Voldemort, necesitaba una buena opinión pública.
Harry abrió los ojos sorprendido y ciertamente complacido de que la chica pudiera decir el nombre del mago oscuro que el resto del mundo tenía miedo de decir. Eso le daba buenos puntos a su caso.
—Así que Tiberius comenzó a hacer migas con mi padre tratando de que la imagen neutral de los Greengrass bajara un poco la mala opinión que su casa había hecho. Theodore Nott y yo prácticamente crecimos juntos, asistiendo a las mismas reuniones, teniendo los mismos tutores y pasando tiempo de recreación en mi casa. Ciertamente podría considerarlo mi primer amigo, pero no lo hago porque para mí es un tonto al cual no soporto.
—Que cruel eres con el pobre de tu mejor amigo —dijo Harry ahogando una risa.
Daphne le dio una mala mirada cruzando los brazos y levantando la nariz.
—Si lo mantengo orbitando a mi alrededor es por los beneficios que ofrece. ¿Has oído sobre el bajo mundo de Hogwarts?
Los ojos de Harry tuvieron un extraño brillo después de esa pregunta.
—Solo rumores —contestó con seriedad— ¿Es real?
—Claro que lo es —le dijo sonriendo. Honestamente no esperaba que el oyera sobre el lado oscuro del colegio, era muy enriquecedor que la siguiera sorprendiendo cada vez más—. Una red de comercio clandestino en el colegio, cualquier cosa del exterior puede ser conseguida de forma rápida por este canal.
—Déjame adivinar, en un castillo lleno de adolescentes hormonales las revistas Play Witch deben ser la sensación.
—Principalmente es algo que los últimos años solicitan mucho. Pero me temo que te decepcionaras al saber que gran parte de la fortuna que hace el bajo mundo de Hogwarts son cosas "menos peligrosas" —contestó—. Cosas como cervezas de mantequilla, dulces de Honeydukes. También cromos rarísimos de las ranas de chocolate para los coleccionistas y algunos artículos de Zonko —dijo divertida— Somos un mundo civilizado Potter, no todo es sexo y drogas como los muggles.
—Pff, mariquitas —replicó Harry chasqueando la lengua—. De dónde yo vengo hubiéramos tomado su "red de tráfico para niños" —dijo haciendo comillas con las manos—. Y lo hubiéramos convertido en una verdadera red de tráfico de cosas ilegales para adolescentes calenturientos. Hogwarts se convertiría en un concierto de Woodstock en un mes.
—Pues si te crees el patronus más brillante del mundo, podrías darle ideas a Nott, quien tiene una pequeña red de contrabando de objetos del exterior. Cualquier cosa que necesites de fuera él podría conseguirlo por un módico precio. También es el que se encarga de las apuestas en todos los eventos deportivos que ocurran dentro o fuera del castillo. Copa de las casas, copa de Quidditch del colegio, la copa nacional y mundial de Quidditch, los torneos de duelos internacionales, todo. Ese tonto incluso saco una pequeña fortuna de un soso juego de ajedrez mágico que gano tu amigo Weasley —rio—. Debo dárselo a Nott. Se ha mantenido fuera del radar de buena manera. Los profesores sospechan, eso es claro; pero jamás han podido tener una pista de quienes están involucrados.
—Sabes, hay algo que me ha estado dando vueltas la cabeza en estos momentos y es el hecho de que esté "bajo mundo" suena tan importante y con tanto potencial —declaró señalando con el dedo a Daphne—. Así que ¿porque no has metido mano allí? —preguntó astutamente Harry con una sonrisa.
Daphne también sonrió, le agradaba él supiera hacer las preguntas correctas.
—Bien pensando Harry —aplaudió—. Es verdad que sería bueno para mí gobernar ese bajo mundo y sacarle el potencial que ambos sabemos puede poseer. Pero es un riesgo para el nombre de mi familia si se me llega a involucrar de alguna manera con cosas clandestinas. El Gremio de Exportación Greengrass debe su prestigio a su intachable sistema de trabajo. Y es mi herencia, no puedo dañarlo ¿verdad? —sacudió su cabello y miró a Harry—. Es por eso que dejó que Nott se haga cargo. Puede ser un cretino, pero tiene las cualidades para sacar provecho, yo simplemente aporto mis conocimientos cuando él los requiere. Así ganó cierta influencia.
—Interesante —dijo simple Harry—. ¿Y el resto de los idiotas con los que te juntas?
—Zabini tiene aptitudes para recolección de información Tiene una gran labia, lo suficiente para ser considerado amigable y que la gente baje la guardia ante él. Se encarga de recolectar información, él prácticamente puede enterarse de cualquier chisme o información que necesites de Hogwarts más rápido que nadie. Cuenta con una facilidad para pasar desapercibido. Prácticamente puede estar en el centro de una batalla y nadie se daría cuenta de su presencia. Una rata escurridiza si quieres llamarlo así —dijo cruelmente.
Daphne se tomó unos segundos, pensando en lo siguiente que iba a decir. Pero con un rostro resignado continúo después de dar un largo suspiro.
—No tengo porque contarte más de Tracey Davis que ya no sepas. Ella prácticamente se ha presentado tal cual es: un genio —dijo con voz solemne—. Tracey está entre las tres mejores del año, pero a diferencia de Patil y Granger, Tracey es más que inteligencia. Es hábil en Defensa Contra las Artes Oscuras siendo solo superada por ti. En encantamientos es siempre la primera y no creo que olvides el favoritismo que tiene Snape por ella. Es una prodigio de las pociones.
—Interesante —dijo Harry arrastrando las palabras y comenzando a caminar de un lado a otro frente a Daphne, pensando.
—Admítelo Harry, tienes todas las ganar si nos unimos. En Hogwarts serías un rey, tendrías todo a la mano, un paso delante de todos —declaró—. Y allá afuera, con mi ayuda, los ingresos a las arcas de tu familias se multiplicarían rápidamente, te lo aseguro. Podría ser tu consultora financiera y créeme en poco tiempo el oro lloverá sobre ti —dijo mirándolo pasear frente a ella—. Te estoy ofreciendo el trato de tu vida y sería muy tonto si no lo tomas en cuenta y la rechazas.
Bueno hay estaba, ella había lanzado la mejor propuesta de todas y ahora solo quedaba que el decidiera que hacer con ella.
Ciertamente, había mentido en muchas de las cosas que ella había prometido, claro que lo haría inmensamente rico, pero eso solo era para ella aprovechar esa fortuna y gastarlo en cuanto quisiera, pero ¿dejarlo tener tantas amantes como quisiera? ¡Por favor! Tendria suerte de poder divertirse con la servidumbre si ella se encontraba de buenas.
Bueno no importaba, al final de cuentas él jamás aceptaría semejante proposición, él era "San Potter" por algo. Aunque le habría ofrecido el cielo mismo, el chico tenía una moralidad de héroe que le impediría aceptaría un trato con una chica que apenas conocía, que le ofrecía cosas de dudosa moralidad y que claramente estaba intentado manipularlo.
Bueno, aun así, podía salir de esto bien parada. Tendría mucho que explicar a su padre, sobre todo cuando es muy probable que sus finanzas cayeran estrepitosamente.
Solo esperaba lograr encontrar una forma de convencerlo de que la suelte pronto porque tenía ganas de ir al tocador.
—Bien, acepto Greengrass.
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Ж
- CONTINUARÁ -
Ж
Próximo Capítulo:
La Oscuridad Ascendente.
• • •
Palabras: 11,000 aprox.
1° Versión: 6,600 aprox.
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§ DESPUÉS DE LO ESCRITO §
Y termina otro capítulo y como se dieron cuenta aquí ya la historia cambia totalmente a su antecesora. En la primera versión vimos una conversación entre Harry y Daphne donde Harry se vio que tenía todo en control, amenazo a la chica con su serpiente gigante, (hablo del basilisco pervertidos) y luego termino por aceptar la propuesta de iniciar una relación. Aquí las cosas fueron por otro lado, Harry puede haber tenido la ventaja en un punto de la conversación, pero Daphne es una mente astuta sorprendente, fácilmente cambio las tornas a su favor. Crean o no el solo ser Harry Potter no lo excusa de que ha hecho cosas que podrían malinterpretarse y hundirlo más en la opinión publica de lo que ya está. Eso Daphne lo sabe y lo aprovecho en un santiamén.
Pero aún queda ver qué pasa en el final de esta conversación, no teman, que los lectores de el antiguo fic saben que Harry tiene otro lado que puede salir cuando lo presionas de más.
Pero por el momento hay que cuestionarse las razones porque Harry acepto semejante propuesta. Co dije, nos damos cuenta de lo anormal que es este Harry quien parece tener problemas de personalidad (guiño, guiño). Es agradable, luego se enoja, luego se vuelve calculador, y luego ya no sabe que decir ¿Quién demonios es este chico y porque rayos está secuestrando mujeres?
Bueno la respuesta pronto será revelada aún, pero este Harry no es el típico Gryffindor, tampoco el calculador Slytherin que todo tiene fríamente calculado. Es una quimera de muchas emociones y personalidades que le da ese aire de impredecible que se ganara sus corazones... si es que no hace nada malo.
Y quizás algunos ya se dieron cuenta al leerlo o quizás no, pero la historia dejo entre ver que el pasado de Harry es muy distinto a lo que ustedes conocen. Daphne menciono que Harry regreso a casa para navidad en el primer año cuando en el canon de JK Rowling Harry nunca dejo Hogwarts para navidad hasta el quinto año y no fue porque realmente lo hubiera querido. Hay cosas que son muy distintas y que les encantara ir descubriendo... ¿quizás ya se revelo algo en este capitulo sobre eso?, bueno queda en ustedes hacer las teorías.
¿Qué creen que le depare a Harry y Daphne en el próximo capítulo?
¿Fue astuto por parte de Harry aceptar así de rápido?
Y lo más importante:
¿De dónde consigue Harry las Pepsi?
Todas estas preguntas y más serán descubiertas en el próximo capítulo... o quizás no.
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§ AGRADECIMIENTO §
Realmente me disculpo por los retrasos, la verdad mi salud no es la ideal y eso hace que pierda un poco el deseo de escribir, sumando a eso los compromisos de la vida como trabajo y escuela me es difícil tener tiempo para mí. No obstante, sigo con la intención de continuar.
Por favor comenten el capítulo, denle el amor que creen que merece y armen sus teorías de que es lo que esta pasando en esta historia. Porque al parecer aun hay mas misterios que en la historia anterior XD
Nos vemos en la próxima. Cuídense familia.
(Estaba pensando armar una partida de Among Us con los lectores alguna vez, pero soy tímido. Si alguien está interesado avísenme y vemos si armamos algo, quiero conocer mas gente para no sentirme solo :'v )
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