𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓 𝐗𝐈𝐈, harry potter series
tw: mención de violación, autolesión y suicidio
YOU'RE A MONSTER
ariel sad history
durante 1993
Aquella noche se convertiría en una pesadilla permanente para Ariel Collins.
Aún recuerda como él la agarró, la llevó a su habitación a pesar que Ariel gritaba por ayuda, le empezó a quitar la ropa mientras Ariel no paraba de llorar y finalmente la violó. A la mitad Ariel se había quedado sin energías para seguir gritando y llorando.
Ariel volvió a su sala común temblando de pies a cabeza.
Y jamás olvidará el nombre de Abraxas Lestrange, el chico que arruinó su vida.
La mejor y única amiga de Ariel estaba desesperada buscando a su amiga. Le preguntaba a cada persona que veía, pero nadie parecía saber el paradero de su amiga.
Cansada se fue a su sala común, y al entrar vio a Ariel sentada en uno de los sillones, con los puños apretados y con la mirada agachada.
―Ariel ―susurró y se acercó a ella―. ¿Qué... qué pasa?
Y lo vio, Ariel estaba llorando en silencio.
―¿Qué pasa? Puedes contarme... soy tu mejor amiga...
Ariel volteó a mirarla y se lanzó para abrazarla. Isabella correspondió su abrazo y dejó que Ariel llorara en su hombro.
―¿Podemos hablar en privado? ―preguntó Ariel con la voz temblándole.
Isabella asintió con la cabeza y las dos se levantaron para salir de la sala común. Ariel había parado de llorar, pero seguía con expresión de tristeza. Caminaron por un rato hasta que llegaron a la sala secreta que las dos habían descubierto durante su primer año.
―¿Me vas a decir que pasó?
Ariel la miró fijamente y su labio tembló.
―Lestrange... él me...
Ariel se largó a llorar, incapaz de detenerse. Todas las cosas que habían pasado en su vida y lo que había hecho Abraxas con ella... simplemente no quería seguir viva.
―¿Él qué, Ari? ―preguntó Isabella, tomando las dos manos de Ariel.
―Él me violó ―susurró Ariel, pero Isabella lo escuchó perfectamente.
Isabella se quedó muda, solo pudo abrazar a Ariel, susurrándole que con ella iba a estar bien, que con ella nadie podría hacerle daño.
―Estoy aquí para ti, Ariel ―le recordó Isabella.
―¿Puedes prometer algo? ―murmuró Ariel. Isabella asintió―. ¿Puedes prometer no decirle a nadie, menos a los profesores?
Isabella frunció el ceño.
―¿Por qué?
―Solo hazlo... por favor.
Isabella suspiró.
―Bien, no le diré a nadie ―prometió, aunque no estaba muy segura de que iba a cumplir.
Luego de esa charla, Isabella tenía un castigo que cumplir con Snape, así que Ariel se quedó sola en su habitación. Se miró al espejo y se sintió sucia, estúpida. Empezó a llorar. Se acercó a la mesita de noche que estaba junto a su cama y encontró una cuchilla...
No...
¿O sí?
¿Qué era mejor?
Ariel presionó la cuchilla contra su piel y la movió, haciendo un corte. La sangre brotó de la herida. Y se hizo otra herida... y otra... hasta que pensó que era suficiente. Ocultó la cuchilla y se metió al baño para limpiar la sangre seca que había en su brazo.
Ya estando lista, salió de la sala común y se dirigió a la cena.
Como siempre, Ariel e Isabella se sentaron lejos de todos en la casa de Hufflepuff. La cena fue normal, pero Ariel pudo sentir como Abraxas Lestrange la miraba fijamente.
Ya terminada la cena, Ariel se acostó en su cama y se quedó allí sin poder dormir. A la mañana siguiente, todo fue normal. Hasta que, caminando hasta la clase de pociones, Abraxas Lestrange se acercó a ella y puso su mano en el pecho de Ariel.
Por impulso, Ariel empujó a Abraxas y salió corriendo, sin importarle que tenía una clase a la cual asistir.
Llegó a su habitación y agarró su cuchilla, y entró al baño. Abrió la llave de la tina que estaba en el baño y cuando el agua estuvo a la mitad, se metió a ella con ropa y se hizo un corte profundo en ambos brazos.
Y cerró los ojos... para siempre.
Por otro lado, Isabella no encontraba en ninguna parte a Ariel, incluso estaba a punto de decirle a algún profesor. Cuando entró a la habitación y vio que había agua saliendo del baño, entró al baño confundida, pero gritó con horror al ver lo que estaba en la tina.
Era Ariel.
―No, no, no...
Se acercó a ella y se dio cuenta que estaba muerta. Al parecer alguien había escuchado su grito. Era Cedric Diggory.
―¿Qué pasó? ―preguntó alarmado.
Isabella no podía dejar de llorar.
―Es Ariel... se ha suicidado.
La profesora Sprout llegó al lugar y separó a Isabella del cadáver de Ariel. Isabella sollozó y abrazó a la profesora. Minutos más tarde, Isabella estaba en el despacho de Dumbledore, con todo el profesorado conmocionado por el suicidio de Ariel Collins.
Isabella tenía los ojos rojos e hinchados. Tenía una expresión fría y sin sentimientos.
―¿Sabes cual podría ser la razón de su suicidio?
Isabella negó, recordando la promesa que había hecho con Ariel.
Después de algunas preguntas, fue la hora de la cena. Isabella estaba furiosa y lista para hacer pagar a Abraxas Lestrange. Para su suerte, lo vio entrando al Gran Comedor y le lanzó un hechizo para hacerlo caer.
Se acercó a él y olvidando que era una bruja, acercó sus manos al cuello de Abraxas y empezó a estrangularlo.
―¡ERES UN IMBÉIL! ¡TE VOY A HACER PAGAR POR LO QUE LE HICISTE A ELLA! ¡NO ERES MÁS QUE UN ESTÚPIDO MISÓGINO! ¡TE VOY A MATAR!
El rostro de Abraxas se tornaba azul por la falta de oxigeno.
―¡Señorita Moon! ―oyó la voz de Snape.
Isabella no se movió. Hasta que sintió unas manos en su cintura, que la alejaban de Abraxas.
―¡Cálmese, señorita!
―¿CÓMO ME VOY A CALMAR, EH? ¡SI ÉL TIENE LA CULPA QUE ARIEL COLLINS SE HAYA SUICIDADO! ―gritó Isabella, forcejeando para liberarse y seguir golpeando a Abraxas.
―¿De qué habla, señorita? ―preguntó Dumbledore acercándose a la escena.
Isabella suspiró.
―Fue él, profesor, él es la causa de lo que pasó con Ariel ―espetó Isabella un poco más tranquila, sabiendo que Abraxas tendría su merecido.
―¿Y por qué? ―preguntó Dumbledore confundido.
―Él violó a Ariel, profesor ―dijo Isabella―. Y puede que le haya prometido a Ariel que no le iba a decir a nadie, pero es hora que Lestrange tenga su merecido. Que se vaya a Azkaban con su querida madre.
―Cállate, Moon, no sabes de lo que hablas.
Isabella fulminó con la mirada a Abraxas.
―Espero que te pudras en el infierno... o mejor dicho, en Azkaban.
Dumbledore se hizo cargo de llevar a Abraxas a la justicia, y prontamente fue mandado a Azkaban, con sentencia de seis años en prisión.
Isabella aún tenía pesadillas con Ariel, pero al menos sabía que su muerte fue vengada.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top