𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓 𝐗, harry potter series
TW, mención explicita de autolesiones, enfermedades mentales y menciones explicitas del suicido.
dollhouse
deneb lupin's history
josefina ©2021
Remus Lupin cometió un error al ir a un bar muggle y terminar teniendo sexo con una muggle, que de por sí era muy bonita. Remus supo que su error no fue solo sexo cuando un día, luego de casi dos años, a las ocho de la mañana, el timbre sonó. Remus, confundido, abrió la puerta y se encontró, una niña, de dos años, con una carta en sus manos.
Aquella niña era el fruto de su error.
Remus estaba desesperado. No tenía los recursos para cuidar a una niña, y sus amigos, en que pudo haberles confiado esa niña o estaban muertos o estaban en Azkaban. Así que agarró el anuario de su generación y buscó alguien con quien se llevó al menos un poco para dejarles a la niña, que se llamaba Deneb.
Prontamente se contactó con Amelia Bones, y la mujer accedió cuidar a Deneb, pero se mantendría con el apellido "Lupin". Pero Amelia no vivía sola. Tenía una hija, de la misma edad de Deneb que se llamaba Susan.
Deneb y Susan se llevaban bien. Jugaban juntas y se pasaban la mayor parte del tiempo juntas. Dormían en la misma habitación en la cual había un camarote (Deneb dormía arriba), había un closet grande para guardar en un lado las cosas de Susan y en el otro lado las cosas de Deneb, había un librero con varios libros porque Deneb amaba leer, y por ultimo un escritorio dividido en dos, un lado para Susan y el otro lado para Deneb.
Era 14 de Agosto, de 1991 y Deneb se levantó bien temprano, pues ese día cumplía 11 años, lo que significaba que iba a recibir su carta de Hogwarts. Amelia había preparado una torta de panqueque naranja, que era la favorita de Deneb. Fue una buena mañana.
En la tarde, la carta llegó. Algo que Deneb no tenía claro si era hija o no de Amelia. No solo porque ella se apellidaba "Lupin" y no "Bones", si no porque Deneb tenía el pelo negro, muy negro y ojos café avellana, mientras que Susan era castaña, al igual que Amelia.
Compraron todas sus cosas, y Deneb se compró un gato café, que se llamaba Kitty. El día en que abordaría el tren a Hogwarts llegó. Entró a un compartimiento en donde solo estaba una chica pelinegra, como ella, pero con ojos verdes y lentes redondos.
― Hola ― saludó Deneb.
La chica sonrió.
― Hola.
Deneb tomó asiento frente a ella y sacó la jaula de Kitty.
― Que linda, ¿cómo se llama? ― preguntó la chica sonriendo.
― Kitty ― contestó Deneb ― Soy Deneb por cierto, Deneb Lupin.
― Un gusto, soy Margareth Potter ― se presentó ella.
― ¿Tú tienes alguna mascota? ― se interesó Deneb, acariciando la cabeza de Kitty.
― No ― contestó Margareth ― No me interesa tener alguna mascota, porque no puedo traer perros y yo quería traer un chiguagua.
― Deberían dejar que los alumnos lleven más tipos de mascota ― opinó Deneb.
― Definitivamente.
El sonido de la puerta abriéndose llamo la atención de las pelinegras, Voltearon y se toparon con una chica con una maraña de pelo castaño y expresión seria.
― ¿Quién te dejó entrar? ― espetó Deneb de mal humor.
― ¿Se puede tocar la puerta, sabías? ― le siguió Meredith.
― ¿O no puedes, espantapajaros? ― se burló Deneb.
― Al menos no soy una zorra bruta ― espetó la castaña.
Deneb y Meredith se levantaron de inmediato, ambas listas para pelear a golpes.
― Mira, perra tonta, ándate a arreglar esa cosa que llamas cabello y métete bien dentro de la cabeza, que no le caes bien a nadie. Besos ― espetó Meredith sacando a luz su lado cínico.
La castaña bufó y se marchó, ofendida. Deneb y Meredith se miraron antes de estallar en carcajadas.
― Ya tenemos una enemiga
En el camino, Deneb conoció al hermano mellizo de Meredith, Harry. Finalmente llegaron a Hogwarts. Deneb y Meredith se miraron cuando oyeron a Ron decir que era una prueba. McGonagall volvió y los llevó a todos al Gran Comedor. En fin, la forma de selección era un sombrero. McGonagall empezó a llamar por orden de lista.
― Lupin, Deneb.
Deneb mantuvo la barbilla bien alta y se sentó en el taburete.
― ¡SLYTHERIN!
El sombrero no tardó en gritar su casa seleccionada. Deneb sonrió a gusto y le mandó una mirada burlesca a la castaña egocéntrica. Esperó un rato hasta que oyó:
― Potter, Meredith.
Cuando Meredith se sentó, pasaron unos segundos antes que el sombrero gritara lo que nadie esperó que gritara.
― ¡SLYTHERIN!
Meredith sonrió y se sentó al lado de Deneb.
Deneb creció sintiéndose cada vez más sola. Durante su segundo año, luego de pasar por un momento de estrés extremo, se cortó por primera vez. Observó la sangre brotar de aquella pequeña herida y una calma recorrió su cuerpo.
Desde ese momento ya no muestra sus brazos.
Meredith se preocupaba por Deneb, pero la habilidad de mentir de la chica lograba que nadie sospechara. El tercer curso dio inicio y en el banquete de bienvenida, Dumbledore presentó al nuevo profesor de defensa... Remus Lupin.
Deneb evitó a su padre hasta su primera clase. Deneb y Meredith llegaron de las primeras al salón. Poco a poco se fue llenando hasta que todos ya llegaron. Cuando Lupin llegó, les dijo que guardaran los libros, que sacaran las varitas, y que lo siguieran.
Deneb se puso al final de la cola de alumnos y Meredith se ubicó a un lado suyo. Caminaron por un rato hasta que llegaron a la puerta del salón de profesores. Lupin abrió la puerta. El salón estaba completamente vacío, a excepción del profesor Snape, el profesor favorito de Deneb.
Snape se burló de Neville y Granger antes de salir.
Lupin se acercó al armario que había casi al fondo y éste se sacudió violentamente. Deneb se alejó un poco de ellos.
― No hay porque preocuparse. Hay un boggart aquí dentro.
Habló un poco sobre donde se podía encontrar uno y preguntó si alguien sabía que era un boggart. Inconsciente e inevitablemente, la mano derecha de Deneb se disparó al aire, llamando la atención de Lupin. Lupin se quedó unos segundos viendo a Deneb y el recuerdo de él dejando a su hija con los Bones pasó por unos segundos en su mente.
Por la demora de Lupin, se oyeron algunos murmullos. Aquellos murmullos sacaron a Lupin del shock y le indicó a Deneb que hablara. Deneb explicó brevemente que era un boggart y le mandó una mirada burlesca a Granger, que la miraba con odio.
Luego, poco a poco se fueron enfrentando al boggart. Hasta que llegó el turno de Deneb. La chica no tenía muy claro cual sería su boggart. Llegó al frente, con una expresión arrogante. El boggart dejó su forma anterior y se transformó en... ella.
¿Acaso Deneb Lupin le tenía miedo a Deneb Lupin?
La falsa Deneb sonrió cínica.
― ¿Ya le vas a decir a tu padre que te cortas? ¿Ya le dirás a Meredith por qué ya no usas manga corta? ¿Ya le dirás a tu padre que ya llevas dos intentos de suicidio? ¿Ya le dirás a tu padre que estás empezando a desarrollar una fuerte depresión? ¡Ja! Eres patética, Deneb.
Deneb no podía dejar que su boggart siguiera revelando secretos de ella, así que lanzó el hechizo. Las cosas siguieron normales, como si nadie le creyera a lo que el boggart había dicho. Pero Lupin y Meredith no: ellos sabían que algo estaba mal.
Cuando la clase dio final, Meredith agarró a Deneb del brazo y la arrastró a donde estaba Lupin parado.
― ¿Es cierto lo que dijo el boggart, Deneb? ― preguntó Lupin con la voz temblorosa.
Deneb se quedó estática, y tragó saliva. Meredith se acercó a ella y la abrazó con fuerza. Aquello fue suficiente para que todos los muros de arrogancia se derrumbaran y se desmoronara en llanto.
― Lo siento ― se empezó a disculpar Deneb, sin dejar de sollozar ― No puedo evitarlo, ¿cómo voy a abordar mis problemas? No me quiero morir... ― Deneb sorbió su nariz ― No sé que hacer, estoy desesperada.
― No tienes porque salir de esto sola, Deneb. Yo te puedo ayudar, y Meredith también. Recuerda que no estás sola ― dijo Lupin, abrazando por primera vez en años a su hija. A su preciada hija.
― Sí, exacto. Te quiero mucho, Deneb, eres mi mejor amiga, y por eso no dejaré que nada malo te pase ― sonrió Meredith.
Deneb hizo un intento de sonrisa.
― Gracias ― susurró ― Los quiero... supongo.
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