El silencio de la fría noche de noviembre fue un bálsamo para mis oídos, y el cielo estrellado, tan desconocido para los habitantes de la ciudad, añadió un toque de misticismo a la destrucción de la mansión Selwyn. Bueno, la destrucción en sí aún no había comenzado, pero estaba a punto de hacerlo.

"¿No podemos", hablé tan pronto como Delphine se transfiguró al mismo Selwyn en una pequeña bola de hierro, "de alguna manera... ¿Robar o algo así?"

"No sabemos", respondió Delphine, empaquetando los golems que habían vuelto al estado de coágulos oscuros, "si la alarma se ha disparado. Puede que tengamos un mínimo de tiempo, no podemos tomar nada nosotros mismos, y no se lo daremos a otros".

"¿Y si no hubiera alarma?"

"¿Quieres arriesgarte? ¿Para qué? Lo mejor es enemigo de lo bueno", Delphine apuntó su varita hacia la mansión e hizo un par de pequeños gestos.

La casa se estremeció, luego otra vez. Y después de un par de segundos, comenzó a plegarse hacia su centro, hacia donde había un pasillo con una trampa sobre nosotros. Parecía que había un Agujero Negro, y manos invisibles estaban literalmente arrugando las paredes de la casa en ese punto. Después de un par de segundos, solo quedaba un pozo plano de la mansión, en cuya forma se adivinaba la base con las habitaciones del sótano.

"¿Qué fue eso?" Miré a Delphine con sincera curiosidad.

"Se podría decir que fue un ritual complejo para demoler rápidamente edificios antiguos. Escenificado con la ayuda de golems".

Delphine me tendió la mano, y tan pronto como la tomé, inmediatamente se apareció en un lugar desconocido para mí entre las rocas, y el oleaje rugía detrás. Me di la vuelta en el borde mismo del acantilado y vi la superficie del mar, en la que la luz de la luna llena se reflejaba en una multitud de reflejos.

Lady Greengrass se acercó al acantilado frente al cual nos encontrábamos, y tocando ciertas partes de él con su varita, susurrando algo al pasar, abrió un pasaje cuyos mecanismos eran similares a los que conducían al Callejón Diagon.

Tan pronto como se abrió el pasaje, Delphine agitó su mano hacia mí, y arrojó un Lumos de una varita al pasaje, que flotaba allí, bajo el arco bajo de las paredes. Bueno, relativamente bajo. Al entrar detrás de Delphine en este pasaje con un arco triangular de paredes, escuché que la entrada se cerraba detrás de nosotros, y ahora solo los Lumos iluminaban un largo corredor de piedra. Al pasar las yemas de los dedos por la pared inclinada, sentí una ligera capa mate y el tratamiento era claramente muy suave, no de tipo natural. Aunque, ¿qué tiene eso de sorprendente?

"No los hice demasiado suaves para que no hubiera efecto espejo", Lady Greengrass anticipó todas mis preguntas sin mirarme. "Preparé este lugar específicamente para el entrenamiento práctico en magia curativa".

"¿Especialmente?"

"Sí."

Todavía estábamos caminando por el corredor en la roca, y había corrientes de magia débiles e incomprensibles a nuestro alrededor.

"Como dije, no hay mucho que entender sin práctica en esta área. Puedes obtenerlo en los hospitales donde trabaja tu mentor, en el gremio, pagando una cierta cantidad y en otras formas oficiales que imponen costos u obligaciones, o ambos. En nuestro caso, podemos tomar la ruta más práctica y conveniente ya que el Señor Oscuro y sus secuaces están comenzando a estar activos, y pronto habrá aún más material".

"Un enfoque bastante difícil".

Paramos. Parecía que el corredor había llegado a su fin. Delphine puso su mano contra la pared y un triángulo azul con tres círculos en la parte superior brilló en el punto de contacto. Se formó un nuevo pasaje en la pared, más allá del cual había una sala completamente vacía. Tan pronto como entramos, se encendió la luz del pasillo y pude mirar alrededor. La habitación era en efecto grande, en forma de hexágono, cuyo techo abovedado estaba formado por triángulos sucesivos -eran ellos los que emitían una suave luz azulada, pero su volumen total era suficiente para una muy buena iluminación, brillante, pero no cegadora al todos. En la pared opuesta a la entrada había otro pasadizo, y en los dos de la derecha y la izquierda había repisas, como si fueran consolas o estantes para herramientas.

"Por allí", Delphine señaló las paredes a la izquierda y a la derecha. "Lugares de trabajo. Te lo explicaré más tarde. Vamos al congelador".

Siguiendo a Delphine cruzando el pasillo, entré en el único pasaje además de la entrada y me encontré en el pasillo, cuya luz también era azul, iluminando las filas de pequeñas plataformas redondas. Solo dos de ellos estaban ocupados, y por encima de ellos, las bolas de acero levitaban en una columna de luz azul casi invisible.

"Plataformas de estasis", explicó Delphine y se acercó a uno de los artefactos desocupados, sacó una bola de acero de debajo del dobladillo de su túnica y la arrojó sobre la plataforma. "Autónomo y trabajo sobre las migajas de magia de un ser mágico transfigurado colocado en el área de influencia".

"¿Incluso en esta forma?" Señalé la pelota que colgaba sobre la plataforma.

"Por supuesto. Cuando te transfiguras, ¿no conservas la habilidad de hacer magia? Es lo mismo aquí, solo que en una cantidad menor, pero suficiente para mantener los encantos".

"¿Y todo lo demás?"

"Un poco de aquí, un poco de los magos presentes dentro de las instalaciones. Un mínimo absoluto, pero suficiente".

"Ya veo."

"No entrarás aquí tú mismo, así que te recogeré yo mismo para ir a clases".

"¿Traslador?"

"Excluido por razones de seguridad. Solo autodestructivo, solo bajo mi control".

Delphine se volvió y se dirigió a la salida del congelador, y yo la seguí.

"Hay demasiada magia aplicada aquí", continuó mientras cruzábamos el pasillo hexagonal, "que no tengo permitido aplicar. Por supuesto, cosas como el traslador, e incluso si tuviera el activador de palabras más impredecibles, aún puede traer personalidades indeseables aquí".

Dejamos este búnker secreto improvisado, y Delphine nos apareció cerca de Hogwarts, y después de despedirse de mí, se apareció de nuevo para ocuparse de sus asuntos. Solo me quedó una cosa: regresar al castillo.