"Sabes, Mione. Realmente podría necesitar algo de ayuda".

La mano que había estado acariciando mi cabeza tan amablemente se congeló por un momento. ​​

"¿Que tipo?"

"Todavía no lo he resuelto, pero definitivamente lo resolveré mañana. Por cierto. ¿Cómo va nuestro experimento?"

"Fructífero."

Abriendo los ojos, miré a Hermione, quien sonrió.

"Sin embargo," hizo un puchero con seriedad en su voz. "Creo que es demasiado pronto para que estemos pensando en algo así".

"Sí, yo mismo lo creo. Pero en principio, ¿podemos pensar en eso?"

"Quién sabe..."

"Por cierto. Casi tienes un lapsus freudiano".

"¿Qué?"

Hice una sonrisa arrogante.

"¿A qué dijiste que te huele Amortentia?"

"No sé nada. Lo escucho por primera vez. Y en términos generales", me obligaron a volver a sentarme. "Es hora de dormir, es tarde, clases mañana, entrenamiento. Tengo que dormir un poco".

"Bien bien."

"Buenas noches."

"Buenas noches."

Al llegar a la entrada del ala de mujeres, Hermione se dio la vuelta por un breve momento y me miró.

"Ay dios mío..."

"Eso es todo", dijo el gemelo que apareció a mi derecha, sentándose a mi lado y pasando su brazo por encima de mi hombro.

"Sí", agregó el otro, apareciendo a mi izquierda.

"Navegamos, niño bonito, echamos el ancla..."

"... no más libertad. ¿Qué vas a hacer?"

"¿Qué quieres?"

Los gemelos se miraron.

"Nuestro frívolo hermano Ronnie con el héroe de toda Inglaterra..."

"... están tratando diligentemente de encajarte bajo el término 'Hijo de los mortífagos'".

"Bueno, que se den el gusto. ¿A mí qué me importa?"

"Sabes, estamos tratando de iniciar nuestro propio negocio..."

"... una tienda de bromas..."

"... incluso tiene un nombre para eso..."

"¡Sibilancias mágicas de los Weasley!" los gemelos exclamaron juntos.

"Admitámoslo".

"Y estar en el negocio..."

"...debes tener conexiones..."

"... así que conocemos a todos..."

"... quién puede pagar".

"¿Por las caras? ¿Cuál es tu punto?"

"Eres adoptivo, ¿no?" preguntó el de la derecha. Asenti.

"Y parece que sabemos quiénes son tus padres..."

"...Empieza con 'M'..."

"...Termina con un 'Oy'".

"¿Aún así?"

Los gemelos se miraron de nuevo.

"¿En serio, hermano Fred?"

"Definitivamente, hermano George".

"Él no sabe..."

"Amigo", el de mi izquierda me dio una palmada en el hombro. "Nosotros no somos los que tenemos que decirte esto, pero cuando Ronny llegue al fondo del asunto..."

"... Y tarde o temprano, sucederá..."

"...él tendrá razón."

"¿Asi que?"

"Solo para que lo sepas. Es un poco irascible y duro en sus palabras. No te ofendas".

"¿Puedo darle un puñetazo en la cara si se pone descarado?"

"Es nuestro hermano, por supuesto, pero si se pone tan insolente que 'Mr. Nerd' decide darle un puñetazo en la cara..."

"... definitivamente es algo serio."

"Es un trato. Me voy a la cama. No bebas demasiado en caso de que McGonagall pase por aquí".

Me levanté del sofá y fui a mi habitación. Día estúpido. Gemelos estúpidos. Estúpido... Todo es estúpido.

***

La mañana del primer día del nuevo semestre comenzó trotando. Solo que esta vez, llevaba un uniforme aislado: salí de Hogwarts bajo un hechizo de camuflaje y corrí, corrí, corrí. Al mismo tiempo, mentalmente llamé a Kreacher. Solo después de correr casi una milla y media desde el castillo hacia la plataforma de Hogsmeade, Kreacher finalmente me escuchó, y con un aplauso característico, apareció ligeramente a mi derecha, inmediatamente estremeciéndose con la brisa mientras se elevaban los copos de nieve.

"Kreacher saluda al jefe de la más antigua y noble casa Black", el anciano elfo doméstico se orientó de inmediato y se inclinó, temblando por la brisa fría mientras lo hacía.

La nota ya había sido escrita para él, y la situación estaba bastante clara, aunque no había mención de cambios en mi alma.

"Léele la nota a Lady Walburga. Tal vez ella tenga algún consejo. Te llamaré mañana con una respuesta".

Kricher tomó la nota, hizo una reverencia y se apareció de nuevo ante Grimmauld mientras yo corría a Hogwarts.

Después de una ducha y otras medidas higiénicas, me senté en la sala común. Hermione fue una de las primeras en salir y parecía visiblemente privada de sueño. Se sonrojó un poco al verme, pero inmediatamente lo controló.

"Buenos dias."

"Mañana."

Con un movimiento de mi varita, creé un hechizo de silencio a nuestro alrededor.

"Tengo una idea de cómo puedes ayudarme. Necesitamos estudiar algo relacionado con la trampa del alma".

"¿Trampa del alma? Nunca he oído hablar de tal cosa".

"Es un nombre convencional. Lo inventé yo mismo. Necesito encontrar información sobre algo capaz de encerrar un alma por un corto tiempo".

"¿Por qué necesitarías tal cosa? Estas instrucciones están prohibidas por el Ministerio, y podríamos ser enviados a Azkaban por tal cosa: por practicar la nigromancia sin una licencia y sin ser miembro de un gremio".

"Te puedo asegurar que es necesario para mí. Nadie va a atrapar las almas de los vivos".

"¿Qué..."

"Y tampoco mataremos a nadie".

"Eso no es lo que quiero decir. Simplemente no te metas en ningún problema, y ​​lo buscaré".

Después de quitar el hechizo del área, nos dirigimos a Desayuno y luego a clase.