10. 19:15 PM

30/10/2021
Buenos Aires, Argentina

——— Estabamos yendo a lo de mis papás para cambiarnos en el auto de Julián con Juampi y Leti atrás que no podían creer que estaban ahí con el jugador de river.

Los chicos habían decidido cambiarse en lo de uno de mis tíos que estaban en el mismo terreno de la casa de mi abuela; donde nos juntaríamos todos. Lo enviadaba un poco a Juan Pablo en estos momentos, él se iba allá para pasar el menor tiempo posible con mi papá y con Julián ibamos ahí porque mi mamá quería conocerlo.

Por suerte mi familia vivía a dos cuadras, asi que cuando llegamos los dejamos ahí y fuimos directamente a lo de mis progenitores. Solté un largo suspiro cuando sentí como se apagó el motor de auto.

—Si en algún momento te sentís incómodo avisame y nos vamos, no voy a dejar que la pases mal hoy— avisé cuando noté que él me miraba.

—¿Es mala tu familia?— preguntó preocupado.

—No, se pasan de confianza a veces, por eso te digo— sujeté su mano y sonreí— Vamos, chico araña.

Nos reimos por última vez y bajamos con las mochilas que tenían los disfraces adentro, caminamos hacia el portón y lo abrí, siendo recibida rápidamente por mi mascota; Perla. A ella le encantan las visitas, sobretodo los hombres asi que está de más decir que a Julián lo recibió como a un rey.

—Gorda...— mi mamá apareció por la puerta que estaba abierta llamando a la perra por su apodo— ¡Mi amor!

Rápidamente se acercó a abrazarme a mi primero después de cinco meses de no vernos por temas de covid o de tiempo. Yo repondí a su muestra de cariño e inmediatamente me acordé de mi acompañante.

—Él es Julián, mami. Es mi novio— agarré la mano del chico para acercarlo.

—Julián Álvarez, un placer— él quiso darle la mano pero mi mamá le dió un fuerte abrazo con toda la confianza del mundo y Julián le respondió de la misma manera.

—Muchisimas gracias por traernos la copa a casa, Julián— sobó su espalda como si lo estuviese consolando— Me alegro mucho de que mi nena tenga a alguien tan dulce a su lado. Soy Liliana, un gusto.

—El gusto es mío, señora— los dos se separaron y noté como Álvarez tenía un leve sonrojo en sus mejillas.

Mi mamá nos dijo que entrasemos porque ya la vieja del kiosco del frente nos estaba mirando raro. Ella sabía que más allá de las libertades que teníamos por recién empezar la relación había que cuidar la ubicación de Julián casi siempre.

Ya adentro él se puso a mirar fotos de la familia y vi como se interesaba en una en particular; una de las pocas que papá había dejado de mi hermana. Cuando iba a acercarse a preguntarme sobre ella llegó mi papá.

—¡Llegó mi yerno!— medio gritó con su disfraz de dracula puesto— Juan, es un gusto conocerte.

—Julián Álvarez, el gusto es mío, señor— ambos estrecharon sus manos.

—Tengo cuchillos grandes asi que cuidame a la única nena que tengo— el par de gallinas rieron, pero no culpé a mi pareja por reirse de ese comentario tan innecesario de mi papá porque no tenía idea de lo que pasó.

—Nosotros vamos a cambiarnos a mi pieza— avisé para agarrarle la mano al chico y prácticamente arrastrarlo a mi pieza.

—¡Ojo allá adentro!

Escuché como mi papá bromeó y casi me voy de ahí.

Estaba tan frustrada por los comentarios boludos que hacía o las demostraciones interminables de odio hacia mi hermana que tenía ganas de nunca haber venido.

Pero bueno, ya en la pieza Julián se dió la vuelta para mirar la colección de libros que tenía mientras yo me cambiaba. Conseguí el pantalón blanco, la camisa rosa, los tirantes rosa, los zapatos de vestir y el collar de perlas re fácil por suerte, mientras que al disfraz de la araña lo tuvimos que comprar y yo le hice unos arreglos que quedaron lindos.

—De la nada soy Louis Tomlinson— exclamó cuando le dije que se volteara— Harriet estás muy linda.

—Callate, Tomás Holanda y cambiate— lo molesté y fue mi turno de darme la vuelta para que se cambiase.

No fue hasta que me pidió ayuda con el cierre que me di la vuelta y lo vi completamente sonrojado. Amaba que ese disfraz le marcara los bonitos muslos que tiene.

—¿No voy a quedar como un pelotudo?— cuestionó nuevamente preocupado.

—No, mi amor. Todos vamos disfrazados, hasta mi abuela— él se dió la vuelta a mirarme con la sonrisa más feliz que podría existir— ¿Qué?

—Me dijiste mi amor.

—Ay, callate— reí nerviosa y él me dió un pico— Agarrá tu máscara y vamos, araña.

(...)

La presentación de Julián a mi familia fue buena, se integró rápido y descubrí que capaz yo le daba timidez porque enseguida se fue con el grupo de hombres y me dejó con mis primas y las parejas.

Hablamos sobre varias cosas pero el tema principal fue el hecho de que habían desinvitado a la hermana menor -Gianella- de mi papá por pelearse feo con el que es dos años mayor -Gabriel- que ella. Según tengo entendido fue porque Gianella está de vaga y Gaby estaba manteniendo a toda su familia (mi abuela, Gianella, el marido de ella y su hijo de un año) y que encima se enojó porque iba a mudarse. Literalmente es todo un tema.

—Y la tarada le dijo que yo le metía los cuernos— la pareja de Gaby, Sofía, exclamó con enojo— Ya fue, es re inmadura, yo no me voy a hacer la cabeza porque sé que no es verdad— tomó un poco de gancia y me miró— Jazmín...se nota.

—¿Qué?— fruncí el ceño sin entender a qué era lo que se refería y el cambio repentino de conversación.

—Que ya tuvieron relaciones— dijo como si nada y yo un poco más y entro en pánico.

—¿Cómo sabés eso?— Brenda mi prima preguntó.

—Cuando la abrazó juntaron sus cinturas, eso es porque tienen confianza para tocarse de esa manera— quise protestar pero me interrumpió— Y no importa que lleven dos días o dos horas, pueden hacerlo cuando quieran y pueden tener confianza igual.

Todas me miraron espérando que les confirmara la teoría de quien prácticamente es mi tía. En la ronda también estaban mis dos primas -Brenda y Zahira-, las tres parejas de mis primos -Antonela, Cecilia y Priscila- y obviamente Leti, mi cuñada.

—Sí, pero fue solamente una vez...

—Por ahora— me interrumpieron nuevamente pero ésta vez fue Priscila— Ay, son muy lindos, boluda.

—Si, Jaz, te felicito, él parece re buena gente— dijo Antonela.

Yo sonreí y les dije que iba al baño un segundo y volvía. Vi que estaba ocupado asi que me tocó espérar a que salieran para entrar y encima aguantar lo que llevaba aguantando casi una hora y recién eran las una, asi que tenía bastante tiempo de tener que ir al baño o aguantarme.

Por fin la luz se apagó y del baño salió nadie más y nadie menos que Julián que al verme sonrió.

—¿La estás pasando bien, arañita?— le pregunté con una sonrisa, mirando sus ojos brillosos demostrando que el acohol le estaba haciendo algo de efecto.

—Re bien, amor. Me hacen acordar mucho a mi familia— colocó una mano en la cintura y me dió un pequeño beso— ¿Tomamos un fernet juntos?

—Voy al baño y tomamos ¿si?— él quiso quejarse pero un poco más y lo tiro al piso para ir a hacer mis necesidades.

Al fin pude hacerlas asi que cuando terminé me lavé las manos con jabón y ahí lo tenía al hombre araña espérandome porque parecía tener vergüenza de ir a buscar las cosas.

Lo llevé a la cocina donde saqué el hielo de la heladera para cortarlo después de pasarle el fernet y la coca a Juliån para que sea un cordobés feliz. Y lo fue cuando le pasé el hielo ya cortado, no estaba en sus cinco sentidos asi que me daba un poco de miedo que se corte porque yo me paniqueo mucho con esas situaciones de emergencia.

Como no queriamos salir con toda esa gente fuimos a la pieza de mi abuela donde ella estaba durmiendo. Me acerqué cuidadosamente a la cama y la removí despacio.

—¿Abue? ¿Julián y yo nos podemos quedar a dormir hoy?— le pregunté en un susurro.

—Si mi amor, vayan a la pieza del fondo— quiso levantarse a ordenarla seguro y se lo negué— Decile a Juli que se sirva lo que quiera, está en su casa.

—Gracias, abue. Te amo— le di un beso de buenas noches y ella me abrazó antes de volver a su posición de momia para dormir.

—Yo los amo a ustedes— dijo por última vez refiriendose a mi pareja también.

Sonreí y le agarré la mano al gallina para guiarlo a la pieza del fondo que no daba tanto miedo como suena. Habían posters de Justin Bieber, libros de mitología y ropa de mi abuelo que murió pero de verdad nada de miedo.

Él observó todo a su alrededor y parecía curioso de cada cosa nueva que encontraba, sobretodo la ropa, eso parecía ser su cosa preferida.

—Cuando era chiquita me escondía ahí y metía las manos en los bolsillos para ver si mi abuelo había dejado algo— le conté con mis ojos dando señales de que quería llorar.

—¿De qué murió?

—Tenía cáncer de pulmón— sequé mis lágrimas y me senté en la cama— Murió cuando yo tenía ocho y me enteré que fue de cáncer a los dieciseis.

—Que cagada— se quejó sentandose a mi lado y abrazandome como koala— Yo creo en el más allá y debe estar bien.

—Si, era un personaje y re fan de river, lo hubieses amado— sonreí con nostalgía al acordarme de como vivía cada partido— Se quedaba dormido en su sillón viendo los partidos.

Álvarez me preguntó mucho sobre mi familia y sé que notó algo raro con el tema de mi hermana, pero no preguntó nada, todavía estando medio en pedo seguía siendo respetuoso con determinados temas y estaba agradecida por eso. Mientras hablabamos de cosas que haciamos de chicos, nos bajabamos la botella cortada del fernet más puro que probé en mi vida, él lo apodó como "el fernet cordobés" es medio boludo la verdad.

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