1. 17:37 PM
20/7/2021
Buenos Aires, Argentina
——— El día invernal se prestaba para quedarse acostada todo el día, pero no, tenía que levantarme para sacar al país adelante.
Actualmente vivo en un departamento con mi hermano mayor, él se dedica a hacer videos y directos hablando de bastantes cosas, principalmente jugaba juegos mientras opinaba sobre futbol, y cabe mencionar que en su tiempo libre estudiaba periodismo deportivo, apesar de que le esté yendo bien con el mundo virtual era consciente de que no era algo para toda la vida.
Mientras tanto yo trabajaba de noche en un consultorio médico y de día estudiaba virtualmente psicología, claramente me daba mi tiempo de dormirme una siesta y de pasar tiempo con mi hermano Juampi.
Hoy me levanté a duras penas para ponerme mis crocs y levantarme con todos los pelos parados, no tenía rulos, pero era raro mi pelo porque si me lo peinaba lo tenía demasiado parado, pero si no lo peinaba lo tenía parado, pero no tanto, bastante especial la verdad.
Escuché algunas voces de la pieza de Juan Pablo y lo ignoré como siempre, solamente quería levantarme a tomar una taza de té y ponerme a estudiar. Puse la pava con agua y busqué el té verde que quería tomar para pasar un poco el frío. Apenas pude prender la hornalla gracias a que mis ojos rogaban por volver a cerrarse.
Mi camiseta de Harry y Louis estaba arrugada y mi pantalon del hombre araña no combinaba, pero no importa porque hoy tenía franco del trabajo e iba a acostarme toda la noche a jugar jueguitos de cocina en mi celular.
Puse only angel despacio en la tele porque no sabía si mi hermano estaba en directo o algo así, asi que prefería no molestar directamente.
El agua hirvió después de como media hora, la puse en la taza con el saquito y el azúcar pero no pausé mi ritual solo porque Juampi me tocó el hombro.
—¿Qué querés ahora?— pregunté seria sin mirarlo y sin dejarlo responder hablé de nuevo— Anoche no sacaste la ropa del tacho como te pedí y ahora va a tener olor, Juan Pablo. Entiendo que te canses pero no te costaba nada.
Lo esquivé sin dirigirle la mirada y presté atención a mi celular, él no me dijo ni una palabra asi que me enojé más.
—Tomatela, no quiero verte ni escucharte y si es posible ni olerte porque vas a oler mal solo por no sacar la ropa que te pedí asi la ponía a secar— rodé los ojos, me di la vuelta a mirarlo y me morí de vergüenza.
Había retado al veintisiete de la selección y el pobre no dijo ni una palabra, solamente se quedó parado con el mate en mano.
—¿Querés que te saque la ropa del tacho?— dijo intentando que reaccione.
—No, porfavor— respondí rápidamente y apagué la música, me levanté de la silla para pedirle perdón de rodillas si era necesario— Te pido mil disculpas, ¿Necesitas algo? ¿Querés galletitas? ¿Té? ¿Café?
—Tu hermano me mandó a pedirte agua para el mate, pero no pasa nada si no podés— amagó para irse y lo paré.
—Dame que yo te preparo, no me molesta— él me pasó el mate y me dediqué a hacerselo mientras pensaba en algo para charlarle y que no se incomode— No quiero ser maleducada después de la mala impresión que te di, pero ¿Qué haces acá?
—Juan está haciendonos una entrevista a mi y a Leo Paredes— respondió como si nada y yo estuve a punto de caerme. No entendía nada de futbol, pero habían dos campeones de américa en mi departamento— Perdoname por invadir tu espacio así, no sabía que recién re despertabas.
—No te preocupes, hace horas estoy despierta— mentí y él hizo una cara rara de desconfianza.
Se acercó un poco a mi y se apoyó en la mesada entrando en confianza, por lo que sabía era cordobés y ellos son bastante confianzudos en buen sentido.
—¿Harry Styles no estaba con Taylor Swift?— cuestionó apuntando mi remera.
—Es complicado— sonreí mientras le sacaba la yerba humeda al mate— ¿Te gusta Taylor?
—Me encanta, es como mi lado oscuro— ambos reimos y dejé de hacerlo al darme cuenta de una cosa importante.
—Perdoname, no me presenté; me llamo Jazmín— lo miré con una sonrisa.
—Julián, un gusto— imitó mi acción— Asi que...¿por qué es complicado?
—¿Te hago un resumen?— Julián asintió y me preparé para torturarlo.
Le conté algunas cosas que Simon Cowell había hecho durante el periodo de One Direction y se dedicó a escucharme con atención mientras que yo intentaba no mirarlo mucho a los ojos.
—Fua...— fue lo único que dijo y reí un poco, en lo que le expliqué masomenos la historia ya había sacado la yerba y puesto una nueva— Que quilombo, pobres pibes.
—Si...— disocié a la vez que sacaba la poca agua que quedaba del termo— Felicidades por la copa américa, se la merecen mucho.
—Gracias, la ganamos todos en verdad— dijo orgulloso— ¿De qué cuadro sos?
No podía decirle que era de river ni de boca y tampoco podía mentir porque nunca en mi vida vi un partido a menos que sea de argentina y todavía no entiendo por qué Ronaldinho no es el mismo que Ronaldo.
—Soy de boca— mentí (pero no tanto) sintiendo un poco de vergüenza.
—Mira vos, no tenías pinta de que te guste el futbol— asintió reiteradas veces con diversión.
—Bue, bardeaba— lo miré mal en forma de chiste— ¿Podés fijarte dos segundos el agua? Mi hijo debe tener hambre.
—Si obvio, anda sin problema— respondió serio.
Fui a mi pieza que estaba antes que la de mi hermano y agarré al gatito de un mes que adopté hace unos días. Lo llevé a la cocina y lo primero que vi fue a Julián mirando el calendario de One Direction que había en la heladera.
—Volví— avisé y le brillaron los ojos al ver a mi mascota— Se llama Peter.
—Pensé que tenías un hijo de verdad— agarró al gato con delicadeza— Es muy lindo.
—Gracias— sonreí y saqué el agua de la pava que había tardado tanto en hervir porque el termotanque estaba apagado, y de paso le llené la azucarera— ¿Querés ponerle café o algo al mate?
—No gracias, ya te molesté mucho— me dedicó una sonrisa e hizo que mis cachetes se pusieran rojizos.
—¡Julián!— el mismisimo Leandro Paredes apareció en la cocina y nos miró a ambos.
Con timidez pero a la vez con una sonrisa se acercó a mi.
—Leandro Paredes, un gusto— me besó el cachete.
—Jazmín— sonreí y él miró a Álvarez.
—Tenemos sed— apuntó el mate— Y dice tu hermano que si querés ir con nosotros andá.
—No, gracias. Yo tengo que estudiar— negué sin borrar mi sonrisa— Suerte con Juan Pablo, es medio tarado.
—Es gracioso— los tres reimos con vergüenza— Bueno, andá rápido, araña.
—Enseguida voy— el acento cordobés se le marcó más que en toda nuestra conversación.
Paredes se fue de nuevo pero no sin repetir que fue un gusto conocerme, un dulce.
—Supongo que tengo que irme— cortó la tensión y yo miré mis manos— ¿Tenés instagram?
—Eh...si— le dije mi usuario y me dió pena porque yo tenía noventa seguidores y la cuenta en privado— No subo muchas cosas asi que no te sorprendas si aparezco de la nada.
—Yo te mando mensaje, me gustó hablar con vos— dicho eso se fue y me dejó como tonta sonriendo en medio de la cocina.
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