XXIX





Frente a él se encontraba suplicándole que lo soltara, como podía lo hacía. Su boca se encontraba cubierta por una mordaza y sus ojos estaban de un color rojo intenso al mismo tiempo que las lágrimas bajaban por sus mejillas. Rogaba que Park Jimin no le hiciera nada. Él realmente se veía demasiado mal, sus lágrimas no le permitían ver con claridad al hombre.

—Créeme que no tienes ni la más mínima idea de todas las veces que los veía en la habitación, parecías disfrutarlo, eh—El hombre de cabellos rubios se acercó al castaño y revolvió su cabello. Se veían fijamente a los ojos, no despegan la mirada en ningún momento, Park podía ver el sufrimiento en ellos pero parecía darle igual. Él no le tenía lástima a ninguna persona.

—Por...favor—Susurró el chico. Jimin se dio la vuelta, llamó a uno de sus hombres con un ademán y le pidió un cigarrillo. Este le obedeció de inmediato y sacó de su bolsillo uno de ellos para extenderlo. Park lo colocó entre sus labios abultados y rosados esperando que lo encendieran.

Trono un poco su cuello y le dio una calada grande a su cigarrillo, se dio la vuelta y miró al chico frente a él de rodillas mirándolo.

—No entiendo como es que Haneul se haya entregado a ti, es decir, eres un idiota como cualquier otro—Soltó una risita, tomó el arma que se encontraba detrás de su cintura y le apuntó. El chico castaño soltó un jadeo asustado y trago saliva. Park soltó una carcajada y lanzó su arma a la mesita que estaba situado a su lado.

Soltó el humo grisáceo y camino de un lado a otro, los pantalones negros que llevaba ese día le habían vuelto loca a Haneul en cuanto lo había visto por la mañana. Ajustados a sus piernas con unos botines y aquella playera Gucci. Una verdadera preciosura ante sus ojos.

De un momento a otro, tomó a Taehyung de su cabellera impulsándolo hacía atrás. Colocó la colilla de su cigarrillo en su cuello viendo el dolor en sus rostro, los ojos del castaño se cerraron fuertemente y trató de soltar un grito fuerte pero la mordaza no se lo permitía al cien por ciento, parecía sólo balbucear. Jimin sonrió observándolo haciendo fuerza en el cigarrillo para que este se presionara contra el cuello débil de Kim. Fue un dolor horrible. Soltó la colilla que cayó al suelo enseguida.

—¿Que se supone que tengo que hacer contigo?—Susurró, Taehyung llevaba un buen tiempo en el sótano de Park. Lo mantenía con aquella mordaza todo el tiempo para que este no gritara y sospechara Haneul, le daba de comer solo dos veces al día y un poco de agua. Se encontraba en una situación horrible, sus ojeras estaban marcadas y algo sucio del cuerpo. No le daba muchos privilegios y cuando era así, se aseguraba que Kang no estuviera cerca.

Taehyung hacía fuerza con su boca para quitarse la mordaza, Park con brusquedad la jalo hacia abajo para dejarlo hablar un poco. Soltó su cabellera y le puso toda la atención. Kim trago saliva con dificultad y sentía su boca totalmente reseca debido a la escasez de agua.

—Déjame...ir. Te prometo que...no diré nada—Soltó, Jimin miro a dos de sus hombres y les asintió. Uno de ellos tomó a Kim por detrás mientras que el restante le proporcionaba golpes por todo su cuerpo. El sabor a metal empezaba a hacerse presente en su boca, no podía moverse y por lo tanto solo torcía su boca del dolor.

—Suéltenlo—Ordenó después de algunos minutos. Soltaron sus brazos en seco, Taehyung se retorcía en el suelo del dolor causado. Se apoyó un poco para escupir el liquido rojizo y sus manos se colocaron en su estómago. Park tomó el arma y le quitó el seguro para después apuntarle a Kim.

—No lo hagas, te lo suplico. No he hecho nada, solo soy el mejor amigo de Haneul—Soltó un sollozo fuerte, Jimin echó su cabello hacía atrás con su mano izquierda y se acuclilló frente a él.

—¿Acaso me importa? Me repugnaba ver cómo te acostabas con ella, ver qué otro hombre estaba en mi lugar. Yo no podía permitirlo.

—¿Tú nos vigilabas...siempre?—Balbuceó, Jimin hizo presión en su estómago para que Taehyung soltara un grito de dolor. Sonrió un poco por su acción.

—Por supuesto Kim, tengo vigilada a Haneul desde antes de tenerla en mis brazos. Me di el tiempo de investigar a toda su familia y a cada uno de ustedes. Me reía cuando veía como iba de un lado a otro pensando que estaba segura. Es por eso mismo, que ella no puede escapar de mí...y no lo hará—Hizo un mohín, Taehyung deseaba reunir fuerzas y pelear contra él. Pero era en vano, su cuero dolía como si hubieran encajado miles de clavos y Park llevaba ventaja por tener un arma en su mano. Si contar que se encontraban diez de sus hombres. Tenía temor, por supuesto, ¿quien no?

—Suéltame, te prometo que...no diré nada y me iré muy lejos. No la veré más si eso gustas—Una vez más suplicó, Park saco una fotografía de su bolsillo trasero y se la mostró. Era Haneul y Taehyung en la playa, sonreían en grande y en los brazos de su mejor amigo estaba un perro de raza pomerania.

—¿Ves esto, no?—El chico asintió. Park remojo sus labios y lo miro—Debes verlo bien por que es lo ultimo que verás

—¿Que?—Dijo atónito con la fotografía en sus manos. Park se reincorporó y le disparó. Sin ningún remordimiento, miró por última vez a Kim y se dio la vuelta para adentrarse al hogar y seguir su camino hacía la camioneta que lo transportaría hacía su casa.

Los hombres de Park se encargaron de tomar el cuerpo y adentrarlo a la camioneta. Soltó un suspiro en cuanto tomó algunas toallas húmedas para limpiar las gotas del fluido que había caído en su rostro. Eso había sido fuerte a pesar de que no sentía nada, ni lastima o cualquier otro sentimiento hacía el chico. La camioneta empezó su andar, por segunda vez volvió a tomar un cigarrillo y encenderlo. Lo hacía demasiadas veces en el día, ni siquiera las contaba. Tomó su teléfono móvil y lo desbloqueó con su huella, lo primero que vio fue a Haneul en traje de baño, su cabello caía por sus hombros y el precioso color rubio le sentaba demasiado bien. Sonrió y empezó a teclear.

La camioneta se detuvo después de dos horas de camino, se bajó de ella y camino hacía la puerta principal. En cuanto la abrió, se encontró con Haneul bajando de las grandes escaleras con un vestido de marca Dior. Se acercó a ella y la tomó de la cintura para estampar sus labios en los de ella. La chica sonrió en medio del beso, sintiendo el sabor a cigarrillo al mismo tiempo que el perfume de Park inundaba sus fosas nasales.

—Te tengo un obsequio—Le guiño un ojo, Jimin se dio la vuelta y dio la orden de que lo trajeran. Los dos hombres de Park se adentraron y soltaron el obsequio frente a la chica.

Sus ojos se abrieron como platos, su cuerpo empezó a temblar y por primera vez, no sabía cómo reaccionar. Pero lo hizo. Cayó de rodillas frente a Taehyung soltando un grito de dolor, un fuerte dolor de la pérdida de la persona que más quería en su vida. Los recuerdos desde que se habían conocido llegaron a su mente como flashbacks, sus manos temblaban demasiado y sin importarle se aferró a su cuerpo.

—No, no. Taehyung por favor, despierta—Suplicó entre sollozos y después de algunos minutos se levantó del suelo y miró a Park que se encontraba un poco alejado de ella. Camino hacía él con furia y en el acto, tomó el arma que estaba situada en la mesa de cristal. Quito el seguro y le disparó en la pierna a Jimin. Lo hizo caer al suelo enseguida.

—¡Eres una bastarda! ¡Esto te costará demasiado, Haneul!—Le gritó con furia. Los hombres de Park trataron de acercarse a ella pero lo impidió.

—¡Aléjense! ¡O juro que les disparo a todos!—Grito antes de colocarse arriba de Jimin con una pierna a cada lado de su cuerpo. Presionó la herida con su pierna causándole un dolor inmenso y de nuevo, haciéndolo gritar y jadear de dolor—Esto no se quedará así, me quitaste a la persona que más amaba Park. Y te juro...escúchame bien—Tomó sus mejillas con fuerza para que la mirará a los ojos—Te juro que te arrepentirás por lo que hiciste.

Lo soltó al mismo tiempo que soltaba el arma la cual cayó al suelo. Haneul se levantó de su cuerpo y con pasos firmes salió de la casa. Las lágrimas corrían por sus rostro, debido al sentimiento de coraje y tristeza. La chica haría que Park Jimin se arrepintiera y se arrodillara suplicándole el perdón.


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Las quiero, cuídense. Gracias por sus comentarios 💜💜

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