XXI
Nadie había hablado de más. Nadie dijo nada. No cuestionaron, sólo dejaron en fue un "asalto" y nada más. ¿Por que? Conocían a Park Jimin y era un resultante peligroso. Por el lado de Haneul, prefería no hablar ni reclamar ¿para que? Si no sería escuchada por nadie.
Ya estaba enterada del tipo de hombre que es Park, sabía perfectamente lo que hacía pero su preocupación era muy grande, es decir, aquellas niñas no merecían todo ese trato. Pero claro, ella no podría cambiar nada. Ni mucho a menos Jimin aún así le diera todo lo que él quisiera sin reproches. Su supuesta relación como novios, no era seria y aunque lo fuera, Park nunca la valoraría ni la tratara bien.
—¿Ahora si aprendiste? O...¿tengo que volver a golpearte?—Susurro en su oído, Haneul tragó saliva al sentir su respiración chocar ahora en su cuello. Sentía todo su cuerpo doler como si tuviera clavos en el y realmente rogaba en su mente que Park no se le ocurriera hacer algo más.
—Ya...lo entendí—Balbuceó, el de cabello azabache asintió y se alejó de ella. Pasó su lengua por el interior de su mejilla golpeando esta al mismo tiempo que miraba seriamente a Haneul.
—Como castigo volverás al club, me importa poco con quien tengas que acostarte.
Ante esas palabras, las lágrimas de Haneul empezaban a bajar constantemente. En verdad era lo ultimo que deseaba, no quería volver a ese club donde solo habían hombres asquerosos por todos lados con el hambre de una mujer. Lo odiaba. La última vez fue una horrible pesadilla, tuvo cosas en su boca de un hombre mucho mayor que ella y que tiempo después terminó vomitando. Las veces que había lavado su boca eran infinitas.
—Por favor, no lo hagas. Te prometo que me portaré bien—Suplicó, Jimin soltó una risita nasal y negó con lentitud.
—Te lo dije muchas veces Haneul, mi paciencia se terminó.
Salió de la habitación dejándola con la palabra en la boca y sufriendo, por un momento pensó que todo estaría bien cuando accedió a escapar de casa de Taehyung. Fue tan ingenua, todo dolía. Su aborto espontáneo que ella no deseaba que fuera así y que no entendía por qué el doctor le había dicho que solamente se trataba de una infección en el estómago. Aunque en cierta parte no le sorprendía si Jimin estuvo involucrado.
Haneul frunció el ceño al recordar que Jimin había comentado que irían a Seúl. Eso quería decir que al club que la llevaría no sería el de Busan. Oh, eso le causó más temor. Con mucho cuidado de lastimarse, colocó un pie fuera de la cama y después el otro para así levantarse e ir al primer salón. Los golpes de Park si que fueron horribles, parecía tenerle rencor como para hacer todo aquello.
Tardó aproximadamente en bajar diez minutos, las escaleras eran largas y como siempre lo decía, estás parecían no tener algún fin. En fin, toda la casa de Park era gigantesca tanto así que te tomaba cinco minutos en llegar de cualquier habitación al jardín. Jimin se encontraba en la sala conversando con nada menos que el presidente de Corea del Sur, la gran pregunta era: ¿que hacía en casa?
—Hanuel, querida—Exclamó con una falsa sonrisa, la chica caminó lentamente hacia ellos causando que el gran presidente honorable se levantara del sofá para saludarla. Se dedicaron una reverencia que por cierto, le dolió demasiado a Kang.
—Un gusto, señora Park.
Haneul hizo una mueca cuando le hablo con aquel apellido que nunca en su vida lo desearía. Jimin la tomó de la cintura para ayudarla a tomar asiento en el sofá frente a Bae Dakho. Era una total hipocresía lo que Park hacía con Hanuel, estaba completamente segura que si se encontraron solos, él disfrutaría verla sufrir con cada paso que daba.
—Disculpen mi ignorancia pero, ¿que sucedió?—Se refería a ella, a sus golpes. Haneul quiso decirle que en realidad Jimin la golpeó hasta cansarse.
—Oh, asaltaron nuestra cabaña. Yo no le encontraba en el momento y realmente me arrepiento el haberla dejado sola—Acaricio el cabello caoba de la chica, estuvo a nada de reírse por esa mentira tan estupida.
—Oh Dios, espero te recuperes pronto. Park sabes que puedes contar conmigo en todo.
Jimin asintió vertiendo un poco de vino en sus copas, la duda de Hanuel aún no seguía aclarada. Lo observó, se encontraba en la pequeña barra donde después tomó la cajetilla de cigarrillos. Por alguna razón, su mirada bajo por todo el cuerpo de Jimin, se veía realmente bien con aquel traje Dior y sus piernas...sin palabras.
—Muchas gracias, también espero lo mismo—Le sonrió, Bae sacó un pequeño sobre de su saco para después extendérselo a Haneul.
—Es la invitación para mi evento en Seúl, será en dos días. Y claro, mi gran amigo Park Jimin no puede faltar ¿verdad?—Acomodo sus gafas, Haneul mantenía su mirada en el donde claramente se encontraba escrito el nombre de ella y Jimin, al parecer sería un evento grande donde acudirían algunos medios de comunicación. Al leer aquello, un nudo se formó en su estómago de la preocupación, estaba más que claro que había muchas posibilidades de que su familia y amistades la vean por medio de fotos o videos. En pocas palabras, estaría en televisión nacional.
—Estaremos presentes, no te preocupes. Es hora de que todo el mundo conozca a mi esposa—Beso la mejilla de Haneul como si fueran la gran pareja del año. Ella soltó un suspiró al mismo tiempo que miraba a Park, se encontraban a tan solo centímetros y él no dudó nada en unir sus labios.
—Son una pareja muy hermosa, me alegra que por fin tengas a una chica tan bonita como ella—Haneul sintió su mirada recorrerle todo el cuerpo al mismo tiempo que bebía de su copa.
Sentía el temor, no estaba segura en ese lugar.
[...]
Si, habían pasado los dos dias para el evento. Se encontraban en Seúl, en una casa muy bonita y grande pero no tanto como en la que vivían. Sin embargo, quedó encantada con cada detalle de ella. El dolor de su cuerpo iba disminuyendo gracias a las pastillas que ingería, sus golpes no se encontraban del todo disminuidos pero el maquillaje hará su magia.
Desde que habían llegado a Seúl, sentía temor y nervios por lo que podría suceder en el evento. Muchos camarógrafos y probablemente diferentes cadenas de televisión que estarán transmitiendo en vivo. Hanuel presente junto a Park, no podía hacer más.
—Te compre el vestido—Sin ningún cuidado le lanzó la bolsa que pertenecía a la marca Dior, su favorita al igual que Jimin. Es lo único bueno que compartían.
—Gracias—Respondió con una pequeña sonrisa, Park se desplomó a un lado de ella donde después colocó una almohada en su nuca para tener una mejor vista de su preciosa chica.
El vestido le había fascinado a Haneul, era de su color favorito: rojo. Y como dejar atrás esos detalles tan únicos, era largo hasta caer a sus pies y una de sus piernas estaría descubierta. Sabía que era un vestido que le haría resaltar mucho su belleza física.
—¿Tu lo elegiste?
—Por supuesto, ¿te gusto?—Arqueo su ceja izquierda, Haneul asintió con frenesí. Con mucho cuidado colocó sus dos piernas a los costados de Park, terminando por sentarse arriba de él y quedando exactamente en su pelvis.—¿Que haces?
—Nada—Se encogió de hombros, Jimin la tomó de su pequeña cintura con sus dos manos mientras la acariciaba. El comportamiento de la chica era muy raro para él.
Haneul se acercó a sus labios y lo besó. Así sin más. Un beso lento donde en algunas ocasiones él mordía su labio inferior, la chica ladeó su cabeza para profundizarlo al mismo tiempo que sus manos viajaban por el todo el abdomen de Jimin hasta su pecho. Él sabía lo que deseaba y por supuesto que se lo cumpliría, sin ningún reproche. La tomó entre sus brazos para lanzarla sobre la cama y ahora él se encontraba arriba de ella, la chica sonrió cuando Park empezó a deshacerse de su camisa ¿que pasaba con Haneul? Es decir, de un tiempo a otro sentía la necesidad de tenerlo en ella. Por alguna razón que aún no comprendía.
Fue simplemente rápido, debían estar listos en una hora para dirigirse al lugar del evento. Haneul se sintió tan satisfecha cuando lo tuvo en ella ¿por que? Bueno, ni ella lo sabía. La chica terminaba su maquillaje que por cierto le había costado dedicación y paciencia para que cubriera los golpes. Jimin se encontraba listo, solo esperaba que su novia también lo estuviera, este estaba emocionado de todas las fotos que tomarían junto a ella y que era muy probable que el día de mañana estuvieran en la portada de alguna revista o en el mismo periódico. ¡Pero claro! Eso no debía saberlo Kang.
Haneul terminó y con ello, bajo las escaleras acompañada de Jimin. Como daba vueltas la vida ¿no? Hace tan solo horas no se dirigían la palabra y ahora terminaron acostándose y más felices que nunca. En fin, la hipocresía.
El chofer encendió el auto para dirigirse a su destino, Haneul miraba las calles y las personas caminar en ellas, recordaba las veces que ella solía pasear junto a su novio y amistades, las veces que escapaba con Taehyung para ir a comer algo delicioso a restaurantes no muy conocidos o elegantes. Los lugares que ella tanto extraña visitar pero acompañada de Kim. En tan solo veinte minutos, habían llegado. Y a pesar de que la camioneta no se acercaba todavía del todo, observó a los periodistas en la entrada del evento atacando a cada que llegaba para pedirles que posaran o respondieran algunas preguntas. Sus manos empezaban a sudar demasiado e inconscientemente miró a Jimin pero él estaba muy tranquilo mientras acomodaba un poco su traje.
La camioneta paró en la entrada causando que las personas que se encontraban con sus cámaras grandes y demás, observaran con detenimiento quién o quienes bajarían de esa camioneta tan lujosa y elegante. Park fue el primero en bajar donde atacaron tomándole fotografías, todos lo conocían por ser una gran amistad del presidente, por sus empresas y demás. Le extendió la mano a Haneul quien con cuidado bajo de la camioneta y de igual manera las cámaras se posicionaron en ella preguntándose ¿quien es esa mujer tan preciosa? A lo cual, Jimin no dudó en responder.
Mi esposa.
La "pareja" posó frente a ellos solamente tres veces para después adentrarse al gran salón que parecía un castillo. Todo iba perfecto. Pero por otro lado, su familia se encontraba viendo aquel programa donde transmitían el evento.
Observaron a Haneul, confirmando si en verdad era ella o no como lo había dicho Taehyung hace unos minutos. Si, si lo era. Y todos en aquella familia junto a Taehyung, sintieron una gran decepción y tristeza por lo que Haneul había hecho. Desde ese momento, estaban más que enterados, ella no fue secuestrada. En realidad se escapó con un hombre mucho mayor a ella del cual se trataba de un empresario y gran amigo del presidente de Corea del Sur, lo habían investigado hace segundos.
Era un descaro párala familia Kang, verla sonreír como si nada pasara. Como si sus familia y amigos no estuvieran buscándola como locos por cielo, mar y tierra. Tal cosa que ya no harían más por que estaba confirmado en donde se encontraba, y estaba bien.
—A partir de este momento, no tengo hija. No se quien es y mucho menos merece llevar el apellido Kang. Espero que todos pensemos lo mismo—Hablo su padre con lágrimas en los ojos y rojo de furia.
Taehyung lanzó el televisor al suelo causando un gran estruendo por toda su habitación y parte del primer salón. Se encontraba furioso y decepcionado de ella, le había mentido y traicionado cruelmente. Haneul, la tanto que ha amado desde su niñez. Ahora no quería saber nada de ella y se encontraba decidido, había roto todas las imágenes junto a ella y destruido tantas cosas.
——
Tengo tantas cosas en mente🤯
Platíquenme, ¿de donde son?
Las quiero, besos
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