XVIII




Haneul no se encontraba embarazada, fue un gran alivio para ella por que se ahorraría tal vez algunos golpes y lo peor, el miedo que tendría al estar en el quirófano. Solo se trataba de una infección de estómago por alguna comida que había ingerido.

Mientras caminaban por el gran pasillo con paredes blancas y algunos doctores yendo hacía todos lados. Una hoja de papel llamó su atención esta se encontraba pegada en la pared y fue algo muy raro para ella debido a que no se encontraban más a su alrededor. Cuando estuvo más cerca, pudo darse cuenta que se trataba de una foto de Jungkook con sus características de la última vez que lo habían visto.

Él se encontraba desaparecido.

Inmediatamente miró a Jimin quien mantenía su atención en su celular, sintió un temor inexplicable por todo su cuerpo pero estaba decidida preguntar.

—¿Que pasó con Jungkook?

—¿Ya viste los volantes eh?—Soltó una risa burlona. Haneul frunció el ceño por su repentina risa, no había motivos.—No te preocupes, él se está divirtiendo.

—¿De que hablas?—Preguntó acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja, Jimin se adelantó para abrir la puerta del auto deportivo, lo observó y ese aire de egocentrismo que siempre tenía en él, por alguna razón lo odiaba.

—Nada que te importe, súbete—Señaló el auto sin mirarla.

Haneul soltó un suspiro y decidió obedecerle pero en cuanto estuvo a punto de subirse al auto, una mano tomó su brazo haciéndola sobresaltar. Park se bajo del auto para estar en alerta de quién podría ser el chico que había tocado a su novia ¿uno más? Si, debía tener en cuenta que Haneul estaba desaparecida para su familia y amigos. Era muy diferente a que ella haya aceptado irse con él, solo para no tener que lidiar con hombres asquerosos.

—Haneul—Balbuceó su hermano, Yeosang. La chica tragó saliva mientras la ansiedad le invadía sin saber que hacer o como reaccionar. ¡Su hermano estaba frente a ella!

Park lo identificó de inmediato, conocía a su familia y a Taehyung. Y le daba igual que él se encontrara frente a ellos, se llevaría a Haneul a pesar de todo pero ahora sería fuera del país. Ya no podrían quedarse en Corea del Sur por un buen tiempo.

—¿Quien es él?—Lo señaló con su cabeza, las lágrimas se hacían presentes en el rostro de los dos hermanos. Lo sentía tanto pero se iría con Park.

—Su novio—Le respondió Jimin, ella bajo la mirada y exhaló. Observó a Yeosang, parecía estar decepcionado de ella y era obvio, se estaba haciendo ideas en su mente. Las cuales no eran ciertas pero Haneul lo haría ver como un si.

—Lo siento—Susurró para después sin siquiera mirarlo y adentrarse al auto de inmediato mientras se repetía una y otra vez en su mente lo detestable que era. Le dolía no poder irse con su hermano y decirle todo lo que ha sufrido con Park a pesar de que habían hecho el trato de ser novios. Él no la respetaba para nada, la golpeaba cada que podía y quería.

Jimin le dio una última mirada a Yeosang para imitar a su hermosa novia, en unos momentos ya se encontraba dando las órdenes para que sus hombres preparaban el avión privado y demás. Se irían a Europa. Haneul sentía su mundo derrumbarse debido a todo el daño que estaba recibiendo, al venir al hospital oculto sus golpes con maquillaje y mostró una gran sonrisa como si fuera la más feliz junto a Park.

Por otro lado, Yeosang se deshizo de todo sufrimiento y ahora podía decir que odiaba a su hermana. Él creía que Haneul se había ido de casa por ese hombre que se veía mucho más grande que ella, lo era. Su hermana sólo tenía veinte años y Jimin treinta y uno.

Yeosang se encontraba en Busan por el motivo de la desaparición de Jungkook, toda la familia estaba en el lugar al igual que algunos amigos, entre ellos estaba Taehyung. Como reaccionaría al decirle que la chica en verdad no había sido secuestrada si no que se había escapado con un hombre que no tenía idea de quién podría ser. Seco sus lágrimas con brusquedad y siguió su camino hacía lugar donde se reunirían todos.

—Haneul no está secuestrada—Soltó como una bomba.

Todos pararon de hablar de golpe cuando lo escucharon hablar, sus padres lo miraron confundidos. La familia se encontraba reunida en la terraza del hotel donde se hospedarían, también se encontraban Taehyung y Yoongi.

—Cariño, no lo sabemos. También estamos aquí por si hay posibilidades de que se encuentre a...—Yeosang la interrumpió con furia.

—¡La vi madre!—Gritó lanzando los cubiertos al suelo, Yoongi se quedó estático en su lugar por lo que había revelado el chico menor. Él no podía decir donde se encontraba o le iría mucho peor.

—¿Que? ¿En donde?—La madre se alteró de inmediato levantándose de su asiento. Yeosang echó su cabello hacia atrás y su respiración se encontraba agitada.

—Ella se fue con un hombre, lo hizo por voluntad propia. ¡No tuvo ni siquiera el valor de mirarme a los ojos!

—No, eso no puede ser así—Su padre se negó rotundamente. Taehyung empezó a soltar lágrimas que rodaban por sus mejillas sin cesar, sus labios temblaban y por primera vez sintió lo que en verdad era una traición.

—Lo siento pero es así, el hombre se ve muy rico y mucho más grande que ella. Se fue con él de inmediato. Haneul nos engañó—Concluyó, el lugar se volvió en silencio por algunos segundos y en ese lapso de tiempo solo escuchaban los pajaritos cantar o los autos que pasaban. Hasta que su padre lanzó los platos de cristal al suelo causando un ruido desagradable para los presentes y haciéndolos brincar en su lugar. No podían creerlo de ella.

Taehyung salió corriendo del lugar sin rumbo alguno, solo sentía la necesidad de hacerlo por la noticia que había revelado Yeo. ¿Como era posible que Haneul lo haya traicionado de esa manera? Eso fue lo que pensó, algo no cuadraba. Se detuvo en una esquina colocando sus manos en las rodillas en señal de cansancio, había corrido por lo menos unas cinco cuadras algo largas.

Se enderezó cuando su respiración empezaba a regularse, frente a él se encontraba un restaurante y sin dudarlo camino hacía el para comprar una botella de agua. Se adentró al lugar donde algunas personas lo miraban raro, era comprensible pues sus ojos se encontraban rojos y algo despeinado por el viento.

—Hola, ¿podría venderme una botella de agua?—Preguntó en un hilo de voz, se sentía demasiado mal al punto de no poder formar sus palabras correctas. El mesero asintió dedicándole una reverencia, tomó asiento en una pequeña mesa para dos personas mientras observaba todo el lugar. Era precioso y elegante, su mirada se detuvo en una chica que se encontraba de espaldas.

Su corazón empezó a latir fuerte cuando dedujo que se trataba de Haneul, ¿como no reconocerla? La chica aún llevaba su cabello rojizo y estaría estupido si no pudiera reconocer su perfil. Junto a ella se encontraba un hombre, tal y como lo había dicho Yeosang hace unos minutos. Su corazón se rompió en pedacitos cuando observó al hombre besarla.





Haneul accedía a besarlo en público por que así lo indicaba él. Tenía que obedecerle sobre todas las cosas o recibiría unos buenos golpes.

—Aquel chico no despega la mirada de nosotros—Park miraba detrás de ella lo cual le imitó y prefirió no hacerlo. Ahora estaba Taehyung.—Vámonos.

Jimin se levantó dejando algunos billetes en la mesa para después tomar la mano de Haneul. La chica volteó para mirar a su mejor amigo quien parecía estar llorando pero su rostro se había vuelto serio de inmediato. Sabía que ahora su familia y amigos la odiarían por eso, aunque no tuviera culpa. Haneul desvió la mirada al suelo aguantando las ganas de echarse a llorar.

—Jimin, quisiera hablar contigo.

—Dime—La miró antes de encender el auto, tomó la cajetilla de cigarrillos y encendió uno.

—¿Por que sigues golpeándome? Es decir, escape contigo precisamente para no recibir esos abusos—Miró sus movimientos, Jimin sonrió con el cigarrillo en su boca para después ladear la cabeza hacia los lados tronando un poco su cuello.

—Me haces enfurecer, cariño—Separó sus piernas al mismo tiempo que extendía su brazo izquierdo detrás de la nuca de Haneul. Ella no lo miraba.

—No he hecho nada malo, Jimin—Volteo a mirarlo, él solo expulsó el humo grisáceo de su boca.

—Ven aquí—Palmeó sus piernas, Haneul lo hizo después de algunos segundos.

Colocó sus manos en la pequeña cintura de la chica que lo volvía loco, en verdad. Haneul era tan preciosa para ser real y por ese mismo motivo Jimin se había obsesionado con ella. La quería tener con él para siempre.

—Lo siento tanto cariño, empezaré a controlarme—Con su mano derecha la acercó hacía su rostro para juntar sus labios en un beso lento y duradero. Agradecían que las ventanas se encontraran oscuras.

Las manos de Jimin empezaron a bajar por sus pechos para acariciarlos con lentitud, como si estos se trataran de porcelana. A Haneul le volvía loca que el hombre usara sus camisas abiertas donde siempre destacaba alguna gargantilla de oro. Ella también se animó a acariciar su pecho.

—El chico de allá fuera se trataba de Kim Taehyung, ¿no es así?—Susurró en su oído mientras desabrochaba los vaqueros de la chica. Haneul tragó saliva cuando lo mencionó, no quería que le hiciera daño.

—Si.

—Más te vale no acercarte a él o contactarlo. Aún recuerdo aquella vez donde los vi besándose en el jardín y después se adentraron a casa, ¿siguieron la diversión?—La voz de Park le causaba escalofríos, sus labios se encontraban rozando su oído derecho. Y sin previo aviso metió su mano izquierda dentro sus bragas.

—No—Tartamudeó. Jimin sonrió observando el rostro de Haneul, le causaba placer.

Y por primera vez, Haneul lo disfrutaba.

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