Capítulo Siete

Thor salió sigilosamente del palacio, esa era la noche en que se desharia de Svad, ya había soportado suficiente, le hervía la sangre cada que ese imbecil ponía sus sucias manos sobre Loki, una sonrisa cruzó por su rostro, destrozar sus manos sería lo primero que haría.

El rubio se encaminó a la taberna donde sabía que Svad pasaba algunas noches, él mismo había ido semanas antes a dicho lugar mientras buscaba un sitio para llevar a cabo sus planes, era un sector en lo más bajo de la ciudad, era obvio, Svad no iba a exhibirse en un lugar donde pudiera toparse con alguien conocido que le fuera con el chisme a su prometido.

A unos metros de llegar a su destino Thor miró su reflejo en una ventana,  ya traía otro tipo de ropa muy diferente de como habia salido del palacio, Sif había hecho un buen trabajo, todavia era un hombre rubio, pero de cabello corto, típico de un soldado asgardiano, una barba tupida enmarcaba sus mejillas redondas, el color de ojos no se lograba ver con facilidad, suponía eran café o negros, seguro de sí mismo recorrió el corto camino para empezar a buscar a su objetivo.

Ahí estaba, tan predecible, a Thor le hubiera emocionado algo de caza, que Svad supiera cuál era su inminente final y le suplicara a Thor por su vida, pero lamentablemente no se podría hacer eso, tendría que ser un trabajo rápido y extremadamente doloroso.

Se sentó en un lugar cerca de Svad, el prometido de su hermano estaba sentado, parecía solitario en su mesa pero las muecas en su rostro afirmaban lo contrario, minutos después de debajo de la mesa salió una moza desalineada de cabello oscuro, y labios hinchados, Thor apretó los puños, ¿acaso ese imbecil se imaginaba a su hermano mientras le hacían eso? guardo su ira para más tarde, mientras observaba como Svad subía a la moza a su regazo y sin más le sacaba una teta al aire para empezar a deborarla, horas después Svad se levantó de su lugar, Thor había observado como había estado bebiendo jarra tras jarra de hidromiel, Thor sonrió, iba a ser un trabajo fácil.

Svad iba tambaleándose por la calle cantando una canción obcena, de pronto un ruido se oyó cerca de él y el silencio envolvió la noche, el rubio observo a su alrededor, ni un alma estaba en las calle, seguramente es un gato buscando comida en algún basurero, pensó Svad mientras  siguia su camino.

¿Me das una moneda? - un hombre salió delante de él tapandole el paso, no se veía para nada como alguien que necesitara caridad, pero no era estúpido, seguramente querían asaltarlo, rápidamente sacó su arma pero el desconocido hizo un movimiento rápido apuñalando su mano derecha para obligarlo a soltar su espada.

"¿Qué quieres? - preguntó Svad con cierta preocupación, sabía que no tenía una oportunidad real a menos que su atacante decidiera luchar cuerpo a cuerpo, pues su mano había sido cortada en un lugar estratégico para que no pudiera empuñar la espada - tengo un saco con suficientes monedas, tómalo y lárgate, no quiero problemas"

Tú eres el problema - habló su atacante mientras una sonrisa malévola se dibujaba en su rostro.

Svad se abalanzó sobre el desconocido, si tenía una oportunidad la iba a aprovechar, pero su atacante no se movió ni un centímetro y de último momento hizo un movimiento con su mano abierta golpeando el cuello de Svad y su mundo se puso en pausa.

Thor sonrió cuando vio caer al prometido de su hermano, ese movimiento se lo había enseñado su compañera midgardiana Nat, no mataba al oponente pero lo dejaba de inmediato fuera de la pelea, minutos antes, mientras Thor tomaba hidromiel esperando tener su oportunidad para atacar a Svad hizo nuevos planes ¿porque se tenía que privar de decirle en la cara a Svad cuanto lo odiaba?, cargo al hombre y se lo hecho al hombro como un costal de papas, dirigiendo sus pasos, hacia el lugar que había encontrado semanas atrás.

De una patada abrió la puerta, era un lugar sucio y mal oliente, puso a Svad en una silla, lo amarro y amordazo para que sus gritos no alertaran a nadie, después de un par de horas Svad empezó a recobrar el conocimiento, frente a él estaba sentado el hombre que lo había atacado, lo estaba observando y Svad vio con horror la mirada asesina del hombre.

"¿Qui ede? - intento y preguntar Svad con el ceño fruncido  pero sus palabras fueron amortiguadas por la mordaza.

" ¿Quién soy? - dijo Thor con una media sonrisa - ¿como decirlo?, soy el hombre que más te desprecia, soy quien día con día ve la forma en que crees ser el dueño de Loki, soy quien te vigila de cerca para comprobar que no te mereces ni una mirada suya, pero sobre todo soy la persona que va a terminar con tu miserable vida"

Dicho esto Thor clavo un puñal en la pierna de Svad, el hombre abrió los ojos y su grito fue ahogado.

"tho tu" - intento decir Svad pero nuevamente el dolor lo cegó porque Thor había retorcido el puñal en la carne tierna antes de  sacarlo.

"Vaya, eres más inteligente de lo que creí - Thor volvió a clavar el puñal ahora en la mano ya herida haciendo que dos de los dedos de Svad casi se desprendieran - pero no importa que sepas quien soy, de hecho me gusta que lo sepas, así sabrás que fue una mala idea intentar creer que podrías tener a Loki, él es mio, y no me importa a cuantos imbéciles como tú tenga que matar, finalmente seré yo quien se quede con él "

" Io lago juo - jadeaba Svad a pesar del dolor - voy"

"¿Juras que te largarias? - preguntó Thor a la vez que le cortaba la mejilla mientras miraba como Svad asentía cuando Thor adivino sus palabras - ¿dejarías abandonado a Loki haciéndole creer que es algo que se puede desechar?, no amigo, eso no lo hace un verdadero enamorado, le dolerá saber que tú ya jamás volverás, pero mi Loki tendrá el consuelo de saber que no fue tú culpa el haberte ido, los accidentes pasan, y a ti te ocurrirá uno muy feo".

Thor empezó a apuñalar una y otra vez a Svad, sonriendo al ver como Svad intentaba suplicar que se detuviera, finalmente cuando se cansó de hacerlo miró fijamente a los ojos de su enemigo, le dio una sonrisa siniestra y por último clavo el puñal en la garganta observando como Svad convulsionaba mientras se ahogaba con su propia sangre.

Horas después Thor saco el cuerpo, anduvo por callejones cargando el bulto enredado en una sábana sobre su hombro, llegó a un establo que pertenecía a un hostal de mala muerte, los caballos se empezaron a inquietar al sentir el olor a sangre, Thor se adentro lo más que pudo, asegurándose que no había nadie al rededor, dejó caer el cuerpo sin vida para después tomar  un caballo por las riendas y obligar al animal que pasara por encima del cuerpo, cuando el cuerpo quedó casi molido dejo que el animal se fuera, necesitaba que Svad fuera al menos reconocido, antes de irse dejó escapar otro par de caballos, las personas sacarían sus conclusiones y teorías sobre qué estaba haciendo Svad por esos lugares de mala muerte.

Ya con un peso menos encima Thor volvió a la casa donde había llevado a Svad, se ducho lavando la sangre en su cuerpo, se puso ropa del guardia que anteriormente había dejado ahí, y salió rumbo al palacio, no sin antes prenderle fuego a la casucha con las posibles evidencias que hubiera dejado en ellas.

Ya estaba por amanecer cuando llegó a su habitación, volvió a ducharse y aventó a la chimenea  la ropa que traía, el fuego sería el único testigo de sus andanzas, se acostó a dormir con una sonrisa satisfecha y solo con poner su cabeza sobre la almohada durmió pacíficamente, soñando con un mundo donde solo eran él y Loki.

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