Un trato: el inicio de todo.

—¿Es una niña? —preguntó un hombre quien sostenía una copa de vino.

—Sí, el doctor nos dio la noticia de que sería una hermosa y sana niña —dijo con una voz alegre mientras veía a su esposa, quien estaba platicando con otra mujer.

—¡Jajaja! Mis felicitaciones, Khan, el nacimiento de tu hija es prioridad para nuestro acuerdo —exclamó. El mencionado hizo una pequeña mueca de incomodidad ante las palabras del otro hombre—. ¿Te parece bien que tú y Nori vengan mañana a comer? Ya sabes, hay que celebrar las buenas nuevas —.

—Claro que me parece bien —murmuró.

—¿A la una? —preguntó el hombre mientras daba un sorbo a la copa.

—Es una hora excelente...— una mujer de cabellos amatistas y unos ojos hipnóticos violetas se acercó a los dos hombres, sin querer interrumpir a su esposo.

—Cariño, ¿Podemos irnos? Me siento un poco cansada —dijo acariciando su abultado vientre.

—Claro que sí, Nori. Bueno, camarada, si nos disculpan, nos retiramos —Khan puso una de sus manos en el hombro de su esposa y ambos empezaron a caminar hacia la salida de aquella sala. La otra mujer que estaba conversando con Nori se acercó a su esposo.

—¿Qué te dijo? —preguntó la mujer de melena dorada, posicionándose a lado del hombre de cabellos terracota.

—Es una niña, pero no te preocupes por eso, Martha. Si resulta ser varón, podemos comprometerlo con Jessica o Vanessa —expresó el hombre mientras miraba cómo la pareja desaparecía de su visión.

—Es un alivio —expresó ella, tomando un vaso de ron que un camarero estaba ofreciendo a los invitados—. Y recuérdame, ¿por qué se concretó este matrimonio? —El aburrimiento en su voz hizo que el hombre la observase con una ceja alzada.

—Para serte sincero, incluso yo, desde que era más joven, me he preguntado por qué nuestra familia ha peleado con la suya desde hace tiempo. Según mi padre, se debía a una pelea que ocurrió con nuestros antepasados, pero ha transcurrido mucho tiempo para siquiera recordar cuál fue el motivo de dicha discusión, y como ninguno de nuestros parientes se tomó la molestia de escribirlo, decidimos que lo mejor era buscar una solución —explicó.

—¿Y precisamente es un matrimonio? —preguntó con ironía, los ojos jade de la mujer reflejaban fastidio.

—Querida, sabes bien cómo funciona nuestro círculo social. Los más fuertes debemos permanecer en la cima de la pirámide, simplemente gobernando a los de abajo. Claro que puede haber algunas excepciones, como es el caso de Nori y Khan. Aún sigo sorprendido de que sus padres hayan aceptado esa aberración de unión —comentó con una aparente admiración, aunque por dentro estaba asqueado. La mujer no dijo nada, las palabras de su esposo eran ciertas, y sabía que para sobrevivir se tenía que hacer hasta lo más indispensable.

—Espero que esa criatura, en un futuro, se comporte de manera decente. Estoy harta de ser el hazmerreír de las demás familias, sus estúpidos comentarios sobre cómo ese bebé arruinará la pureza de los Elliot me está dando un insoportable dolor de cabeza —dijo antes de vaciar el contenido del vaso en un trago.

—¿Necesitas algo más, cielo? —preguntó mientras acomodaba algunas almohadas detrás de la espalda de su esposa.

—No necesito nada más, pero sí me gustaría hablar contigo de algo —expresó la mujer.

—Claro, ¿qué es lo que pasa, amor? —preguntó Khan con suavidad.

—Se trata del asunto del compromiso. ¿Es realmente necesario hacer esto? Mira, me alegro mucho de que tú y el señor Elliot estén considerando ser amigos, pero no creo que sea necesario llegar al punto de comprometer a dos niños —argumentó, mirando a su esposo. Este simplemente suspiró. Ya habían tenido esa conversación antes. Khan era un esposo comprensivo que siempre había escuchado sus opiniones, pero esta vez no estaba tomando en cuenta su palabra, y eso era algo que la molestaba.

—Nori, ya hemos hablado de esto antes. Es necesaria esta unión para que nuestras familias dejen de pelear —dijo en voz baja mientras acariciaba el dorso de la mano de su esposa.

—Pero pueden haber otras formas de unir a las familias. Un ejemplo sería hacer un trato comercial o incluso vender algunas de nuestras ideas y viceversa, ¡no hacer un estúpido matrimonio! —demandó enojada.

—Cariño... Sabes cómo funciona este círculo social, tú misma lo viviste. Créeme que si por mí fuera, dejaría que nuestra pequeña sea libre de elegir de quién enamorarse, pero las cosas no son tan fáciles. Este contrato de matrimonio sabes que se llevó a cabo incluso antes de mi nacimiento y, para buena fortuna, en ese momento el hijo del matrimonio anterior que esperaba resultó ser un varón, lo cual, por obvias razones, no podía forzarnos a casarnos. El contrato que se hizo dictamina que durará hasta que los herederos de ambas familias se casen. Si al final el hijo que llevas en el vientre resulta ser varón, no hará que cambie el destino. Él será comprometido con alguna de las hijas que nacieron por parte de los Elliot —dijo serio, mirando cómo el semblante de su esposa se tornaba triste. A él le dolía verla de esa manera, pero era algo inevitable cambiar, ya que el pacto estaba hecho.

Nori, por otro lado, analizaba con cuidado las palabras de su esposo. Ella sabía que sus suegros, en su momento, fueron reacios a que ella saliera con su único hijo. Su "amada" suegra hizo todo lo posible para separarlos, pero no fue hasta el anuncio de su embarazo que empezó a tratarla con más "amabilidad", junto con el resto de las familias de ricos.

—¿Y qué pasaría si mi hija sufriera en este matrimonio? —preguntó ella. Khan no supo qué contestar porque él también se hacía esa misma pregunta. ¿Qué sucedería si hija o hijo sufriera a manos de su próximo cónyuge? Pero una parte de él le decía que tuviera fe, pues había visto en algunas ocasiones que el pequeño heredero de los Elliot era alguien tímido, eso y, junto con los rumores que había alrededor de él, le daban una pequeña esperanza de que su bebé no sufriría.

—Mañana iremos a comer con ellos y conoceremos a sus hijos. Ahí podremos ver si él tratará bien a nuestra pequeña —murmuró en voz alta para que su esposa lo oyera. Ella simplemente suspiró y asintió. Por más que le doliera, sabía que su esposo tenía razón. Aquel maldito contrato nunca se quebraría, haciendo que el destino de dos personas estuviera unido, pagando por los errores de otras personas.

—¿A qué hora debemos estar allí? —preguntó.

—A la una en punto, pero si no te sientes cómoda, puedo cancelarlo, cariño —su voz era suave, intentando transmitir calma a su mujer.

—No te preocupes, quiero ir mañana a esa comida. Necesito saber cómo es realmente el hijo de James. No confío en esas revistas y mucho menos en los chismes de las demás mujeres. Nunca sabes cuándo pueden mentir —murmuró.

—¿Puedo ir afuera? —preguntó el niño mirando a su madre, quien se arreglaba.

—Sí, puedes, pero no te ensucies —recalcó. El menor asintió y salió corriendo afuera. El viento frío lo recibió. Felizmente se dirigió a un pequeño estanque esperando ver a los peces de colores que ahí nadaban, pero alguien más ya se encontraba allí. Se trataba de una mujer pelimorada que acariciaba su panza. El niño, curioso, decidió acercarse. Podía escuchar cómo tarareaba una canción. Tímidamente, se sentó en el césped, recargando su espalda en la pata de aquel banco. Nori ya había visto al pequeño, pero estaba fingiendo no verlo, ya que quería ver cómo se comportaba. Después de un rato, ella decidió hablarle.

—Hola, pequeñín, ¿Qué haces aquí? —El niño, que estaba concentrado escuchándola, se asustó e hizo que, sin querer, se golpeara la cabeza con el fierro de la estructura. Ella, que no se esperaba esa reacción, se levantó rápidamente, auxiliando al menor. El niño tenía pequeñas lágrimas escurriendo por sus mejillas. Nori sentó al pequeño y, con sus manos, empezó a limpiar sus ojos.

—¿Estás bien? ¿Te duele mucho el golpe? —Su voz maternal hizo que el menor levantara su mirada. La mujer frente a él lo observaba con preocupación, haciendo que un pequeño sonrojo cubriera sus mejillas.

—Y-yo... sí, estoy bien —respondió él, jugando con sus dedos.

—Me alegro mucho, ternurita —Nori acarició el área afectada en un intento de aliviar un poco el dolor. Al tenerlo cerca, pudo admirar más sus rasgos. Su cabello parecía una bolita de algodón y sus ojos eran parecidos a la miel. —«Es adorable» —pensó. —¿Cuál es tu nombre?—

—No puedo decir mi nombre a extraños —respondió con voz avergonzada. La mujer sonrió con ternura, ya que en su mente esperaba que el hijo de los Elliot fuera alguien grosero o prepotente.

—Mi nombre es Nori Doorman, pequeño. Como yo me presenté primero, es tu turno, y así ya no seremos desconocidos.

—Mi nombre es Nicolás, pero me dicen N —dijo el niño.

—¿N? ¿Por qué te llaman así? —preguntó incrédula.

—Según mi mamá, es más fácil de recordar.

—Bueno, N, me alegro mucho conocerte. Oye, ¿Qué te parece si regresamos a tu casa? Te apuesto a que nos están buscando —exclamó mientras le tendía su mano para que el niño la tomara. N estaba nervioso, pero aquella mujer dijo que irían a casa, y, bueno, según su lógica, ya estaban en su hogar y, si ella estaba ahí enfrente suyo, era porque no representaba alguna amenaza. Sin dudar, agarró su mano y ambos, a paso lento, se dirigieron a la misión.

—¿Por qué está tan grande tu panza? —La curiosidad en su voz le daba ternura a Nori.

—Jejeje, es que estoy cargando un bebé.

—¿Y cuándo saldrá?

—Pues un pajarito muy bonito me dijo que este mes saldrá de mi pancita —dijo con suavidad. Su mano libre empezó a acariciar su vientre. Curioso, N puso su mano, sintiendo un pequeño movimiento. Asustado, apartó su mano, haciendo que la mujer riera bajito.

—¿Es una niña o un niño? —dijo con más entusiasmo.

—El mismo pajarito me dijo que sería una hermosa niña. «¿Sabrá del compromiso? Dudo que lo sepa, todavía es muy pequeño» —pensó Nori mirando al pequeño, que daba saltitos. —Y N, ¿puedo preguntarte algo?

—¿Qué necesita, señora? —El albino se detuvo, mirando a la adulta.

—Verás...

—¡Nori, qué bueno que llegaras! —exclamó emocionada Marta.

—Oh, hola, Martha, es un gusto verte otra vez —dijo la pelimorada con una ligera sonrisa.

—Veo que ya conociste a mi hijo —la voz de la rubia reflejaba sorpresa.

—Claro, es un niño muy tierno —exclamó.

—Bueno, te invito a pasar. En un momento nuestros maridos se reunirán con nosotras en el comedor. Nicolás, ¿puedes decirle a la nana que vaya por tus hermanas? —ordenó, mirando al menor.

—Sí, madre —habló el niño. Se separó de la pelimorada y se dirigió a la puerta. Una vez que ya no estuvo en la habitación, Marta le volvió a hablar a su invitada.

—Y dime, cariño, ¿Qué te pareció mi hijo?

—Es un niño muy educado para su edad y bastante tierno —opinó.

—Me alegro que te cayera bien tu futuro yerno. Y espera ver a tus futuras nueras, aunque claro, no vas a poder tener una conversación con ellas. Aún son unas bebés —exclamó mientras tomaba la mano de Nori y la guiaba afuera de la habitación, sin notar la cara de incomodidad de la invitada.

Después de aquella cena, Nori estaba un poco más tranquila, pues aquel niño era un amor. Aunque su preocupación principal era si esa actitud cambiaría con el paso de los años o cuando se enterara de que ya estaba comprometido. Esperaba que no pasara eso. A finales de octubre nació la heredera de los Doorman: Uzi, una linda bebé de ojos morados como su madre y de cabellos castaños por parte de ambos padres.

Los primeros en felicitarlos fueron los Elliot, quienes estaban satisfechos con el nacimiento de la bebé. Como una especie de ofrenda, la familia les regaló una caja de madera cuyo contenido era una hermosa pieza de joyería en forma de serpiente.

Ambas familias acordaron no decir nada del matrimonio hasta que Uzi cumpliera 7 años, esto con el fin de hacer que los dos niños convivieran y empezaran a formar lazos de amistad, con el fin de evitar futuros desacuerdos.

Esta será mi primera historia Nuzi y la verdad estoy ¡emocionada!, espero que a los fans de la serie web Murder Drones les guste.

Cómo estarán leyendo ya he corregido algunos aspectos de la trama y la ortografía, así que los que alcanzaron a leer la primera versión siéntanse afortunados por qué ahora será lots media, lo mismo pasará con el resto de capítulos.

Y espero que los autores Kiara145uwu King--Kazma Nana_Gacha5 Solecitomedusa11 disfruten la nueva versión de esta historia.

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