veintitrés. iii
–Noona, ¿en algún momento vas a liberar a Coco y a Salem?
–¿Recuerdas que te conté como conocí a Coco?
–él asintió, manteniendo la vista en el terrario– Pues, si las libero quizás no sobrevivirían mucho tiempo.
–Pero cuando la recataste habían otras serpientes también y fueron liberadas en la naturaleza.
–Lo que pasa es que Coco, al igual que Salem, nacieron y se criaron en cautiverio, si las libero podrían ser atacadas por su misma especie, otros animales o caer en las manos de los humanos lo cual no es muy bueno en la mayoría de los casos.
–Oh, entiendo. Aquí están seguras.
–Exacto. –Volví mi atención a la libreta del mocoso.
Misuk me pidió echarle un ojo y él decidió pasar el día en mi apartamento. También me encargó vigilar que hiciera todos sus deberes y al ver que uno de esos se trataba de matemáticas, la Hani amante de los números salió a flote.
–Recuerda que ni una palabra de esto a tu madre. –Sunho hizo un 'ok' con sus dedos.
De todas maneras el mocoso era muy inteligente, sus calificaciones eran muy buenas, no necesitaba que alguien más hiciera su tarea. Simplemente había cedido ante mi capricho.
Taehyung apareció en la sala con una nueva muda de ropa y secándose el cabello con una toalla, se apoyó a mi lado en la barra y percibí el aroma dulce de mi champú.
–Te ves sexy resolviendo problemas matemáticos de octavo grado.
–No me digas –reí– Otra fantasía que no sabías que tenías.
–Si, pero no lo digas tan alto que Sunho nos puede escuchar. –Se inclinó para besarme en la mejilla.
–Ni sabría de lo que estamos hablando. –Comenté en voz baja, deslizando un dedo por uno de sus tirantes y sonreí ante un recuerdo– ¿Estás pensando en lo que te hice anoche?
–Tae, el mocoso nos puede escuchar –casi grité en un susurro dándole un vistazo a Sunho que seguía casi hipnotizado con mis bebés, regresé la atención al pelinegro y su sonrisa se hizo más amplia, le divertía demasiado devolvérmela– y no es momento...
Creé un monstruo.
Quien lo diría. Después de llamarlo ñoño con tirantes, ahora me ataba con estos.
La vida da muchas vueltas.
–Te sonrojaste. –Se burló.
Iba a responder a eso, pero Sunho salió de su trance y se acercó a nosotros.
–Hyung, vamos a jugar. Ya terminé de hacer tarea.
–Lo siento, Sun, pero tengo cosas que hacer. Puedes jugar con Hani.
–¿Quieres que me asesine?
–Ella no te va a hacer nada, ¿verdad?
Tae me miró fijamente.
–Pues...
–La semana pasada le gané y me amenazó con pegarme goma de mascar en el cabello para que así mi mamá tuviera que cortármelo de nuevo.
–¡Eso no es verdad!
Otra vez Tae mirándome con reproche, porque me creía capaz.
–Es mejor que mantengamos nuestra amistad fuera de los videojuegos, noona.
Bufé, viendo como ambos reían.
Finalmente Tae nos dejó solos, solo había venido después de clases a almorzar conmigo y a darse una ducha para salir de nuevo, a la biblioteca.
Sunho y yo decidimos jugar a los videojuegos al asegurarme de que no tenía más deberes por hacer. No hubo agresiones de ningún tipo, pero si muchos gritos como era lo común cuando jugábamos. Luego salimos a dar una vuelta y fuimos por unos waffles con helado, el mocoso no cabía de felicidad ya que Misuk no lo dejaba consumir demasiada azúcar, pero ella no tenía por qué enterarse de lo que habíamos hecho.
Un par de horas después lo entregué sano y salvo a su madre, y así mi día como niñera de un preadolescente llegó a su fin.
Estaba limpiando mi casco con una sonrisa estúpida en el rostro, ante el recuerdo de algo que hizo Tae en la mañana antes de irse a clases; mientras yo me duchaba, me dejó una taza de chocolate caliente sobre mi mesita de noche junto a una notita donde me deseaba un buen día y me decía que me amaba mucho. Y no es que fuese la primera vez que hacía algo así, pero siempre me tenía en las nubes con todos sus detalles. No podía parar de pensar en lo adorable y atento que era, hacía cada cosa para que estuviera derritiéndome de amor.
Ugh. Jungkook o cualquiera de mis amigos estarían burlándose de mi hasta el cansancio por ver mi cara de tonta enamorada.
Nunca imaginé que llegaría a estar en una relación nuevamente, mucho menos tan enamorada. Estaba feliz por tener a Taehyung a mi lado, era un hombre muy especial y que me hacía sentir de la misma forma. Podíamos hablar de cualquier cosa, era muy bueno escuchando y siguiéndome la corriente. Además que sabía llevar muy bien mi personalidad intensa y mi carácter que en ocasiones podía ser difícil, él era mi calma.
Me sentía tan tranquila estando a su lado y pienso que eso es lo mejor que puede brindarte una persona y más si es la persona que amas.
Él era toda la definición de querer bonito.
Le di otro mordisco a la pizza cortando el hilo de queso con los dedos por lo mucho que se estiró, llevándome a la boca el restante.
Taehyung se molestaría porque comencé a comer sin él, pero en mi defensa era su culpa por no llegar antes del delivery. Además si fuera al revés él haría lo mismo; eso me decía a mi misma para no sentirme tan mal. Tenía mucha hambre, aunque solo llevaba dos porciones tratando de ser prudente.
El plan era una noche de películas para relajarnos ya que él había estado atareado con sus clases y los trabajos que debía entregar, además de los exámenes, cosa que lo tuvo de un humor extraño en días pasados y por lo cual habíamos discutido varias veces, aunque entendía todo el estrés que debía tener encima. Yo también había estado muy ocupada, mi agenda no dejaba de llenarse cada vez y me había llevado a salir del estudio un poco más tarde de lo usual algunos días.
Escuché el sonido del sistema de seguridad al ser desbloqueado justo cuando estaba masticando el último pedazo de mi porción de pizza, así que me puse de pie para ir por un vaso y más servilletas a la cocina.
–Me adelanté un poco. –vi a Tae quitarse los zapatos. –Tenía mucha hambre y-...
Su abrazo al yo girarme cortó mis palabras. Le correspondí, sonriendo por su efusividad pero supe que algo no andaba bien cuando su agarre se hizo mucho más fuerte, como si no quisiera soltarme en un buen rato.
–¿Qué pasa? –no respondió– ¿Tae?
–Se me olvidó algo en el auto, ya regreso. –Se separó, tomando aire profundamente y girando su cabeza, evitando mi mirada, por lo que no podía ver su rostro completamente.
Me preocupé por supuesto, porque en los mensajes que compartimos minutos antes no vi indicios de algo fuera de lo normal.
Lo tomé de la muñeca antes de que diera un paso, buscando su mirada hasta que noté lo rojizos que estaban sus ojos, como si hubiese llorado mucho, y lo arrastré hasta el sofá e hice que se sentara.
Se mantuvo cabizbajo mientras que yo me arrodillaba frente a él.
–Mi amor, ¿qué sucede?
No respondió de inmediato, y yo me mantuve en silencio a la espera de que quisiera hablar.
Tomé sus manos entre las mías y esperé pacientemente.
–Me encontré a Taekyeon al salir de la biblioteca –musitó, alzando un poco la cabeza para mirarme, noté la rabia mezclada con tristeza en sus ojos cristalizados– Quise seguir mi camino en ese momento, pero se atrevió a hablarme... Actuó como si nada, preguntando sobre mi vida como si no me hubiese abandonado, dijo que me veía bien y me preguntó si fui adoptado por personas de dinero –apretó la mandíbula– Ni siquiera intentó ofrecer una disculpa o dar una maldita excusa de por qué se fue.
Podía percibir su rabia y decepción. Me sentí mal por él y también muy enojada porque hubiese tenido que pasar por esa situación.
–Le dije que no volviera a dirigirme la palabra, que se olvidara de mi existencia como hizo en todos estos años... –inhaló fuertemente, cerrando los ojos por un segundo– Ya me había mentalizado de que probablemente me lo iba a encontrar de nuevo pero que no íbamos a cruzar palabra y ver su descaro me... duele y me enoja mucho.
Lo abracé, acariciando su espalda, sintiéndome un poco frustrada en su lugar y sabiendo que no había otra cosa que pudiera hacer para que se sintiera mejor.
–Necesitaba abrazarte.
Me separé un poco, viendo su sonrisa desganada y sus ojos apagados. Con mis dedos peiné algunos mechones hacia atrás ya que su cabello se había desordenado por quitarse el beret que traía.
–Después de eso fui a caminar por ahí, estaba muy alterado y no podía conducir así. Caminé como por dos horas.
Me dolió el corazón de tan solo imaginarlo deambulando por las calles sintiéndose tan mal, mis manos se juntaron con las suyas nuevamente.
–Lamento que hayas tenido que pasar por eso, espero que ese hombre no te moleste más.
Alzó los hombros.
–Estoy cansado.
Era obvio que ya no quería seguir hablando de ese asunto.
–Deberías comer algo antes de acostarte.
–No tengo hambre, solo quiero dormir y que me abraces.
No insistí, así que me puse de pie y después de compartir otro abrazo fuimos a mi habitación, ya tenía mi pijama puesta y él solo quedó en bóxer, mientras yo hacía mi rutina de noche.
Al meternos bajo las sábanas no hablamos mucho, dejé que apoyara su cabeza en mi pecho y que me usara como su almohada mientras yo repartía caricias en su cuero cabelludo, su frente y peinaba sus cejas, en pocos minutos se quedó dormido. Aún así yo no tenía sueño, solo podía imaginarme el encuentro entre Tae y su padre biológico.
De pronto la pantalla de mi celular se iluminó con una llamada entrante, estaba sobre mi mesita. Estiré mi brazo y lo tomé, era un número desconocido e iba ignorarlo, pero lo que me detuvo fue que provenía de Estados Unidos. Pensé que podría ser alguno de mis amigos.
En el proceso de levantarme con sumo cuidado para no despertar a Tae, la llamada terminó y al segundo entró otra del mismo número, dejé una almohada junto a él.
–¿Hola? –Contesté, saliendo de mi habitación.
–Brooke.
–¿Lilly?
Me sorprendió escuchar esa voz, esperaba que fuera cualquier persona menos ella.
–Si soy yo, en Corea debe ser algo tarde, lo siento –salí al balcón– Sé que es muy raro que te esté llamando después de años sin hablar ni vernos. Fui al salón de tatuajes donde solías trabajar y accedieron a darme tu número, así fue como supe que ya no estabas en el país, espero no te moleste.
–Oh, descuida. Me sorprende mucho tu llamada pero me da gusto escucharte. ¿Cómo estás?
Se hizo un breve silencio en la línea y luego escuché un suspiro de su parte.
–Justo por eso te llamo. Lo siento tanto, Brooke. –Noté como su voz se quebró al pronunciar mi nombre.
Y una mala sensación me invadió de pronto.
–No te entiendo...
–Sé por qué te alejaste de todos en la universidad –mi corazón se aceleró al escuchar esas palabras– Lo sé, porque él me hizo lo mismo.
–Lilly...
–Devon abusó de mi.
Tuve que sostenerme del barandal porque un fuerte mareo me atacó de repente, mi estómago se revolvió y todo mi cuerpo empezó a temblar. Mi mente quedó en blanco por un par de segundos y un pitido retumbó en mis oídos.
–¿Él hizo lo mismo contigo, verdad?
Tragué saliva, tratando de deshacer el nudo que se formó en mi garganta.
–S-si. –Confirmé lo que ella ya creía con tanta seguridad.
–Caí en cuenta después de todos estos años de por qué cambiaste, por qué te alejaste de él y de por qué no volvió al Campus.
Tomé una respiración profunda lo cual se sintió como si millones de agujas se clavaran en mis pulmones, como si me estuviese ahogando en aguas muy profundas.
–¿C-cuando fue? –Cuestioné con dificultad.
Se quedó en silencio por algunos segundos, como si no supiera como empezar.
–Hace una semana hicieron una reunión de ex alumnos, él y Jaden siguen siendo buenos amigos, así que también asistió. Todos cenamos en un restaurante y después fuimos a un club, yo me pasé un poco de tragos y por eso decidí volver a casa más temprano, mi celular quedó sin batería y no pude llamar a mi hermano para que fuera a buscarme. Mi plan entonces fue tomar un taxi, pero Devon se ofreció a llevarme, acepté, y... yo... yo pensé que todo iba bien hasta que me di cuenta que había tomado otro camino el cual no llevaba a mi casa. Se lo hice saber y el solo dijo que era un atajo, comencé a ponerme muy nerviosa porque su actitud cambió por completo, llegamos a un lugar horrible que ni pude reconocer, pero era en medio de la nada. Estacionó el auto y me obligó a bajar y... simplemente lo hizo, yo... luché pero nadie vino en mi ayuda, creí que iba a matarme –hizo una pausa, escuché su respiración agitada– pero me amenazó con hacerlo si decía algo, antes de dejarme allí tirada en la calle como si fuera basura.
Un sollozo se precipitó por mi garganta, despojándome de toda fuerza por lo que terminé sentada en una esquina del balcón aún sosteniendo el móvil con mi mano temblorosa y con la otra tapándome la boca tratando de no hacer demasiado ruido, mis mejillas estaban empapadas.
–Después de pensarlo mucho y no querer salir de mi casa, hace un par... un par de días fui a hacer la denuncia –prosiguió con un tono duro, tratando de no romperse como yo–. Estuvo detenido una noche pero pagó la fianza para salir mientras la policía hace la investigación, su padre tiene un alto rango en el ejército y no va a permitir que su apellido se manche. Por eso quiero que tú también cuentes tu verdad, hay que hundirlo en la cárcel.
Negué con la cabeza repetidamente como si ella pudiese verme.
–N-no puedo... yo... no puedo. Estoy intentando seguir con mi vida...-
–Sé lo que sientes, lo entiendo. Pero debemos evitar que esto se repita y que él quede libre como si no hubiese pasado nada.
–Lo siento... –pronuncié en medio de mi llanto– D-debí hablar antes, lo siento mucho.
–No tienes la culpa de nada, Brooke, ninguna de las dos la tiene. Solo hay un culpable –recosté la cabeza de la pared, apartando las lágrimas con mis dedos– Podrías venir a Nueva York y así nos reunimos con mis abogados, entiendo que es un episodio en tu vida que quieres dejar atrás, yo también lo quiero hacer pero asegurándome de que el que nos lastimó, pague. Piénsalo, ¿si?
Después de esa llamada me quedé inmóvil en el mismo lugar, mirando a algún punto frente a mi, incapaz de levantarme. Las lágrimas ya se habían secado en mi rostro.
Lilly estaba muy decidida en hacer que Devon pagara por sus acciones, a pesar de todo el dolor que debía sentir, ella estaba siendo muy valiente. Todo lo que yo no pude ser en su momento.
La culpa me carcomía, pensaba que si tan solo no hubiese sido una jodida cobarde, ella no hubiese tenido que pasar por lo mismo que yo.
No sabía que hacer, le prometí a Lilly que lo pensaría. Creí que el asunto del abuso que sufrí era un capítulo cerrado en mi vida en el que ya solo quedaban cicatrices, pero saber esto me había destruido por completo, saber que habían lastimado de la misma manera a una persona a quien le tenía mucho aprecio y que formó parte importante en una etapa de mi vida me dolía demasiado, me sentía responsable. Era como si los ladrillos que solté en el camino durante todos estos años cayeran de nuevo sobre mi espalda.
Hice un esfuerzo en ponerme de pie e ir de nuevo a mi habitación, no quería que Tae se diera cuenta que no estaba a su lado y que saliera a ver que ocurría.
Él seguía dormido sin tener idea de nada, quité la almohada que había puesto como mi reemplazo y me acosté a su lado. Se removió un poco, entreabrió los ojos mirándome y solo me atrajo a su cuerpo, dejando un beso en mi frente para seguir durmiendo, por lo que ahora mi cabeza estaba contra su pecho. Quise llorar de nuevo, pero me contuve.
La misma angustia y el miedo que experimenté tiempo atrás se hicieron presentes otra vez, aunque estar entre los brazos de Tae me hacía sentir mejor y segura, igual no iba a poder pegar un ojo en toda la noche luego de esa llamada.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Opiniones del capi aquí.
Gracias por leer 🖤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top