veinticuatro.

Tae cargaba con mi bolso de mano mientras nos acercábamos a la puerta de embarque, ya habían empezado a llamar a los pasajeros.

–Diviértete, Nini, vi que habrán muchos festivales en la ciudad. Será una locura –dijo Jungkook, volteó hacia Tae por un segundo y me sonrió burlón– Ya puso mala cara.

Tae solo rodó los ojos y me abrazó.

–Cualquier cosa que vayas a hacer ten mucho cuidado, sé prudente ¿si? –Dijo al separarse, e inevitablemente me reí ante su seriedad al decir aquello. –No es buena idea si salen solas y beben hasta más no poder, mantente cerca de personas de confianza.

–No te preocupes, amor. Tendré mucho cuidado. –Me alcé un poco para dejar un beso en sus labios y volvimos a abrazarnos.

Abracé a Jungkook también, él quiso acompañarme al aeropuerto junto a Tae.

–Cuida muy bien a mis bebés, comieron ayer así que a Coco solo tienes que darle un ratón dentro de una semana y...-

–Y a Salem dos cuando me avises –me interrumpió– Me lo has repetido unas diez veces desde que salimos de casa.

–Sólo quiero asegurarme de que no se te olvide, idiota.

–Seré un buen niñero. No te preocupes por nada, Nini.

–Yo estaré al pendiente, love.

–Bien.

Volví a despedirme de los dos, Tae casi no me quería soltar. Cuando caminé hacia la puerta me di la vuelta agitando mi mano hacia ellos, sonriéndoles por última vez. Ya en el pasillo la sonrisa en mi rostro se borró y probablemente durante el vuelo pediría un calmante porque la angustia seguía latente dentro de mi pecho, en unas horas estaría en Nueva York nuevamente.

Taehyung no sabía lo que yo iba a hacer realmente, cuando le dije que una amiga a quien no había visto desde hace algunos años estaría en la ciudad y que quedamos en vernos y pasar algunos días juntas él lo creyó, diciendo que estaba bien que me tomara un descanso de todo el trabajo que tenía; fue muy comprensivo y me alentó a irme, pensó que también estaría con el resto de mis amigos. No pude decirle la verdad, lo que pasó del encuentro con su padre biológico estaba muy reciente, sumado al estrés y la presión que cargaba por la universidad al estar en su último año. No quise agregar otro asunto por el que preocuparse, porque era consciente que sería capaz de dejar todo con tal de acompañarme o el simple hecho de saber que iba a enfrentarme a Devon después de todos estos años podría afectarle y no me perdonaría si por mi culpa no rendía como debía, era su futuro de lo que estábamos hablando.

Después de más de quince horas volando llegué finalmente a Nueva York en horas de la mañana, fui directamente a reunirme con Lilly, su hermano y los abogados de ella para hablar del proceso que íbamos a comenzar. Me daba gusto ver que su hermano estaba apoyándola en toda esta situación, aunque era notorio la culpa que sentía porque su hermana menor estuviese pasando por algo tan terrible.

Llegamos al acuerdo de que íbamos a imponer una demanda y el siguiente paso era recopilar todas las pruebas posibles, la cuestión era que estábamos a contra reloj. En mi caso, ya que habían pasado varios años desde lo sucedido, buscaron mis informes psicológicos en los cuales estaba muy claro el por qué había recurrido a ayuda profesional, también los exámenes médicos cuando confirmé mi embarazo y las ecografías. También trataron de reunir a testigos que quizás pudieron ver o escuchar algo aquella noche en la fiesta, aunque Jaden era la persona indicada para llevar a la corte porque muy probablemente sabía lo que había hecho Devon al ser mejores amigos, pero sería muy difícil que declarara a nuestro favor.

Yo sabía que tenía que ver a Devon en la corte y relatar todo lo que me hizo delante de él y otras personas desconocidas, la angustia que no me dejaba en paz se disparó a niveles inimaginables debido a eso porque la última vez que lo vi fue esa misma noche donde me agredió. Y era difícil no poder desahogarme con nadie, solo tenía a Lilly pero cada una estaba enfrentando su propio dolor.

Así pasaron días en los que estuve encerrada en casa de mis padres, ellos estaban de viaje, de lo contrario hubiese optado por quedarme en un hotel. Sentía como si hubiesen pasado años desde que dejé Corea. Hablaba con Tae y Jungkook cada que podía, mis horas de sueño eran muy pocas y tenía que recurrir al corrector de ojeras más de lo normal. Mis amigos estaban ocupados y otros no se encontraban en la ciudad, como Ian, Hanse, Jimin y Rina, estos dos últimos estaban celebrando su aniversario en Cancún.

Max y yo habíamos hablado mucho y finalmente pudimos ponernos de acuerdo para vernos, ya que ella estaba ocupada con sus estudios, Yoongi también estaría presente. 

Ahora me encontraba frente al restaurante donde habíamos quedado y al entrar pude divisarlos de inmediato sentados en una mesa junto a la ventana, aunque ellos no me habían visto aún. Una sonrisa tiró de mis labios al ver a mi amiga, estaba preciosa y mi mente viajó a los tiempos del orfanato porque llevaba puesto un vestido floreado ya que el clima soleado y fresco se lo permitía. Ella le hablaba de algo a Yoongi, quien la miraba con mucha atención.

El abrazo entre Max y yo duró por al menos un par de minutos, nos habíamos extrañado muchísimo. Al separarnos saludé a Yoongi con un estrechón de manos, en persona lucía aún más intimidante que por videollamada.

El contraste entre ambos era muy notorio, él, con su ropa negra y tatuajes acaparando cada espacio de piel visible, menos en la cara, con una expresión tan marcada que podría resultar hostil en un primer momento, si no lo conocías. Luego estaba Max, que era un cúmulo de colores vivos y exudaba pura dulzura y delicadeza. Me hizo un poco de gracia tenerlos así en vivo y directo porque Taehyung y yo teníamos cierta semejanza con ellos, pero al revés.

Almorzamos entre pláticas y por un momento me olvidé del juicio, pude relajarme. Después fuimos al estudio de Yoongi y estuvimos allí unas cuantas horas, uno de los tatuadores me retocó un tatuaje que tenía en la pantorrilla.

Los dos me convencieron de cenar en su apartamento y que también me quedara a dormir, no pude negarme ya que después de eso probablemente solo nos podríamos ver antes de que regresara a Corea.

Yoongi fue el chef de la noche, realmente se le daba bien la cocina, las pizzas que preparó estuvieron exquisitas; él mismo hizo la masa. Conviviendo con ambos pude ver de primera mano la relación tan bonita y estable que tenían. Después de haber pasado por tanto, genuinamente se veían muy felices el uno con el otro, cosa que me alegraba enormemente porque aún tenía en mi memoria lo mal que la pasó Max un tiempo atrás.

Pensar en ellos, me hacía pensar en mi relación con Tae por eso no podía conciliar el sueño y opté por salir al balcón a fumar, después de que pasada la medianoche decidieramos irnos a dormir.

Tenía unos cuantos minutos allí, pensando en todo y nada a la vez cuando escuché un ruido provenir de la cocina. Entré nuevamente y me encontré a Yoongi sacando un cartón de leche de la nevera.

–¿No puedes dormir? –Pregunté, sentándome en una banqueta frente a la barra.

–Creí que hablabas por teléfono –él estaba con una camisa negra y pantalón de pijama, su cabello revuelto y sus ojos más pequeños de lo usual indicaban que había despertado recién. –Ellie no puede –dijo en medio de un bostezo, vertiendo la leche en una taza– Voy a calentar un poco de leche, eso la ayuda ¿tú también quieres? Veo que tampoco puedes dormir.

–Estoy bien, gracias –se dió la vuelta para meter la taza en el microondas– Creo que puedes ayudar a Max de otra forma.

Me dio la cara nuevamente, ahora con una sonrisa ladina.

–¿Crees que somos conejos o qué?

–Sé cosas.

–¿Por qué preguntas sobre nuestra intimidad? Ellie no te lo diría así como así.

–Simple, me preocupaba que mi amiga fuera una frustrada sexual.

–Pues no lo es –puso los ojos en blanco, haciéndome reír– Por cierto, ya sé que compartieron un momento íntimo. ¿Querías robármela?

–A mi me gusta besar a personas que me parecen lindas, además cuando eso pasó tu estabas jugando al muertito.

Él soltó una risa, negando con la cabeza, ahora resultaba gracioso pero un tiempo atrás no era para nada así. Ambos nos caímos bien desde el primer momento en que hablamos, después de que lo insulté por haber hecho sufrir a Max, dijo que yo le agradaba. Los dos compartíamos casi el mismo sentido del humor.

Y hablando de la protagonista de nuestra conversación, Max, apareció con una manta rodeando sus hombros.

–¿Tú tampoco puedes dormir? –Se sentó a mí lado.

–En Corea es de día, supongo que es por eso.

–¿Ocurre algo? –entornó los ojos como si inspeccionara mi rostro.

–No pasa nada.

–Ellie tiene como un sexto sentido. –Dijo Yoongi, apoyándose contra la barra.

–¿Qué sucede? –Insistió mi amiga.

–Puedo dejarlas solas.

Exhalé, y alterné la mirada entre ambos.

–No, está bien.

–Yoongi es bueno dando consejos.

–Claro que no, amor, sólo digo lo que pienso. –Se alzó para así dejar un beso en su mejilla, haciéndola sonreír y yo también lo hice porque él era muy adorable.

–¿Extrañas a mi hermano?

–Pero si lo verá en unos días más.

–Si quieres podemos hablar de la cantidad de veces que me llamas cuando estás fuera de la ciudad. –Max dijo en una burla. Yoongi resopló, bebiendo de la taza que había sacado del microondas minutos antes. –¿Pasa algo con Tae?

–No pasa nada con él pero... –me recosté del respaldo de la banqueta, cruzándome de brazos– Volver aquí me hizo recordar cosas y, no lo sé, he estado pensando en nosotros. En nuestra relación.

–¿Qué cosas recordaste?

Max miró a su novio y luego a mi, quizás intuyendo a lo que yo me refería.

Procedí a contarle a Yoongi muy resumidamente todo el asunto de mi violación, su expresión disgustada fue muy notoria durante mi relato pero ninguno de los dos me interrumpió y esperaron muy pacientemente a que yo terminara. Me vi en la libertad de hacerlo porque me encontraba en un ambiente cómodo, Max ya lo sabía y podría decir que el pelinegro era mi amigo, no tenía problema en que lo supiera también.

No mencioné nada sobre el juicio.

–Es una mierda que hayas tenido que pasar por eso, Hani. ¿Taehyung lo sabe? 

–Si, él sabe todo. Es sólo que... –suspiré, tratando de buscar las palabras adecuadas– tengo miedo de que esto sea un problema en algún momento. No quiero herirlo de ninguna manera.

–Entiendo lo que quieres decir. Yo tuve que dejar ir ciertas cosas para poder estar con Ellie, no quería lastimarla ni traer mis traumas a la relación, en realidad ambos hemos trabajado mucho individualmente para no hacerlo. Hemos fallado muchas veces y también hemos aprendido a entender y respetar nuestro propio dolor y el del otro –Max asentía ante las palabras del pelinegro– Lo que nos consuela es que sanar es un proceso que quizás sea para toda la vida y somos conscientes de eso. El pasado y las heridas siempre van a estar ahí esperando algún momento para hacerte dudar de todo lo que has construido.

–Tae también ha tenido que lidiar con ciertas situaciones no muy buenas y sé cuánto se han apoyado el uno al otro –miré a Max– Si te sientes así podrías hablarlo con él.

Yoongi asintió.

–Nuestra vida ha sido muy jodida, pero merecemos que nos pasen cosas buenas. Merecemos ser amados y poder amar también, al igual que estar tranquilos con lo que fuimos y con lo que somos, a pesar de todas las cicatrices.

























–Honey, puedes dormir un par de horas y luego seguir estudiando. Es más, cuelga la llamada.

Me volveré loco –fingió llorar, haciéndome reír.

–Recuerda que todo va a valer la pena. Te falta muy poco.

Lo sé. Iré a dormir un rato aunque quiero seguir escuchando tu voz, love –suspiró–... Te amo.

–Y yo a ti. Descansa.

Al cortar la llamada dejé el móvil sobre la encimera y abrí la llave para mojar mis manos, luego las llevé a mi nuca tomando respiraciones profundas. Escuchar a Tae me había calmado mucho a pesar que hablamos por breves minutos.

Era el día del juicio el cual ya había terminado. Fueron las tres horas más tensas de mi vida, intenté ignorar a Devon en lo posible y no reaccionar cuando adoptó el papel de víctima, me contuve demasiado. Pude contar lo sucedido y responder preguntas sin problemas, a pesar de que por dentro no estuviese nada tranquila.

Todo apuntaba a que podíamos ganar el caso, pero trataba de mantener mis expectativas bajas porque en muchas ocasiones no se hacía justicia.

Cerré los ojos, apoyando mis manos en el lavabo, seguía tomando respiraciones profundas. Tenía que apurarme porque Lilly y los abogados me estaban esperando a las afueras del juzgado.

Cuando abrí los ojos y tomé mi celular vi por el espejo la puerta del baño abrirse, pensé que sería cualquier persona pero Devon fue quien entró.

¿Cómo demonios se había colado hasta acá?

Me giré y solo pude quedarme quieta, él mantuvo su postura relajada con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón de vestir, mirándome fijamente.

–Has cambiado mucho. –Expresó, en tono de burla. Él no había cambiado demasiado, su cabello ahora estaba más corto de como solía llevarlo y su contextura corporal había aumentado un poco.

Mi instinto fue retroceder, di unos cuantos pasos hacia atrás sin dejar de mirarlo. Quería decirle que se largara, pero las palabras no salían de mi boca.

–Es gracioso ¿sabes? Creen que haciendo todo esto van a lograr tener una vida normal –una sonrisa macabra se extendió por sus labios– Te marqué para siempre, Brooke –su mirada me recorrió lentamente– Fuiste tan mía, que jamás podrás olvidarlo.

Dio un paso hacia adelante y yo retrocedí uno más apretando el celular entre mis dedos, estando atenta a su próximo movimiento. Se detuvo, soltando una risa para luego darse la vuelta e irse.

Cuando la puerta se cerró, me llevé una mano al pecho tratando de regular mi respiración, mi corazón latía sobresaltado. Un mareo me invadió de pronto porque mientras él hablaba me transporté a esa noche, fui capaz de percibir los olores de aquel entonces, lo que vi, lo que escuché y las arcadas se hicieron presentes, corrí rápidamente hasta uno de los cubículos y devolví todo mi desayuno dentro del excusado. Las lágrimas se precipitaron por mis mejillas por el esfuerzo y también por el miedo.

–¿Brooke? –quise responder, pero otra arcada me atacó y oí unos pasos rápidos acercarse –¡¿Brooke, que ocurrió?! –Lilly se agachó a mi lado, alarmada, dando leves caricias en mi espalda. Mi brazo reposaba sobre la taza del inodoro mientras mi cuerpo seguía siendo sacudido producto de las náuseas.

Después de que ya no tenía más nada que devolver, con la ayuda de Lilly me puse de pie. Temblaba levemente y me sentía muy exhausta de pronto.

–Devon... estuvo a-aquí. –Dije al salir del cubículo.

–¿Qué?

No pude decir más porque en un segundo todo se volvió negro frente a mi.

Me llevé una sorpresa al despertar en una camilla de hospital y con una vía en el brazo por donde me estaban administrando suero y algún otro medicamento, pero al instante recordé todo lo que había pasado en el juzgado y como Devon había irrumpido en el baño. El medico que me atendió dijo que tuve un colapso nervioso, me recomendó descansar, comer bien y hacer ejercicios, por fortuna me dieron el alta al comprobar que todos mis valores estaban estables.

Lilly y Loyd, su hermano, estuvieron en la sala de espera todo el tiempo que pasé inconsciente y luego se ofrecieron a llevarme a casa, ella ya había hablado con los abogados porque lo que había hecho Devon no podía pasarse por alto.

Al llegar a casa simplemente me tiré en mi cama, en medio de la oscuridad de mi antigua habitación e ignoré todos los mensajes, incluyendo las llamadas de Tae.










~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Déjenme saber que les pareció este capi🤍

Ya extrañaba a Max y a Yoongi:')

Gracias por leer🖤

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top