siete. i

Jessi - What Type of X.






La primera vez que tuve en mi mano una máquina de tatuar fue una experiencia totalmente liberadora. Sentí nervios por supuesto, pero a la vez la emoción tomó cada fibra de mi cuerpo y supe de inmediato que tatuar era lo que quería hacer por mucho tiempo.

Della me enseñó muchas cosas, técnicas y trucos. Pero quién me indujo en el mundo de la tinta fue Ian, lo conocí en un momento en el que me sentía sin rumbo, fue mi mentor principal. Más que eso, era como el hermano que nunca tuve y definitivamente le agradecía todo lo que había hecho por mi.

Salvó a una adolescente rota.

A los diecisiete tuve mi primer tatuaje, una mariposa en el muslo derecho. No sabía que hacerme, sólo sabía que quería un tatuaje y de ahí en adelante vinieron muchos más. Ya había perdido la cuenta. Cuando mis padres se enteraron que me había tatuado sin su permiso me regañaron, pero eso no fue un impedimento para seguir haciéndolo, así que después de un par de regaños más se dieron por vencidos. Irina los odiaba y si por ella fuera, aplicaría láser para eliminarlos de mi piel.

Al final presumir tanto de su hija perfecta, no había valido la pena.

Así como para alguien una cirugía estética podía hacerle sentir mejor consigo mismo, en mi caso los tatuajes me brindaban seguridad. No me imaginaba sin ellos y amaba ver la tinta adornar mi cuerpo.

Por otro lado, tatuar lo era todo para mí. Me gustaba ayudar a las personas a expresarse o llevar algo significativo en su piel para siempre. Me hacía sentir feliz.

Algunas personas no se hacían tatuajes con significados profundos, varios de los que yo tenía solo eran diseños que me gustaron y no tenían ningún trasfondo, pero otras si querían plasmar en su piel algo importante para ellos y el que compartieran sus historias conmigo me inspiraba de alguna manera cada vez.

Me especializaba en varios tipos de tatuajes, por ejemplo el realismo, basándome en alguna fotografía o imágen real para plasmarlo en la piel de la forma más detallada posible, usando colores vívidos, sombras, trazos gruesos y finos. Había hecho muchos retratos de personas, animales, personajes de cualquier tipo y utilizaba tanto lo surrealista, combinando la ficción y la realidad, como lo hiperrealista, tratando de que el diseño se viera lo más preciso a la imágen real. El neotradicional era algo que hacía mucho también, era una combinación de la nueva escuela con lo tradicional, se usaban muchos colores vívidos y varios elementos dentro del mismo diseño por lo que era un tipo de tatuaje muy elaborado. Por otro lado, estaba el Blackwork que solo se utilizaba tinta negra, sin sombras. El minimalismo que se componía de trazos muy simples, podían ser diseños pequeños y discretos. Y el watercolor o acuarela, que se trataba de un juego con el efecto óptico y la intensidad de los colores.

Lo que más me gustaba era transformar tatuajes mal hechos en piezas originales. La cantidad de personas que tenían tatuajes de los que se arrepentían podía ser sorprendente, en su mayoría por lo poco estéticos que eran. Muchas personas obtenían su primer tatuaje en la adolescencia, a esa edad uno tiene pocos pensamientos sensatos y, el hacerse un tatuaje con alguien sin experiencia sólo por lo barato y porque a esa persona no le importa que se trate de un menor de edad, también si quien lo hace es algún amigo, siempre suena como un buen plan. A esa edad sólo se quiere estar a la moda o poder sentirse genial, pero muchos años después te dabas cuenta del gran error cometido.

Ahora mismo estaba haciendo un cover up a una chica que se había hecho el nombre de su, ahora ex novio, en la muñeca izquierda. Nada nuevo. Ya había perdido la cuenta de los tatuajes de nombres de parejas, específicamente, había hecho y cuántos había tapado. No juzgaba. El punto es que ella acababa de enterarse que el chico la engañó, tiró dos años de relación a la basura por otra chica, por lo que ella quería deshacerse de lo que tuviese que ver con él. Aunque su vergüenza al platicarme de eso fue grande, le hice saber que no era la única que se tatuaba el nombre de su pareja y que haría que se olvidara de que alguna vez el nombre de aquél imbécil estuvo en su piel.

Las flores siempre eran una buena opción a la hora de cubrir algún tatuaje y eso fue lo que ella escogió, rosas. Por fortuna era un tatuaje pequeño y las letras eran muy sencillas, aunque de igual manera requería algo de sombras.

–¿Alguna vez estuviste enamorada?

–Si. –Respondí, mientras limpiaba el sobrante de la tinta y continuaba con el sombreado en los pétalos de una de las rosas. Me faltaba poco para terminar.

Gawon, como se llamaba la chica había estado platicandome de como había descubierto a su ex engañandola, que lo había estado haciendo desde hacía meses. Me gustaba hablar con los clientes si eso los hacía sentirse más cómodos. Algunas optaban por escuchar música para así distraerse del dolor, otros por el silencio por lo mismo y otros como ella que buscaban hablar de lo que sea, tenía buena tolerancia al dolor.

–La conocí cuando estaba en la universidad –agregué, no me importaba contarle un poco de mi vida, ya que ella se había abierto conmigo– estuvimos juntas por casi tres años, pero su mejor amiga siempre estuvo enamorada de ella y básicamente saboteó la relación. Aunque luego me desquité un poco.

Nicole fue mi primer amor a los dieciocho años, me había ayudado a sobrellevar ciertas cosas, me apoyó mucho y yo a ella por supuesto, tuvimos una buena relación. Todo se arruinó por, Brooke, su mejor amiga y una zorra de primera; por eso ya no me gustaba que mis padres me llamaran por ese nombre.

Brooke fingía ser buena conmigo, pero el odio que me tenía era grande porque su mejor amiga había iniciado una relación y eso le causó celos. Los dos primeros años de relación entre Nicole y yo fueron muy buenos, pero luego todo se fue costa abajo poco a poco por peleas, desconfianza e inseguridades. Terminamos y volvimos un par de veces. Brooke influyó mucho en eso, le metía cosas a la cabeza a Nicole sobre que yo le era infiel con varias personas, cosa que no era verdad, porque para mí ella lo era todo. Además hizo que su familia me odiara y varios de sus amigos también. Al final logró lo que quería.

Me sentí muy decepcionada de que Nicole no confiara en mi y se dejara llevar por las mentiras. Después de que terminamos, supe que inició una relación con Brooke y eso me dolió demasiado. Sufrí mucho debido a eso, pero logré recuperarme y me quedaba con los buenos momentos que pasé junto a ella.

–¿Qué hiciste para desquitarte?

–Compré una docena de huevos y varias latas de pintura en aerosol. Hice diseños muy artísticos en sus autos. –Sonreí por debajo de la mascarilla, al recordar aquél día hace casi dos años.

–Waah... –rió, divertida– ¿No te dió miedo que te denunciaran con la policía? Porque supongo que dieron por hecho que fuiste tú.

–La verdad no, estaba consciente de las consecuencias. Igual lo que hice no cambió en nada la situación, pero al menos pude drenar mucha de mi ira –alcé los hombros– Después me di cuenta que no fue lo mejor, aún así no me arrepiento porque a partir de ahí pude comenzar a superarla.

–Espero poder superarlo pronto. –Suspiró, refiriéndose a su ex.

–No te presiones, es un proceso un poco lento porque sacarse a una persona del corazón así te haya lastimado, es difícil. Sólo debes saber que va a llegar un punto en que dejará de doler y ahí te darás cuenta que eres más fuerte que antes.

Ella parecía analizar mis palabras mientras yo continuaba con el tatuaje, luego cambiamos el tema.

Cuando estuvo listo y después de aplicarle la espuma limpiadora, Gawon, se levantó de la silla y se situó frente al espejo, para ver cómo lucía en ella por completo. Era un diseño mucho más llamativo que el anterior y que no pasaba desapercibido. Luego de tomarle fotos, apliqué la pomada mientras le explicaba los cuidados, que ya sabía, y le coloqué el plástico para protegerlo.

–Eres increíble, definitivamente vendré a hacerme otro. –Exclamó alegre, al menos la tristeza en sus ojos había desaparecido por un momento.

–Que bien que te guste –sonreí–, cuando quieras puedes venir.

–Me encanta... –Miró el tatuaje y luego alzó la mirada. –Quiero desquitarme. –Pronunció de pronto, su expresión tornandose más seria.

–¿Ahora? –Inquirí, sabiendo a lo que se refería.

–Si. ¿Podrías acompañarme?

–Claro, vamos. –No pudo evitar mostrarse sorprendida porque, quizás, pensaba que yo me negaría o la convencería de que no era una buena idea. –No tengo más clientes. ¿Qué quieres hacer?

Ese imbécil merecía algún tipo de escarmiento, recién conocía a Gawon, pero me parecía una chica muy dulce y no era justo que ese tipo se haya burlado de ella. Yo no era la mejor convenciendo a alguien de que ejercer cualquier tipo de venganza no era algo bueno. Además no quería tener un regreso aburrido a casa.

–Lo mismo que le hiciste a tu ex.














Gawon había dicho que su ex, Hyungsik, se reunía todos los viernes por la noche con sus amigos en un bar específico, era su favorito. Así que después de que compráramos latas de pintura en aerosol y dos cajas con docenas de huevos, nos encontrábamos caminando en dirección hacia donde estaría el imbécil.

Esperaba que de verdad estuviese ahí y que no fuera en vano lo que hicimos.

–Ahí está. –Apuntó a un auto negro al otro lado de la calle. –El bar es ese. –Señaló el local ubicado a unos metros de dónde estaba estacionado.

–¿Estás segura de que es su auto? No quiero ir a la cárcel tan rápido por una equivocación.

Ella soltó una risa.

–Es el suyo. Le daba más importancia que a mí. –Bufó.

Cruzamos la calle, en la misma zona habían otros locales de entretenimiento por lo que las personas iban y venían. Teníamos que ser rápidas y huir antes de que alguien llamara a la policía o estos llegaran por su cuenta. Era muy arriesgado, pero amaba sentir la adrenalina y al parecer Gawon se estaba dejando llevar por esta. Ella confirmó al ver la placa que era el auto de su ex novio, así que dejamos las bolsas con las cosas en el suelo junto al vehículo.

Cuando agarré una de las latas de pintura, mi celular comenzó a vibrar en el bolsillo de mi pantalón. Lo que saqué, viendo que era Jungkook que me llamaba, así que contesté haciéndole una seña a Gawon que esperara un segundo.

–Kookie.

–¿Sigues en el estudio?

–No, estoy a punto de hacer algo por el que probablemente visite la estación de policía.

Oh... trata de que no te atrapen. ¿Vas a ayudarme con el maquillaje?

–Claro, estoy allá en media hora... Si todo sale bien.

Iremos a la fiesta con Taehyung en su auto. No te tardes mucho, ¿got it?

Got it, oppa.

Ew. –Colgó.

Reí mientras guardaba el celular porque Jungkook odiaba que lo llamaran así, fuera de la intimidad, y a mí tampoco me gustaba usar esa palabra. Lo hacía sólo por molestarlo.

–Tenemos que ser rápidas, unnie. –Gawon me apuró y yo asentí quitándole la tapa a la lata. Ella tenía otra en su mano y procedió a hacer una raya de color rojo en la puerta de atrás del auto, giró a verme con una gran sonrisa de satisfacción y yo alcé el pulgar en aprobación.

Rodeé el auto e hice lo mismo que ella en la puerta de copiloto, algunas personas ya se quedaban viendo lo que hacíamos. Ambas teníamos cubrebocas y Gawon tenía la capucha de su sudadera puesta por lo que no podríamos ser reconocidas luego. Hicimos garabatos en todo el auto y en los vidrios. La pelinegra escribió "fuck you" en el parabrisas con pintura negra. Agarramos los huevos y comenzamos a lanzarlos, impactándolos en todas partes.

Quitar todo eso y retocar la pintura le saldría algo caro al tal Hyungsik.

–¡¡¿Gawon?!!

Ambas nos giramos y pude ver a un chico alto de pelo cobrizo parado en el medio de la acera, su expresión era de total horror y confusión. Detrás de él estaban tres chicos más y entre esos Taehyung.

Así que era su amigo... Que interesante casualidad.

Todos nos miraban entre sorprendidos y consternados. Taehyung no quitaba los ojos de mi, parecía haberme reconocido. No estaba del todo segura.

–¡¿Qué mierda haces?! –Hyungsik se acercó rápidamente al auto– ¡Te volviste loca! –Exclamó enojado.

–¡Jódete, imbécil! –Gawon le lanzó un huevo, pero él fue más rápido y lo esquivó.

La chica parecía no querer parar y siguió lanzando huevos, los otros chicos retrocedían para no ser alcanzados y yo la imité pero mi objetivo era el idiota de Tae. Un huevo cayó a sus pies y al romperse, el contenido le salpicó en los pantalones haciendo que soltara una maldición, sonreí para mis adentros; aunque hubiese querido arruinarle la ropa por completo.

Ya habían demasiadas personas viendo y grabando todo así que me acerqué a la chica tomándola por el brazo y jalandola para comenzar a correr.













Gawon y yo chocamos nuestras botellas de cerveza y al mismo tiempo bebimos de ellas, nos encontrábamos en un parque sentadas en un banco. Después de haber corrido por dos cuadras, necesitábamos algo de beber.

–Gracias por ayudarme.

–No es nada. –Le sonreí. –¿Estás segura de que no nos va a denunciar?

Daba igual si lo hacía, porque no tenía pruebas de que su ex novia con ayuda de otra persona haya arruinado su auto. A menos que de Taehyung haberme reconocido, decidiera abrir la boca en tal caso.

Decidí no contarle que conocía a uno de los amigos de su ex y que era mi vecino.

–No lo hará. –Aseguró. –Tuvo suerte de que mi padre no le haya rechazado de hacer las pasantías en su empresa por lo que me hizo.

–Oh, genial.

Miré la hora en mi celular, aún tenía tiempo de ir a casa para ayudar a Jungkook con su disfraz y prepararme para la fiesta de Halloween.













Sonreí, viéndome al espejo. Me sentía satisfecha con mi disfraz y el como lucía en mi. Si me encontrara conmigo en una fiesta definitivamente me invitaría un trago e intentaría tener una noche de pasión.

Revisé mi celular que tenía un mensaje de Jungkook diciendo que ya estaban abajo. Él se había transformado en un zombie y yo lo ayudé con el maquillaje. Días atrás buscamos en YouTube tutoriales como hacer las heridas que tenían los zombies en la cara y él había comprado lo que necesitaría. Usé pegamento, papel de baño, colorante, sangre falsa y mi propio maquillaje, quedó muy bien para ser mi primera vez haciendo algo así.

Agarré el rosario y salí de mi habitación. Me acerqué al terrario de Coco, ella estaba detrás de unas plantas.

–Ya me voy, bebé. Nos vemos luego.

Al salir del apartamento no pude evitar pensar en que si la señora Ji me viera probablemente se desmayaría, me insultaría o me lanzaría agua bendita. Por alguna razón ella me veía como un ente demoníaco o algo parecido, a pesar de que había intentado ser amable desde que llegué al edificio.

Estaba ansiosa por ir de fiesta, hace mucho que no iba a una. No me importaba estar cerca de Taehyung, después de aquél día en el que discutimos estuve enojada, pero ya luego lo olvidé. No era la primera vez que pasaba algo así entre ambos, ahora sólo quería saber si me había reconocido más temprano.

Yo había invitado a Junie, ya que era una fiesta donde podía ir cualquiera, pero ella tenía cosas que hacer. No tenía conocimiento de qué exactamente, porque no nos involucrabamos tanto en la vida personal de la otra y sólo se limitó a decirme que estaría ocupada luego del trabajo.

Ya en el estacionamiento, los chicos estaban junto al auto de Taehyung, que antes era de Max. Jungkook estaba vestido con una camisa blanca y un pantalón negro, la camisa la tenía rasgada por el pecho con algunas manchas rojas, simulando sangre. El otro, que ya no tenía la ropa de antes, estaba vestido todo de negro, sosteniendo una máscara de Jason en su mano.

–¿Estás seguro de que era... ¡Wow! –Kook dejó de hablar, ambos reparando en mi presencia cuando me acercaba a ellos– Te ves muy... sexy, Nini. –Me halagó con una sonrisa, aunque se veía terrorífico con todo lo que tenía en la cara y las lentillas blancas, parecía un zombie de verdad.

Mi atención fue hacia Tae que me miraba enojado, o eso parecía, no era nada nuevo en realidad pero me hizo pensar que entonces si me había reconocido hace un rato.

–Límpiate la baba, muñequito.











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Solo diré que esa fiesta estará ...🔥

¿Qué tal el capítulo? Lxs leo.

Gracias por leer 💜

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