once.
Ashnikko - Daisy.
Junie me había invitado a almorzar a un restaurante que quedaba junto al río Han, era lunes y el estudio no abría ese día por lo que estábamos libres. Nos encontramos allí y comimos mientras platicábamos de cualquier cosa.
Era bueno tener tiempo libre porque el trabajo había incrementado, aunque eso me tenía feliz porque me estaba haciendo conocida y los clientes no paraban de llegar.
–¿Que dijeron tus padres cuando decidiste ser tatuadora? –Le pregunté, nunca habíamos tocado ese tema a profundidad.
Ahora estábamos cerca a la orilla del río tomando un té helado cada una, sentadas en la grama. Junie tenía el cabello recogido en un rodete alto y lucía su rostro libre de maquillaje, se veía muy bonita con o sin él.
–Que no era un trabajo digno. –Respondió, sonriendo con burla. –Dijeron que se me haría difícil mantenerme, ellos querían que tuviera un trabajo en una oficina o una mierda así. Al final decidí hacer lo que yo quería, de lo contrario viviría amargada ahora –reímos–. Supongo que los tuyos pensaron lo mismo. –Me miró antes de darle un sorbo a su té.
–Si, mi madre aún lo piensa. Mi padre ya se resignó, aunque le preocupa que mi trabajo sea ilegal aquí.
Ella asintió comprensiva.
–¿Tu madre te exigía mucho de niña?
–Ella me tenía como su muñeca –reí, ahora me causaba gracia–, estuve en clases de ballet y de gimnasia porque según su criterio eso era lo mejor para mí y en realidad me gustaban esas actividades, lo que no me gustaba era la presión que ella me imponía por eso. Y esa fue la razón por la que quise llevarle un poco la contraria con algo que también me interesaba, los deportes. Casi se vuelve loca cuando le dije que ya no quería usar mallas y un tutú. –Junie rió junto a mi. Con ella no había hablado mucho de mi infancia o adolescencia, pero teníamos la suficiente confianza ahora y no me importó comentarle algo como eso.
–Yo también practiqué ballet por un tiempo, era divertido.
–Lo era, de hecho haber estado en esas clases y las de gimnasia me ayudaron a rendir en el fútbol, luego en taekwondo.
–Ya me habías contado que practicabas fútbol, no sabía lo del taekwondo. –Resaltó. –¿Así que eres buena defendiéndote? –Alzó una ceja divertida.
Obviamente su intención no era que yo recordara por lo que pasé al ser abusada, ella no lo sabía pero inevitablemente lo hice.
Me culpé durante mucho tiempo por no haberme defendido.
–Si... Podría decirse. –Le di una sonrisa de labios cerrados, difuminando en mi mente las imágenes del pasado.
–¿Ya sientes que perteneces aquí? –Preguntó, curiosa.
Le di un sorbo a mi bebida antes de responder.
–Es raro, porque cuando llegué a Estados Unidos sentí que no encajaba por muchas razones, el idioma, la cultura, los otros niños, las personas en general, los lugares tan diferentes a lo que ya conocía en Daegu, aunque tampoco es que conocí mucho de allí. Fue difícil durante mi adolescencia... –No entraría en detalles. –Cuando comencé a tatuar y conocí a personas tan valiosas pude sentir que finalmente encajaba. Me fui de aquí siendo una niña y ahora regresar después de varios años me ha costado un poco el adaptarme, creo que pasará algo de tiempo para que logre sentirme cómoda del todo.
Intentaba forjar nuevas vivencias, mejores recuerdos y dejar atrás los que tuve de niña.
–Al menos tienes a tu alrededor a personas que te ayudan a que te sientas cómoda. –Sonrió coqueta, empujándome con su hombro.
Reí e iba a decir algo cuando mi celular sonó en mi mano, contesté al ver que era una llamada de Jungkook.
–Dime, Kookie.
–¿Qué harás en la noche?
–Nada. ¿Por qué? ¿Quieres que nos hagamos mascarillas de avena y pepino como el otro día?
–Me tientas –sonreí–, pero lo dejamos para otro momento. Tae me invitó a la celebración por el cumpleaños de Hye.
Mi sonrisa se borró.
–Ella le dijo que podía invitar a quien quisiera –continuó– yo invité a mis amigos y quiero que vayas con nosotros. ¿Qué dices?
–No lo sé. –Respondí un poco incómoda.
–No seas aburrida –se quejó–. Además, irá Chanie.
Saber eso me entusiasmó, solo había hablado con él por mensajes después de que Jungkook me diera su número, así que no estaba mal querer divertirme un poco.
–Si estará Chanie, entonces si.
–¡Auch! Ni siquiera irás por mi. –Expresó ofendido.
–Contigo no es con quién me voy a besar.
–Nos podemos besar si quieres. –Agregó en un tonito sugerente.
–Ew. –Escuché su escandalosa risa del otro lado.
–¿Si vas?
–Ya te dije que si.
Este chico si supo cómo convencerme.
–Bueno, nos vemos en la noche. ¿Got it?
–Got it.
Corté y guardé mi celular, miré a Junie quien veía algo en el suyo.
–¿Quieres ir a una fiesta? –Ella quitó la atención de la pantalla para verme.
Quise invitarla, ya que, Jungkook dijo que podía ir cualquiera. Quizás ella, Chanie y yo podríamos divertirnos.
–¿Un lunes? –Alcé los hombros. Nunca era mal día para ir de fiesta. –Eh... no puedo, tengo un compromiso. –Dijo en tono de disculpa.
–Me encantaría que fueras.
–Lo siento, pásala bien.
Estuvimos unos minutos más sentadas, pero sentí que la atmósfera cambió. De repente ella parecía algo decaída, pensé que quizás tenía que ver con que le llegó algún mensaje a su celular o vió algo que no le gustó, aunque otra razón surgió en mi mente pero lo veía poco probable, aún así le pregunté si estaba bien y su respuesta fue afirmativa. No quise seguir insistiendo.
Después de despedirnos cada quien tomó un camino distinto.
Llegué a casa y me dispuse a limpiar el terrario de Coco, lo debía hacer una vez al mes. Llevaba algo de trabajo, pero cuando tienes a una mascota que era mucho más que eso en realidad no importaba hacer lo que sea por ella. Coco se encontraba descansando en otro terrario más pequeño que usualmente usaba para transportarla.
Tenía que ocupar mi mente en algo para no pensar tanto, aunque de igual manera resultaba difícil. Me sentía un poco triste porque Hanse volvió a Estados Unidos, de hecho el día que vino a verme, al día siguiente salía su vuelo de regreso. Él estuvo unos pocos días visitando a su familia y antes de irse quiso venir a Seúl para verme. Prometió volver pronto, quizás con Ian y la verdad es que esperaba verlos aquí.
Y una cosa que me tenía comiéndome la cabeza era la conversación que tuve hace unas noches con Taehyung en la azotea. ¿Qué demonios le había dicho estando ebria? Por más que intentaba recordar nada venía a mi.
¿Acaso le hablé de lo que sucedió con mis padres? ¿Le ofrecí tener sexo desenfrenado? Podía ser cualquier cosa y no sabía que era peor.
Se supone que habíamos quedado en olvidar lo que pasó en la fiesta y aunque era inevitable no pensar en esa noche y que dichos pensamientos fueran a lugares a los que no quería llegar, hacer como si nada era lo mejor.
Normalmente no me era tan cómodo hablar de mis padres y ni siquiera se porque mencioné el asunto de mi familia y de mi madre esa noche, quizás ver las fotos de los padres de Tae me afectó de alguna manera, aunque su situación y la mía eran muy distintas.
No planeaba que él supiera tanto de mi y de cierto modo eso me había irritado más de la cuenta.
Después de que terminé con el hogar de Coco, hice un poco de aseo general en el apartamento. No me quejaba tanto de la vida de adulto porque siendo muy pequeña hacía cosas que no debían ser responsabilidad de un niño. Podría decirse que maduré a muy temprana edad, así que de alguna manera vivir sola y encargarme de todo fue fácil de asumir para mí.
Terminé cansada así que comí algo, me duché y tomé una pequeña siesta.
Al despertar tenía un mensaje de Jungkook diciendo que me esperaría a las nueve porque el sitio a dónde iríamos quedaba un poco lejos, Tae se iría antes al menos.
Luego de responder a Jeon comencé a alistarme con calma, de todas maneras tenía un poco más de una hora.
Me miré en el espejo de cuerpo completo estando con ropa, maquillaje y cabello listos, sintiéndome satisfecha con mi aspecto. Antes de hacer la siesta ya había escogido la ropa que usaría, que consistía en un top rojo con pequeñas flores blancas el cual tenía un escote muy pronunciado, por el que se veía parte de mi tatuaje, una falda negra corte alto de cuero, medias de red negras y esta era una buena ocasión para estrenar mis preciadas botas de plataforma nuevas; unas demonia shaker 60, que me llegaban al tobillo. Mis nuevas bebés favoritas.
No diría que tenía una obsesión con los zapatos pero me gustaban mucho, sobretodo las botas de plataforma. Una sección de mi clóset de arriba a abajo la tenía repleta de zapatos, en su mayoría negros, aunque en Nueva York tuve que donar algunos porque no cabían en mis maletas y ya traía suficientes.
No me hice un maquillaje tan elaborado y simplemente me dejé el cabello suelto después de secarlo.
Tomé mis cosas y el regalo que le compré a Hye, no quería llegar si un presente para ella. Cuando abrí la puerta del apartamento, Jungkook ya se encontraba en el corredor esperándome.
Me inspeccionó de una vez.
–Combinamos. –Señaló con una sonrisa.
Él iba vestido todo de negro, una camisa de algodón manga corta que dejaba al descubierto su brazo tatuado, unos pantalones con arneses en cada pierna y también llevaba unas botas "revienta cráneos" como él les decía. Su cabello estaba volviendo a crecer, los mechones caían un poco desordenados por su frente.
–Si. –Concordé con él. En realidad ambos teníamos un estilo parecido en ocasiones.
–Somos como una pareja hoy.
Enarqué una ceja.
–¿Qué te sucede? Estás diciendo cosas muy extrañas.
Jungkook y yo solíamos bromear, halagarnos mutuamente y ser muy afectivos el uno con el otro, pero intuía que se traía algo entre manos aunque no podía descifrar qué.
Él soltó una risita y sacudió la cabeza.
–Sólo bromeo. Relájate, Nini. –Presionó su dedo en mi frente, haciendo que mi cabeza se moviera hacia atrás pero lo aparté de un manotazo, después pasó su brazo por mis hombros. –Vamos.
Entramos en el ascensor.
Varios de sus amigos y Mingyu, también irían con nosotros a la fiesta, nuestro vecino nos esperaba en el estacionamiento. El chico a pesar de que me había invitado a salir y que yo lo rechacé amablemente seguía siendo amigable conmigo, no era de esos que luego se comportaban como idiotas resentidos.
Taehyung
Respiraba agitado por la boca mientras una mano la tenía en mi pene recién aliviado y la otra la tenía apoyada de los azulejos de la ducha. Me situé debajo de la lluvia artificial dejando que el agua enfriara mis pensamientos y mi cuerpo.
Había despertado con mi miembro duro como una roca y no se trataba de la típica erección matutina, todo por un sueño que tuve. En el sueño me encontraba en mi cama y tenía sobre mi un cuerpo femenino desnudo cubierto de tatuajes, que se frotaba lentamente contra mi erección de una forma muy placentera; no podía verle la cara por alguna razón pero sabía muy bien quién era. Desperté sobresaltado, sudado y con el corazón a mil, aún así no lo pensé dos veces en meterme en el baño y empuñar mi pene teniendo las imágenes muy frescas del sueño en mi mente.
Que me masturbara pensando en Hani era un secreto que me llevaría a la tumba.
Solo se trataba de una atracción física y tenía que sacarla de mi mente a como diera lugar.
Después de que estuve vestido para ir a la universidad, me senté a desayunar y poco después Jungkook apareció medio dormido y en pijama. Él a veces desayunaba primero antes de comenzar a alistarse, eso, cuando no iba tarde.
Se sirvió un tazón de cereal así como yo y se sentó frente a mi.
–Hye celebrará su cumpleaños hoy –hablé, llamando su atención– ¿Quieres ir? Será en una casa a las afueras de la ciudad.
Eso pareció despertarlo más, claro, porque le encantaba ir de fiesta.
–¿Un lunes? –inquirió–... Está bien –sonrió contento–, aunque mañana tengo clases temprano. Bah, no importa. ¿Puedo invitar a unos amigos y a Hani?
Me tensé ante la mención de la castaña, pero traté de disimularlo.
–Si, Hye me dijo que invitara a quien quisiera.
–Genial.
Tiempo después me despedí de Kook. Quedamos en que nos veríamos en el lugar y le di la dirección porque probablemente yo me iría antes, no sabía a que hora él estaría de vuelta.
Las clases transcurrieron con normalidad, la última que tuve terminó a eso de las siete, así que fui directo a casa para darme un baño y alistarme. Mis amigos también estaban invitados, los vería allá.
Hye me envió un mensaje cuando terminó la cena con sus padres para que la fuera a buscar e irnos hacia el lugar de la fiesta. Ellos quisieron celebrarle el cumpleaños con una cena, eran muy apegados con su hija y viceversa.
Ella decidió celebrar su cumpleaños en una casa que le pertenecía a unos amigos de Minyeon, la chica conocía a muchas personas y unos amigos le ofrecieron su casa, la cual no ocupaban sino de vez en cuando.
Al estar frente al restaurante la vi en la acera, al divisar mi auto se acercó y se subió en el asiento de copiloto.
–¿Qué tal la cena? –Pregunté en cuanto cerró la puerta.
–Estuvo bien, mis padres me dieron algunos regalos. –Alzó las bolsas en sus manos.
–Ya que lo mencionas... –Me miró confundida y yo extendí mi brazo hacia los asientos traseros, agarrando una bolsa mediana de color blanco y se la entregué. –Feliz cumpleaños, de nuevo. Ábrelo.
Sonrió sorprendida y se apresuró a abrirla, sacó una caja acolchada de tamaño mediano. La abrió encontrándose con un reloj de pulsera, sencillo, de correas color beige.
A Hye le gustaban los relojes, ya había notado que tenía varios que usaba en combinación con su ropa, por lo que me pareció un buen regalo que darle.
–¡Me encanta, Tae! –Expresó contenta y yo me relajé porque quería que le gustara. –Gracias, no lo esperaba. –Me abrazó y al separarse dejó un corto beso en mis labios.
–¿En serio te gusta?
–Si, tienes buen gusto.
–Lo sé. –Pronuncié, arrogante.
Ella rió sin dejar de ver el reloj, de verdad le había gustado y eso me hizo feliz.
Lo guardó de nuevo en la bolsa y yo arranqué en dirección a nuestro destino.
Al llegar me di cuenta que la casa no era tan grande, pero no era pequeña tampoco. Estaba construida de madera rústica pero se veía muy moderna, con columnas muy grandes y un jardín delantero enorme. Las demás casas mantenían cierta distancia entre una y otra, el vecindario parecía muy tranquilo aunque se escuchaba la música desde adentro de la casa.
Estacioné el auto junto a la acera y nos bajamos, ella dejaría sus regalos adentro porque de todas maneras nos quedaríamos juntos. En eso me fijé en su atuendo, llevaba un vestido ajustado azul oscuro de mangas largas y unas sandalias negras de tacón alto, se veía muy linda y elegante.
Antes de que siguiera por el camino que llevaba a la entrada de la casa, la detuve y la atraje a mi.
–¿Qué? –Preguntó curiosa por mi actuar repentino.
–Nada, que te ves hermosa. –Sonrió con timidez y yo deslicé una mano hasta su nuca para dejar un beso corto en sus labios sin profundizarlo demasiado, no quería arruinar su labial. Por ahora.
Cuando entramos a la casa vimos a Minyeon y las amigas de ambas, con otras personas suponía que eran compañeros de clases. Todos nos saludamos, me presentaron algunos y a los dueños de la casa que se trataban de unos hermanos, una chica y un chico, ambos parecían personas muy divertidas y estaban entusiasmados con la fiesta. Nos dieron un recorrido y reiteraron el hecho de que todo estaba a nuestra disposición. En la cocina habían varias botellas de licor y en una mesa que se encontraba en el jardín, también habían muchas cajas de pizza.
Mientras pasaban los minutos iba llegando más gente, algunos los conocía de mi Facultad y otros no los había visto jamás, mis amigos llegaron también. La casa fue llenándose, había una persona encargada de la música que era amigo de Minyeon. El ambiente se volvía cada vez más divertido, habían personas por doquier.
Hye no conocía ni a la mitad de las personas, no era tan sociable como su prima que si conocía a la mayoría, aún así la estaba pasando bien y eso era lo importante.
Hubo un momento en que ella me pidió que saliéramos al jardín, que era enorme por cierto, porque ya se le había subido un poco el alcohol a la cabeza y quería tomar aire. Nos sentamos en unas sillas altas cerca de la mesa de bebidas.
Vi llegar a Jungkook junto a Chanie, Mingyu, Eunwoo, Minghao y Hani. Noté que algunas personas centraron su atención en la castaña, aunque ella los ignoró. Mi hermano y sus amigos saludaron a algunas personas que conocían, hasta que llegaron donde yo estaba sentado con Hye para saludar y felicitarla, a pesar de que los amigos de Jungkook ni la conocían. Ella les dijo que se podían servir de lo que quisieran y ellos no dudaron en alejarse para hacerlo, pero Hani se quedó junto a nosotros aunque me ignoraba por completo.
Le extendió una pequeña bolsa a Hye.
–Feliz Cumpleaños.
–Oh, no tenías que molestarte. –Le dijo Hye sonriendo ampliamente aceptando el obsequio y abriéndolo de una vez, eran unos aretes. –Gracias, Hani, están hermosos. –La abrazó brevemente.
–No es nada, solo un detalle –alzó los hombros–. Te ves preciosa, por cierto. –La halagó.
–Y tú te ves increíble –le correspondió la pelinegra–. Me fascina tu estilo.
Por eso, inevitablemente, mis ojos se posaron en la castaña más de la cuenta, aunque cuando llegó ya me había fijado en ella y... wow.
Se veía bien.
Si. Sólo bien.
Nada más que agregar.
Me levanté de mi silla para dejarlas solas y porque sabía que Hye estaría bien en compañía de Hani, fui adentro con mis amigos. Suji me pidió que bailara con ella así que estuvimos un buen rato en eso, después de cuatro canciones terminamos sedientos así que me ofrecí a buscar algo de tomar para ambos.
En la cocina habían algunas personas sirviéndose tragos y unos chicos se besaban en una esquina.
Vi a las amigas de Minyeon y Hye, una de ellas era la misma que estuvo en la fiesta de disfraces, pero no se dieron cuenta de mi presencia. Comencé a servir el soju en los vasos plásticos, pero su conversación me distrajo. Estaban paradas junto a mi, frente a la isla.
–¿Vieron a la chica que está con Jungkook y sus amigos? –Preguntó una chica de pelo corto.
–Si, ella estuvo en la fiesta de Peniel. Está loca. –Reconocí la voz de la que fue a la fiesta de disfraces, quien me daba la espalda.
–Parece una prostituta.
–No dudo que ya se los ha follado a todos. –Dijo otra.
–En realidad creo que es lesbiana.
–Pero si ni se le despega a Jungkook, quizás le tira a los dos bandos. –Parecía que a la de pelo corto le gustaba mi hermano.
–Es una zorra. Sólo por su vestimenta se nota a kilómetros.
–Sólo quiere llamar la atención de todos.
Y ellas sólo hablaban mierda.
Hani había crecido en una cultura muy diferente y eso se notaba en su manera de hablar, actuar, vestir, se notaba que se sentía cómoda mostrando un poco más de piel en ocasiones y por todo eso era propensa a que la señalaran, aunque claramente a ella le daba igual. Cualquiera podía darse cuenta de inmediato que era muy diferente al resto. Eso parecía aterrarle y desagradarle a las personas.
Siendo sincero me molestó que hablaran de esa manera de ella, no la conocían de nada y ya la estaban juzgando. Y si, puede que estuviese un poco loca, pero Hani vivía su vida como quería y no buscaba la aprobación de nadie.
De pronto la chica, que seguía sin recordar su nombre, se dió la vuelta y se sorprendió al verme ahí, al igual que las otras. Noté que la de pelo corto se escondió detrás de una, probablemente por mencionar a Jungkook y saber que yo soy su hermano.
–Taehyung, ¿nos ayudas a llevarlos? –Señaló a los shots sobre la barra como si nada, como si no estuviesen hablando pestes de una persona que ni conocían.
–No puedo. –Dije, y me alejé de ellas antes de que alcanzaran a decir algo más.
Podían arreglárselas solas.
Volví con Suji quien me jaló del brazo hacia otra área de la casa diciendo que debía ver algo, los chicos nos siguieron y entramos a lo que era un comedor aparte. Ahí habían algunas personas y divisé a mi hermano sentado sobre una mesa de madera.
De un momento a otro Jungkook se quitó la camisa y se acostó a lo largo de la mesa.
–¿Ahora que va a hacer? –Murmuré para mí mismo.
Era sabido por muchos que Jungkook hacía locuras en las fiestas, Jimin lo acompañaba en eso cuando estaba aquí, pero yo en raras ocasiones llegué a unirme a ellos y eso estando en un nivel muy alto de ebriedad que casi no pasaba en realidad, a diferencia de esos dos que lo hacían sólo porque sí. Minny mucho menos se unía.
Todos estaban atentos a lo que pasaría a continuación, que no tenía ni idea que era, hasta que vi a dos chicas acercarse a la mesa. La dueña de la casa sostenía una bandeja con lo que supuse eran shots de tequila porque también se apreciaba la sal y rodajas de limón.
En un pestañear de ojos las chicas se encontraban lamiendo la sal del cuerpo de Jungkook y luego recogiendo con sus bocas las rodajas de limón que habían colocado antes sobre su abdomen. Fue un poco raro para mí presenciar eso, aunque él lo estaba disfrutando demasiado, igual lo grabé todo y lo envié por el chat que teníamos con Jimin y Minny.
Las personas allí gritaban y reían extasiadas con la escena, algunos hasta parecían querer intentarlo también.
Fue suficiente para mí así que volví a la estancia encontrándome a Hye que bailaba con su prima, no las interrumpí y me senté en uno de los sillones viendo como el vídeo se cargaba en el chat, cuando de pronto alguien cayó sentado a mi lado.
Byungchan.
Hani estaba de pie delante de él con una botella de tequila en una mano y un pequeño plato en la otra, allí tenía una rodaja de limón y suponía que sal.
Supe de inmediato lo que iba a pasar.
Chanie se veía un poco ebrio, él no estaba acostumbrado a beber alcohol por lo que sabía, sus ojos adormilados eran una señal de ello. Sonreía en grande mirando a Hani, quien se colocó a horcajadas sobre sus piernas y éste llevó las manos a su cintura, al parecer ambos ignoraban que yo justo me encontraba ahí, a su lado.
Hani hizo que Chanie echara la cabeza hacia atrás, él ahora sostenía el plato en una mano, lamió el lado derecho de su cuello y esparció un poco de sal en la zona con su dedo, entonces volvió a lamer. Cuando se separó de él sus ojos se clavaron en mi y una sonrisa traviesa apareció en sus labios, yo simplemente tragué fuerte ni siquiera pestañeé. Ella le dió un trago a la botella, procedió a chupar el limón y luego lo besó.
Lo curioso es que todo me pareció que sucedió en cámara lenta.
–Maldita sea –giré mi cabeza para ver a Gyu, que se había sentado a mi lado y veía con ojos anhelantes la escena–. Quiero ser él. –Hizo un puchero como niño pequeño.
Yo también.
Mierda, no.
–Creí que no le gustaban los hombres. –Mencionó con verdadera desilusión.
Si supieras.
–Supongo que no le gustas tú, Gyu. –Él hizo una mueca, luego se levantó yéndose a quien sabe a dónde.
Noté las miradas incrédulas que recibía Byungchan, lo que me resultaba estúpido, pero también sabía que era porque esas personas pensaban que ambos lucían muy diferentes como para estar juntos. Creo que tendrían la misma reacción si en vez de Chanie se tratara de mi, porque se espera que una chica como Hani estuviese con un chico que luciera más rudo, quizás. Yo llegué a pensar igual, pero las personas al final estaban con quienes les daba la gana.
Algo de cierto debe haber en eso de que "los opuestos se atraen."
Hani y Chanie finalmente se despegaron después de semejante espectáculo y ella hizo que se pusiera de pie, luego los vi perderse entre las personas siendo obvio lo que sucedería.
Mis ganas de ir al baño se activaron así que me levanté, la casa tenía varios baños pero en todos se hacía una mini fila, por lo que me tocó esperar un poco en uno que quedaba en el piso de arriba y cuando regresé abajo me encontré a Hye sentada en el sillón donde yo estuve rato antes, pero no se encontraba sola sino que hablaba muy animada con Hani, sólo estaban ellas ahí. Chanie no se veía por ningún lado.
No hice otra cosa que quedarme parado viéndolas.
La castaña se inclinó un poco hacia la pelinegra y tomó un mechón de su cabello, parecía comentarle algo referente a eso y se acercó a su oído de una forma mucho más íntima, Hye sonreía como si nada. Era muy claro que Hani estaba coqueteando con ella, todo su lenguaje corporal lo gritaba y me sentí de alguna manera incómodo.
Apreté la mandíbula.
En realidad no podía descifrar las emociones que me invadieron, aunque era algo estúpido que de pronto estuviese... ¿Molesto? ¿Contrariado?
Alguien me abrazó por los hombros y volteé de inmediato pensando que se trataba de alguna persona borracha, pero no, era Jungkook que tenía un vaso en su mano y no parecía borracho. Aún. Sus ojos se dirigieron a donde yo miraba segundos antes y una leve sonrisa se plasmó en su rostro.
–¿Estás celoso?
–¿De que estupidez hablas? –Bufé, frunciendo el ceño.
–Me pregunto de quién estás celoso... ¿de Hye o de Hani? –Añadió con su típica expresión burlona, y yo me removí de su brazo sintiéndome a la defensiva por lo fácil que le fue descifrar que algo me pasaba.
No dije nada y me alejé hacia afuera de la casa, salí por la puerta principal. En el frente de la casa no había nadie porque todos estaban adentro o en el jardín trasero, me recosté de una columna. Las palabras de Jungkook daban vueltas en mi cabeza.
¿Cómo podría estar celoso de Hye? ¿Por hablar con Hani? Por favor. Eso era absurdo.
No sé cuántos minutos pasaron cuando sentí una presencia a mi lado, volteé y vi a Hani dándole un trago a su cerveza. Ahora portaba una chaqueta de cuero.
–Hye te está buscando. –Dijo, mirándome.
Asentí sin más porque no quería tenerla cerca, pero cuando me di la vuelta para entrar a la casa escuché nuevamente su voz detrás de mi, por lo que quedamos frente a frente.
–¿Estás molesto? –Cuestionó.
–¿Por qué lo estaría?
Obviamente no le hablaría de lo que me pasaba.
Ella se acercó más a mí, mientras me regalaba una sonrisa cínica.
–Quizás tengas miedo de que te robe a tu novia. –Se encogió de hombros. Debe haber supuesto que las vi hablando.
Reí falsamente.
–No es mi novia, y puede hacer lo que quiera.
–No creí que fueras tan abierto, además pareces de los que le gusta oficializar rápido.
–No me conoces. –Puntualicé.
Ella no dejaba de sonreír. Le dió un trago a su cerveza y no pude evitar fijarme en sus labios que habían quedado húmedos.
Quería borrarle esa sonrisa.
Por inercia me acerqué más a ella. Ahora la distancia entre nuestros cuerpos era casi nula, pero no parecía molestarle porque no retrocedió; en cambio seguía observándome de forma retadora. Su cabeza se alzó un poco más por la diferencia de altura.
–Quizás se esté dando cuenta que pierde su tiempo al salir con un idiota como tú.
Sólo quería provocarme.
Analicé todo su rostro, hasta que nuevamente mis ojos se enfocaron en los suyos que brillaban con intensidad.
–Porque supongo que estaría bien saliendo con una persona como... –Le eché un vistazo a todo su cuerpo y de pronto el sueño que tuve apareció en mi mente. Joder. –... tú, ¿no? –Me obligué a mirarla a los ojos de nuevo y traté de que mi voz sonara firme.
–Si prueba conmigo, seguramente, no va a querer volver contigo. –Pronunció con lentitud, mientras sus ojos viajaron rápidamente hasta mis labios y de nuevo a mis ojos.
Joder.
Joder.
Joder.
Lo podía sentir.
Podía sentir como nos repelíamos, pero al mismo tiempo había algo que nos atraía y supe que no era el único que se dió cuenta de esto cuando ella se alejó de repente, dando unos cuantos pasos hacia atrás. Su sonrisa había desaparecido y ahora ni me miraba a los ojos.
Inhalé y exhalé profundamente porque el aire estaba muy cargado de pronto, viendo como Hani se daba media vuelta y entraba a la casa rápidamente.
"Tienes que sacarla de tu mente a como dé lugar, Tae."
~~~~~~~~~~~~~~
La tensionnnnn, bro 🛐🔥
Opiniones del capi aquí.
Gracias por leer 💜
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top